Aristide asume Presidencia

13/02/2001
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El 7 de febrero, Jean Bertrand Aristide se posesionó por segunda vez como Presidente de Haití, ante el parlamento y el cuerpo diplomático. El cambio de mando tuvo, sin embargo, un relativamente bajo perfil, con una presencia extranjera restringida, luego de que falló el intento de última hora de lograr un acuerdo con la oposición, que cuestiona su elección del pasado 26 de noviembre. En efecto, la víspera se dio a conocer que habían fracasado las negociaciones iniciadas el 3 de febrero, con intermediación extranjera, entre el partido gobernante Fanmi Lavalas (FL) y la Convergencia Democrática (CD), que agrupa a la mayoría de partidos de oposición. Ante el desenlace, la CD optó por nombrar al abogado Gerard Gourgue como "presidente provisorio", con un "mandato" de 24 meses y el encargo de realizar "elecciones generales". FL considera que las elecciones, que dieron más de 91% a Aristide, fueron legítimas, y por lo tanto, no tiene que hacer concesiones a la oposición (que se abstuvo de participar en la contienda). No obstante, la comunidad internacional mantiene sobre Aristide la presión para que busque un acuerdo con la oposición, lo cual, sin duda, explica la escasa presencia de está en el acto de posesión. De hecho, la mayoría de países que mantienen relaciones diplomáticas con Haití fueron representados por sus embajadores en el país. A última hora se anuló la visita del presidente dominicano, Hypólito Mejía. Sin embargo, sectores oficiales destacaron la presencia del segundo a bordo de la Organización de Estados Americanos, OEA, Luis Einaudi, y de las delegaciones de la Comunidad Económica del Caribe (CARICOM), de Jamaica, Brasil, India, Taiwán y Vietnam. Los simpatizantes de Aristide protagonizaron festejos populares, pero fue notable el contraste con el ambiente del 7 de febrero de 1991, cuando el ex sacerdote Aristide se posesionó como primer presidente democráticamente electo en Haití, en medio de celebraciones de decenas de millares de personas en todos los barrios de la capital. El día 7, varias calles de la capital amanecieron con barricadas, supuestamente para precautelar la seguridad. La policía, por su parte, anunció que había detenido a una decena de personas que estarían implicados en la colocación de bombas destinadas a perturbar la ceremonia, incluyendo personas cercanas a la CD. Situación económica compleja En su discurso de investidura, Aristide ofreció la paz a todos los partidos políticos y les invitó a ellos, como a los demás sectores de la población, a dialogar en búsqueda de un "desbloqueo político y económico". El presidente enfatizó en su programa de crecimiento económico, destinado a reducir la pobreza y crear empleo. Anticipó un crecimiento del PIB del 4%, la reducción de la tasa de inflación del 20% a 10%, reducción del desempleo de 60% a 45%, con la creación de 500,000 empleos estables en los sectores público y privado. Consideró que estas metas no presentan contradicción con las reformas macroeconómicas que comprometen al Estado haitiano frente a las instituciones financieras internacionales. Ofreció asimismo mejorar la infraestructura (electricidad, carreteras, aeropuertos, instalaciones turísticas, entre otros) para lo cual invitó a la inversión privada en asociación con el Estado. Aún sin el conflicto político, la concreción de este programa se ve muy compleja, dada la honda crisis que enfrenta el país. Ello se complica por el hecho que la mayoría de programas de ayuda extranjera están suspendidos. La Unión Europea, por ejemplo, ha congelado una ayuda de 44 millones de euros. Es más, en un período en que ha aumentado la violencia, acaba de concluir el mandato de la Misión Internacional Civil de Apoyo de la ONU, el cual no será renovado. Por su parte, Gerard Gourgue también dirigió un "mensaje a la nación", en presencia de unos 200 dirigentes y simpatizantes de la CD, en el cual hizo un llamado a la paz y la construcción, pero enfatizó en "la necesidad de regresar al orden constitucional". Se pronunció a favor del regreso de los "exiliados", incluyendo antiguos militares, y expresó su esperanza de apoyo de parte de la nueva administración estadounidense. Las organizaciones sociales se encuentran divididas en torno al conflicto político. Mientras las que apoyan a Aristide y a FL critican a la oposición democrática por aliarse con sectores duvalieristas, otras responsabilizan a ambos campos de la crisis del país.
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