En los últimos años, ante los desafíos que plantea la rápida evolución hacia la llamada \"era de la comunicación\", algunos sectores del movimiento de mujeres han avanzado en la formulación de propuestas con relación a esta temática, tanto destinadas a transformar las prácticas y concepciones prevalecientes, como para ganar espacios propios de las mujeres. Las formulaciones propositivas recientes, que provienen principalmente de comunicadoras y organismos de comunicación alternativa, abarcan un concepto amplio de la comunicación. Ello incluye el reconocimiento que los medios de difusión han sido, y siguen siendo, uno de los factores que perpetúan las desigualdades de género. Pero también contempla aspectos como el derecho de las mujeres a la comunicación, su acceso a canales de expresión y a la toma de decisiones en los medios y sistemas de comunicación, el acceso y aprovechamiento de las nuevas tecnologías, entre otros. El conjunto de estas propuestas se agrupa bajo el concepto de \"comunicación con enfoque de género\": o sea, una comunicación que sea incluyente de las mujeres, y las considere como sujetos, antes que como objetos de la comunicación. En un primer nivel, los planteamientos tienen que ver con los derechos ciudadanos. Así, en el plano laboral, defienden el derecho de las mujeres de acceder al empleo y a los puestos de decisión en el sector comunicación, en igualdad de condiciones. Asimismo, a los medios de difusión, recordándoles su función social, se les interpela a asegurar un mayor equilibrio de género en la cobertura informativa, como en los espacios concedidos a líderes de opinión. También hay propuestas de códigos de ética para eliminar los imágenes degradantes del cuerpo de la mujer o para evitar el lenguage sexista, etc. Tales propuestas han logrado ganar espacios de legitimidad en el marco de importantes foros internacionales, notablemente, en la Plataforma de la IV Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing 95). Otro nivel de propuestas está relacionado con el desarrollo de la capacidad comunicativa del movimiento de mujeres. Ello contempla acciones para lograr el acceso de las organizaciones a canales públicos para expresar y promover sus planteamientos; el aprovechamiento de nuevos espacios comunicacionales como el Internet; la creación de redes de intercambio para fortalecer el movimiento; y la consolidación de las iniciativas innovadoras de comunicación con enfoque de género, entre otros aspectos. Más allá del nivel propositivo, queda planteado el desafío de lograr las convergencias necesarias para asegurar su implementación. La acción de las redes y coordinaciones de comunicadoras es un factor importante, pero de ninguna manera suficiente para lograr cambios de fondo, sin el respaldo de un amplio movimiento de presión a favor de una comunicación más democrática y con enfoque de género. Sally Burch es Secretaria Ejecutiva de ALAI Publicado en el Servicio Informativo ALAI 248-249