El Desafío Argentino"

20/03/2003
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
HI - La cuestión política-institucional En su introducción el libro presenta una fotografía sobre la situación económica y social actual ilustrando, con relieves marcantes, las graves circunstancias que caracterizan el presente. A partir de este retrato, el libro aporta, en su parte I, una esquemática exposición sobre la dinámica del proceso de involución nacional que al erosionar las instituciones fundamentales del país acelero su recesión económica y su tránsito hacia situaciones de pobreza y disolución nacional. Las partes II, III y IV desdoblan un conjunto de proposiciones sobre reformas institucionales, políticas y económicas que permitan encarrilar la dinámica de la sociedad por nuevas sendas de equidad y progreso económico. El libro propone un sistema de ideas para el desarrollo económico nacional gestado desde una perspectiva histórica, geográfica, social y política. Se aporta una metodología de análisis y proyecciones que posibilitaría al país administrar una nueva macroeconomía compatible con los reembolsos de su deuda pública, con la sensibilidad de los mercados y con las exigencias de progreso y bienestar de la sociedad. En los diversos capítulos destinados a este propósito, se sugiere redefinir los roles del estado, ampliar, selectivamente, su capacidad operativa, potenciar los ingresos públicos, adoptar, ex-antes, como instrumento de decisión, un nuevo presupuesto consolidado para incorporar las reformas económicas y sociales; revolucionar la administración tributaria, ensanchar las visiones conceptuales sobre el tema de la inflación y las relaciones entre la economía real e instrumentos monetarios. Plantea nuevos enfoques para la banca regional y afirma que con niveles ampliados de financiamiento el país podrá potenciar las bases de su estructura empresarial. A este respecto, propone incorporar en el presupuesto pùblico recursos apropiados para cofinanciar la creaciòn de una Red de Compañías Mixtas en las economías regionales y la apertura de 100 Centros de Negocios en las microregiones del interior para potenciar el crecimiento de pequeñas, medianas y grandes empresas, abriendo al capital interno e internacional las potencialidades de negocios rentables sobre las riquezas aún dormidas de nuestro territorio. Finalmente, sugiere adoptar un doble sistema de gestión en materia de política de empleos potenciando la economía privada de libre mercado y, paralelamente, adoptando nuevas formas de organización institucional en determinadas microregiones del país para crear más empleos e ingresos a la población en el contexto de una amplia red de mercados sociales bajo control comunitario. Propone regular, dentro de los marcos de nuestra soberanía, la lógica de acumulación del sistema capitalista periférico y asume, como columna central de su pensamiento, la necesidad de reestructurar el capitalismo argentino dentro de límites impuestos por las exigencias de la constitución y la democracia. En síntesis, sin postular cambios revolucionarios de sistema social, el libro afirma su convicción de que, en la actual etapa histórica del desarrollo argentino, la recuperación del país podría realizarse en poco tiempo, dentro del propio capitalismo, si fuera posible introducir cambios significativos en su actual matriz de poder político para posibilitar la creación de un nuevo estado de responsabilidad social con la fuerza institucional necesaria para ajustar la lógica de acumulación del sistema y normatizar sus relaciones económicas con más democracia y control social. El libro afirma que la sociedad argentina ha llegado al final de su encrucijada histórica: o se sumerge en los laberintos de su disolución como Nación o adopta roles activos de participación en la vida pública para instituir un nuevo gobierno representativo, éticamente invulnerable y comprometido cabalmente con la defensa de sus propios intereses. Tal concepción deriva de la fuerte convicción que en la base de los problemas argentinos gravitan antagonismos seculares de naturaleza social que terminaron erosionando instituciones vitales y dañando dimensiones importantes de la moral pública. Sin remover o neutralizar en una nueva matriz de poder la incidencia de tales confrontaciones, no será posible reconstruir, en democracia, la dinámica de la vida económica y social del país. Argentina llegó al fondo de su desintegración como Nación no solo por las decisiones políticas de una clase dirigente que ocupó y usufructuó para sí posiciones de gobierno durante los últimos 50 años sino, además, por la actitud cómplice de liderazgos intermedios que, desde sus respectivas instituciones, desactivaron las reacciones de la sociedad