Hablemos de la maestra

20/12/2006
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De la maestra Elba Esther Gordillo de ninguna manera podemos decir que es toda una vida dedicada al magisterio, aunque si sabemos que fue profesora de primaria hace algunos años en Ciudad Nezahualcoyolt, Estado de México, a cambio todas su trayectoria la dedicó en dos vertientes: al sindicalismo y a la política partidaria, hasta antes de su expulsión, su principal objetivo estaba concentrado en el Partido Revolucionario Institucional.

Exactamente en ese instituto político fue adquiriendo un capital político en base a una serie de arreglos y convenios no solo institucionales sino principales personales con el poder, a tal grado que se constituyó ella sola en una especie de fiel de la balanza para decidir candidatos a elección popular principalmente de diputados, locales y federales, senadores y gobernadores, sin dejar de lado a presidentes municipales y desde luego su labor muy definitiva en cuanto al apoyo a la elección presidencial, como la última muy importante para asegurar el triunfo, descalificado o no, de Felipe Calderón Hinojosa.

 

Su pleito con Roberto Madrazo Pintado, definitivamente fue la tumba del tabasqueño. Ella lo dijo: luchare para que Roberto no llegue, y Madrazo no llegó, además, lo festinó, al declarar que le hizo un bien a México.

 

Elba Esther Gordillo maneja o dirige, como mejor les guste, el sindicato más poderosos de América Latina. El Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación a pesar de las secciones disidentes que no se atrevan a abandonarlo, cuenta y cuenta mucho en todas las esferas de la nación y por ello los políticos en el poder o en sus perspectivas de obtener beneficios le rinden unos y le agradecen otros.

 

Sin embargo, Elba Esther Gordillo debe reflexionar sobre los últimos acontecimientos. El presidente Felipe Calderón Hinojosa pagó los favores y los apoyos, pero no como lo esperaba la maestra. Fueron verdaderamente migajas para la muy soberbia profesora.

 

Sólo consiguió dos titularidades menores, en el llamado Gabinete ampliado, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado ISSSTE, donde se nombró a Miguel Ángel Yúnes, y en la Lotería Nacional impuso a Francisco Javier Yánez Herrera y en la Subsecretaría de Educación a su yerno, Fernando González Sánchez.

 

Ese sería la crítica más fuerte, cómo es posible que en pleno Siglo XXI se imponga el nepotismo, un nepotismo sindical que nadie en su pleno juicio puede avalar y en la Lotería Nacional obliga el nombramiento de un sujeto hasta hace poco investigado por corrupción, hechos cometidos en tiempos de otro pájaro de cuenta, Carlos Salomón.

Ramón García González, nuevamente es subdirector de Lotería Nacional, quien acostumbra exigir a los medios un 40 por ciento de lo contratado, esa es la base de su fortuna. A los medios que no aceptan sus corruptelas simplemente los margina.

La maestra Elba Esther debería de saber como se expresa García González despectivamente de ella, ese sujeto, y lo decimos con conocimiento de causa, por si sólo no hubiera pasado de "perico perro".

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