¿Qué destino para los recursos públicos?

01/06/2020
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La pandemia del coronavirus continúa, con imprevisión e incerteza sobre el futuro cercano. Remito a las cuestiones sanitarias y económicas, en definitiva, a la cotidianeidad de nuestros días. Con el agravante que el virus y sus consecuencias busca nuevo territorio para el epicentro, que ya transitó por China, por Europa y por EEUU. ¿Será la América Latina y el Caribe el próximo territorio de epicentro del virus coronado? A la fecha, con casi 6 millones de contagiados en el mundo y más de 366.000 muertes, EEUU lleva la delantera con 1.756.170 contagiados y 103.153 muertes.[1] Segundo en contagios está Brasil con 456.166, seguido de Rusia con 396.575, el Reino Unido con 274.219, para el podio de los 4 con más contagios. China quedó en el decimosexto lugar, con 84.127 contagiados y 4.628 muertes. Respecto de las muertes, el segundo lugar lo ocupa el Reino Unido con 38.454, seguido por Italia con 33.340 y cuarto Francia con 28.717. Brasil está en quinto lugar con 27.878 en rápido ascenso.

 

Si consideramos la región Nuestramérica, además de Brasil, preocupa la situación de Perú, doceavo en contagios con 148.285, seguido en el lugar 13 por Chile con 94.858. En el 15 lugar México con 84.627. todos ellos antes que China, en el 16 lugar. Ecuador está en el lugar 24 con 38.571 contagiados, Colombia es 31 con 26.734, República Dominicana es 43 con 16.531. Argentina ocupa el lugar 44 con 15.419 y Panamá es 46 con 12.531, por solo considerar los primeros entre los 50 puestos de 188 registrados en la estadística mencionada. La suma de los países de nuestra región, entre los primeros 50 países del listado de 188, suma 902.722 contagiados y 48.083 muertes, colocándose como el segundo lugar de contagiados y fallecidos.

 

Queremos llamar la atención sobre lo que significa el cambio del epicentro de la pandemia, ya que no se trata ahora ni de China, ni de los países capitalistas desarrollados, sean de Europa o EEUU, aun habiendo pobreza en esos territorios. Que el COVID19 haga epicentro en Nuestramérica es grave, por la situación de desigualdad y empobrecimiento de nuestra población. La pandemia por el coronavirus ya está entre nosotros y afecta a los sectores sociales más vulnerables, que dicho en el territorio mundial más desigual debe llevar una enorme preocupación.

 

CEPAL y OIT[2]

 

Para sopesar lo que decimos bien vale la información sustentable relativa a la región nuestramericana, para lo cual nos basamos informe conjunto de Cepal y la OIT, donde se señala que:

 

“Durante 2019 la escasa dinámica de la economía regional se puso de manifiesto en la debilidad de la generación de empleo asalariado —específicamente, de empleo registrado— y en el leve aumento interanual de la tasa de desocupación como promedio ponderado a nivel nacional. Los primeros meses de 2020 están marcados por la irrupción de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), que hizo necesaria la aplicación de políticas de confinamiento. Esta situación redundó en la interrupción de las actividades económicas a una escala nunca antes vista a nivel mundial. Los países de América Latina y el Caribe deberán enfrentar grandes caídas de su producto interno bruto con importantes consecuencias en sus mercados laborales, en un contexto de debilidad y vulnerabilidad macroeconómica.”

 

Conviene leer con detenimiento el párrafo y extraer la conclusión del fuerte impacto regresivo que la situación actual depara para la región en el presente año, y más allá, incluso, por la situación de desaceleración de arrastre en el tiempo inmediato anterior. Si el presente es ya grave, más lo serán los próximos días, con insuficiente preparación sanitaria ni resguardos de seguridad económica, especialmente para la mayoría empobrecida. Más grave aun cuando se incrementa la presión de algunos sectores por levantar las políticas de cuarentena, de aislamiento de la población.

 

Más allá de los matices en la profundidad de las políticas de aislamiento, en todos los países se verifica la caída de la producción o fase recesiva del ciclo económico, impactando en la baja de la inversión, del empleo y los ingresos populares. Avalando nuestra conclusión, el informe citado señala que:

 

“En el decenio posterior a la crisis financiera mundial (2010-2019), la tasa de crecimiento del PIB regional disminuyó del 6% al 0,2%; más aún, el período 2014-2019 fue el de menor crecimiento desde la década de 1950 (0,4%).”

 

La previsión para el 2020 es de -5,3% para la evolución del PBI. Será menos producción a repartir en una mayor población. Respecto del empleo señala que:

 

“…la tasa de desocupación de al menos 3,4 puntos porcentuales, hasta alcanzar una tasa del 11,5%, lo que equivale a más de 11,5 millones de nuevos desempleados. De profundizarse la contracción económica, la tasa de desocupación será mayor.”

