México, crisis viroeconómica y firmas calificadoras

18/04/2020
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Foto: https://www.diariodemorelos.com
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Contrario al criterio del gobierno de México de que saldrá airoso de la doble crisis por la epidemia de Covid y la caída de los precios del petróleo, firmas evaluadoras la descalifican como hizo hoy Moody’s.

 

Esta calificadora degradó de A3 a Baa1la deuda soberana de México bajo el argumento de una persistente incertidumbre en torno a las políticas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

En esencia tal degradación expresa una disconformidad de Moody’s con la forma en que desde la administración federal se enfrenta la crisis viroeconómica anteponiendo la seguridad ciudadana y de los sectores más vulnerables ante la pandemia y sus efectos negativos en la economía por encima de los intereses empresariales.

 

López Obrador prioriza sus múltiples programas sociales y planes de desarrollo nacionales generadores de empleo frente a la exigencia del capital privado de dedicarle mayores recursos a las grandes empresas, en especial liberándolas de cargas fiscales, y hacer reajustes típicos de corte fondomonetarista a los que se opone el mandatario.

 

La crisis viroeconómica está golpeando duro a México, pero todavía los planes de desarrollo no están en peligro ni se avizora una situación de default debido a la política anticorrupción y austeridad que le ha permitido al gobierno contar con suficientes recursos financieros para cumplir e incluso ampliar sus programas de beneficio social sin afectar los económicos.

 

Además, el mandatario es firme en su decisión de no endeudar al país en términos reales, por lo cual sigue rechazando las ofertas del Fondo Monetario Internacional de préstamos, como está haciendo con muchos países periféricos afectados por una crisis económica global que el coronavirus ha redimensionado.

 

Con esta acción de este sábado, Moody’s se convirtió en la tercera agencia internacional que, en tres semanas, reduce la calificación de la deuda con que se financia el gobierno federal de México. En la práctica, a menor calificación mayor el costo de obtener recursos en los mercados financieros.

 

La calificación de la deuda, tanto en moneda nacional como extranjera del gobierno mexicano, pasó de A3 a Baa1, sin embargo, todavía México mantiene el llamado grado de inversión, según la escala de Moody’s, aun cuando la perspectiva sea negativa y pueda desembocar en una probable baja en la próxima revisión.

 

En su argumentación para recortar la nota de solvencia de la deuda mexicana, la evaluadora expuso que decisiones de política económica y mensajes de la administración federal afectan el clima de negocios y, probablemente, continuarán impactando la inversión privada en los años próximos, así como la perspectiva de crecimiento.

 

La evaluación, sin embargo, no toma en cuenta los programas de bienestar y de desarrollo como factores que deben aumentar a corto plazo los niveles del consumo interno y del ahorro para estimular sectores clave de la producción y los servicios e incidir de forma favorable en la inversión, como insiste López Obrador.

 

Moody’s, al igual que anteriormente hicieron Standard & Poor´s y Fitch que bajaron su calificación de BBB+ a BBB- y la de Pemex peor aún a BB-, basan más sus calificaciones negativas en factores exógenos que endógenos, y aunque en precario, le mantiene a México grado de inversión lo que, de hecho, demuestra confianza en la economía nacional y su futuro.

 

Mantener grado de inversión permite que el gobierno de México continúe teniendo un amplio acceso al financiamiento en los mercados nacionales e internacionales de capital en condiciones favorables de plazo y tasa de interés.

 

De lo actuado por esas calificadoras lo importante para el mundo es rescatar la idea de que en 2020 la pandemia global o crisis viroeconómica, causará una importante disrupción en la economía mundial a través de canales externos y domésticos y los que más la van a padecer son los países periféricos y México no estará entre los más agónicos.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/205989
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