La memoria como expresión de resistencia

20/06/2006
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Hablar de memoria en un país como Guatemala, es hablar de resistencia, es hablar de una historia cargada de injusticias que buscan no ser engavetadas como pasado. Esas historias resurgen día a día, resurgen desde la tierra que no puede ocultarlas, que no quiere ser cómplice de los infames. De los más de doscientos mil muertos de la guerra, los que aún permanecen en fosas clandestinas esperan ser encontrados, reconocidos y enterrados legalmente, salir a la luz de la justicia, ser sujetos de derecho, recorrer las calles de sus pueblos sobre los hombros de sus familiares, ambos con dignidad, sin temor de hacer pública su historia y ejercer su derecho de por fin encontrar un poco de tranquilidad, los difuntos siendo enterrados legalmente de acuerdo a sus costumbres y creencias y los familiares sabiendo ahora sí donde están, saber a donde dirigir sus flores, sus velas... Estimaciones de los diferentes equipos de exhumación que trabajan en el país, indican que llevaría más de diez años lograr recuperar los restos de todas las mujeres y hombres de todas las edades que aún permanecen en fosas clandestinas. Día a día son más las familias que solicitan la búsqueda y exhumación de sus familiares. Situación que dependiendo del tipo de caso suele tornarse compleja. En algunos casos, los familiares en medio de la conmoción y terror del momento, pudieron a toda prisa enterrar a sus muertos, otros sólo tienen la referencia de los posibles lugares de entierro; y otros más no tienen ni idea de dónde puedan estar, sobre todo cuando se trataba de detenciones donde nunca llegaron a saber hacia dónde eran conducidos. Sumado a la espera de las víctimas por ser encontrados, exhumados y enterrados legalmente, está también la espera de ese encuentro por sus familiares vivos, que tienen mucho que decir, que contar, de como pasaron realmente los hechos, contar sus historias, ser escuchados y que lo que vivieron sea conocido por sus hijos, por sus comunidades. Si bien las historias de los miles de sobrevivientes de distintas comunidades del país son similares en situaciones, en hechos, son también muy particulares en vivencias, sentimientos y consecuencias en sus vidas. El que sus historias sean escuchadas, tiene un valor simbólico y cualitativo muy importante. Para los familiares, independientemente de si se hará justicia o no, porque si algo tienen claro es que la justicia en el país, sobre todo en este tipo de crímenes, no actúa como debiera hacerlo, para muchos lo principal es encontrarlos, recuperarlos, devolverles la dignidad que les fue arrebatada. La guerra en Guatemala configuró una y mil historias, dejó graves consecuencias que aún no terminan de superarse, sobre todo en lo social, en lo humano. La historia guatemalteca esta cargada de memoria que resiste los embates de la indiferencia, de la negación. Memoria para resistir, para sanar, para reconstruir, para resurgir, para volver a ser mujeres y hombres humanos nuevamente... recuperar la dignidad. Fuente: Noticias y Análisis de Tendencias, número 990, Incidencia Democrática www.i-dem.org
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