Mitos de la "globalización"

25/08/1998
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Sao Paulo.- Las percepciones sobre la evolución del contexto internacional siempre condicionan, en cierta medida, el debate sobre las opciones de un país. Una evaluación objetiva, no mitificada, del cuadro internacional constituye una de las precondiciones para la definición apropiada de las políticas nacionales. A pesar de estar marcadas por vulgaridades y simplificaciones, las discusiones sobre la "globalización" o "mundialización" de la economía adquirieron, en los últimos años, una importancia estratégica. Por la forma como viene siendo conducido, ese debate ha tenido efectos predominantemente negativos. Por un lado, ayuda a encubrir la responsabilidad de las opciones y decisiones de los gobiernos, obstaculizando la crítica de las políticas públicas. Por otro, inhibe la reflexión sobre las alternativas de que disponen los países en la definición de sus políticas económicas, sociales y de inserción internacional, contribuyendo a inmovilizar las iniciativas nacionales. Para países como Brasil, que todavía cargan trazos acentuados de su pasado colonial, un debate como ése es siempre problemático. La ideología de la "globalización", principalmente en sus vertientes más extremas, constituye un refuerzo considerable y falsamente moderno para la arraigada supervivencia de muchos sectores de las capas dirigentes del país, siempre listos a actuar como apoderados de los intereses internacionales dominantes y a colaborar con una integración subordinada a la economía internacional. En este contexto, la "globalización" funciona como coartada de algunas posiciones tradicionales de las élites locales. Uno de los principales efectos de ese debate ha sido el propagar la impresión de que el margen de maniobra de los Estados nacionales, especialmente en la periferia del sistema económico internacional, sufrió un dramático estrechamiento en décadas recientes. Según las versiones más extravagantes de la ideología de la globalización, los Estados nacionales estarían indefensos frente a los procesos "globales" incontrolables o irreversibles y habrían ingresado en una época de inevitable declinación. Esas evaluaciones recientes sobre las tendencias de la economía internacional están cargadas de exageración y mitos. Carecen frecuentemente de perspectiva histórica. Se apoyan, en general, en prejuicios e impresiones superficiales, y no en un examen cuidadoso de los datos macroeconómicos internacionales. El propio vocabulario -"globalización", "mundialización", "neoliberalismo", empresas "transnacionales" o "multinacionales"- está contaminado de distorciones y connotaciones ideológicas. A modo de síntesis, presentamos algunas de las principales tesis difundidas por la ideología de la globalización y las razones por las cuales cabe considerarlas mitos. Mito n? 1 "La globalización inaugura una nueva etapa en la historia económica mundial; constituye un proceso irreversible, que conduce a una integración sin precedentes de las economías nacionales" Muchos de los fenómenos presentados para sugerir el advenimiento de una nueva era constituyen la reproducción, bajo nuevo ropaje, de tendencias antiguas. "Globalización" es una nueva palabra para un proceso que remonta, en último análisis, a la expansión de la civilización europea desde finales del siglo XV. La internacionalización económica de los últimos veinte o treinta años tiene precedentes históricos, sobre todo en las décadas anteriores a la Primera Guerra. En diversos aspectos, el grado de integración internacional alcanzado entre 1870 y 1914 es comparable, o hasta superior, al observado en la economía "globalizada" del fin del siglo XX. La ilusión de que estamos experimentando un proceso enteramente inédito de internacionalización se debe, en parte, al hecho de que la integración internacional reciente es, en efecto, significativa cuando se la compara con el bajo grado de apertura de las economías luego de la Segunda Guerra. Se pierde de vista que, entre 1914 y 1945, las guerras, la Gran Depresión y el proteccionismo, destruyeron el sistema internacional de la belle époque, acontecimiento que bien merecería la reflexión de los que creen en la irreversibilidad de los procesos históricos. Mito n? 2 "En las últimas dos o tres décadas, la 'globalización' produjo un sistema económico fuertemente integrado, de carácter supranacional, que tiende inexorablemente a unificar el mercado mundial, a disolver las fronteras nacionales y a reducir la relevancia de los mercados domésticos" El proceso de internacionalización observado en las décadas recientes no tiene el alcance y mucho menos el carácter universal sugerido por el uso indiscriminado del término "globalización". Está muy lejos de provocar el desaparecimiento de las fronteras o amenazar la sobrevivencia del Estado nacional. Es verdad que el progreso técnico y las innovaciones en áreas como la informática, telecomunicaciones y finanzas, combinadas con la liberalización de mercados y la remoción de restricciones a operaciones internacionales, han contribuido a una mayor integración de las economías nacionales. No obstante, los mercados internos continúan preponderando, por amplio margen, en la absorción de la producción, la generación de empleos y el financiamiento de las inversiones. Más allá de eso, los mercados de trabajo permanencen altamente segmentados por políticas restrictivas de inmigración y otros obstáculos al desplazamiento internacional de trabajadores. Los datos sobre la distribución geográfica de los flujos de comercio internacional y de los movimientos de capital tampoco confirman la propalada imagen de una economía "global" o de un mercado mundial unificado. El cuadro es de fuerte concentración de las actividades internacionales en los países desarrollados, que responden por dos tercios o más de los flujos de comercio y de capital. La propia expresión "globalización" es engañosa y debe ser evitada. Es preferible utilizar términos como "economía internacional" o "internacionalización económica", más compatibles