Reflexiones sobre las consecuencias de las crisis derivadas de la Pandemia COVID19 en el orden internacional

25/04/2020
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La crisis provocada por la extensión de la Pandemia causada por el COVID19 ha cuestionado los principios ideológicos del capitalismo, devaluado el poder de los EE.UU. y su capacidad de hegemonía sobre el resto del Planeta, la realidad es que ningún Estado mira hacia Washington como referente de las medidas a tomar para afrontar la emergencia, pero lo que es más novedoso tampoco ha recurrido a los EE.UU. para pedir ayuda económica o sanitario, como podía haber ocurrido en otros tiempos, sin embargo más de 80 países se han dirigido en este sentido hacia China que si esta apareciendo ante los Pueblos del primer mundo como un referente a la hora de vencer la crisis medico sanitaria, lo que ha llevado a un aumento de la simpatía popular hacia China.

 

Al mismo tiempo la Unión Europea ha continuado su camino hacia la pérdida total de peso en el concierto internacional, su incapacidad para actuar de forma unitaria, ni mucho menos solidaria, su falta total de iniciativa y una falta de capacidad productiva que le hacen totalmente dependiente han situado a la Unión Europea ante la mayor crisis de su historia en la que se pone en evidencia todas sus debilidades y contradicciones internas, fruto de un proceso de integración de carácter neoliberal y supeditado a la OTAN y su irrelevancia en el concierto internacional.

 

Pero la cuestión más significativa es la desastrosa actuación de los organismo internacionales, BM, FMI, incluso las NNUU, que han estado prácticamente desaparecidas en esta situación de emergencia, o cuando han actuado lo han hecho de forma clamorosamente servil hacia los EEUU como ocurrió cuando negaron la ayuda a Venezuela para la compra de material sanitario, de manera que se evidencia que no estaban diseñadas pensando en el interés general.

 

La devaluación de los EEUU, el fracaso de la UE y las disputas dentro de países capitalistas, de forma especial en los EE.UU., esta poniendo en evidencia como es imposible una acción mancomunada en el seno del capitalismo que anteponga el interés general al beneficio económico

 

Ante esta evidente pérdida de simpatía de los valores capitalistas por parte de millones de seres humanos en todo el Planeta, los poderes capitalistas no pueden soportar que China haya respondido mejor ante el macro coronavirus ni haya dejado menos muertes, y es que el sistema político y económico Chino este siendo mas eficaz y solidario que el de EEUU y la UE a la hora de la defensa de la seguridad de sus ciudadanos y de esta manera los intereses capitalistas encabezados por el Presidente de los EEUU Donald Trump están atacando duramente a China intentando recuperar un clima de Guerra Fría, con bloques claramente diferenciados con sus respectivas áreas de influencia y nítidamente enfrentados en todos los aspectos, desde el económico al político y al militar. Por ello la Administración Trump y el entramado militar de EE.UU. esta tratando de generar un clima de confrontación en las relaciones internacionales que le permita un aumento de la presión militar una mayor presión internacional hacia los Estados actualmente dependientes de los organismos económicos internacionales.

 

Los Estados Unidos necesitan una política exterior agresiva, porque persigue el dominio de las materias primas y los recursos naturales del Planeta mediante la ocupación militar o el control colonial para mantener las altas tasas de beneficios de las empresas multinacionales.

 

Desde este análisis de las consecuencias que esta provocando la crisis actual, es importante tener presente que esta decadencia de la llamada Globalización Neoliberal, de carecer capitalista es anterior a la crisis provocada por el COVID 19, porque cada vez era más evidente que los problemas de la humanidad no se pueden resolver con un sistema de relaciones internacionales basado en un mundo unipolar, en el que las ganancias de las grandes potencias se consiguen a costa de las pérdidas de los Estados menos desarrollados, en lo que se llama teoría de la suma cero.

 

Lo que ha ocurrido, es que la situación de emergencia que esta provocando la Pandemia está agravando una situación de cambios geopolítico que ya estaban en marcha, de manera que poca gente duda que el orden internacional que aparecerá después de controlada sanitariamente la Pandemia será diferente al que hemos conocido, lo que no quiere decir que este asegurado el triunfo de valores solidarios y socialmente avanzados.

 

Tenemos que ser conscientes de que el capitalismo tiene demostrada la capacidad para reinventarse y cambiar las formas para que no cambie lo fundamental: la acumulación de altas tasas de beneficios en manos del Gran Capital, al tiempo que no podemos desconocer que la crisis también afecta a China donde se produce una situación de paralización de la actividad económica que frenará su crecimiento.

 

El Partido Comunista y el Gobierno de la República Popular de China tienen que afrontar una situación no prevista y conseguir recuperar la capacidad económica e industrial para continuar el proyecto previsto de alcanzar el objetivo de qué toda la población de China pueda disfrutar de un nivel de vida modestamente acomodada.

