Eficacia y transparencia: tecnología de administración de precios

El sistema universal, único y centralizado de contabilidad digital permitiría obtener datos precisos sobre las dinámicas productivas y estructuras de costos tanto del sector público como del privado.

26/07/2021
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Dos problemas fundamentales aquejan la vida del ciudadano: constantes, injustificados y desorbitados aumentos de precios de bienes y servicios, y disminución de la capacidad del Estado de cumplir con sus funciones debida en parte a la dilapidación o mal manejo de fondos públicos.

 

La gravedad del primer problema es evidente. No hay razón, ni económica, ni técnica para que el bolívar haya sufrido entre 2013 y abril de 2021 una depreciación de 3.1 billones por ciento, y precios de bienes y servicios hayan acusado un incremento proporcional. Esta cifra evidencia el fracaso de todos los mecanismos de control de precios aplicados.

 

Tal latrocinio es posible porque cuando a una casa de cambio en Colombia se le ocurre asignar una tasa menor del bolívar con respecto al dólar, todos los expendedores de Venezuela le obedecen unánimemente, acatan su voluntad como ley, remarcan sus precios en la proporción que les da la gana y echan por tierra los “precios acordados” convenidos con el Gobierno y aceptados por el público.

 

La gravedad del mal manejo de fondos públicos es asimismo obvia. La oposición lo exagera, pero informes del sector público confirman que es un problema significativo. Admée Betancourt, ex presidenta del Banco Central de Venezuela, denunció que para 2012 se habían otorgado entre 20.000 y 25.000 millones de dólares a tasa preferencial a empresas de maletín para importaciones fantasmas. El presidente Nicolás Maduro estimó posteriormente la pérdida por tal motivo en unos 60.000 millones de dólares. Un tribunal italiano acaba de conceder la extradición de Rafael Ramírez, ex presidente de Petróleos de Venezuela SA requerido por la justicia venezolana por presuntos manejos deshonestos. Pdvsa exportaba hacia 2013 más de tres millones de barriles de petróleo por día; actualmente produce poco más de 300.000 diarios. ¿Cómo ocurrió ese cambio? ¿Se debe a un solo hombre? ¿Por qué se tardó tanto en descubrir irregularidades?

 

¿Se tratará de fatalidades que debemos aceptar hasta que acaben con el país? Las dos tienen remedios ética, técnica y políticamente factibles. El sistema de tecnología de administración de precios (TAP) que propone el ingeniero Rafic Derjani permite un control integral, en tiempo real y automático, en materia de gastos públicos y precios comerciales.

 

Vamos primero con el gasto público y la administración de los bienes del Estado, que son en definitiva los de todos. Establece la Constitución en su artículo 314 que “No se hará ningún tipo de gasto que no haya sido previsto en la ley de presupuesto”. Según el artículo 289 de dicha norma, “Son atribuciones de la Contraloría General de la República: 1. Ejercer el control, la vigilancia y fiscalización de los ingresos, gastos y bienes públicos, así como las operaciones relativas a los mismos, sin perjuicio de las facultades que se atribuyan a otros órganos en el caso de los estados y municipios, de conformidad con la ley”.

 

Estos principios excelentes admiten amplias y graves excepciones. Desde 1977 se eliminó el control previo del gasto público. Las irregularidades sólo se detectan mucho tiempo después de cometidas, con un control posterior selectivo, vale decir, por muestreo. La mayoría de las cuentas de nuestra extensa y compleja administración no son nunca revisadas y las irregularidades se advierten cuando es ya tarde para corregirlas, o nunca.

 

Las facultades de control, vigilancia y fiscalización son ejercidas por la Contraloría General de la República sólo con respecto al gasto de la administración pública centralizada, vale decir, los ministerios. Pero estados y municipios tienen órganos de control propios. Lo mismo ocurre con institutos autónomos, fundaciones, empresas del Estado, misiones, comunas y con aquellos entes en los cuales tiene participación económica el sector público. Por su dependencia o cercanía hacia quienes deben controlar, tales órganos de control interno no siempre son eficaces.

 

Para justificar la progresiva desaparición de controles sobre gasto público y precios se alega que ella ahorra papeleo y tiempo de trámites administrativos. Este argumento carece de validez en la actualidad. El sistema de tecnología de administración de precios que propone el ingeniero Rafic Derjani se vale de mecanismos informáticos sencillos y generalizados que hacen posible un control en tiempo real sobre la totalidad de los gastos públicos y sobre los precios de las transacciones comerciales.

 

Dicho sistema requiere de una planificación centralizada, que operaría con el cumplimiento de dos condiciones:1) Dinero digital soberano (emitido y controlado por el Banco Central de Venezuela, posiblemente, ampliando la misma plataforma del petro) y 2) Sistema universal, único y centralizado de contabilidad digital.

 

La primera condición está casi cumplida. El dinero físico prácticamente ha desaparecido; la mayor parte de las operaciones tanto del gasto público como del sector privado se realizan en moneda digital. Las autoridades competentes en materia monetaria deberían sincerar este cambio ya impuesto por la realidad.

 

El sistema universal, único y centralizado de contabilidad digital permitiría obtener datos precisos sobre las dinámicas productivas y estructuras de costos tanto del sector público como del privado. Ello sinceraría las negociaciones para determinar precios justos y no especulativos, monitorear los inventarios nacionales y, en el sector público, determinar si existen las autorizaciones presupuestarias necesarias para efectuar cada gasto y si éste se ajusta a los precios válidamente determinados por la contabilidad única y centralizada.

 

De tal manera, cada producto o servicio quedaría ligado a una banda de precios, sin superar el máximo preacordado, por medio de un sistema de autorización automática de procesamiento de pago, basado en el uso del dinero digital programable, mediante el uso encadenado y acumulativo de una factura fiscal-digital.

 

En otras palabras: no más gastos sin autorización presupuestaria, no más pagos a precios especulativos, pues serían automáticamente bloqueados por la factura fiscal digital.

 

Para conocer en detalle la tecnología de administración de precios del ingeniero Rafic Derjani, consulta el enlace https://chafefiya.blogspot.com/ y https://www.aporrea.org/economia/a303913.html

https://www.alainet.org/es/articulo/213207
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