y amarraron sus intereses grupales e individuales al carro triunfante de un poder económico desbocado. Solo muy recientemente, por los impactos de la propia crisis, diversos sectores de la población comenzaron a desbordar los cercos de conformismo establecidos por algunos núcleos dirigentes dentro de sindicatos, partidos políticos, comunidades religiosas, instituciones asistenciales y organizaciones universitarias que, borrando sus identidades históricas, actuaban como instancias funcionales a los intereses del poder. En la actualidad, amplios sectores de clase media ya despertaron y reaccionaron ante las agresiones del establishment. Al unir sus reclamos con los perdedores del sistema, desempleados, marginados y excluídos, lograron ampliar la resonancia de sus reivindicaciones, desprenderse de las corporaciones intermedias, ganaron las calles y gradualmente potencian sus niveles de conciencia en la lucha cotidiana por un país mejor. Cuando este proceso gane volumen y logre orgánicamente expresarse con unidad en las urnas, se habrán creado las condiciones políticas para la reconstrucción de la república. ¿Por qué este proceso tarda tanto tiempo en madurar? A pesar de que la sociedad argentina registra en su historia heroicos capítulos de lucha social, acusa, en la actualidad, las huellas de fuertes derrotas experimentadas en el transcurso de sus últimos 50 años cuando, a pesar de sus acciones de resistencia, no pudo ganar sus batallas por un país màs justo. Por la fuerza de sucesivas derrotas ocasionadas por la interacción de una pluralidad de causas, su curtida población fue diezmando su capacidad de resistencia y transformándose, gradualmente, en presa facil para las desmesuras del poder. Entre la diversidad de factores causales, la memoria colectiva registra: la fuerza de la represión en las diversas dictaduras militares que condicionaron los procesos de información y educación y moldearon los miedos de la sociedad; el bombardeo constante por los medios de comunicación de ideologías liberales, individualistas y consumistas que debilitaron valores comunitarios y las bases de una cultura solidaria; la acción de gobiernos funcionales al poder que engañaron a la población y traicionaron sus propios símbolos partidarios; el fortalecimiento de nomenclaturas políticas que utilizando el simbolismo de rituales partidarios profundizaron la inercia y la inconciencia colectiva; políticas económicas que permanentemente priorizaron beneficios concentrados a favor de selectas minorías, o que en algún tiempo pasado pecaron por voluntaristas y populistas, o que en la década de los 90 elevaron la estabilidad monetaria-cambiaria a la categoría de santuario de inapreciable valor social en cuanto endeudaban a la población, liquidaban sus industrias, reducían sus niveles de ocupación y debilitaban la lucha sindical erosionando la capacidad de resistencia de la clase trabajadora. En suma: pocas sociedades lograron soportar, por tanto tiempo, tantas pérdidas de vidas humanas y tan elevados niveles de agresión por parte de las clases dominantes. El año 2003 podrá constituir en la historia del país un hito de extraordinaria trascendencia: podrá marcar el momento en que la propia sociedad, participando activamente en el proceso electoral, decida, democráticamente, revocar los mandatos de representación a gran parte de los políticos tradicionales, seleccionar otros dirigentes y adoptar nuevas ideas para la transformación y el desarrollo acelerado del país. A partir de esta mudanza en la esfera de la representación política, el país podrá inaugurar una nueva etapa histórica en que los factores de poder, internos y externos, tendrán que condicionar su acción en el país dentro de límites impuestos por políticas de estado administradas por nuevos gobiernos soberanos que actuarán en directa representación y defensa de los intereses mayoritarios de la sociedad. II – Los desafíos de una nueva macroeconomía Las tareas conducentes a la construcción de un nuevo país reclaman crear capacidad operativa a nivel de las principales instituciones del estado, instaurar nuevas relaciones económicas con el mundo, poner en funcionamiento una nueva política macroeconómica y acelerar los procesos de reforma en la vida institucional, económica y social de regiones y municipios. En esencia, Argentina requiere, con urgencia, consensuar un Proyecto Nacional de largo plazo y negociar un amplio acuerdo con la comunidad internacional para procesar en el tiempo la reestructuración de su deuda pública. El libro propone bases conceptuales, programáticas y cuantitativas para trabajar en el montaje de un modelo autónomo de desarrollo con 25 años como horizonte temporal y tasa promedio de crecimiento del 6 %. En este