De la Guarimba a la Constituyente
- Libro
A modo de presentación
Tan sólo dos ideas y un recuerdo me acompañan en este momento. Hace par de años cuando estudiaba en Francia en medio de una soledad tan profunda como fue ese periodo aprendí a defenderme visitando la biblioteca. Entre las tantas cosas que fui leyendo me encontré con la biografía, luego con un libro de Giselle Halimi que, daba testimonio de su vida de abogada comprometida con varias causas sociales. Al tener más de ochenta años ella decía que la vida se le había ido escribiendo a la vez que entendiendo que "el abogado debe hacer del derecho su arma de militancia"
Con esas ideas regresé a Venezuela tomando el hábito de mirar y escribir sobre cada hecho que iba viviendo, investigando sobre cada pregunta que alguien me hacía o escuchaba y asumiendo los espacios que, podría resumir como Alí Primera, fueron producto de venirme con los muchachos a hacer la Revolución.
Estos años empezaron para mí escribiendo para la Asamblea Nacional acuerdos y proyectos de leyes, luego algunos discursos y exposiciones de motivos que me llevaron a crear un espacio llamado “insumos para el debate” con vocación evidente para el escenario parlamentario.
Ese espacio lo abandoné en el año 2014 sin nunca renunciar a escribir primero para amigos y amigas que estaban fuera de Venezuela pero que apoyaban la Revolución Bolivariana, luego para algunos compañeros que tenían vocería mediática y finalmente escribiendo por mi propia cuenta para los medios.
En esta idea participaron sin saberlo Rómulo Henríquez que al recibirme en Caracas me pidió que tomara el hábito de escribir mis propias opiniones y Zaida Rausseo que desde el 2010 ha tomado el trabajo de no permitirme pasar dos semanas sin escribir, por eso, es a ellos a quienes dedico estas líneas.
Los textos que aquí se reúnen que fueron escritos entre marzo y agosto del 2017, se refieren a los hechos que vivimos como país, a las sensaciones que tuve, a los comentarios que escuché, a las infamias que se cometieron. Por lo que no tienen más vocación que ser testigo de cómo este pueblo sabe levantarse, inventarse y perdonarse.
Al ser testigos también acusan pues pretenden servir de herramienta para quiénes todavía claman justicia, reparación y disculpas por haber sido víctimas directas de la infamia. Quieren ser un techo para quienes lo perdieron y un abrazo para los difamados, heridos o caídos en esas horas nefastas.
Diciembre 2017
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