Respetar la sacralidad de toda vida

01/10/2020
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Quiero recalcar la importancia del discurso del papa Francisco a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) porque sabemos de sus compromisos en palabras y en hechos en favor de todas y todos los atropellados causados “por las ambiciones descontroladas y los egoísmos colectivos”. En su discurso los va resumiendo y llama a superarlos.

 

Es la quinta vez que un papa habla en una Asamblea General de la ONU, después de Pablo 6 en 1965, Juan Pablo 2° en 1979 y 1995 y Benedicto XVI en 2008. El papa Francisco recuerda que las 2 metas principales de la ONU son: la defensa de “los derechos humanos” y la promoción de “la paz y reconciliación” que han tenido muchos logros. Pero nota también que “todas estas realizaciones son luces que contrastan la oscuridad del desorden causado por las ambiciones descontroladas y los egoísmos colectivos” que son “un mal ejercicio del poder” principalmente en 2 espacios más golpeados: “el ambiente natural y el vasto mundo de mujeres y hombres excluidos”. Es sobre estos 2 puntos que el papa Francisco va a dirigir sus denuncias e invitar a buscar los remedios correspondientes.

 

“Ante todo, hay que afirmar que existe un verdadero «derecho del ambiente»… porque los seres humanos somos parte del ambiente… y porque cada una de las creaturas tiene un valor en sí misma, de existencia, de vida, de belleza y de interdependencia con las demás creatura… Un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva a un imparable proceso de exclusión de los débiles… (que) es una negación total de la fraternidad humana… El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias… Es tal la magnitud de esta situación y el grado de vidas inocentes que va cobrando, que… debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos… Las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición de lucro y del poder, deben ser un llamado a una severa reflexión”.

 

El papa Francisco propone remedios concretos a la mismo ONU. “La reforma y la adaptación a los tiempos siempre son necesarias, progresando hacia una mayor una participación y una incidencia real y equitativa de todos los países en las decisiones… Cabe recordar que la limitación del poder es una idea implícita en el concepto de derecho: … ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y de los derechos de las otras personas singulares o de sus agrupaciones sociales… Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos… Otra clase de guerra viven muchas de nuestras sociedades con el fenómeno del narcotráfico: Una guerra «asumida» y pobremente combatida… La dignidad humana obliga a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para detener y prevenir ulteriores violencias sistemáticas contra las minorías étnicas y religiosas», y para proteger a las poblaciones inocentes”.

 

“La adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la Cumbre mundial que iniciará hoy mismo, es una importante señal de esperanza… Para que hombres y mujeres concretos puedan escapar de la pobreza extrema, hay que permitirles ser dignos actores de su propio destino… que se desarrolle la socialidad humana, el derecho a la educación… y la mínima base material y espiritual para ejercer su dignidad y para formar y mantener una familia, (como es) techo, trabajo y tierra”…

 

Y termina diciendo el papa Francisco que estos esfuerzos “pueden ser prenda de un futuro seguro y feliz para las generaciones futuras. Y lo será si los representantes de los Estados sabrán dejar de lado intereses sectoriales e ideologías, y buscar sinceramente el servicio del bien común… La casa común de todos los hombres debe continuar levantándose sobre una recta comprensión de la fraternidad universal y sobre el respeto de la sacralidad de cada vida humana”.

 

Allí el desafío para todas y todos nosotros: De una tal crisis humanitaria y ambiental no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores. ‘Salir mejores’ es posible y depende principalmente de nosotras y nosotros. A eso nos invita el papa Francisco.

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/209147
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