escenario, el país podría rescatar la totalidad de la deuda, pagar anualmente sus servicios y triplicar su ingreso per cápita. El libro presenta también una visión perspectiva con horizonte decenal de mediano plazo y metas para un período cuatrienal con tasas de crecimiento del 4 %. Sus principales objetivos y metas se sintetizan a continuación: a) expansión de las exportaciones e importaciones hasta representar un 30 y 20 % sobre el PBI, respectivamente durante la próxima década; b) creación de 3 millones de puestos de trabajo en el próximo cuatrienio c) eliminación de la pobreza e indigencia por la acción integrada de un conjunto de políticas que en el próximo cuatrienio permitirán administrar el precio de las divisas, controlar precios y abastecimientos sobre bienes esenciales, generar empleos y aplicar subsidios directos a las familias de menores recursos. d) inflación menor a un dígito e) pagos anuales por servicios de la deuda equivalentes al 25 % de la tasa anual promedio de crecimiento de largo plazo para rescatar totalmente la deuda pública en un plazo de 25 años; f) excedente fiscal anual después del pago de los servicios de la deuda; g) incremento de los ingresos fiscales hasta representar una carga tributaria del 26 % sobre el PBI y estabilización en torno al 33 % hacia el final de la década; h) reducción de los impuestos al consumo y ampliación de los ingresos provenientes de la tributación sobre ganancias y rentas financieras; i) reformas en la administración tributaria para control de la evasión, eliminación de impuestos distorsivos y simplificación de los sistemas de gestión; j) incrementos de la inversión global sobre el PBI hasta niveles mínimos del 25 %; k) crecimiento de la inversión pública y de la inversión externa directa hasta límites cercanos al 5 % sobre el total del PBI, respectivamente. l) contención y racionalización del gasto público nacional y provincial mediante nueva ley de coparticipación, procesos voluntarios de asociativismo y fusión intermunicipal e interprovincial, control del gasto improductivo y su reconversión a gasto de inversión. En el ámbito de las reformas para una nueva macroeconomía, el libro sustenta la necesidad imperiosa que, paralelamente a las negociaciones de la deuda pública, el gobierno proceda a instituir un nuevo régimen monetario, cambiario y bancario y una nueva política fiscal y tributaria. En los capítulos VIII y IX de la parte IV, el libro somete a consideración del lector sendas propuestas conceptuales y metológicas, para llevar a cabo tales finalidades. Los cambios que se proponen configuran la trilogía de reformas que dará sustento a una nueva macroeconomía. (fuentes generadoras del cambio). Sobre tales pilares, gobierno y sector privado podrán adoptar políticas instrumentales apropiadas para organizar las instituciones del Estado que objetiven consolidar el proceso de ahorro-inversión, la redistribución del ingreso nacional y la oferta de servicios estatales de apoyo al sector privado empresarial para expandir la producción y el comercio exterior (nodos de propulsión). En cuanto la responsabilidad de gestión por la trilogía de reformas compete exclusivamente al estado, en la implementación de las reformas relativas a los nodos de propulsión será preciso contar con la plena coparticipación del sector privado. Solo de este modo el estado podrá recuperar la economía, resolver los graves problemas de la desocupación y activar mecanismos apropiados para acelerar la redistribución de los ingresos que posibiliten la expansión sistémica de los mercados y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Entre las proposiciones mas relevantes de política económica que el libro sustenta al tratar las reformas en la macroeconomía, destacan las siguientes: En materia de pagos por los servicios de la deuda se considera que la dinámica de la economía nacional en los próximos años será la clave que posibilite armonizar la recuperación del país y el cumplimiento de sus compromisos externos. Naturalmente, los valores de la deuda y las magnitudes de la tasa de interés que presidirá los acuerdos de reestructuración tendrán que reducirse hasta límites compatibles con las reales posibilidades de crecimiento que presente la economía nacional en el curso de los próximos 25 años. De no respetarse tales funcionalidades, ninguna reestructuración de deuda podrá ser honnrada por los próximos gobiernos. Se afirma que para que el país pueda honrar sus compromisos, tendrá que acordar con los organismos internacionales y tenedores de títulos, tres condiciones esenciales: largo plazo para cubrir los compromisos de pago; elevados niveles de quita tanto sobre los valores totales de la deuda legítima como respecto a las tasas netas de