España y el coronavirus
- Opinión
España es un país europeo con una población de 46 934 632 habitantes. Con un producto interno bruto (PIB) de 2 billones (trillions) de dólares, es la 15ª economía mundial y posee un ingreso per cápita de 43 007 dólares -medidos ambos en términos del poder adquisitivo. España ocupa el 25° lugar en los índices de desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con un desarrollo muy alto. Figura en el 23° lugar -en un listado de 141 países- en el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial correspondiente a 2020.[1] En el índice de libertad económica de la Fundación Heritage, España se encuentra en la 58ª posición.[2] En el índice de percepción de corrupción de Transparency International, el país ibérico se ubica en el 30° lugar entre 198 países en 2019.[3] En el índice de paz global de 2020, la nación europea está en el 38° lugar en un listado de 163 países.[4] En el índice de seguridad en salud global está en el 15° lugar entre 195 países.[5]
España ocupa la mayor parte de la península ibérica. Posee una extensión de 505 990 kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en el cuarto por sus dimensiones entre los socios de la Unión Europea. Tiene una posición geográfica sumamente estratégica, dado que además del territorio continental, España cuenta con las islas Canarias y las islas baleares -Mallorca, Menorca e Ibiza-, el enclave de Llívia en Francia y territorios bajo su soberanía en el norte de África. Al sur colinda con el Mar Mediterráneo, al norte con Andorra, Francia y el Golfo de Vizcaya y al oeste con Portugal y el Océano Atlántico. Es un puente entre Europa y África, al igual que entre Europa y el Medio Oriente. También es un estratégico enlace de América Latina con Europa por razones históricas, como también queda de manifiesto en la presencia tan importante de nacionales latinoamericanos que han emigrado al país peninsular.
Mantiene diferendos territoriales con Reino Unido por Gibraltar; con Marruecos por Ceuta y Melilla y las islas del peñón de Vélez de la Gomera, peñón de Alhucemas e islas Chafarinas. También existe una disputa entre españoles y marroquíes por la Isla Perejil. Portugal, por su parte, no reconoce la soberanía española sobre el territorio de Olivenza.
El territorio es montañoso lo que explica la desigual distribución de la población. Las dos ciudades más pobladas son Madrid, con 3 266 126 habitantes y Barcelona con 1 608 746 personas. La orografía del país ha favorecido también que prosperen movimientos separatistas y soberanistas, especialmente en el País Vasco y Cataluña, ello animado por las dificultades para armonizar las relaciones entre el gobierno central y las comunidades autónomas.
España es una monarquía constitucional. En 1975, tras la muerte de Francisco Franco, se inició la transición democrática. Pertenece a la Unión Europea desde 1986 y adoptó al euro como moneda el 1 de enero de 2002. También es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde 1982.
La economía española está orientada esencialmente a los servicios, mismos que representan el 74. 2 por ciento del PIB, seguidos del sector manufacturero con 23. 2 por ciento y la agricultura, responsable de un 2. 6 por ciento. España es el segundo destino turístico más importante del mundo, superado solamente por Estados Unidos.[6] En el ramo manufacturero destaca la producción automotriz, siendo, detrás de Alemania, el segundo productor de automóviles en Europa. En el sector agropecuario, es el tercer mayor productor de vino en el mundo -por volumen de hectolitros, detrás de Italia y Francia-[7] y es el líder global en la producción de aceite de oliva. El país cuenta con un notable poder suave que se manifiesta, además de su infraestructura turística, su capacidad vitivinícola y su gastronomía, en la producción cinematográfica, en el impulso del aprendizaje del español, en su música y en la liga española de fútbol, entre otras reconocidas fortalezas.
