La Mixteca: Construyendo un futuro

12/10/2006
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La región de la Mixteca localizada en el sureño estado de Oaxaca cuenta con una fama trágica. Es considerada la región mexicana con las tasas más elevadas de migración hacia los Estados Unidos. Según datos del Centro de Desarrollo Integral del Campesino de la Mixteca (CEDICAM), la cuarta parte de los hombres jóvenes ha migrado. La región enfrenta un doble desafío, por un lado enfrenta los impactos negativos de la erosión de sus tierras y por el otro encaran los impactos negativos del libre comercio. Para hacerles frente a estos escenarios, el CEDICAM propone innovadoras soluciones que buscan forjar un futuro sustentable y ecológico, basado en los usos y costumbres de la cultura milenaria de los campesinos mixtecos. “Aquí vimos áreas que no presentaron futuro, y ahora vemos un aspecto del futuro muy bueno,” dice Jesús León de CEDICAM. “Siempre había futuro—el problema es que no sabíamos como entrarle.” El “cómo entrarle al futuro” ha sido un largo camino de aprendizaje, que combina una revalorización de los conocimientos tradicionales con nuevas tecnologías adaptadas al lugar. Desde 1983, el CEDICAM trabaja con doce comunidades de la mixteca cercanas a su sede en Nochixtlán. La meta es la agricultura sustentable, para lograrlo, el CEDICAM ha organizado talleres en las comunidades, cuales son dirigidos por promotores de la misma región, explica Eleazar García, promotor. Su meta es conformar sistemas de agricultura sustentable que aseguren un mejor nivel de vida para sus socios. Su trabajo se enfoca en tres áreas: la reforestación, la captación de agua, y la agricultura. Cada una con objetivos ecológicos, económicos, sociales, y culturales. La naturaleza del problema El primer problema radica en la naturaleza del lugar. La mixteca al ser una región semidesértica presenta escasez de agua. Aunado a esto, la tasa de perdida del suelo, según estudios de las Naciones Unidas, es de las más altas del mundo, con una perdida promedio de cinco metros de suelo desde la conquista. Para recuperar la tierra perdida, el CEDICAM desde hace 20 años trabajaba en un programa de reforestación y educación ambiental. “Tenemos que explicar a la gente por que sirve la reforestación para el uso de la comunidad,” señala León, quien apuntó que el proceso ha sido lento pero va creciendo. “Ahora estamos sembrando 200,000 árboles anuales.” Destaca que además de detener la erosión, la reforestación sirve para recuperar las áreas verdes, producir leña, entre otros beneficios. Otro programa fundamental del CEDICAM es la conservación de agua por medio de la construcción de trincheras en los cerros. Sin trincheras, “el agua cayendo corre y se va—el 80% no se filtra a la tierra,” explica León. Esta situación causa una escasez de agua, el nivel de las manantiales se ha ido bajando y hay poca disponibilidad del líquido durante la temporada de secas. En 1983 el CEDICAM empezó con la construcción de trincheras. Al principio, explica León, fue difícil convencer a los campesinos de la utilidad de las trincheras en el futuro. “Les decíamos, si no hacemos nada, va a ser peor. Dos comunidades entraron primero. Ahora hemos visto que los manantiales han mejorado su nivel de agua. Ahora hay un interés muy importante para seguir haciéndolo, así dando agua a las futuras generaciones.” Los temas ecológicos son de los más difíciles de tratar. “Parecía no ser parte de la cultura hacer reforestación y trincheras,” dice León. A lo largo del programa los resultados de este, se han ido difundiendo en la región y hoy en día es mucho más fácil comenzar a trabajar con una nueva comunidad, no como cuando empezaba el proyecto y se tenía que convencer sin mostrar ejemplos tangibles. Repensar la agricultura La mixteca es una región maicera con una larga historia agrícola. Las prácticas y costumbres han ido cambiando junto con los tiempos. Jesús León cuenta la historia: “Hace 20 años el propósito era producir más. Enfrentamos una escasez de alimentos, sobretodo de maíz y fríjol, así que buscamos la manera de mejorar la producción.” Esta era la época de la Revolución Verde en México, que puso énfasis en las variedades de alto rendimiento y el uso extensivo de insumos químicos. “El uso masivo de fertilizantes para aumentar la producción fue el enfoque principal. En los 80 recibimos semillas mejoradas como parte de los paquetes gubernamentales de ‘alto rendimiento.'” El nuevo programa tuvo resultados en la región. Lograron incrementar los rendimientos y superar la grave escasez de alimentos. Sin embargo, después empezaron a tener otra serie de problemas. “Cuando un nivel de producción ya estaba