Una siderurgia integral para Bolivia en el Mutún

18/01/2006
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La licitación que se pretendía realizar para los yacimientos de hierro del Mutún en Santa Cruz se encuentra en etapa de revisión por parte de los expertos del nuevo gobierno del MAS, quienes deberán decidir entre varias alternativas para continuar con este proceso. Es conveniente aclarar que los yacimientos del Mutún con 40 mil millones de toneladas de hierro cubicadas en forma de hematita pertenecen a la empresa COMIBOL y cuya propiedad no puede ser transferida a ninguna otra empresa nacional o extranjera. Según el artículo 139 de la CPE los recursos naturales pertenecen al Estado boliviano y en este caso la representación del Estado se encuentra en la empresa COMIBOL. Con un valor mínimo en mina de 10 dólares la tonelada de mineral de hierro COMIBOL tendría o poseería 400 mil millones de dólares de reserva, sin contar los yacimientos de manganeso adjuntos en Mutún que eleva esta cifra considerablemente. Si todo este mineral de hierro se convirtiera en aceros de construcción al manganeso laminados, más conocidos en Bolivia como acero o hierro de construcción cuyo precio actual es de 750 dólares la tonelada, se tendría que el valor del Mutún es de 30 trillones de dólares menos los costos de producción y de inversión. Es decir los ingresos brutos podrían alcanzar a tres veces el PIB estadounidense anual actual que es de 10 trillones, en el lapso que dure su total explotación e industrialización que podría superar fácilmente los quinientos años. Si esto es así se debe partir del principio que una empresa mixta debería ser constituida con inversionistas nacionales o extranjeros que estén dispuestos a explotar estos gigantescos yacimientos en forma integral, es decir que partiendo del mineral de hierro se continúe a la fabricación de productos intermedios como el hierro esponja que hace las veces de la chatarra pero sin impurezas de origen. Se debería continuar con la fabricación de aceros de construcción laminados en hornos eléctricos de arco de alta capacidad con laminadoras continuas de alta productividad adosadas a ellos. Estos hornos necesitan abundante termoelectricidad, que debe provenir también de la combustión del gas natural. Estos hornos eléctricos de arco dependiendo de la cantidad programada de producción de hierro esponja anual - podría variar de un millón de toneladas en una primera fase y diez millones en una segunda y tercera fase – serán varios desde uno hasta diez hornos de 200 toneladas de capacidad cada uno. Con más de diez coladas por día se podría alcanzar a producir desde uno hasta diez millones de toneladas de aceros de construcción por año. La inversión requerida para una primera fase en una siderurgia integral con valor agregado es de más de 500 millones de dólares y de cinco mil millones en la fase final de producción, que se podría alcanzar en diez años. Son cifras que deben ser exigidas a los inversionistas. Lógicamente los ingresos iniciales brutos con un millón de toneladas de aceros de construcción laminados alcanzarían a la cifra muy significativa de 750 millones y de 7.500 millones de dólares en la fase final. En este caso y solamente en este caso se estaría hablando de una verdadera siderurgia integral - que posteriormente podría ingresar inclusive a la producción de aceros especiales aún más caros - acorde con la magnitud gigantesca de los yacimientos ( que no necesitan ser explorados pues ya están ahí como activos fijos de COMIBOL ) y en consonancia con las aspiraciones del pueblo boliviano que ha dicho en estas últimas elecciones que desea industrialización y valor agregado de las materias primas y ya no más su venta como materia prima bruta. Un Mutún de solamente concentrados no es lo que aspira Bolivia. Desde este punto de vista se puede apreciar que la licitación en curso es entreguista de la materia prima a las multinacionales y no pretende producir hierro esponja en grandes cantidades como tampoco aceros de construcción laminados. Todo lo que más se pretende es producir concentrados de mineral de hierro, que tiene un precio bajo menor a 50 dólares la tonelada, y arrabio en altos hornos a carbón vegetal también con precio bajo relativo ya que necesita un proceso adicional de aceración en hornos Bessemer . Este proceso de obtención de arrabio con carbón vegetal, por otra parte es enteramente anti ecológico, especialmente si se tiene en cuenta que Bolivia posee gas natural para la producción suficiente de hierro esponja de naturaleza reducida sin causar daños al medio ambiente. Se debe sin embargo culpar también al gobierno nacional por no garantizar de forma expedita la provisión de gas natural a la posible siderurgia en formación. Esto debido a que para ello se debe primero nacionalizar los hidrocarburos. Petrobrás nunca entregará de buena gana gas seco - para el proceso reducción directa del hierro esponja - a la siderurgia integral del Mutún. Esta garantía podría ser dada por la empresa nacional YPFB una vez que sus ejecutivos puedan decidir el destino de la producción gasífera en función de dar valor agregado a otras materias primas, como en este caso a los minerales de hierro. Si el gobierno entrante de Evo Morales decidiera exigir a los inversionistas al menos una cifra mínima de inversión de 5 mil millones de dólares - en varias etapas - para realizar una empresa mixta con COMIBOL MUTUN, entonces se justificaría la entrega de los activos que son las reservas gigantescas probadas y de fácil acceso para su explotación. La nueva empresa mixta emergente denominada EMPRESA SIDERURGICA DEL MUTUN no será la dueña de los yacimientos pero si podrá monetizarlos en forma conjunta con COMIBOL para construir la infraestructura complementaria adicional necesaria como es el puerto atlántico Busch en la hidrovía internacional, el ferrocarril de Mutún a Puerto Busch, la construcción de barcos en astilleros propios y también la necesaria construcción de un ferrocarril de Mutún hacia Tacna ( como desean los chinos ), atravesando todo el territorio nacional y peruano. La Fuerza Naval boliviana debe ser parte de la construcción de Puerto Busch y de los astilleros para la producción nacional de barcos. Como se observa el gobierno entrante de Evo Morales y del MAS debe realizar muchos cambios de forma y de fondo antes de licitar nuevamente el Mutún, pero fundamentalmente el cambio previo del Código Minero para elevar las regalías y tributos a favor de Bolivia y la región de la provincia Germán Busch. Como también acortar a veinte años la vigencia contractual de la empresa mixta a crearse, en lugar de cuarenta años como determina la licitación. Lo mismo es válido para el Salar de Uyuni.
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