Situación demográfica y epidemiológica
España cuenta con 46 934 632 millones de habitantes. Por las dimensiones territoriales, el país tiene una densidad de 94 habitantes por kilómetro cuadrado. Con una de las esperanzas de vida más altas del mundo estimada en 83. 33 años, España sólo es superada por Japón en términos de la longevidad de su población. El aumento de la esperanza de vida ha sido notable en el presente siglo, dado que en el año 2000 era de 78. 97 años. Así, la pirámide demográfica se ha ido estrechando en la base, mientras que crece aceleradamente en el segmento de los adultos mayores. Hacia 2060 se calcula que una de cada tres personas tendrá 65 o más años, lo que plantea un desafío enorme para el sistema de salud, la recaudación fiscal, la productividad, etcétera.[8]
En España la tasa de fertilidad es de 1. 33 hijos por mujer, muy por debajo de la tasa de reemplazo que es de 2. 1 bebés por mujer. Ello muestra un considerable declive desde 1850, cuando la cantidad de hijos que una mujer podía tener en su vida era de 5. 13. En el inicio del presente siglo, la tasa de fertilidad llegó a su punto más bajo: 1. 19. Con ello, el país tiene una de las tasas de nacimientos más reducida a nivel mundial y la más baja, actualmente, desde 1941,[9] lo que, sumado a la longevidad de su población explica la pirámide demográfica del gráfico 1.
¿Por qué nacen tan pocos bebés en España? Hay una serie de razones. Para empezar, los apoyos gubernamentales para madres y padres son limitados, a diferencia de los que se otorgan en otros países europeos. Menos bodas y más divorcios también juegan en la ecuación. La incorporación de la mujer a la vida laboral lleva a posponer la maternidad. Asimismo, las nuevas generaciones no parecen dispuestas a sacrificar su zona de confort cuidando de los hijos.[10]
España tiene la tercera tasa de abortos más alta de la Europa comunitaria, sólo superada por Francia y el Reino Unido. En 1985 se promulgó la llamada ley aborto, la que despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo siempre que se justificara en alguna de las razones estipuladas en la propia ley, esto es, cuando el embarazo pusiera en peligro la salud física o mental de la embarazada en cualquier momento de la gestación; en caso de violación y hasta las primeras 12 semanas; o bien si se prueba en las primeras 22 semanas que el feto tiene problemas físicos o psíquicos.[11]
Otro desafío que coadyuva a la baja tasa de fertilidad es la fuga de cerebros y la salida de mujeres del país, lo que no sólo ha repercutido en términos demográficos, sino también en la pérdida de talentos que España requiere para solventar sus propias necesidades económicas, de competitividad, innovación, fiscales, etcétera.[12] Este fenómeno tiene que ver con los salarios que un (a) profesionista español (a) puede percibir en otros países de la Europa comunitaria, al igual que por el desempleo -el país se ha distinguido por altas tasas frente a otras naciones europeas donde el porcentaje es más reducido.[13]
Ello ratifica la importancia de los inmigrados. La inmigración representa en la actualidad el 14 por ciento de la población y la quinta parte de quienes tienen entre 25 y 49 años en España. Hacia 2018, la cifra de inmigrantes ascendió a 6 386 904 personas que en casi un 13 por ciento procedieron de Marruecos. El segundo país más importante por cantidad de inmigrados es Rumania, responsable de un 9. 2 por ciento. Los países latinoamericanos también proveen una cantidad importante de migrantes que se asientan en España. Es el caso de los ecuatorianos (6. 2 por ciento de la inmigración total); de los colombianos (6. 1 por ciento); de los argentinos (4 por ciento); de los venezolanos (3. 71 por ciento); de los peruanos (3. 1 por ciento); y los bolivianos (2. 6 por ciento), entre los principales.[14] Las crisis económicas y/o políticas que han padecido esas naciones, explican la salida de connacionales hacia el país peninsular. Es de llamar la atención que México no figura de manera destacada en la lista, no obstante la creciente intolerancia mostrada por Estados Unidos hacia los mexicanos en la administración de Donald Trump y las cuantiosas deportaciones de connacionales en el gobierno de Obama.