interés y de amortización del capital. Finalmente, contar con condiciones favorables en su comercio exterior para ordenar el crecimiento de su economía en torno a una tasa promedio anual de largo plazo del orden del 6 %. Para evaluar los impactos que diversas alternativas de negociación podrán presentar sobre la tasa de crecimiento económico, excedente fiscal y saldo neto de comercio exterior, el libro analiza, en su parte IV, capítulo VII, los límites cuantitativos que definen el problema de la deuda y propone metodologías apropiadas para dialogar con organismos internacionales y tenedores de títulos del estado. A modo de ejemplo, se presentan las implicaciones numéricas en un análisis comparado sobre 8 escenarios posibles de negociación. Surge, como conclusión, que un escenario factible para la economía argentina, con tasas netas anuales de interés del 2 %, tasas anuales de amortización del capital del 3 % y plazos de 25 años, permitiría reembolsar la totalidad de la deuda desde que sus valores legítimos comporten quitas significativas cercanas al 40 % y que la economía logre crecer a una tasa romedio del 6 %.. En materia de régimen monetario, el libro sustenta la necesidad de un nuevo regimen estructurado sobre la vigencia del peso como única moneda de curso legal en todo el territorio nacional. Adicionalmente, propone instituir en la legislación la más completa desdolarización y adopción de una moneda de referencia de valor constante. En cuanto se refiere a la esencia insitutucional del régimen monetario, el libro propone concebir al Banco Central como organismo autónomo de gestión sujeto a dos condicionantes esenciales: sus máximas autoridades serán nombradas por el Poder Ejecutivo con acuerdos del HCN y sus principales políticas instrumentales tendrán que ser acordadas a nivel de un Consejo Monetario Nacional integrado por autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, HCN, Ministerio de Economía y representaciones de gobiernos provinciales. Por último, en materia de gestión operativa, el libro propone la regionalización de las operaciones del Banco Central para dinamizar sus roles como agente monetario y financiero para el desarrollo a escala subnacional. Por tales concepciones, el libro no comparte las ideas vigentes de conceder a las autoridades del Banco Central estatutos de independencia plena en materia de política monetaria ni derechos, privilegios o protecciones especiales ante la Justicia. En materia de política cambiaria, el libro propone adoptar un régimen de cambio administrado, técnicamente denominado tipo de cambio reptante activo, anclado en los valores de una canasta de monedas integrada por el dólar, euro y real. Adicionalmente, propone adoptar políticas de control de cambio con directa supervisión del Banco Central respecto al diario comportamiento de las variables monetarias, de comercio exterior y cuenta de capitales. Los análisis cuantitativos que el libro presenta, refieren que el valor del peso en términos del dólar de EEUU, no debería superar su nivel de 2.67 en cuanto su valor en términos de un valor promedio ponderado de la canasta de moneda, tendría que situarse en torno a 2.28. En temas relativos a política bancaria, el libro considera que para activar la economía y resolver los problemas del financiamiento a la producción, el gobierno podrá considerar dos decisiones de importancia estratégica: al igual que en Chile y Brasil, elevar las proporciones del crédito bancario respecto al PBI y orientar tales recursos para potenciar ele financiamiento al sector privado; adicionalmente, adoptar las medidas de emisión monetaria que fueren necesarias para eliminar la práctica del corralón bancario liberando, para uso directo de los depositantes, la masa de dinero ilegitimamente represada en los bancos. En esta operación, el libro estima que una masa adicional de 15 mil millones de pesos deberían ser reprogramados en el curso de un año para entrar en la circulación monetaria sin ocasionar trastornos inflacionarios. En materia de reforma fiscal y tributaria, el libro propone, para el primer año del nuevo gobierno, un presupuesto público consolidado de 116.000 millones de pesos. Para tales propósitos, el país tendrá que incorporar una amplia reforma en materia de administración tributaria que junto a ampliar el universo de contribuyentes, reduzca la evasión tributaria, torne posible reducir el IVA al 16 %, incremente la representatividad del impuesto a las ganancias dentro del PBI desde su actual 2,8 % hasta un 8,5 % y permita reestructurar y simplificar la diversidad de impuestos que afectan la dinámica de la inversión en el sector privado. Con la adopción de las medidas que se proponen, el país elevaría la carga tributaria sobre el