Implicancias en tiempos de pandemia:

El derecho a la educación desde el principio

La educación ha sido tomada como el principal instrumento de adaptación y de fragmentación técnico disciplinaria, para consolidar el capitalismo como modo de producción y el consecuente statu quo de la desigualdad.

03/02/2021
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Foto: Alexander Reyes
Nicaragua
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 551: Derecho Humano a la Educación: horizontes y sentidos en la post pandemia 10/12/2020

Una crisis se convierte en desastre, solo cuando respondemos a ella con juicios pre-establecidos.
Tal actitud agudiza la crisis y además
nos impide experimentar la realidad y nos quita la ocasión de reflexionar sobre lo que esa realidad brinda
Hannah Arendt

 

Las ideas vertidas en este documento están, inevitablemente, atravesadas por la situación pandémica generada por el COVID-19 que ha puesto de relieve el feble andamiaje social, económico, democrático y ético en el que estamos viviendo, construido y perfeccionado desde principio del siglo pasado con la instalación y el creciente fortalecimiento de la filosofía económica del neoliberalismo (Foucault, 2001). Las enormes inequidades y las precariedades sociales, como también la ineficiencia de las políticas públicas en temas de salud, educación, vivienda y trabajo, han vuelto a poner la lupa en nuestra América Latina como la región más desigual del planeta.

 

Según el reporte del PNUD (2019) el 10% más rico concentra el 37% del ingreso y el 40% más pobre el 13%. Aquello se recrudece con el fortalecimiento de un sistema eurocéntrico muy vigente que nos coloniza sistemáticamente, oprime la capacidad analítica y reflexiva e invisibiliza los saberes cotidianos y ancestrales como fuente original, inspiradora y generadora de conocimientos. La educación ha sido tomada como el principal instrumento de adaptación y de fragmentación técnico disciplinaria, para consolidar el capitalismo como modo de producción y el consecuente statu quo de la desigualdad.

 

De esa manera, las consecuencias de la crisis sanitaria y las distintas manifestaciones sociales que se han hecho sentir en distintos países de la región, no pueden pasar inadvertidas, siendo un imperativo ético y político reconocer y evidenciar estas demandas para darles la relevancia que requieren y exigen. Por lo tanto, la esperanza pedagógica (Freire, 1993) cuya base es la concepción del mundo desde la práctica educativa decolonial y transformadora, pasa a ser una misión imposible en un marco preconcebido para el adiestramiento. La ciudadanía hoy se interpela, reconoce su propio despertar de un letargo sumiso, pero también interpela al conjunto de organizaciones educativas y sociales, para que reflexionemos críticamente, asumiendo un rol más activo de incidencia política. Las personas han perdido el miedo y poco a poco se ha ido robusteciendo una sociedad civil, con convicción y voluntad de transformar la historia.

 

Ahora más que nunca se requiere re-pensar la educación desde el nivel inicial, reconociéndola como la única e imprescindible herramienta para avanzar hacia el desarrollo de una sociedad más igualitaria y equitativa dentro de la diversidad, que acoge los grandes objetivos planteados a nivel planetario para el Desarrollo Sostenible, consignados en la Agenda 2030 (ONU 2015). Los 17 Objetivos que conforman dicha agenda, constituyen un compromiso y el gran desafío para finalizar lo ya iniciado con los Objetivos del Milenio (agenda 2000-2015). Abordar los problemas más urgentes a los que hoy se enfrenta el mundo y responder a la amenaza del cambio climático, son tareas que nos comprometen y nos invitan a todos y todas a crear un mundo genuinamente habitable.

 

El Objetivo 4, educación de calidad, plantea que es precisamente este proceso, la base para mejorar la calidad de vida de las personas. El acceso a la educación inclusiva y equitativa, contribuye a abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas.

