Paramilitarismo y política: una expresión regional de la parapolítica
- Opinión
Muchas razones tenían y tienen, sin equívoco alguno, Rodrigo García Caicedo y el resto de los ganaderos de esa zona de Colombia, entre ellos el Presidente Álvaro Uribe Vélez y su primo Mario Uribe, expresidente del Congreso (aunque éstos no lo digan) para pensar así. No hay que olvidar que durante más de 20 años ésta horda de criminales, de la peor laya, entrenado y equipados por el Ejército y actuando en complicidad con
Paramilitares y políticos: encuentros y desencuentros
Y no sólo los paramilitares han servido y con eficacia a los ganaderos y terratenientes, también han brindado un apoyo irrestricto a la élite política a la hora de afianzar un proyecto político propio de gamonales y clientelistas. Así, paramilitares y políticos en Córdoba (y Colombia) han hecho de la muerte, la antidemocracia, la exclusión, la corrupción y el silencio de la población sus principales bazas, y al mismo tiempo, sus más inconfundibles señas de identidad en materia política. De esta manera, veinte años de paramilitarismo en aquella región “han servido” para democratizar la miseria y para convertir al departamento en una gran fosa común[3], y de igual modo, en un espacio en donde el silencio y el terror es hermano siamés de la inactividad sociopolítica de otroras organizaciones sociales que brillaron en su día por enjuiciar al gamonalismo en todas sus expresiones y formas y al clientelismo en todas sus manifestaciones. No hay duda que notables servicios se han prestado entre sí paramilitares y políticos para afianzar un modelo de organización social y política, el cual visto los últimos acontecimientos ha terminado por imponerse en otras regiones del país. Así, los políticos: bien como gobernadores unas veces, u otras como alcaldes, concejales, diputados o congresistas, han terminado poniendo su capacidad de gestión, lo poco que tienen de ello y lo que representan, es decir, al Estado, al servicio del paramilitarismo. En Córdoba, esto es un axioma, una cuestión que no requiere demostración alguna y para decirlo y quizá en los mismos términos regionales, es decir, en lenguaje coloquial, es algo que “lo cantan hasta los gallos en la madrugada”
De este modo, para nadie es un secreto que no pocas alcaldías en Córdoba han estado desviando desde hace mucho tiempo recursos hacia las arcas de los paramilitares, sobre todo los dineros destinados para la salud de los más pobres y necesitados, de los programas de vivienda, de las contrataciones de obras civiles y todo lo relacionado con las nóminas y plantas de personal. Por esta vía los paramilitares se han quedado con inmensas cantidades de dinero y a quienes en un momento dado se han atrevido a cuestionar su accionar, o salirse de lo predefinido, como el caso del exalcalde de Tierralta, Héctor Eduardo Acosta, en el 2001, han sido asesinados. En otros casos, los paramilitares han colocado en el seno de la administración local y regional a importantes personajes que pivotan sobre su esfera podérica, y para ello han logrado que los responsables políticos de no pocas entidades de carácter público hayan abierto las puertas de la administración pública para que familiares o amigos del proyecto paramilitar se inserten dentro de la misma, sobre todo, en cargos claves para desde allí tener un estricto control sobre los recursos y las ejecutorias administrativas.
Un claro ejemplo de lo anterior lo constituye, de seguro, la presencia del cuñado de Salvatore Mancuso, Manuel Troncoso Álvarez, actual Secretario de Salud del Departamento de Córdoba y de William Saleme Martínez, actual Secretario de Hacienda de ese mismo departamento y de quienes dice el Senador Miguel Alfonso de
Al asalto de las entidades Públicas
Y si la negociación y el acuerdo político entre los paramilitares y las distintas sensibilidades políticas del departamento fue una constante a la hora de nombrar a personas de las entrañas del paramilitarismo, ella no fue la única vía de cómo éste fenómeno llevó a sus cuadros a cargos administrativos en importante entidades del orden nacional, departamental o municipal. La táctica en otro momento utilizada por los paramilitares fue imponer a sus candidatos a través de la coacción y la tentativa de crimen o el crimen contra sus opositores. Un caso revelador lo constituye la manera como impusieron a Víctor Hugo Hernández como Rector de
Así, por la vía del terror Mancuso se apropio de
De
Y así los paramilitares se fueron apropiando de importantes entidades públicas, no sólo por los presupuestos que ellas manejaban o manejan, sólo basta ver los presupuesto de
Juan Manuel López: ¿amigo o enemigo del paramilitarismo?
