MERCOSUR en la pandemia: obstáculos a la integración y al desarrollo económico

31/07/2020
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Cuando en América Latina se dio el fin de las dictaduras, la gente estaba feliz porque por fin iban a poder elegir a sus propios dirigentes y eso iba a darles una gran apertura para poder continuar con sus movimientos liberales de empoderamiento para un desarrollo con integración regional. Esta visión trataba de que existiera una cooperación entre países latinoamericanos que ayudará a limar todas aquellas asperezas que surgieron durante las dictaduras, proponiendo entonces nuevas formas de alianzas estratégicas entre Estados para potencializar el comercio exterior, la producción y la proyección global de los países de la región. Es así como Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay comenzaron el proceso de integración del Cono Sur, firmando el Tratado de Asunción, el cual da como oficial el inicio del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

 

Es legítimo preguntarse ¿será que la incertidumbre es algo casi estructural en la historia de integración del Cono Sur? Es difícil tener una respuesta, pero indudablemente, debido a los roces que existía entre Argentina y Brasil, el MERCOSUR inició con el pie izquierdo ya que los intereses de ambos países, el roce que se quería evitar, empezaba a hacerse notar, provocando así que la integración económica que se buscaba comenzará a tornarse un tanto nacionalista debido a que ambos países querían que sus intereses nacionales fueran primordiales para el MERCOSUR.

 

En las palabras de un estudioso del tema, el MERCOSUR se trata de un plan estratégico para poder mantener la autonomía de la subregión, con base en las economías líderes que son Brasil y Argentina, pues a pesar de que existen ciertos problemas de intereses entre ellos. Este proceso de integración regional, es una manera de converger los intereses de ambos países, sin embargo esta unión de intereses está siendo constantemente interrumpida debido al notable liderazgo brasileño, que se dio de forma natural y tácita, debido al gigante que es, y esto, claramente le ha traído mejores resultados dentro de la integración, convirtiéndolo en el ganador de este proceso (Briceño, 2006, p.34).1

 

Como nos podemos dar cuenta, desde un principio esta forma de integración del Cono Sur, tuvo algunas complicaciones debido al liderazgo tácito de Brasil y a otros factores, como: la no coordinación de la política macroeconómica, la cual “produjo inicialmente una mayor competitividad de la economía brasileña; tampoco se logró fácilmente la fijación de un arancel externo común, ya que Argentina proponía un arancel cercano a cero, mientras que Brasil pretendía proteger algunos rubros como telecomunicaciones, informática, bienes de capital y el sector automotor, además, existieron diferencias en algunos productos manufacturados en los que Argentina recurrió al mecanismo de las Cláusulas de Salvaguardia para el comercio intrazona. Uno de los grandes debates entre los dos socios principales fue que este mecanismo estaba autorizado en el Tratado de Asunción, pero sólo para ciertos casos y mientras durara el período de transición” (Kosiner, 2008).

 

Analizando esta situación podríamos pensar que si cada Estado miembro de este proceso de integración hubiera establecido sus funciones o los sectores en los que se iba a especializar para poder lograr el objetivo de la integración, se hubieran podido evitar las competencias innecesarias entre los integrantes. Pues para Brasil esta integración significaba un camino sencillo que le permitiría adaptarse a los cambios mundiales, aplicando una reestructuración industrial y, a su vez, una ampliación del mercado interno con un proyecto de adecuación a la rápida dinámica internacional; por su parte Argentina veía al MERCOSUR como un proyecto que le permitiría ampliar su estrategia de inserción competitiva en los mercados internacionales; mientras que para Paraguay y Uruguay, su inserción se dio por razones geográficas estratégicas, ya que al quedar en medio de estos dos grandes países solo les quedaban las opciones de ser parte de su proyecto o quedarse completamente aislados. Así nos damos cuenta de que en verdad cada Estado tenía ideas diferentes sobre las funciones y objetivos que debía de tener el MERCOSUR.

 

Tal como lo dijo Simón Bolívar: “Seguramente la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración […] más esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos”. Como podemos entender con la cita anterior, para que este proyecto de integración del Cono Sur pueda sobresalir y ser una verdadera competencia versus los planes y restricciones de Estados Unidos, en la zona, se necesita que exista una verdadera unión entre estos países, que les ayude a plantear bien sus planes de trabajo y ser esa potencia económica regional que se espera, así que es necesario dejar de lado las diferencias ideológicas de los gobiernos y trabajar conjuntamente en construcciones institucionales que ayuden a fortalecer las bases de la integración económica.

 

Pero hoy en día, gracias al COVID-19 ¿existirá una nueva incertidumbre comercial-económica, dentro del MERCOSUR? Esto porque el bloque latinoamericano, tiene en claro que para poder hacer frente a las grandes transformaciones necesita tener un diseño de un sistema multilateral y global en materia de comercio internacional, analizar nuevas modalidades prácticas que le permitan a sus países miembros desarrollar estrategias en sus relaciones de cooperación para así poder generar condiciones favorables que darán por resultado una cooperación económica regional más intensa y con mayor alcance mundial. Pero hoy en día la tensión que existe en la dinámica internacional, gracias a la pandemia del COVID-19, provoca que los Estados miembros del MERCOSUR acentúen su necesidad de generar mejores estrategias de inserción externa.