asegurado, empezamos a ver otras cosas. Nos dimos cuenta que el fertilizante no era lo mejor. Cuestiones ambientales y de salud nos hizo pensar en hacer algunos cambios, hacia una agricultura que pueda aprovechar recursos locales, y producir un consumo de mejor calidad.” León cuenta que el maíz de las semillas mejoradas no era adecuado para hacer las tortillas. “Producen unas tortillas quebradizas, que no dan sabor.” Los altos rendimientos no duraron para siempre, el crecimiento de la producción regreso a los niveles de cuando no usaban fertilizantes, con la desventaja de que ahora, estaban perdiendo su suelo. “Los fertilizantes ya no tenían la misma repuesta productiva. No estaba creciendo la producción y estaba agotando el suelo. Pensamos—a este ritmo, vamos a regresar a como estábamos a principios de 80, con escasez de alimentos,” narra León. Es entonces que la organización abrió una reflexión entre las comunidades. Recapacitaron y pensaron en una agricultura más autosuficiente, que utilizara recursos propios y sustentables. “Empezamos a usar estiércoles de animales, y composta de lombriz. La gente pensaba al principio ‘¡Qué locura!' pero cuando ve los resultados de los abonos que ya mucha gente tiene y sin depender de afuera, que es cara, empieza a pensar que vale la pena.” Así nació, poco a poco, un movimiento para volver a usar la semilla criolla. Primero, es la selección de semillas. “Nosotros hacemos la selección. Teníamos que ir rompiendo con la cultura para ir seleccionando en las parcelas [la costumbre fue hacer la selección después de la cosecha, basada en la calidad de la mazorca] para ver las características de la planta. Si tiene 2 a 3 mazorcas ó sólo uno, cuales resistían mejor los insectos, si estaba baja ó alta la planta, el número de hileras…” Segundo, la valoración de las semillas locales. El maíz es una planta de polinización abierta; lo que implica que pueden ser cruzadas por que otras variedades de maíz, generalmente no endémicas, lo que puede afectar características que gente de las comunidades quieren conservar. “Es común que la gente vea una planta bonita y la traen y la meten. Ahora no entran las semillas extrañas,” dice León. CEDICAM tiene una política de no traer semillas de otros lados. “La gente ha entendido que las variedades locales son mucho mejor.” Comenta que viendo hacia el futuro, “con nuestro maíz, vamos a ganar. Las variedades mejoradas son buenas pero duran más las criollas.” Con el uso de semillas criollas las comunidades campesinas recuperan la cultura de sembrar año con año con sus propias semillas. “Pensaba hacer lo mismo [con las semillas mejoradas] pero en los siguientes años les fue cada vez peor. Además son caras. Con su maíz y con el manejo de selección, pueden estar tranquilos porque no tienen que comprar,” explica León. Antes para poder sembrar tenían que esperar el crédito para comprar la semilla. “La gente siempre estaba esperando para sembrar sus parcelas. Si hubiéramos creído en este proceso, igual seguiríamos esperando.” En la región mixteca, al igual que en todas las regiones de México donde predomina la agricultura de pequeños productores, el acceso a créditos privados ó gubernamentales es extremadamente limitado. A pesar de los beneficios que ahora empiezan a manifestarse, el cambio al nuevo-viejo sistema de agricultura ha sido lento. “Los campesinos piensan que al usar las semillas criollas y el abono somos más ignorantes que usar fertilizantes y tractores de último modelo,” narra León. Por eso ha sido necesario un proceso de revalorización del campesino. “El campesino quiere tener prestigio. Pareciera ser campesino es muy bajo, no es de prestigio. La gente no quiere ser campesino. Nosotros medimos la capacidad del campo de otra forma. Sabemos que nosotros tenemos unos conocimientos súper buenos, de calidad. Tenemos que revalorizar el papel del campesino y del indígena.” La salida del campo Según el gobierno del estado de Oaxaca, 30% de los mixtecos han salido de sus comunidades de origen. La región constituye el 50% de la migración en todo el estado. Una encuesta de 2002 muestra que de los migrantes, más de 85% han ido a los Estados Unidos. Los mixtecos de hoy trabajan en California, Arizona, Florida, Oregon y Illinois. Con el agotamiento de los recursos naturales en su región y la baja del precio de maíz son refugiados ecológicos y económicos. Hoy, dice, “los maiceros de aquí están en EEUU, se habían acostumbrado a la buena economía de los 80 y pensaban: ‘no podemos seguir viviendo aquí.' Esta es la única forma que muchas familias pueden vivir, sus niños que estudian están sostenidos por sus padres en EEUU. Solamente siguen adelante gracias a las remesas.” Las remesas son una