Frente a todo esto Juan Manuel López Cabrales, el senador más votado del Partido Liberal colombiano en las últimas elecciones para senado y Cámara, (sus listas) y uno de los ejemplos más patético del clientelismo y el gamonalismo político en Colombia, ha callado casi siempre; en Córdoba y en el Senado. Así, nunca musitó ni ha musitado nada sobre la manera de cómo fue desplazado por parte de Mancuso y de Castaño de
Más cínico no se puede ser, sin duda, y más cuando las Directivas del Partido Liberal, en este caso, el Expresidente Gaviria, sabe y de modo suficiente que la familia López Gómez y López Cabrales tiene una cohabitabilidad con el paramilitarismo de tiempo atrás, y es justamente Jesús María López Gómez, el Mono López, su ejemplo más consumado. Así pues que, si la familia del Senador López Cabrales hubiera representado en algún momento una verdadera amenaza para el surgimiento, desarrollo y consolidación del proyecto paramilitar en Córdoba, pocas dudas existen de que los Castaño Gil o el mismo Salvatore Mancuso hubieran procedido contra éste, bien para asesinarle política o físicamente; tentativas que en ningún momento han existido, ni siquiera durante su tan sonado y reivindicado secuestro por parte de las AUC en octubre del 2000, pues su objetivo no era otro, al colegir por los hechos, que, una retención con fines políticos, por un lado, y por el otro, hacerle saber al senador cuáles serían las nuevas condiciones en las que el paramilitarismo actuaría en la perspectiva de controlar importantes entidades públicas en el departamento y las cuales eran manejadas por su movimiento político Mayorías Liberales.
En relación con el móvil político del “secuestro”[9] del Senador López Cabrales hay que poner el mismo en un contexto y, en este sentido, hay que interpretarlo como el mensaje que los paramilitares agrupados en las AUC enviaban al Presidente Andrés Pastrana en el sentido en que no estaban dispuestos a tolerar que, además de haberle concedido a San Vicente del Caguán a las FARC, se les entregara al ELN cuatro municipio del sur de Bolívar para que ésta organización guerrillera realizara su Convención Nacional dentro del marco de unos posibles diálogos con su gobierno, mientras por otro lado, negaba por todos los medios y con todo tipo de argucias el estatus de interlocutor y actores políticos a las AUC. Ante esta negativa, las AUC en cabeza de Castaño y Mancuso desplegaron unas acciones políticas y militares dirigidas, en última instancia, a boicotear el posible despeje que favoreciera al ELN y a que su fuerza paramilitar se le reconociera su legitimidad y se le ofrecieran condiciones simétricas frente al diálogo y la negociación política que el gobierno de entonces llevaba a cabo con distintos actores armados.
Los hechos desmienten las palabras
Entre las acciones promovidas por Castaño y Mancuso en pro de dichos objetivos se enmarcan: el paro realizado por importantes alcaldes del sur de Bolívar y del Magdalena medio agrupados en Asocipaz y el Movimiento social “No al despeje,” y también el secuestro de algunos congresistas, entre ellos el de Zulema Jattin, Juan Manuel López Cabrales y otros más. Y si en esta cuadratura es que hay que entender el secuestro del Senador López Cabrales y el de los demás, no menos cierto es que su secuestro también fue utilizado por Mancuso y Castaño para recordarle, como en líneas anteriores lo expuse, cómo sería la nueva cartografía de la configuración, distribución y administración del poder local y regional en donde los paramilitares entrarían a gobernar con sus propios cuadros o, en su defecto, donde ya estuvieran gobernando. Propio y apropiado resulta entonces recordar que, cuando se produjo el secuestro del Senador en mención ya éste había perdido
Y dentro de esos objetivos comunes y diversos que de modo simbiótico existen entre los paramilitares y los sectores políticos de los partidos tradicionales en Córdoba y de una parte de
Además, el mismo documento consigna que es un deber y una obligación de todo colombiano luchar por la paz. Así las cosas, no hay duda que la paz es un decir, pues visto lo acontecido hasta hoy, lo que debían garantizar al parecer los políticos que suscribieron el documento era la creación de un para-estado y una parainstitucionalidad que le diera pábulo al paramilitarismo en los más disímiles campos. La aprobación de ley de Justicia y Paz de la mano del 35% del congreso que tanto reivindicó Mancuso en su día hoy se hace más evidente que nunca, y confirma, sin sospechas, que los nexos entre la para-política, del mismo modo que las relaciones entre los paramilitares y los militares no eran exageraciones de las organizaciones de defensa de los derechos humanos ni de la oposición política como tanto se desestimó, sino una absoluta e irrefutable realidad.
