El ingreso formal de Venezuela como miembro pleno al Mercosur, si bien ya fue definido a nivel político por los gobiernos de la región, necesita como todo este tipo de acuerdos su aprobación por los respectivos congresos de los países involucrados.

Los Congresos de Uruguay y Argentina ya han realizado esta aprobación, pero el Congreso brasilero (específicamente el Senado) y el Congreso paraguayo todavía no han ratificado los acuerdos.

Hace más o menos un mes, el Senado brasilero realizó unas declaraciones respecto a la libertad de expresión en Venezuela (a partir del fin de la concesión de RCTV) que tuvieron una réplica por parte del Presidente Chávez. En días posteriores, el mismo Senado insinuó que la aprobación del ingreso al Mercosur de Venezuela estaría condicionada a “una demostración de buena voluntad” de parte de nuestro país referida a la desregulación de nuestro mercado y la libertad de mercado.

Esta situación produjo una respuesta de parte del gobierno venezolano, que implicó la no presencia del Presidente Chávez en la reunión de Mercosur realizada a fin de mes con la presencia de Ministros de Economía y jefes de estado. Igualmente el Presidente realizó unas declaraciones muy duras durante su estadía en Irán, que incluyeron la consideración de que Venezuela no acepta chantajes de nadie, y que si fuera necesario se retiraría de Mercosur.

Esto fue complementado ayer 3/07 por la enunciación oficial de un plazo de tres meses (hasta setiembre) para que los congresos de Brasil y Paraguay ratifiquen los tratados de ingreso, en caso contrario Venezuela prepararía su solicitud de retiro a la espera de nuevas condiciones políticas.

Toda esta situación es producto de las tensiones del juego político y económico en la región. Recuérdese que el Mercosur es a la fecha fundamentalmente un acuerdo económico, del cual sacan el mayor beneficio las grandes empresas argentinas y brasileras (fundamentalmente las brasileras) y que esas grandes empresas tienen un muy importante peso político (sobre todo en el congreso brasilero). El ingreso de Venezuela, (país con un proceso social rumbo al socialismo que no asegura a las empresas neoliberales la libertad de mercado que necesitan), y que ha defendido desde su ingreso el derecho de los países más pequeños o de economía más débil a ser considerados a fin de cubrir las asimetrías, y las reformas necesarias para que Mercosur sea realmente un mecanismo de integración y no un mero mecanismo de comercio, ha provocado una reacción de ataque de estos intereses económicos y políticos.

No parece probable que la sangre llegue al río. Si bien las derechas tienen en la región un peso específico, la voluntad política de los gobiernos del Mercosur es clara respecto a la necesidad del acuerdo de contar con la presencia de Venezuela (el mayor proveedor energético de la región).