 

De esta manera pueden aparecer nuevos peligros, porque si negativa era para la humanidad la Globalización neoliberal, peor puede ser la alternativa que están defendiendo algunos pensadores capitalista de cierre de fronteras, trabas al comercio internacional, agravamiento del carácter unilateral de las relaciones internacionales, un aumento del militarismo y del control dictatorial de los pueblos, no es nuevo que ante el fracaso del capitalismo liberal los poderes económicos apueste por el fascismo como el mejor guardián de sus intereses.

 

Frente a este pensamiento, de carácter reaccionario, antisocial, patriarcal, militarista, se debe levantar la propuesta de que esta crisis de la Globalización neoliberal pueda dar paso a una nueva Gobernanza Mundial basada en la multilateralidad y la horizontalidad en las relaciones entre Estados, que desarrolle un comercio justo de beneficio mutuo en el que todos ganen que entierren la teoría de la suma cero y realice grandes cambios en el ordenamiento internacional, tanto en las instituciones internacionales, es decir, levantar una vez más la bandera del internacionalismo frente al fascismo.

 

En esta necesidad de una nueva Gobernanza Mundial toma todo su sentido la propuesta de construir una Comunidad que asegure un futuro compartido para la humanidad, sume voluntades y esfuerzos para conseguir una cooperación que se pueda alcanzar objetivos comunes para que todos los habitantes del Planeta puedan tener derecho a una vida digna y sumar esfuerzos para combatir juntos las situaciones de emergencia como la que vive en estos momentos la humanidad.

 

Construir un nuevo Orden internacional que se base en nuevos principios, nuevos valores, y nuevas formas de representatividad de la comunidad internacional, lo que obligatoriamente nos lleva a plantear la olvidada Refundación de las NNUU con un nuevo reparto en la participación de todos los Estados del Planeta y una nueva dimensión de las Agencias Internacionales, dependientes de NNUU y que regularmente son atacadas por la actual administración de los EEUU, así como replantear el papel de Instituciones Económicas que han sido los pilares sobre los que se ha construido el dominio del Gran Capital sobre los recursos económicos, las materias primas y recursos naturales del Plantea, imponiendo políticas neoliberales que han destruido todos los elementos públicos de protección social.

 

Por otra parte, es necesario trabajar para acumular fuerzas en defensa de un proyecto constituyente en Europa en un proceso que desborde institucional y territorialmente a la actual Unión Europea, mediante una forma de integración horizontal, solidaria, independiente, que se plantee una reconstrucción de la economía, el modelo productivo y la vida en una Europa devastada por años de Neoliberalismo y que puede ser rematada por la crisis provocada por la extensión del COVID19.

 

También es importante ser conscientes de que América Latina está siendo el territorio en el que se está jugando una batalla fundamental entre las fuerzas que siguen defendiendo un proyecto de integración regional que permita disponer de los recursos y riquezas naturales para ponerlas al servicio de mejorar la calidad de vida de los pueblos Latinoamericanos y las fuerzas de las oligarquías locales que pretenden volver a una situación de dependencia de los EE.UU. como la mejor fórmula para asegurar la defensa de sus intereses de clase.

 

Construir esta comunidad con un futuro compartido para toda la humanidad, es lo que puede permitir, no solo el facilitar una más rápida salida de la actual situación de emergencia mediante la cooperación mutua y las posibilidades de compartir recursos, sino que nos puede ayudar a evitar que situaciones como la actual se repitan, desarrollando un concepto de seguridad compartida integral y sostenible en beneficio de toda la Humanidad

 

Nadie puede negar que en el mundo actual existen una total interdependencia entre todos los países y territorios, la cuestión es poder afrontar esta interrelación desde la cooperación recíproca que consiga compartir recursos y avances técnicos para multiplicar la ganancia de una manera compartida, elaborando reglas claras que ayuden y protejan a los Estados más débiles y vulnerables, de las agresiones de los Estados más poderosos y desarrollados.

 

Para empezar, una crisis de emergencia como la que está viviendo la humanidad en estos tiempos nos demuestra que las crisis no respetan fronteras, ni Continentes, hace necesario reforzar la cooperación internacional, y plantear la Refundación de las Naciones Unidas y el desarrollo de un nuevo Orden internacional, porque no puede haber una Gobernanza Mundial solidaria, progresista, socialmente avanzada, sin una Institución de carácter plenamente democrática y representativa que tenga el control sobre las instituciones económicas internacionales, para hacerlas más útiles a los países que más van a sufrir la situación de emergencia.

 

La cooperación económica internacional debe experimentar grandes cambios para establecer reglas que permitan un mejor aprovechamiento de la economía para mejorar la calidad de vida de quienes sean afectados por las consecuencias de la crisis, siendo fundamental implantar nuevas fórmulas en el comercio internacional desde principios justos en el que todos ganemos y sea un instrumento para el progreso de los Pueblos, desde unas bases sostenibles de respeto a la biodiversidad y la soberanía alimentaria con una gran defensa de la recuperación ecológica del Planeta.