fuente de ingresos muy importante en la región. Sin embargo, la migración tiene sus costos para los que se quedan. Primero es la desintegración familiar y comunitaria que es evidente en la región. Además, como señala León, “la migración y la pobreza están amenazando la cultura. La televisión, la propaganda, las comerciales—estamos metidos en un proceso sin camino… Muchos migran, hay mucha gente afuera. Conocemos mejor costumbres de Estados Unidos que de los propios mixtecos. Da coraje.” La cultura es un área que la organización ha retomado desde hace relativamente poco. “Al principio no tomamos en cuenta la cultura de las comunidades. Aprendimos a incorporarla. Los mixtecos descienden de un pueblo rico en historia. Hay que honrar la cultura en la forma de organización, en la forma de ver el mundo.” Entre los mixtecos, la cultura ha sido una herramienta valiosa para la organización ya que se centra en la comunidad unida. “Nosotros no somos de la clase de gente individualista. Tenemos una cultura comunitaria, de no solo pensar en' mi parte' sino en el “nosotros.” El CEDICAM publica y platica sobre asuntos culturales como parte integra de su trabajo, en un esfuerzo para rescatar la cultura. “Estamos en un proceso de revalorar a la cultura. Tenemos una biblioteca de la historia y cultura mixteca. Nosotros no somos un pueblo cualquiera.” Un golpe desde arriba: el TLCAN Si la naturaleza ha sido un reto permanente para los campesinos de la región, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) les cayó de repente y sin aviso. Los campesinos y campesinas del lugar se tardaron en entender porque se estaba viendo un deterioro tan rápido en sus economías familiares. “En los 80s mucha gente mejoró su economía; construyeron casas, mandaron a sus hijos a estudiar, compraron más tierras. De repente empezamos a ver un fenómeno extraño—los precios en vez de subir como era de costumbre, estaban estancados. Este maíz es muy apreciado por gente de otros estados y teníamos un buen mercado pero en los 90 por acá empezó a bajar el precio.” “La gente buscó inversión para producir pero estaba perdiendo,” dice León. Los precios han estado por debajo del costo de producción debido a la competencia con Estados Unidos. “Mucha gente no sabe como entra maíz barato de afuera a pesar de traerlo de más lejos. Yo siempre he dicho a la gente—el gobierno puso a sus campesinos en competencia con los del norte sin siquiera avisarnos.” En este contexto, el primer reto para la organización fue encontrar otras vías de comercialización. Formaron una cooperativa de productores para encontrar mecanismos directos para vender a los consumidores. Los retos hacia el nuevo futuro son muchos. En 2008 el maíz será totalmente liberalizado según los términos del TLCAN. Los campesinos de la mixteca, organizados en el CEDICAM, están estudiando los posibles impactos negativos de la medida y como defenderse. Entre sus actividades se encuentra la investigación, un encuentro binacional de pequeños productores de México y Estados Unidos, pruebas y medidas para prevenir la contaminación del maíz criollo con variedades transgénicas, y el desarrollo de mercados regionales para el maíz de calidad. Han participado en diálogos con sus contrapartes en EEUU para analizar el Farm Bill (la Ley Agrícola de EEUU) y el impacto de los subsidios estadounidense en los dos lados de la frontera. Jesús León está orgulloso de los logros de la organización y conciente de los retos que quedan adelante. Más importante es que las comunidades decimadas por la migración tengan esperanzas a tener arraigo en su propia tierra. “Los que quedaron han demostrado que sí se puede vivir aquí,” dice León. Parece poco, pero este logro en sí refleja avances en producción, comercialización, cultura, y conservación del medio ambiente que pocos creyeron posibles. Representa un pequeño triunfo de reivindicar “lo propio” contra “lo de afuera” que marca una pauta hacia un nuevo futuro. Recursos Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca A.C. (CEDICAM) Domicilio conocido, Arenal la Labor Nochixtlán, Oaxaca Teléfono: 52-01-951-526-2091 “Oaxaca de cara a la nación: Mixtecos” http://www.gobiernodeoaxaca.gob.mx/web/index.php?option=com_content&task.... Rafael Reyes Morales, Alicia Gijón Cruz, Antonia Yunez Naude, Raúl Hinojosa. “Características de la migración internacional en Oaxaca y sus impactos en el desarrollo regional” 2003. - Laura Carlsen es la directora del Program de las Américas del IRC, desde la Ciudad de México. Fuente: Programa de las Américas del Centro de Relaciones Internacionales (IRC) http://www.ircamericas.org
https://www.alainet.org/es/active/13887
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