Ni corazón grande, ni corazón blando

A propósito de las nuevas tasas de interés en créditos de vivienda

21/05/2006
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En las últimas semanas, hemos visto y escuchado la publicidad en torno a los nuevos sistemas de financiación de vivienda en Colombia, créditos en pesos y con tasas de interés por debajo de las que han venido cobrando. Ante este cambio, cabe preguntarse, ¿Será que quienes manejan a las entidades financieras se condolieron de los sufridos deudores, se les creció o se les ablandó el corazón? - ¡Ni lo uno, ni lo otro! Estamos ante una situación coyuntural, en la cual se reúnen varios factores. 1. Las excesivas ganancias del sector financiero. En el último año pasaron de 2.3 billones de pesos ($2.3 con doce ceros). 2. El gobierno y el Banco de la República han restringido la emisión de bonos del tesoro, TES, que era a donde se dirigían sus ganancias, aumentando la deuda interna. 3. La saturación en el mercado de las acciones. 4. La desconfianza del público en el sector financiero y el fracaso de la UVR. Frente a ese cuadro, con las arcas llenas de dinero, producto de los altos costos financieros, sólo les quedó la alternativa de ofrecer un nuevo sistema de financiación de vivienda: en moneda nacional (pesos) y rebajando sustancialmente los intereses de financiación. Es decir, llegamos a lo que hace más de seis años planteamos en el debate del congreso que dio lugar a la Ley 546 de 1999 o Ley de vivienda que adopta la UVR como unidad de cuenta en estos créditos. Si bien esta situación es coyuntural, debemos, los actuales deudores, aprovecharla pero reliquidando la deuda según los lineamientos de la Honorable Corte Constitucional (sentencias C-955 y C-1140 de 2000). Establecido el verdadero monto de la deuda y si presenta un saldo favorable a la entidad financiera, solicitar la reestructuración de esta en pesos y con las nuevas tasas rebajadas. De ser necesario, hacer el traslado a otra entidad financiera sin costo adicionales de escrituras de hipotecas. Sigue, para las entidades financieras, rebajar los costos de los otros servicios financieros como la utilización de los cajeros electrónicos, consultas telefónicas, chequeras, comisiones, etc. Las cuales, están dentro de las más altas del mundo. Queda flotando otra pregunta, ¿Y el sector solidario –cooperativas y fondos de empleados – qué va a hacer? Contrario a su filosofía, este sector mantiene las más altas tasas del mercado financiero. Finalmente, a pesar del mandato Constitucional y lo establecido en la Ley 546, adecuada con las sentencias de la Corte Constitucional, la Junta del Banco de la República no ha mostrado la diligencia a favor de los deudores, que mantiene cuando de favorecer a las entidades financieras se trata. Está en mora de revisar la tasa de interés para créditos en UVR y los de vivienda de interés social. - Roberto Rengifo Escobar, Bufete Jurídico Integral – Medellín
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