 

En estos tiempos, el desarrollo de las fuerzas productivas, los avances tecnológicos, los descubrimientos médicos permiten en estos momentos hacer frente con éxito a las situaciones de emergencia como la actual, lo que hace falta sustituir el mercado neoliberal que pone toda la económica y los recursos naturales del Planeta al servicio de las grandes empresas de carácter Capitalista, hace falta desarrollar reglas e imposiciones de carácter unilateral claramente injustas para fomentar políticas económicas que se planteen para salir de la crisis en función del interés general, desde la solidaridad, fortaleciendo los instrumentos de protección social publica, y unas relaciones internacionales basadas en el beneficio mutuo.

 

La cuestión básica para poder consolidar un nuevo marcó de relaciones políticas, económicas y culturales entre los Estados del Planeta, desde unas Instituciones Internacionales es el diseño de un gran proyecto de Reconstrucción del Planeta que haga frente a las consecuencias que la actual crisis está provocando, porque solamente asegurando a toda la Humanidad unas condiciones de vida dignas puede tener futuro cualquier proyecto que pretenda diseñar un nuevo modelo de sociedad para este Siglo XXI.

 

Es por tanto necesario un Gran Proyecto de Reconstrucción del Planeta que cuente con suficiente apoyo social, político y económico, pero que al mismo tiempo tenga unas reglas de funcionamiento claras que eviten las situaciones de injusticia, neocolonialismo, o degradación medioambiental a las que nos llevó la Globalización neocapitalista. La construcción de un nuevo orden internacional exige hoy en día un desarrollo conjunto o por lo menos no tan desequilibrado como el que sufre el Planeta como consecuencia de la hegemonía de siglos de dominio y explotación capitalista.

 

En este objetivo de dotar a la humanidad de un Gran Proyecto común aparece con gran fuerza la iniciativa que lleva tiempo promoviendo el Gobierno de la República Popular de China en colaboración con decena de Estados y organismos económicos de todo el Planeta, me refiero a la iniciativa de Una Franja y Una Ruta, porque en este momento puede ser de gran ayuda a la hora de ayudar a superar la crisis económica que va a sufrir todo el Planeta y que afectará con más profundidad a los países más débiles y desprotegidos.

 

La Iniciativa Una Franja y Una Ruta ya es el mayor proyecto de cooperación internacional de la historia, la propuesta es que esta Iniciativa sea contemplada por todos los Estados del Planeta como la oportunidad para poner en común de manera que se puedan coordinar proyectos y recursos para dedicarlos a la reactivación de la economía mundial que nadie duda que se verá afectada por la paralización que está sufriendo la producción en todo el mundo, la propuesta en este momento sería que junto a la Refundación de las Instituciones Internacionales se planteará aprovechar la Iniciativa Una Franja y Una Ruta para convertirla en un Anillo que rodee todo el Planeta y desde principios justos, sostenibles, socialmente avanzados y netamente solidarios construyamos un futuro compartido para toda la humanidad, es decir que se convierta en un proyecto asumido por la mayoría de los Estados del Planeta.

 

Desde todos estos argumentos es el momento de realizar un amplio llamamiento, una gran convocatoria, que de manera plural, diversa, intensifique todas las iniciativas, foros y encuentros para confluir en el más amplio movimiento para que se preste atención a un GRAN PROYECTO DE INTERÉS GENERAL, lo que nos llevaría a esa gran Comunidad con un futuro compartido para toda la Humanidad, para poder salir de esta terrible experiencia que hemos sufrido, más unidos, más solidarios, mas convencidos que nunca en la historia de que por encima de las fronteras, de los  colores de la piel, de los lugares de Nacimiento, de las culturas o religiones, juntos podremos afrontar con éxito los desafíos que el futuro nos puede deparar, derrotando tanto la injusta Globalización neoliberal, para construir una Gran Comunidad en la que puedan incluirse todos los Pueblos del Planeta.

 

En este sentido sería interesante que los Foros, Plataformas y Encuentros Internacionales de carácter progresista, tanto sociales como políticos o sindicales que se reúnan en la última etapa del año 2020, que junto a los análisis regionales y sectoriales que realicen en el desarrollo de sus objetivos, incluyeran la exigencia común de un CAMBIO EN EL ORDEN INTERNACIONAL, QUE EMPEZARA POR LA REFUNDACION DE LAS NNUU Y SUS AGENCIAS PARA QUE RESPONDA REALMENTE A LA DEFENSA DEL INTERÉS COMÚN DE TODA LA HUMANIDAD.

 

España. 25 de abril 2020

 

https://www.alainet.org/es/articulo/206157
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