 

Así que para lograr el fortalecimiento y dar a notar la importancia de la zona, el MERCOSUR logró el 28 de junio de 2019, después de dos décadas de negociaciones, llegar a un acuerdo comercial con la Unión Europea, el Acuerdo de Asociación Estratégica implica una asociación más extensa entre ambos bloques; ya que se busca mejorar los intercambios entre el bloque europeo y el bloque latinoamericano. Pues como se observa en la gráfica, sus relaciones comerciales han ido a la alza y han sido bastante agradables para la Unión Europea a partir de 2013, donde su volumen de comercio alcanzó el pico más alto y a partir de ahí se ha visto que esta relación comercial le sonríe de mejor manera a la Unión.

 

*Los datos de la cifras están dados en millones de euros.

 

Elaboración propia con base en los datos del reporte European Union, Trade in goods with Mercosur 4; de la European Commission, publicado el 22 de abril de 2020.

 

Para poder continuar con este crecimiento económico que le traerá la alianza con la Unión Europea, los países latinoamericanos, durante este año, estaban en la busca de la consolidación de acuerdos comerciales con la India, Líbano, Corea del Norte, Canadá y Singapur, los cuales se han visto paralizados en su negociación a causa de la pandemia global del coronavirus, pero esta situación empeora con la decisión de Argentina de dejar dichas negociaciones, la cual provoca una parálisis e incertidumbre sobre las condiciones en las cuales se encuentra el MERCOSUR para continuar estas negociaciones.

 

Cuando Argentina da a conocer su posición, inmediatamente Brasil, Paraguay y Uruguay, hacen saber que para ellos es fundamental el acelerar las negociaciones, ya que ellos las ven como una fuente de apoyo para poder responder de manera fuerte al desplome que tendrá el comercio internacional después del coronavirus, pero por más que la mayoría de los países miembros estén de acuerdo con continuar las negociaciones, sus bases jurídicas institucionales no les permiten continuar con las negociaciones ya que para poder llevarlas a cabo es necesario que todos los países miembros sean partícipes de las mismas.

 

Lo cual nos lleva de nuevo al cuestionamiento sobre si existe una incertidumbre estructural dentro de este bloque, pues con esta posición argentina, el representante uruguayo dejó en claro que con es necesario que dentro del bloque exista una discusión sobre sus bases jurídicas, para evitar que cuando algún miembro no quiera o no esté en condiciones de negociar, esto no sea impedimento para la realización de otros acuerdos. Parece que para que integración económica del MERCOSUR pueda salir adelante es necesario que todos los Estados miembros analicen una mejora estructural para que la zona no se vea limitada por intereses nacionales, sino que, como en el caso de otras integraciones, lo que se busque sea una mejora regional, la cual es la razón de ser del bloque, sumándole que es necesario que tanto los países miembros como sus ciudadanos comiencen a generar y aceptar el sentimiento de pertenencia al MERCOSUR, el cual sería de gran ayuda ya que la cooperación entre ellos serían sin esfuerzos y sin intereses nacionales, sino más bien se buscaría el bien de la región.

 

Fuentes de consulta:

 

Bontempo, T. (2019). Unión Europea-Mercosur: Posibles luces y sombras de un acuerdo marcado por el escepticismo. Foreign Affairs. ITAM

 

Briceño Ruiz, J. (2006). Regionalismo estratégico e interregionalismo en las relaciones externas del MERCOSUR. Aportes para la Integración Latinoamericana, 12.

 

Caetano, G. (2009). Razones para la incertidumbre. Nueva Sociedad.

 

Directorate-General for Trade. (2020). European Union, Trade in goods with Mercosur 4. European Commission.

 

El Orden Mundial. (2019). ¿En qué consiste el nuevo tratado firmado entre Mercosur y la Unión Europea?.

 

Kosiner, S. (2008). El MERCOSUR en prospectiva.CLACSO.

 

Soria Guadalupe, A. (2020). Coronavirus: la incertidumbre económica terminó por paralizar el Mercosur. La Nación.

 

Parajuá, M. (2020). Coronavirus. La Argentina dejará de participar de las negociaciones externas del Mercosur. La Nación.

 

 

Estela Alejandra Beltrán Elizalde

Estudiante del último semestre de la carrera de Relaciones Internacionales, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

1 “El MERCOSUR tiene un componente estratégico, uno de sus objetivos es lograr preservar un margen de autonomía para una subregión que incluye dos economías líderes en América Latina. El papel de Brasil en el diseño de esta estrategia ha sido crucial. Ciertamente, este proceso regional resulta de una convergencia de intereses entre Brasil y Argentina [...] sin embargo, uno de los elementos que caracterizan esta convergencia es el liderazgo brasileño, reconocido de forma tácita o expresa. Esto incluso ha generado resquemores en los años recientes, cuando se alega que el gran ganador de este proceso regional ha sido Brasil y sus empresas con orientación exportadora.” Briceño, J. (2006). op. cit., p.34

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/208203
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