Algunos nombres que integran el pacto
Junto a Salvatore Muncuso, Adolfo Paz (Don Berna), El temido Jorge 40 y Diego Vecino, aparecen firmando el acuerdo político, entre otros, los siguientes personajes: Juan Manuel López, (Senador), su tío Jesús María López Gómez[11], Gobernador por entonces, amigo personal de los Castaño Gil y comprometido en el pasado con importantes masacres en Córdoba; judiacializado en otro momento y por extrañas razones habilitado políticamente, lo que le sirvió para ser gobernador. En la actualidad está inhabilitado para actuar en política por diez años, pero curiosamente no por apoyo al paramilitarismo, sino, quien pudiera creerlo, por celebración indebida de contrato.
Salvador Arana Sus[12], Gobernador de Sucre por aquellos días, Exdirector del Departamento de salud de Sucre, de donde se cree desvió ingentes cantidades de recursos del Régimen Subsidiado para financiar la actividad de los paramilitares; está comprometido con varios crímenes en Sucre y estuvo nombrado por Álvaro Uribe Vélez como diplomático en Chile, hoy huye de la maltrecha justicia colombiana. En su día el Fiscal General de
En esta lista de indecorosos personajes suscriptores del pacto cabe señalar también a Miguel Alfonso de
También Eleonora Pineda[14] suscribió dicho pacto, éste personaje, entusiasta defensora del proyecto de legalización de los paramilitares y admiradora de Salvatore Mancuso, pasó de ser concejal del municipio de Tierra-alta, donde había obtenido una votación de algo más de 2000 votos, a obtener una votación de más de 82 mil para Cámara en el año 2002, obteniendo una concentración de votos en los municipios de Tierralta y Valencia, zonas de amplio dominio paramilitar. Ha sido compañera de formula de Miguel de
Otro personaje que aparece suscribiendo el acuerdo es Jaime García Exbrayat, en su momento y como he mencionado era director de
Capitulo especial de los políticos que suscribieron el mencionado acuerdo con los paramilitares merece el caso de Juan Manuel López Cabrales, a manera de sorna, nuestro héroe antiparamilitar. Llegó al congreso como heredero de un poder gamonalezco y clientelar, el cual se encargó de construir su padre Libardo López Gómez y quien ocupó todos los cargos públicos posibles en el departamento. Su arribo al Congreso se dio en calidad de Representante a
El senador López Cabrales por la aritmética electoral ha hecho parte de
Nada que temer.
Sobre el pacto con las AUC, nuestro Héroe Antiparamilitar ahora dice que fue forzado a suscribirlo, o que no supo que firmó[15] dicho acuerdo político para Fundar
Según Castaño, ante ello, Mancuso decide declarar objetivo militar López Cabrales, razón por la cual éste y de la mano de Jesús María López, alias el Mono, su tío, y gobernador por entonces (2001), deciden entrevistarse con Mancuso para aclararle los hechos. Según se percibe, López Cabrales le manifiesta a Mancuso que él no tenía nada que ver con aquellas denuncias que habían provocado aquella reacción del Gobierno de Andrés Pastrana sobre el entramado paramilitar. Nuestro antiparamilitar, entonces, y como así lo dejan consignadas sus declaraciones de éstos días, no fue quien propició aquella tenue persecución contra los paramilitares, él se ha desmarcado de modo reiterado sobre éstos hechos, y en honor a la verdad hay que decir que esas denuncias surgieron de un dossier que las FARC hizo llegar al Gobierno de Pastrana en 1998 y también de una investigación que venía labrando
De todo lo anterior, lo que queda claro es que a Juan Manuel López Cabrales, Mancuso no lo acosa más y una demostración de ello es que en las elecciones del 2002 y el 2006, nuestro antiparamilitar consolida su poder en Córdoba y gana, incluso, en zonas de amplio dominio paramilitar. Y no sólo ello, sino que después de todo lo sucedido se han conocido más encuentros entre políticos y paramilitares posterior a julio del 2001, y a los cuales nuestro héroe antiparamilitar no dejó de asistir a uno solo, y tampoco dio a conocer a las autoridades los pormenores de dichas reuniones, lo que configura no sólo omisión de denuncia, sino un delito de concierto para delinquir, pues mientras López Cabrales y los demás sostenían sus escaños, o aumentaban los mismos, las muertes contra indefensos campesinos, contra sindicalistas y demás presuntos enemigos de esa Nueva Colombia con la que se habían comprometido unos y otros se daban a diario y crecían, bien como asesinatos selectivos o como ruines masacres, con motosierra a bordo. ¿Qué responsabilidad le cabe a Juan Manuel López Cabrales y a todos los que suscribieron dicho pacto en las macabras derivaciones e implicaciones que este tenía y tiene?