 

Destaca el informe que la OIT estima la pérdida de más del 10% de las horas de trabajo entre abril y junio, estimándose como equivalente a 31 millones de empleos a tiempo completo, para una jornada de 40 horas semanales. Con datos de la OIT se enfatiza que para toda la región:

 

“la tasa media de informalidad es de aproximadamente un 54%”.

 

¿Cómo soportarán la continuidad del aislamiento estas personas, sus familias y entornos? ¿Qué capacidad de sostener la alimentación o el cuidado sanitario tendrán? Las respuestas son evidentes y queda al desnudo el genocidio del abandono de millones de personas en nuestros países. La CEPAL confirma la información con alarma, al destacar para el 2020, agravando la situación de desigualdad que

 

“la pobreza alcanzaría entonces al 34,7% de la población latinoamericana (214,7 millones de personas) y la pobreza extrema al 13% (83,4 millones de personas)”

 

La cuestión se agrava si se considera la cuestión de “género y disidencias”, con peor situación para mujeres que para hombres, para jóvenes que, para adultos, y entre jóvenes la peor situación es de las mujeres. Más grave aún resulta la situación por el cierre de las escuelas y establecimientos educativos, lo que aumenta el trabajo de cuidado, mayormente asumido por mujeres. Todo agudizado ante la ausencia de medidas favorables a las disidencias, para quienes se incrementa la discriminación.

 

Recesión mundial

 

La recesión es mundial, pero por arrastre histórico, la afectación será mayor entre los países empobrecidos, dependientes, como los nuestros, y más grave aún para los sectores desfavorecidos por la dinámica de aumento de la desigualdad, que concentra la riqueza en muy pocos manos y extiende la pobreza por millones. Nuestramérica es territorio de fuga de capitales, de evasión y elusión fiscal, con pérdidas de los precios internacionales de las materias primas y por ende no calificado para el ingreso de capitales externos, por lo menos, una tendencia explicitada desde 2011.

 

Más allá de nuestra opinión crítica al ingreso del capital externo y el estilo relativo al crecimiento a toda costa, pretendemos enfatizar que no son realistas las hipótesis formuladas por sectores interesados, en la posibilidad de llegada de capitales para estimular la inversión y el crecimiento económico. Por lo que vemos no hay solución inmediata para el 2020, ni para el 2021, presentándose difícil el futuro mediato. El tema es la producción y el ingreso de la mayoría de la sociedad.

 

Resulta curioso el énfasis de los organismos internacionales, preocupados por las finanzas de la banca ante los problemas de la economía real. Es que ya no se trata del estallido de una burbuja especulativa, como ocurrió en variadas ocasiones en los últimos tiempos, sino de la combinación viciosa de producción, comercio y finanzas, con caídas muy fuertes de la producción y el comercio y subas preocupantes de las deudas de los Estados, de las empresas y de las familias.

 

Es una situación preocupante con cierres de empresas y pérdidas de empleo, con la información de 40 millones de puestos de trabajo perdidos en EE.UU., acercando el desempleo al 20% de su población activa. China no anuncia meta de crecimiento para el 2020, por primera vez en años. Ya no crece a ritmos del 10% o más como antes de la crisis 2007-09, pero tampoco a tasas del 6 al 8% como venía recientemente o en perspectiva. El FMI pronostica un 1%, pero el Congreso chino, que acaba de reunirse no señala meta concreta, y destaca la preocupación por el empleo. La recesión golpea en EEUU y China, las dos potencias que disputan la hegemonía del sistema mundial. Europa no se queda atrás y la emblemática industria del automóvil da para hablar. La NISSAN de Barcelona anunció el cierre para fines del 2020, con 3.000 empleos directos y unos 20.000 indirectos. Los cruces de facturas entre la autoridad catalana, la del Estado español y la transnacional, se procesa junto al conflicto que despliegan las trabajadoras y los trabajadores que anticipa problemas más allá de la ciudad de emplazamiento de las fábricas.

 

Apenas una muestra de lo que acontece en todo el mundo, agravado en los territorios de la pobreza y la desigualdad, calificación que cabe para Nuestramérica. En el centro de la preocupación por la recesión, la que venía de antes y agravó la pandemia, está el empleo, el desempleo y la precariedad laboral. Algunos se preocupan y demandan por el sector privado y su capacidad para sostener el empleo y los ingresos. Pero debe consignarse que los empresarios privados también demandan recursos al sector público para sostener la actividad, con subsidios directos para financiar el capital de trabajo (salarios, materias primas, materiales o maquinarias), o con ayudas fiscales y crediticias.

 

En razón de ello, el centro de la atención debe estar en el sector público y las políticas que se formulen para atender la multiplicidad de problemas en la coyuntura. El interrogante apunta a discutir los recursos públicos y aquellos que gestiona el Estado a nombre de toda la sociedad. Entre los primeros están los ingresos fiscales, especialmente los tributos; por los segundos, destacan las reservas internacionales.

 

¿Qué hacer con unos y con otros? ¿Cómo incrementar los recursos fiscales y las reservas y con qué destino utilizarlos?

