Sorprendió a todo el mundo, incluso a los más optimistas y fervorosos defensores de la gestión de Álvaro Uribe. Sorprendió a los funcionarios del Fondo Monetario y a la oposición, estamos hablando de la cifra de crecimiento económico del segundo trimestre del 2006 anunciada en pasados días por el DANE: 5.9%.

En este país donde los presos dicen verdades desde las cárceles y donde los funcionarios del gobierno hacen esfuerzos sobrehumanos para ocultar sus mentiras suena bastante ilógico que la cifra de crecimiento haya desbordado los cálculos de todos los expertos. Si bien es cierto que la economía no es una ciencia exacta, no es claro que pueda explicarse el notorio crecimiento económico del segundo trimestre del año, dado que las condiciones del contexto internacional y otros indicadores complementarios no van en el mismo sentido.

Un análisis más reposado parece dar algunas explicaciones sobre el caso: en primer lugar la economía crece porque hay un boom de la finca raíz y del sector de la construcción, especialmente se nota un aumento en los precios de la tierra y el aumento de la construcción de vivienda de estratos altos y centros comerciales, fenómeno que en lugar de llenarnos de alegría debe llenarnos de preocupación porque muestra ni más ni menos que el mercado inmobiliario está pasando por una burbuja especulativa que al desinflarse traería graves consecuencias. ¿Por qué hay una burbuja especulativa? Porque en la economía hay una alta liquidez por diferentes motivos que explicaremos en otro artículo y usualmente cuando esto ocurre hay una mayor demanda por bienes no transables como las casas.

El hecho es que la construcción se dinamiza al punto que crece en un 28% pero el empleo en el sector a duras penas crece en un 2%, o sea que claramente el efecto es más por los precios que por los metros cuadrados construidos, de lo contrario como se explica que el índice de costos de la construcción de vivienda ya esté en un 6.34% en agosto de este año por lo que es obvio que sobrepasará ampliamente la meta de inflación establecida por el Banco de la República en un 5%.

En segundo lugar están los servicios de transporte y el comercio con crecimiento por encima del 8%, pero lo curioso es que el sector financiero que a finales de agosto ya acumulaba ganancias por 2.8 billones de pesos, casi la misma cifra que alcanzó a todo lo largo del 2005, tiene un decrecimiento del 7%. Mientras que la industria manufacturera con un 6% y la agricultura con un 0.4% de crecimiento que se supone son las bases del crecimiento de largo plazo experimentan crecimientos incipientes con respecto a la tendencia general de la economía.

Por ello no es normal que el crecimiento económico se concentre tanto en un solo sector, y mucho menos que esto se exhiba como un éxito cuando constituye un total fracaso de la política económica del gobierno. ¿Cómo puede estar contento con una cifra de crecimiento cuando el desempleo urbano se estancó en un 12%, hecho que en cualquier otro país constituiría un fracaso del gobierno?

De la misma manera cuando es claro que la pobreza es un problema tan serio que se reunió a algunos expertos para avanzar en el tema y salir con la gran propuesta de que se necesitaba una política más asistencialista, pero por ningún lado se habló de recuperación del aparato productivo ni del empleo, porque realmente la pobreza es un problema que consiste en que la gente no tiene ingresos dignos y no los tiene porque no hay trabajo.

Por eso la cifra de crecimiento a simple vista no es la luz al final del túnel, sino un gigantesco nubarrón en el panorama de la economía del país.

- Jairo Bautista, asesor Cámara de Representantes.

Fuente: Corporación Viva la Ciudadanía.

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