PBI desde su actual 16,2 % hasta un 26,8 % (significativamente menor a la predominante en el promedio de las economías europeas). En materia de empleo, el libro sustenta la necesidad de estructurar una nueva política social y laboral que posibilite generar 3 millones de puestos de trabajo y eliminar la pobreza e indigencia en el curso de los próximos 4 años. Para ello, además de adoptar una nueva política monetaria-cambiaria que incidiendo en los precios relativos acelere la expansión del poder de compra del salario, el gobierno tendrá que administrar su presupuesto consolidado incorporando mayores recursos financieros para ampliar su participación en la inversión pública y proceder a la creación de mercados sociales bajo control comunitario. A este respecto, se propone adoptar una nueva concepción en torno a los mercados generadores de puestos de trabajo. Si bien se recomienda potenciar la economía privada empresarial de libre mercado para estimular en las empresas una mayor contratación de mano de obra, enfatiza la urgente necesidad de que el gobierno adopte, simultáneamente, los necesarios consensos con provincias y municipios para que, en el contexto de proyectos específicos de desarrollo integral, puedan experimentar nuevas formas de organización social, laboral e institucional a fin de que las comunidades locales participen en la creación de los puestos de trabajo que el sector privado empresarial de libre mercado no puede asegurar. Se requerirá, para ello, preparar proyectos concretos de desarrollo integral en cada microregión y, en torno a sus objetivos y metas, elaborar consensos entre comunidades, sindicatos, organizaciones empresarias y respectivos gobiernos para flexibilizar el uso de los factores productivos a nivel local, posibilitar la generación de empleos comunitarios y cubrir los requerimientos sociales de las familias. En esencia, adoptar nuevos modelos de gestión para el desarrollo integral a nivel local. En materia de ingresos públicos el libro enfatiza la necesidad de que el gobierno adopte cambios radicales en su administración tributaria y en el manejo ordenado de la cuestión fiscal para generar mayores recursos públicos. Se proponen nuevos contenidos programáticos para un presupuesto consolidado del gobierno, a escala nacional y provincial y en su último capítulo XIV detalla las principales modificaciones para una nueva política tributaria. Con tales decisiones será posible modernizar las instituciones del estado para la prestación de aquellos servicios esenciales e indelegables, ampliar sus responsabilidades en la construcción de la infraestructura que el país requiere y garantizar la debida administración de los programas sociales. III – La cuestión regional y la recuperación productiva Respecto a las reformas en los ámbitos de regiones, provincias y municipios, el libro propone una diversidad de nuevas políticas e instrumentos argumentando que en la actual etapa de reconstrucción, el federalismo tendrá que asumir un fuerte carácter instrumental para potenciar los procesos de desarrollo en todas las regiones del país. En particular, el libro propone: a) instituir el planeamiento regional y nacional como instrumento permanente de gestión pública para compatibilizar las transformaciones en los planos reales de la economía, con los cambios en las esfera financiera, presupuestaria e institucional del sector público y privado. b) Conforme a las atribuciones que confiere la Constitución en sus artículos 75 y 124, el HCN podrá sancionar una nueva ley de coparticipación y adoptar un nuevo sistema de gestión pública apoyando la creación de macroregiones y microregiones en todo el territorio nacional. Mediante tales decisiones, el país podrá racionalizar el uso de sus recursos públicos y estimular la radicación de inversiones privadas en los ámbitos de provincias y municipios para potenciar el desarrollo regional.. c) Instituir en cada microregión la acción de Centros de Negocios que permitan activar los procesos de transformación productiva con la participación de las pequeñas, medianas y grandes empresas. d) Implementar Proyectos Integrados de Desarrollo Comunitario con mercados sociales de trabajo en el ámbito de las microregiones para que las sociedades locales, con la permanente cooperación de gobiernos y sectores privados, participen y asuman mayores responsabilidades en la superación de los problemas sociales y en la generación de puestos de trabajo. e) Crear en el ámbito de las diversas regiones, Grandes Compañías Mixtas para la explotación racional de los recursos naturales y la ejecución de mega proyectos de inversión para la producción de bienes o servicios realtivos a: energía, transporte, comunicaciones, irrigación, minería, pesca y