 

El déficit fiscal crece en todos los países, desde EEUU a China, pasando por Europa y todos los continentes.

 

A contramano de la prédica “ideologista” de los ortodoxos liberales o neoliberales que bajan línea en los principales medios de comunicación y en la academia, la realidad de los que definen política económica, aun pensando en sintonía con los liberales a ultranza, pasa por aumentar la emisión monetaria, de deuda pública e incrementar el gasto público. Todo muy distinto a lo que dicen en la teoría, y ojo, no se les cae la cara de vergüenza.

 

Queda en evidencia la patraña teórica y propagandística de estos gurúes, que nos dan lecciones cotidianamente, y que tanto difunden periodistas y locutores de los medios masivos, con un lamentable impacto en el consenso para favorecer el “sentido común”. Por ello se impone el debate sobre los recursos tributarios, sus fuentes y aplicación, tanto como el resguardo y el uso de las reservas internacionales y qué hacer con el des-endeudamiento público, especialmente aquel sospechado de odioso, ilegal o ilegitimo.

 

Argentina está siendo observada en todo el mundo, porque tiene una deuda impagable por 323.000 millones de dólares, equivalente al 90% de su PBI, precisamente por deudas asumidas, entre otros, con el FMI, que, en contra de sus propósitos y estatutos, favoreció el ingreso de créditos por 44.100 millones de dólares para la fuga de capitales. Acaba de demostrarlo el BCRA con su informe del 14 de mayo pasado.[3] El BCRA tiene que hacer público toda la documentación con que fundamenta su informe, para determinar responsabilidades de privados y funcionarios en la estafa de la deuda pública.

 

El país negocia el 20% de su deuda con Fondos Financieros especulativos que presionan por dejar de perder cuantiosas ganancias, las que fueron favorecidas por inescrupulosos funcionarios públicos. Estos aseguraron inversiones especulativas altamente rentables en tiempos de bajas tasas en el mercado financiero y de capitales de todo el mundo. El delito está en el FMI, los prestamistas o inversores especulativos y los funcionarios venales de la Argentina. Para eso es la investigación de la deuda, mientras se suspenden los pagos.

 

Desde el movimiento social se apunta a un debate que pueda superar el chantaje de los acreedores financieros, los Fondos Financieros y el FMI. Por eso se sostiene una campaña por la suspensión de los pagos de la deuda, y llevar a fondo la investigación, con la base de lo realizado por el BCRA y los primeros debates gestados por la Comisión bicameral en el Parlamento, para el seguimiento de la deuda. El reclamo es ir más allá y construir una auditoria con amplia participación popular.

 

Resulta de interés considerar que se instaló un debate por establecer un impuesto a la riqueza, que recaería sobre unos 12.000 contribuyentes, el 0,03% del total de la población argentina. La probable recaudación no alcanza a los 4.000 millones de dólares, mientras que una cifra similar es lo que la Argentina destinó a cancelar deuda mientras negocia con los acreedores, todo en periodo de emergencia por la pandemia del coronavirus y una recesión que agrava la tendencia de arrastre. Lo grave es la voluntad mayoritaria de pago, que más allá de las negociaciones en curso, suponen un compromiso financiero que impone el ajuste perpetuo.

 

Son temas para el debate y que trascienden a la Argentina, que requieren ser discutidos en toda la región cuando se avecina el epicentro del coronavirus en Nuestramérica. El FMI[4] anuncia nuevos préstamos para los próximos dos años a Chile por 23.930 millones de dólares y de 11.000 millones de dólares para Perú, con varios otros países de la región que demandaron 2ayuda” al organismo, mientras negocia con la Argentina sobre las acreencias en tanto mayor receptor de un préstamos desde el organismo.

 

La discusión que suscitamos apunta a pensar qué hacer con los recursos públicos y cuáles son las necesidades a satisfacer. ¿Qué acreedores privilegiar? ¿Los acreedores financieros o los de derechos sociales? La sociedad tiene la palabra.

 

Buenos Aires, 30 de mayo de 2020

 

Notas

 

Johns Hopkings University, en: https://www.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6 (consultado el 30/05/2020)

 

[2] CEPAL. Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (COVID-19). MAYO 2020, en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/45557-coyuntura-laboral-america-latina-caribe-trabajo-tiempos-pandemia-desafios-frente (consultado el 30/05/2020)

 

[3] BCRA. Mercado de cambios, deuda y formación de activos externos, 2015-2019. Mayo 2020, en: https://www.bcra.gob.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/Informe-Mercado-cambios-deuda-%20formacion-de-activos%20externo-%202015-2019.pdf (consultado el 30/05/2020)

 

[4] FMI, en: https://www.imf.org/es/News/SearchNews#sort=%40imfdate%20descending (consultado el 30/05/2020)

 

 

Julio C. Gambina
Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP
Ciudad de Buenos Aires.
www.juliogambina.blogspot.com

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/206912
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