Cómo la memoria, es parte de la justicia

17/09/2006
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Shhhhhh,
Dejalo ir,
déjalo pasar,
olvidate,
eso es del pasado,
ya no existe,
no mires hacia atrás,
Mirá solo adelante Muchas de estas frases que cotidianamente escuchamos, a mi criterio representan una de las tantas caras de la injusticia, la impunidad, el autoritarismo y la represión que aún pervive en Guatemala. Son frases y mensajes que fomentan el olvido, la amnesia, y la aceptación de la inoperatividad de la justicia. Por ello en el marco de nuestro pasado reciente, el conflicto armado interno, se trato de imponer el silencio por parte de los poderes hegemónicos para acallar las atrocidades que se cometían contra las poblaciones guatemaltecas. Sin embargo estas poblaciones a pesar del miedo, la represión, el dolor, se decidieron a denunciar, y no olvidar lo sucedido, con la esperanza que un sistema de justicia los respaldara. Fortalecer los pilares de un sistema justo pasa por denunciar, y hacer que las injusticias individuales sean ampliamente conocidas para que siendo conocidas puedan ser asumidas colectivamente, evitando “pasar a la siguiente página” sin que se haya hecho justicia antes. En este sentido quiero recordar y conmemorar el 16 aniversario del asesinato de Myrna Mack, quien el 11 de septiembre de 1990 fuera ejecutada en una operación de inteligencia del estado Mayor Presidencial, frente a las oficinas de la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales de Guatemala. Este hecho fue accionado por orden de los poderes hegemónicos para callar la denuncia que sobre la realidad cruel e inhumana que vivían las poblaciones de retornados, había contribuido a develar Myrna. Pero a pesar de que Guatemala se encontraba aún en el contexto del conflicto armado, éste asesinato no fue callado y silenciado como muchos otros casos del pasado reciente. Al contrario, fue denunciado. Fue así que Helen Mack, hemana de Myrna se convirtió en querellante adhesiva, logrando que a tres años del asesinato de Myrna, se condenara al autor material del hecho, y después de 13 años, se condenara a uno de los autores intelectuales, el Coronel Juan Valencia Osorio, quien antes de ser capturado se fugó de la justicia guatemalteca. Hoy Myrna ya no es solo memoria entre un pequeño grupo de personas. Es parte de la historia guatemalteca. El no olvidarla seguirá siendo para muchos y muchas la exigencia de justicia, o el recordatorio de que se puede hacer justicia en Guatemala. Este caso, “a mi criterio” es una muestra sobre cómo un hecho individual se hace colectivo. No solo por la solidaridad humana, sino también, porque muchas y muchos guatemaltecos pudieron, mediante este caso, canalizar sus anhelos de justicia; pudieron salir del silencio, pudieron gritar y expresar los sentimientos, el dolor, los recuerdos, de aquellos seres queridos que al igual que Myrna los poderes hegemónicos se los habían arrebatado. El caso de Myrna Mack, abrió una esperanza de justicia para muchas y muchos guatemaltecos. Vemos hoy cómo se han abierto en tribunales nacionales e internacionales, varios casos de asesinatos y desapariciones cometidas por el ejército de Guatemala, los poderes hegemónicos, y los gobiernos genocidas. Tengo derecho a no olvidar, tengo derecho a tener memoria, tengo derecho a exigir y a que se haga justicia. (Artículo difundido en el Programa “Buenos Días”, Radio Universidad, lunes 18 de septiembre del 2006) Fuente: Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO) http://www.avancso.org.gt
https://www.alainet.org/pt/node/117115?language=es
Subscrever America Latina en Movimiento - RSS