con un cuadro mundial caracterizado, fundamentalmente, por el intercambio entre economías nacionales distintas. Mito n? 3 "Como consecuencia de la 'globalización' y del predominio de las políticas 'neoliberales', los Estados nacionales entrarán en un proceso de inevitable declinación y están siendo forzados a reducir su presencia en la economía" El predominio ideológico del llamado neoliberalismo -que a pesar del prefijo constituye una tentativa de restaurar el ideario económico del siglo XIX-, no llegó a modificar de manera significativa y duradera la dimensión del Estado en la gran mayoría de las economías desarrolladas. No llegó siquiera a interrumpir la tendencia de aumento del peso del gobierno, medido por indicadores agregados, como la relación entre el gasto y la receta pública y el PIB. El examen de los datos macroeconómicos de las economías desarrolladas indica que hay una enorme distancia entre el discurso "neoliberal" y la realidad de los países donde esa ideología tuvo origen. Mito n? 4 "La economía 'global' esta siendo crecientemente dominada por empresas 'transnacionales', libres de identificación e identidades nacionales" La gran mayoría de empresas permanece marcada por su origen nacional. Corporaciones verdaderamente transnacionales son raras, especialmente en las economías de mayor tamaño, que cuentan con amplios mercados internos. No hay duda de que en las últimas décadas las empresas de los países desarrollados, e incluso de algunos países en desarrollo, ampliaron sus actividades en el exterior y pasaron a desarrollar una parte de sus actividades fuera de su país de origen. Mas eso no significa que las firmas perdieron sus referencias y vínculos nacionales. La gran mayoría de ellas mantiene el grueso de sus activos, ventas y empleos en su base nacional. Las actividades generadoras de mayor valor agregado y funciones estratégicas, como investigación y desarrollo, tienden a realizarse en el país de origen de las empresas. En general, las corporaciones no deben ser caracterizadas como "transnacionales" o "multinacionales", mas sí como firmas nacionales con operaciones internacionales. Mito n? 5 "La expansión de las transacciones financieras internacionales creó un mercado 'global' de capitales extraordinariamente poderoso, ante el cual la autonomía de las políticas nacionales o de los bancos centrales, incluso en los países de más peso, tiende a desaparecer" El grado de internacionalización de las finanzas es más limitado de lo que sugiere el uso indiscriminado de expresiones como "globalización financiera" o "mundialización del capital financiero". A despecho de la acentuada expansión de las operaciones financieras internacionales, las aplicaciones domésticas todavía son ampliamente predominantes. El comportamiento de los inversionistas institucionales de los países desarrollados, particularmente de los fondos de pensión y de las compañías de seguro, revela un fuerte sesgo en favor de los mercados domésticos. La preponderancia de los mercados nacionales también aparece de forma abrumadora en los datos referentes a los mercados de títulos y acciones. Por esos y otros motivos, es prematuro admitir la existencia de un mercado global de capitales. Es verdad que el aumento del volumen y de la velocidad de las transacciones financieras internacionales crea situaciones nuevas. Dificulta, por ejemplo, la sustentación de ciertos tipos de régimen cambiario, especialmente de aquellos que se caracterizan por alguna forma de anclaje flexible, a ejemplo del régimen adoptado por Brasil en años recientes. No es por azar que ha habido en las décadas recientes una tendencia marcada por la fluctuación cambiaria administrada, no sólo en los países desarrollados, sino también en los países en desarrollo, pues ése es el tipo de régimen cambiario que permite conciliar el crecimiento de las operaciones financieras internacionales con la preservación de la autonomía de los bancos centrales en la búsqueda de objetivos domésticos. Lejos de estar reduciéndose a la condición de actores secundarios, los bancos centrales continúan y continuarán preservando su autonomía y ejerciendo fuerte influencia sobre los mercados de cambios, actuando aisladamente o con intervenciones controladas con otros bancos centrales. En suma, es preciso tomar distancia de las nociones falsas o exageradas que corren por el mundo en busca de consumidores incautos. "Globalización" es un mito que exagera el peso y el alcance de las fuerzas económicas de ámbito internacional. Los Estados nacionales, sobre todo en los países más desarrollados, no están indefensos ante los procesos económicos "globales" incontrolables e irresistibles. Al contrario de lo que sugiere el fatalismo asociado a la ideología de la globalización, el desempeño de las economías y el campo de maniobra de los gobiernos continúa dependiendo de decisiones nacionales. La fascinación con la "globalización" es revelador del estado de postración mental y desarme intelectual en que se encuentran países como Brasil. Para superarlo, podríamos comenzar por una reevaluación del cuadro mundial y del papel de los Estados nacionales, desarrollando, sin inhibiciones, nuestra propia concepción de los rumbos que deben tomar las relaciones internacionales de la economía brasileña. Lo esencial es no olvidar lo que decía de Gaulle. Cierta vez, el joven Sha de Irán le pidió consejos y de Gaulle respondió: "Mi señor, te sugerirán las más variadas sutilezas y maniobras. No las aceptes nunca. Sólo tengo una sugerencia para hacerte, pero ella cuenta: pon toda vuestra energía a permanecer independiente".(*) (*) Citado en Malraux, Andre. Les Chénes qu'on abat... Mayenne, Gallimard, 1971. Paulo Nogueira Batista Jr. es economista brasileño, investigador del Departamento de Economía de la Fundación Getúlio Vargas de Sao Paulo. El presente texto hace parte del ensayo del autor: Mitos da "Globalizacao", S. Paulo, PEDEX (Programa Educativo sobre a Dependéncia Externa), julio 1998. Traducción libre de ALAI.
https://www.alainet.org/es/active/142
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