Sí los paramilitares han logrado el concurso de los políticos en Córdoba, tanto del partido liberal como del partido conservador para imponer sus objetivos políticos y militares, éstos han recibido de aquello notables beneficios ahora y en el pasado. En primer lugar, lograron a punta de desapariciones, asesinatos selectivos y masacres acabar con importantes expresiones del movimiento social y popular, hasta el punto de domesticar su accionar y alinearlo en muchos casos con los intereses de los partidos políticos tradicionales. El accionar paramilitar logró hacer desaparecer del escenario político a una izquierda que en otro tiempo tenía capacidad de interpelación y de negociación en la perspectiva de reivindicar políticas incluyentes en todos los ámbitos de la vida social, económica y política. La arremetida paramilitar hizo fortalecer el modelo hacendil y gamonalezco, las prácticas neopatrimonialistas, el nepotismo y la corrupción, contra la cual dijeron siempre combatir. De la mano del paramilitarismo se fortaleció el reino de la impunidad, al tiempo que la pobreza pulula y fagocita en todos los rincones del departamento. Y como si no fuera poco, en épocas de elecciones la población en no pocos municipios votaba y vota de modo coaccionado y por los candidatos de las preferencias de los paramilitares. Gracias a los distintos acuerdos políticos e ideológicos que han realizado los paramilitares y los políticos de oficio en Córdoba, es que éstos últimos, algunos de ellos, cuando no la mayoría, han podido revalidar sus escaños de modo consecutivo u otros han alcanzado a llegar hasta las corporaciones que se lo habían propuesto.
Qué Colombia distinta al crimen, por ejemplo, podría habitar en la cabeza de José María López Gómez (El Mono López), en la de Salvatore Mancuso, quien es malo como amigo y como enemigo peor, en la de Don Berna, en la de Diego Vecino, en la de Eleonora Pineda, acérrima defensora y fans de Mancuso; en la de Cesar Feris Chadid, hermano de Salomón Feris, alías Comandante Cero Ocho de las AUC, en la de Salvador Arana Sus, quien esquilmó la salud de Sucre e hizo del crimen y toda suerte de injusticias sus banderas más emblemáticas y quien hoy huye de la justicia; en la de Juan Manuel López Cabrales, quien ha hecho de lo público una cosa privada y quien ha utilizado su poder para beneficio propio y el de su familia, y ello para no seguir mencionando la de otros despreciables personajes que allí aparecen firmando y que ahora dicen haberlo hecho coaccionado, o sin saber por qué lo hacían, pero que nunca lo denunciaron y si se beneficiaron y se siguen beneficiando políticamente de tal pacto.
Salvatore Mancuso y Carlos Castaño convirtieron las motosierras en un arma de destrucción masiva y los políticos de Córdoba y la Costa se beneficiaron de múltiples formas con ello. Mientras aquellos mataban y desaparecían con total impunidad y con la estrecha colaboración de la Policía y los militares, los políticos que los apoyaron y apoyan seguían garantizando sus escaños o, en su defecto, hacían su triunfal ingreso al Congreso, a las Universidades en calidad de rectores y cuadros directivos, léase Víctor Hugo Hernández, Claudio Sánchez y Jairo Durango, por citar sólo la Universidad de Córdoba. También hicieron nombrar a otros como Directores de Institutos, dícese Jaime García Exbrayat (recién salido de CVS), hijo de Rodrigo García Caicedo, y de quien se dice es el computador de Mancuso y de Castaño en Córdoba.
Éstos y otros personajes de la vida política en el Sinú, entre ellos Juan Manuel López Cabrales, Eleonora Pineda, Freddy Sánchez Arteaga (aspirante a la Gobernación de Córdoba por el sector de juancho López), Miguel Alfonso de la Espriella, Reginaldo Montes, Álvaro Cabrales, José de los Santos Negrete y Luis Carlos Ordosgoitia, son con los que Mancuso y sus amigos estaban formando la Nueva Colombia. Es decir, la Colombia de la motosierra y el hierro caliente en la espalda. Ésta Colombia que se estaba construyendo no era la Colombia de la equidad, la solidaridad, la inclusión y del respeto a la diferencia, sino que era y es la Colombia de la motosierra, del trabajo sin contrato y sin derecho a protestar. No hay duda que la Colombia en formación que impulsaban quienes suscribieron ese abominable pacto, saben que los ganaderos y terratenientes en Córdoba piensan de este modo. La Colombia que estaban construyendo, sin duda, parece más un hato ganadero que un país. A propósito, próximamente serán las Elecciones en Córdoba y en el resto de Colombia, ¿alguien quiere votar por los fundadores de la nueva patria?
La justicia lenta y poco segura
Frente a todo lo anterior,
Ante todo ello, los jefes de los partidos políticos apenas hablan[17]. Se encuentran desbordados como quiera que cada día salen nuevos y sorprendentes hecho y dejan en evidencia que los partidos políticos tradicionales han requerido y requieren de la fuerza paramilitar para sostenerse. Los hechos que ahora salen a la luz pública dejan constancia que el paramilitarismo no es una mera disfuncionalidad del sistema político colombiano, éste ha pasado a convertirse en un elemento propio de su estructura y así se ha venido configurando de manera lenta pero segura. Pero los acuerdos entre paramilitares y políticos no sólo se remiten a los Congresistas, hay que recordar que el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez negoció en Santa fe de Ralito con la cúpula paramilitar la no extradición y también que las penas de los paramilitares no superarían los ochos años como mucho, amén de pagar las condenas en colonias agrícolas.
Si queda duda de esto sólo hay que leer la carta[18] enviada por Vicente Castaño (hoy prófugo) a Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado de Paz y al ex ministro Sabas Pretelt de
Resulta ingenuo que ahora Uribe salga a decir que hay que hacerle un juicio al Estado colombiano por todo lo descrito. Yo creo que es preciso hacer dicho juicio, sí, pero resulta que el juicio que él ha empezado a hacer como máximo representante del Estado en este momento a los paramilitares es más una comedía, cuando no una descomunal vergüenza, la cual deja la verdad, la justicia y la reparación de cara a la víctimas en un enorme déficit.
Uribe y su poca memoria: Justicia, verdad y reparación
A propósito de Juicio al Estado, habría que recordarle a Uribe, si no se acuerda, que era él y no otro el Gobernador de Antioquia cuando en esa región del país se impulsaba y con gran ahínco las Convivir, las cuales no eran otra cosa que la expresión legalizada del paramilitarismo y como para que no quede duda Mancuso así lo terminó reconociendo en su versión libre. ¿Acaso se le olvida a Uribe que cuando él era gobernador de Antioquia, Mancuso y Castaño junto a Rito Alejo del Río y el General Manosalva, sus militares estrellas, arremetían contra toda suerte de campesinos y trabajadores? ¿Se le olvida acaso que es y ha sido en sus gobiernos donde los paramilitares más gabelas han tenido y tienen? Hay que recordarle a Uribe que mientras él visitaba sus haciendas en Córdoba siendo Congresista o como Presidente, incluso, el paramilitarismo crecía y en sus mismas barbas. ¿No sabía usted señor Presidente de ello? ¿No conocía usted a Mancuso ni a Castaño? Que poca memoria tiene el Presidente Uribe. Hay que hacerle un juicio al Estado colombiano pide usted, sí, empecemos por su gobierno señor Presidente, uno de los más paraquiados entre todos los paraquiados que han existido en el país. Lo invito, señor Uribe, a que por una vez en su vida actúe por las consecuencias. Reconozca que su gobierno está infiltrado por el narcoparamilitarismo desde
Nota final: A muerto Riszard Kapuscinski, siento una honda pena. Se ha ido quien denunció y con todas sus fuerzas a los señores de la guerra que sangraban a África en inacabables conflictos. En Colombia, Salvatore Mancuso y los suyos han dejado miles de asesinados en su cruzada de muerte y ahora quiere que le concedamos el perdón y el olvido. En ese deseo Uribe y los suyos, son, sin duda, sus máximos aliados. Réquiem en paz, maestro.