 

Sin duda, estos acuerdos nos implican como organización para promover acciones que favorezcan el desarrollo pleno de las personas, en particular de las infancias, a través del respeto de sus derechos políticos, sociales, económicos y culturales, tal como lo expresa la Convención de los Derechos del niño (CDN). La Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) desde su creación, en 1948, ha tenido este propósito que otorga sentido a su existencia. Así, en el marco de la Declaración de Panamá (2019), 30 años después de la Convención, renueva su compromiso de dar prioridad al interés superior del niño, considerando los cuatro principios rectores que este Tratado establece: el derecho a la no discriminación, a la vida, a la supervivencia y al desarrollo, a la libertad de expresión y a ser oído. No obstante, la Declaración señala también que en el mundo hay demasiados niños y niñas que viven en condiciones que merecen una acción inmediata, como la hambruna, los conflictos armados y sus consecuencias físicas, mentales y emocionales; la migración y el desplazamiento que ha dejado niños y niñas viviendo en campamentos, separados y separadas de sus padres o en la cárcel; el cambio climático, la contaminación, la degradación ambiental y el aumento de desastres naturales, el racismo, la xenofobia, la discriminación de género y la explotación sexual y laboral.

 

Ejes de acción

 

La tarea es enorme y compleja, amerita sumar fuerzas y la sinergia necesaria para estar a la altura de dichas demandas. La OMEP, asumiendo el compromiso de hacer una contribución efectiva en este sentido, se ha planteado 4 ejes de acción amplios que le permiten la articulación con otras organizaciones e instituciones y el reconocimiento de las acciones propias para que, aun dentro de la realidad compleja y sistémica, puedan encontrar su lugar estratégico, concentrar los esfuerzos individuales y aportar efectivamente al propósito común de romper con el determinismo estructural social y económico, que ha afectado fuertemente a los niños, niñas, mujeres, adultos mayores y a la población indígena, escenario mucho más desfavorable como consecuencia de la pandemia.

 

Entre los ejes planteados, podemos mencionar la incidencia política, que tiene como propósito amplificar las voces de niños y niñas, y promover el respeto y cumplimiento de sus derechos en la construcción de políticas públicas como en la movilización social y ciudadana, para generar acciones intersectoriales que propendan a la transformación de la realidad en pos del bienestar integral de las infancias y sus familias.

 

Hacer visibles y generar conciencia de la importancia de la educación inicial y la crianza positiva, es defender el derecho ciudadano de participación desde el comienzo de la vida. Otro de los ejes es la construcción de referencia científica, pedagógica y política, que apunta a generar saberes que le den fundamento genuino a sus luchas y acciones, cuyo principio orientador es la ecoprotección de las infancias y su relación con el medio ambiente, el cuidado humano, y la inmunización ante aquellos elementos que interfieren y las dañan en su desarrollo y no les permiten construirse como seres plenos/as, capaces de diseñar su propio proyecto de vida, ampliar sus posibilidades, su campo de acción, y fortalecer su sentimiento libertario.

 

Desirée López de Maturana Luna: académica de la Universidad de La Serena, Chile. Vicepresidenta de la OMEP - Latinoamérica.

 

Bibliografía

 

  1. Arendt, Hannah (1993). La condición humana. Barcelona: Paidós

  2.  
  3. División Jurídica de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (2007). LEY 19.300 Sobre Bases Generales Del Medio Ambiente Modificada por la ley 20.173

  4.  
  5. Foucault, Michel (2001). La ética del autocuidado como práctica de la libertad. París: Gallimard.

  6.  
  7. Freire, Paulo (1993). Pedagogía de la esperanza. México: Siglo XXI

  8.  
  9. PNUD (2017). ¿Cómo avanzan Chile y el mundo hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Gobierno de Chile

  10.  
  11. PNUD. https://www.undp.org/content/undp/es/home/sdgoverview/mdg_goals.html

  12.  

  13. OMEP (2019). Declaración de la asamblea Mundial. Panamá

  14.  
  15. OMEP (2017). Organización mundial para la educación preescolar – OMEP. Revista Latinoamericana de ciencias sociales, niñez y juventud. Centro de estudios avanzados en niñez y juventud. Colombia, Manizales

  16.  

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/210807
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