explotación forestal, industrias, turismo, etc. etc. La expansión de las estructuras productivas regionales y el flujo de sus exportaciones, será requisito esencial para que el país pueda generar divisas, cumplir con los reembolsos de su deuda pública y generar los puestos de trabajo que la sociedad reclama. f) Por último, el libro propone asumir, como política de estado, la cuestión trascendente de transferir la capital de la república hacia alguna microregión del interior. Con argumentos de naturaleza económica y política, afirma que tal decisión permitirá ajustar las deformadas estructuras demoeconómicas del país, desconcentrar las grandes ciudades, proceder a la reactivación productiva del interior, crear oportunidades para convocar al empresariado nacional, recrear el pensamiento argentino alejando las tentaciones de la City sobre las debilidades de los gobiernos y ampliar las visiones sobre los problemas y potencialidades del país. La experiencia de Brasil con la construcción de Brasilia, es referida como hecho ejemplar que revolucionó las ideas y la gestión del gobierno en el vecino país. IV - Las preguntas sin respuestas En las páginas finales de su epílogo, el libro plantea algunas preguntas sobre el actual escenario político nacional: la extensión del gobierno provisorio, su crónica fragilidad para establecer negociaciones con los organismos financieros internacionales y reorientar las políticas públicas, la urgente necesidad de renovar la clase política y modernizar sus sistemas de gestión. Tales interrogantes derivan del problema central del país que no encuentra, todavía, una respuesta apropiada: La Argentina entrampada(1) se configura, dramáticamente, como una sociedad sin destino, en proceso de agónica involución. Los términos de su encierro se delimitan, por un lado, por un necrosado orden político-partidario, incapaz de conducir cualquier proceso de reconstrucción nacional sobre los restos de sus erosionadas estructuras; por el otro, las fuerzas sociales que tendrían que reemplazarlo no logran, todavía, unificar sus formas de organización y representación para instalarse como epicentros decisorios de la nueva Argentina. Por las asincronías referidas, la Argentina entrampada genera peligrosos vacíos de poder político que se potencian al considerar otros aspectos. En la generalidad de los aparatos partidarios que se movilizan en torno a las candidaturas que presentan mayores posibilidades para las próximas elecciones, sus energías intelectuales se concentran en la discusión de temas de orden financiero y político, es decir, en la búsqueda de recursos para financiar las campañas y de alianzas para potenciar sus caudales de votos. Tamañas preocupaciones, al absorber el tiempo de los principales dirigentes, restan importancia a las tareas más silenciosas del trabajo técnico sistemático. Quizá por tales razones, en la generalidad de las agrupaciones se observan escasos avances en la maduración de un pensamiento político-estratégico, en la discusión conceptual y metodológica sobre cómo administrar una lógica alternativa de acumulación de capital e inserción en la economía regional y mundial a fin de viabilizar la transformación y desarrollo del país; se carece, aún, de planes perspectivos sustentables, de proyectos estratégicos y no se trabaja con ahínco en la selección y formación de nuevos cuadros para enfrentar los tremendos desafíos del futuro inmediato. Tales observaciones agravan las asincronías de la Argentina entrampada y alimentan, necesariamente, nuevas preguntas: ¿Por cuánto tiempo podrá resistir la Nación si el próximo gobierno asume sin la necesaria representatividad social y no logra demostrar eficacia de gestión para conducir las tareas urgentes que reclama la población? ¿podrán conducir los procesos de cambio que el país y las provincias necesitan los mismos personajes, facciones y partidos políticos que, en décadas pasadas, tuvieron plena responsabilidad por la quiebra del país? Si el nuevo gobierno no logra, en plazo prudente, superar la crisis y producir las respuestas que la sociedad reclama, los vacíos de poder político que demonizan la situación argentina ¿podrán ser usurpados por aquellos que insistiendo en la preservación de sus tradicionales intereses agravarán la crisis hasta encender las mechas de la guerra civil que ya se extiende por otros países latinoamericanos? * Manuel Figueroa, "El Desafío Argentino", Un Modelo Autónomo de Desarrollo. Editorial Aplicación Tributaria. Buenos Aires, Diciembre 2002 (1) Manuel Figueroa, "La Argentina entrampada". Revista Realidad Económica. Buenos Aires, noviembre 2001.
https://www.alainet.org/es/active/3351?language=es

Del mismo autor

Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS