Amablemente podríamos pensar que en este mundo se obra equivocadamente por falta de conocimientos, aunque como dijeran los clásicos: aceptar un puesto público consciente de que no se tiene la experiencia y la información cultural correspondiente es una especie de corrupción. Eso es exactamente lo que está ocurriendo en el Congreso de la Unión con respecto al gravamen del 5 por ciento a los refrescos que repercutiría en el consumidor en aumentos al producto entre un 7 y un 8 por ciento.

Lo anterior es en el mejor de los casos, porque es público y notorio que los cabilderos de las compañías refresqueras han y están trabajando a todo vapor, de día y de noche, para revertir dicho impuesto que mandó el presidente, Felipe Calderón Hinojosa al Poder Legislativo.

Es de no comprenderse que 500 diputados federales y 128 senadores de la República estén enfrascados en una discusión vicentina sobre dicho gravamen y que marginen los sustancioso de sus debates que debiera ser lo dañino del producto en el pueblo todo de México.

Estados Unidos es un pueblo obeso y enfermiso, no tanto por su comida chatarra sino principalmente por el consumo indiscriminado de los refrescos -Coca Cola y Pepsi Cola. México proporcionalmente se ha convertido en el principal país consumidor de estos brebajes, los niños consumen más refrescos que leche y ello no obstante que la leche subsidiada en más barata que las aguas coloreadas.

Asombra en verdad que después de que la Cámara de Diputados aprobará por unanimidad el multicitado impuesto, dentro del paquete de la Ley de Ingresos propuesta por el Ejecutivo Federal, las bancadas unidad de los partidos de la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional se opusieran y por ello la mencionada Ley tiene que regresar a la colegisladora.

Aquí vale otra expresión de asombro. ¿Cómo es posible que el PRI y el PRD se alíen con las trasnacionales refresqueras y los del Partido Acción Nacional, después de haber tenido en la Presidencia de la República un gerente de la Coca Cola, Vicente Fox Quesada, que tanto dañó al país, estén por el impuesto, y los partidos que se dicen de izquierda lo repudien.?

La información es muy grave PRI y PRD, en el Senado de la República mandan al sesto de la basura el impuesto a refrescos. Con 73 votos a favor y 55 en contra, fue aprobada la propuesta presentada por el PRI de cancelar el impuesto

Estros señores legisladores desdeñaron la información del Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, de que esos brebajes son los causantes de la obesidad del pueblo mexicano, "el refresco -precisó-, son calorías vacías, la verdad se ha convertido en el alimento de mucha gente pero es un alimento muy pobre, ojalá se entienda que es preferible comprar un litro de leche que un litro de refresco que prácticamente valen lo mismo"

También marginaron los estudios que alertan de posible relación entre la excesiva ingesta de fructosa contenida en bebidas gaseosas y el aumento en índice de sobrepeso del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Es de aplaudirse que algunos diputados de Convergencia se pusieron a favor del pueblo en esta bizantina pero muy lucrativa discusión sobre el impuesto a las dañinas aguas pintadas caloríficas. El nocivo refresco.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.