[1] Álvaro Uribe Vélez, en su paso por
[2] En diversos espacios y, sobre todo, cuando el Proceso de desmovilización del EPL se hizo evidente, éste personaje empezó publicitar la imagen de Fidel y Carlos Castaño. Cabe anotar que a Rodrigo García Caicedo el Movimiento Político Esperanza, Paz y Libertad, es decir, en lo que quedó reducido el antiguo EPL después de la desmovilización en 1991, lo apoyó de modo irrestricto como su candidato para
[3] En hoy hay más de 1000 denuncias instauradas contra los paramilitares por asesinatos. Algunas organizaciones hablan de más de tres muertos durante el reinado de los paramilitares. Y como si las muertes no bastaran el departamento presenta un 66% de Necesidades Básicas insatisfechas, el analfabetismo alcanza el 39% y la salud cubre sólo a 44% de los habitantes, que superan más del millón de personas. Sobre el particular ver htpp//:www.federacionnacionaldedepartamentos.org.com/departamento/cordoba/cordo...
[4] Este hecho se produjo en
[5] Hugo Iguarán y así lo reconoció Salvatore Mancuso fue asesinado por orden suya. Su crimen se produjo en
[6] El nombramiento de Claudio Sánchez por el Consejo Superior de
[7] Víctor Hugo Hernández había sido elegido para un periodo de tres años como rector de
[8] Este personaje, antes de ser llamado a ocupar el cargo de Vicerrector Académico por Victor Hugo Hernández, fungía de haber sido amenazado. En aquel espacio universitario no se le conoció nunca militancia alguna. Poco tiempo después aparece ocupando dicho cargo y ha pasado todo lo que ha pasado y aún se mantiene.
[9] Sobre los móviles del secuestro del Senador Juan Manuel López, Zulema Jattin y otros, resulta importante leer el capitulo XX de la biografía de Carlos Castaño, titulada “Mi Confesión” y la cual realizara Mauricio Aranguren Molina, Bogotá, Ed Oveja Negra, 11ª edición, 2002.
[10] Para ver el contenido del documento y los nombres y los cargos de las personas que lo suscribieron puede verse la edición del Diario El Tiempo del día 18 de enero del 2007, sección justicia. En esta edición hay un importante despliegue sobre hecho.
[11] Fue el primer alcalde electo de Montería, a finales de los años 80, estuvo judicializado por conformación de grupos armados en Córdoba, posteriormente se presentó a la gobernación del departamento, cargo que ocupó entre el 1 de enero del 2001 y el 31 de diciembre del 2003.
[12] Un documento fecundo sobre este siniestro personaje, puede verse en: Semana.com: El gobernador de la muerte. Versión digital http://www.semana.com/wef_infoarticulo.aspx?idart=98288
[13] Sobre los nexos del Senador Miguel de
[14] Ha sido junto con Carlos Ordosgoitia quien ha reconocido que los que firmaron nadie lo hizo coaccionado. Para más detalle ver El Meridiano de Córdoba, en edición 4287, domingo 21 de enero de 2007. Montería. Edición digital. http://elmeridianodecordoba.com.co/domingo/Monteria/monteria.htm.
[15] Ver Diario El Tiempo, sección justicia enero 19 de 2007.
[16] Ver Diario el Tiempo, 24 de mayo 2001.
[17] Ver declaración de César Gaviria Trujillo, expresidente de Colombia y jefe único del Partido Liberal sobre el Documento de Ralito. Diario El Tiempo, sección justicia, enero 19 de 2007.
[18] Ver el texto completo en Semana.com: