El futuro incierto del partido demócrata luego de las elecciones:

Elecciones en Estados Unidos 2020

Estamos ante una situación semejante a aquella que se produjo para las elecciones en Europa en 2017.

15/09/2020
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Introducción

 

Las elecciones en Estados Unidos en 2016 fueron una batalla política. Una batalla que aún no ha concluido, una marcada por la crisis entre las oligarquías que son actores económicos y políticos en Estados Unidos. Una crisis y puja de poder entre actores financieros que abrió nuevos cauces para la política internacional de Estados Unidos y en general, donde el actor más debilitado fue el globalismo unipolar. Esta batalla política estaba en el marco de la crisis al interior del unipolarismo financiero, que el Brexit en tanto derrota del globalismo en Gran Bretaña y en la Unión Europea, expresó y potenció haciéndolo mundial.

 

Tuvo su momento clave en las elecciones de EEUU, donde cuatro grandes actores de poder disputaban la presidencia, de los cuales tres eran fracciones distintas de la oligarquía financiera y una expresaba a los sindicatos y trabajadores. En el Partido demócrata se expresaba de modo dominante la oligarquía financiera globalista, que constituía el Estado Profundo –Deep State- en el Partido y lo controlaba, encarnándose en las figuras de Clinton´s & Obama´s. Pero sería desafiado por el movimiento de trabajadores organizados en sindicatos y desde los barrios urbanos pobres, que se expresa en Sanders. Esta fracción del partido tuvo todas las condiciones para ganar las internas Demócratas en 2016 y nuevamente en 2020, pero el aparato financiero-electoral “operó” para que en las elecciones internas indirectas Sanders sea derrotado y con ello, las expectativas de los que se identifican con su programa.

 

En cambio en el Partido Republicano, el estamento de poder profundo del continentalismo financiero –Ted Cruz, Marco Rubio, John Kasic- fue derrotado sorpresivamente por Donald Trump en 2016. Fue la gran sorpresa porque pudo imponerse contra el establishment republicano sin que hubiera mayores resistencias a este supuesto extraño. Para 2020 no había mayores dudas sobre la candidatura de Trump en contraste con la situación de Biden en el partido demócrata. Pareciera que no querían que su candidato ganase las próximas elecciones. El ´triunfo´ de Biden en las internas/primarias demócratas, reveló a alguien que ya tenía la fragilidad en su salud mental y no se vislumbraba como un candidato para ganar. Un escenario, que conforme pasa el tiempo se vuelve cada vez más probable, podría ser que el actual presidente Trump continúe en el cargo para los grandes intereses financieros globalistas, tema que abordaremos.

 

Un modelo que históricamente suele predecir con gran acierto el resultado de las elecciones en EEUU (El ´Modelo Primario´ de Norpoth) se concentra en datos obtenidos en el resultado de las primeras primarias. Donde se observa como catastrófico cómo Biden obtuvo en New Hampshire solo el 8.4% de los votos. El modelo también utiliza los resultados de elecciones anteriores, que indican si el péndulo se está alejando o no del partido por la Casa Blanca. Lo que no usa el modelo son datos de encuestas ni datos relacionados con opiniones a menudo sesgadas. El ´Modelo Primario´ predijo correctamente cinco de las últimas seis elecciones presidenciales en EEUU, y cuando se aplica a elecciones anteriores (cuyos datos se conocen), predice correctamente en 25 de las últimas 27 elecciones presidenciales del país. Este indicador potente otorga a Trump una elevada probabilidad (90%) de ser reelecto al obtener 362 electores contra 176 para Biden.

 

El indicador revela indirectamente que los demócratas de nuevo no están tomando “muy en serio” derrotar a Trump, ya que para ello deberían haberse unido desde el principio en torno a un candidato y no tener una campaña desgastante entre sus candidatos, que al final manifiesta fisuras explícitas al interior del partido y genera un candidato políticamente muy expuesto y debilitado. Todos los datos afirman que Sanders tenía la mayoría de electores para ganar la interna pero que estos, nuevamente como en 2016, fueron “comprados y reorientados” de modo que se impuso otra vez el candidato del estado profundo oligárquico financiero globalista. La pregunta que nos hacemos es si el electorado que sigue a Sanders permanecería alineado con el partido demócrata o sucederá como en 2016 cuando una proporción decisiva se abstuvo de votar o directamente votó a Trump.

 

Todos coinciden, que solo un acuerdo entre las fuerzas del estado profundo puede hacer “posible” realizar unas elecciones por correo y presencial el día de las elecciones cuyo resultado a priori esté acordado. Según una encuesta de USA TODAY/Suffolk University se estima que alrededor del 40 por ciento de todos los votantes estadounidenses votarán por correo este año. Casi la mitad de los votantes que planean votar por Biden dicen que es probable que voten por correo. El 56% de los republicanos tienen la intención de votar el día de las elecciones, en comparación con solo el 26% de los demócratas. Muchos de los votos por correo suelen llegar después del día electoral. Trump obtendrá así una gran ventaja en la noche de las elecciones. Es un hecho que declare su victoria electoral, aunque ello genere un gran caos lo más probable es que así quede.

 

Kissinger1 ya planteó, en abril de 2020, el escenario de “unidad” a ser aceptado y construido entre las tres grandes fracciones oligárquicas (Global, Continental y Local-nacional) presentes en Estados Unidos. Una realidad institucional en el marco de la cual debería producirse el acto electoral y, a la vez, garantizarse que ganen ambos: Trump la presidencia y las tres fracciones financieras constituyendo el bloque de poder de gobierno, con sus contradicciones en posición secundaria, respecto del oponente principal a acordar: China y el muro tecnológico. Estimamos también que Trump en 2020, ya ha logrado mayor fuerza y grados de libertad dentro del partido republicano y, por lo tanto, menos compromisos con los halcones, el estado profundo continentalista del Tea Party –deep state-.

 

¿Un acuerdo entre Trump y los “consorcios” de Inteligencia Artificial?

 

Como ya hemos descripto en la Guerra de Big Data y el ´Muro Tecnológico´2, el proceso de “desconexión”3 de China ya se ha puesto en marcha. Solo un nuevo bloque de poder financiero en unidad, tiene chances de confrontar y frenar la opción de retroceder ante el avance de la China Multipolar articulada con Rusia (Putin), India (Modi), Pakistán, Afganistán, África (Egipto, Sudáfrica, etc.), Oriente Medio (Siria, Irán, Irak, etc.) y Sudamérica (México, Argentina, Caribe, San Pablo-Rio de Janeiro-Bahía-Brasil, etc.). Además está a la vista una relación que se desarrolla con Alemania, y la UE, lo cual sería un duro golpe al unipolarismo financiero. Claro que la ofensiva de la OTAN-Globalista sobre Bielorrusia y Rusia, bajo el modo de Revolución de Colores, tiene por objetivo principal retomar el control de Alemania y la Unión Europea.

 

En función de la voluntad política que se movilice en la UE, podrían alcanzar el salto a una política económica y fiscal común o compartida, la incorporación de un protocolo de derechos sociales o la creación de un ministerio europeo de Exteriores. Si la Unión Europea se integra a Eurasia, EEUU quedará aislado en el mundo y las fuerzas globalistas recibirían su derrota crucial. Trump ha lanzado la ´guerra del big data´ entre EEUU y China, para recuperar el control del Big Data Unipolar que estaba en manos Globalistas y para no quedar retrasado en el desarrollo de Inteligencia Artificial frente al complejo desarrollado por el multipolarismo BRICS. Para todas las fracciones oligárquicas unipolares, angloholandesas y angloamericanas, es de su interés levantar un ´muro tecnológico´ frente a China, en tanto nodo económico-estratégico de la opción multipolar. El dialogo y posible acuerdo entre Trump y las fuerzas del Estado Profundo Globalista sobre el muro tecnológico podría ser clave para poder “definir” a Trump ya como ganador en las próximas elecciones, pero muy riesgoso para el Globalismo por la pérdida de control sobre el Big Data unipolar.

 

Hemos señalado ya, que a partir del 23 de marzo de 2020 el control globalista sobre la Reserva Federal ya no era absoluto, sino compartido con el Tesoro de EEUU y en cogobierno con Trump –las tres fracciones oligárquicas-. Es sabido que la Fed estimulaba con expansión monetaria, crédito otorgado a bajas y decrecientes tasas de interés, para que las principales transnacionales del ´Big Five´ (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) lo “invirtieran” en adquisiciones y en la re-compra de sus propias acciones, “mantenidas” en manos de terceros. Esta política aumentó el precio de las acciones de las mega-corporaciones sin cesar y con ello “fomentó” y potenció la centralización de capital, ingresos y riqueza en muy pocos (0,001% de la población) y cada vez menos actores financieros transnacionales. En otras palabras en “armonía” con los intereses de las corporaciones transnacionales.

 

Veámoslo más de cerca. En agosto de 2020, Apple alcanzó una valoración de 2 billones de dólares, en función de sus acciones, como el numero uno de los Big Five. Si bien Apple tardó 38 años en alcanzar su primer billón de dólares en capitalización de mercado, solo le tomó dos años para pasar de $ 1 billón a $ 2 billones. A principios de 2020, las acciones de Apple cayeron por debajo de un billón de dólares, pero entre el 23 marzo y el mes de agosto duplico su capital como puede apreciarse en el gráfico N°1.

 

 

Gráfico N°1: El valor de las acciones de Apple salta de 1 a 2 billones de dólares en Marzo-Abril 2020

 

 

Después de 2012, Apple (AAPL) así como los Big Five en general han estado comprando sus propias acciones mantenidas en manos ajenas (vea gráfico N°2) induciendo el precio por acción hacia arriba. Asimismo han realizado adquisiciones que han tenido el mismo efecto alcista de su precio.

 

Gráfico N°2: Contracción de acciones de Apple en circulación después de 2012-2020

 

 

 

Queda claro que ser dueño de acciones de Apple, es todo menos una inversión de valor. Una cosa es el valor en libros del capital real (edificios maquinaria, etc.) y otra el precio al que se compran y venden las acciones de Apple en la bolsa de valores. Cuando el precio de todas las acciones en circulación se encuentra por encima del valor en libros estamos hablando de capital ficticio, especulativo, como bien ilustra el Grafico N°3.

 

Gráfico N°3: Evolución de la relación precio de acciones vs valor en libros de Apple 2010-2020

 

 

A Apple le siguen Amazon y Microsoft, en segundo y tercer lugar por ´valor´ total de las acciones. Las dos corporaciones juntas tienen capitalizaciones (incremento del valor total de sus acciones) de poco menos de 1,7 billones de dólares. Entre el 23 de marzo y el 19 de agosto las Big Five: Facebook, Apple, Microsoft, Amazon, Google (también denominadas FAMAG) juntas aumentaron su capital accionario en aproximadamente 4.7 billones de dólares (Vea gráfico N°4). La sola capitalización de los ´Big Five´ en menos de 5 meses supera el PIB de Alemania (con un PIB inferior a 4 billones de dólares) y alcanza el 23% del PIB de EEUU (que fue de $20.5 billones en 2019).

 

Gráfico N°4: Capitalización acciones FAMAG
Periodo de marzo y el 19 de agosto 2020 (billones de dólares)

 

 

Es evidente que la capitalización accionaria no es la verdadera representación del comportamiento de la economía, todo lo contrario. Al acentuarse la crisis en la economía real, se potencia la acumulación de capital ficticio, la economía especulativa de emisión sin respaldo. Además, sostenemos hace unos años que hay evidencias que plantean muy serias dudas que el capital pueda regresar o reconectarse con el ámbito de la economía real. Particularmente en las llamadas economía del capitalismo “occidental”, específicamente Estados Unidos. Porque al reinvertir en la economía real, la expectativa de ganancias será cada vez más cercana a cero, o por debajo de cero, y por lo tanto dejaría de operar como capital.

 

Por ello antes de hundirse como capital recurre a la maximización de la acumulación de capital ficticio, como ya estamos observando desde noviembre de 2008. Mientras a nivel de la sociedad en su conjunto, se trata de capital ficticio que tarde o temprano se desvalorizará en un crack bursátil, cuando las acciones vuelven a tener el precio que corresponda al valor en libros. A nivel del capital individual de cada una de las transnacionales del Big Five (GAFAM), sin embargo es capital real con el que pueden manipular la bolsa hacia abajo (al vender parte de sus acciones como sucedió el primer trimestre de 2020) y hacia arriba (al comprar sus acciones nuevamente). Por ello, al subir las acciones de los Big Five (GAFAM) las otras corporaciones quedarán retrasadas en sus cotizaciones y entonces los Big Five podrán realizar adquisiciones (tomas sobre el mando y control) en gran escala, centralizando (absorbiendo grandes empresas) cada vez más capital en cada vez menos corporaciones-capitalistas lo cual facilitaría, objetivamente, el pasaje a otra economía, economía planificada comunitarista o socialista.

 

Por el momento, estaremos cada vez más cerca de una economía transnacional privada planificada desde arriba pero no para hacer crecer la economía real (acumulando capital productivo), sino para dominar el mundo a partir de capital ficticio y trabajo improductivo, lo cual ya dejaría de ser una sociedad capitalista. Mientras no sea derrocado este Gobierno Global, su Élite parasitaria y su Complejo Estratégico de Inteligencia Artificial -Big Five ampliado-, los pueblos y naciones no podrán ser otra cosa que “siervos de la IA” de este gobierno y estado autoritario orwelliano, donde la exclusión alcanza a las mayorías en todo el mundo.

 

Esto muestra que no hay lugar para el ´salvase quien pueda´ individual. Porque en la historia de la humanidad no hay modo de producción que no se derrumbe, cuando el trabajo improductivo resulta ser predominante en las relaciones de producción de una sociedad, sea esta comunitarista precolombina, esclavista, feudal o capitalista. La élite será derrotada y reemplazada de una forma u otra, como ya ha sucedido en la historia de la humanidad4.

 

En la acumulación de capital, entonces hoy es dominante la centralización por “adquisiciones” improductivas, observado desde el nivel de la sociedad en su conjunto. Durante el 2020, por ejemplo Apple a partir de acceder a crédito por emisión sin respaldo, ha realizado diversas adquisiciones importantes. En marzo confirmaron la compra de Dark Sky, la popular App de climas que ya comenzó a integrarse con iOS 14. En mayo compraron NextVR, una empresa especializada en experiencias de entretenimiento de realidad virtual y realidad aumentada. Posteriormente compraron Inductiv, la startup especializada en inteligencia artificial, y su tecnología ayudará a mejorar las capacidades de Siri. Apple También ha comprado Fleetsmith, la plataforma que permite gestionar dispositivos de Apple como Mac, iPhone e iPad a través de una infraestructura en la nube.

 

En general, los gigantes del Big-Five “adquieren o asaltan” desde la crisis de 2008 varias “empresas” o “Start Up” al año y la tendencia es a copar/absorber cada vez “peces más gordos”. Uno de los últimos rumores es que Microsoft está por comprar Bloomberg. Esta sería una “compra” centrada en la inteligencia artificial del big data. El precio sería todo un record, pudiendo llegar hasta los 70 mil millones de dólares. Otra opción que considera Microsoft sería SalesForce, ambas compañías compiten en diversos mercados. Esta compra tendría otra cifra record de más de 60 mil millones de dólares, que sobre un capital de más de un billón de dólares significa menos del 6% del capital social.

 

Las GAFAM ampliadas junto con otras tres grandes corporaciones, Netflix, Tesla y NVIDIA (Awesome 8), luego de provocar una caída en la bolsa de valores (con una pérdida de 15% entre enero y el 23 de marzo) muestran una capitalización enorme, en medio de la crisis encubierta por la pandemia, ya que desde enero de 2020 los ocho gigantes alcanzan un incremento del 160% respecto de su precio original de enero. El S&P500 pierde un 30% hasta marzo (o sea, las 492 otras empresas perdieron más de 30%) y en agosto apenas supera los 500 puntos, el nivel alcanzado a principios de año (Ver gráfico N°5). Quedará claro que dejando a un lado las 8 mega-corporaciones, muchas de las otras 492 empresas de S&P500 sufrieron una pérdida clara en la cotización de sus acciones. Lo anterior hace atractiva para todo el mundo la compra de acciones del Big Five. Con dichos ingresos los Big Five pueden ir a su vez de compras adquiriendo corporaciones a precio de ganga.

 

Es un momento único para que los 8 gigantes hagan sus adquisiciones a precios cómodos y para colmo con crédito a interés cero, otorgado por la Reserva Federal junto con el Tesoro.

 

Gráfico N°5: Precios de las GAFAM ampliadas

Enero-a-Septiembre 2020