¡Chau neoliberalismo, chau Macri! La esperanza renace en Argentina

09/12/2019
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¡Ya está! Podrán hacer algunas provocaciones, pero el pueblo ya decretó el fin del gobierno de Mauricio Macri. Es muy probable que, con el paso del tiempo, podamos comprobar que no era un capricho reclamar su retiro anticipado. Se sabía que por cada día de continuidad de su gobierno aumentaba el daño al país y la mayoría de sus habitantes.

 

A pesar del gigantesco mal producido, se retira habiéndose permitido una movilización para despedirlo y con un 40% del electorado votando sus políticas, todo lo cual ayuda a quienes preparan futuras conspiraciones.   

 

Una colosal contradicción recorre toda la región y Argentina no escapa a la misma. En ella se contraponen el poder mundial de quienes ahora vienen a recolonizarnos, con las necesidades de las grandes masas, que padecen esos siniestros propósitos. Es una lucha sorda -a veces-, pública -en otras-, negada o exaltada pero siempre presente. Nuestros pueblos se van posicionando en ese enfrentamiento, que tiene múltiples intensidades y formas de expresión. Los hechos que nos toca vivir no se pueden separar de esa real y desigual confrontación.

 

Por citar dos casos extremos: En Bolivia el poder enemigo utilizó el formato tradicional del golpe de Estado y ahora está masacrando al sector mayoritario y más sometido del pueblo, los indios. En Chile, la incontenible y prolongada rebeldía popular está reclamando el fin del viejo poder y sus obsoletas instituciones.

 

En Argentina el macrismo avanzó en su tarea destructiva, la resistencia del pueblo no le permitió completar su obra. El peronismo y las organizaciones sociales amortiguaron la bronca social. Ahora el nuevo gobierno tiene la responsabilidad de responder a las postergadas demandas del pueblo y ayudar a la construcción del poder popular, si aspira a tener fuerzas que lo puedan defender en las ofensivas que vendrán.

 

Los números resumen la dimensión de la tragedia colectiva argentina: en estos cuatro años la inflación tuvo un acumulado superior al 300%; el valor del dólar creció seis veces, pasando de menos de 10 a los  60 pesos que ronda al terminar Macri su mandato.

 

En materia económica el país se achicó, en ese mismo período, un 7,4% y la clase media pasó del 30 al 25% del total de la población; la pobreza evolucionó desde una cifra próxima el 30%, cuando asumió, a más del 40% este año. El promedio del salario real registra una pérdida de aproximadamente el 22% respecto del existente al asumir Macri, y si se lo mide en dólares la caída salarial es cercana al 50%. En materia de haber jubilatorio la baja promedio es del 18%.

 

La deuda creció en unos 143 mil millones de dólares, de dólares, de los cuales más de 88 mil millones se fugaron en el mismo período. Según todos los datos existentes el aumento de tarifas de los servicios públicos es el más grande de la historia del país. Esta es una breve e incompleta síntesis de lo que nos deja “el mejor equipo de los últimos 50 años”

 

 Las expectativas y el gabinete de “los Fernández”

 

Desde las inmediaciones del futuro gobierno confían en que el dinero que van a insuflar en la economía (vía “maquinita”) en los primeros meses permitirá volver a poner en marcha al estancado aparato productivo, mejore el consumo y las expectativas del pueblo, sin que desborde la ya grave situación inflacionaria.

 

Esperan que ello se complemente con un principio de acuerdo por la deuda externa y que evite el default, con motivo de los pagos previstos para el mes de marzo. Otros dudan de la eficacia de esta política, a partir del segundo semestre del próximo año. 

 

De todo lo dicho deberá hacerse cargo el gabinete anunciado el pasado viernes.

 

El anuncio de los nombres que estarán al frente de los ministerios y los principales cargos y reparticiones deja mucha tela por cortar. Los designados para ocupar los 21 ministerios evidencian el carácter “progresista” de su composición; la baja cantidad de cargos ocupados por dirigentes provinciales y la nula influencia de los gobernadores no kirchneristas.

 

Aquella demostración de fe federalista de gobernar con los gobernadores no pasó de ser una linda idea. En el gabinete es llamativo el escaso número de mujeres (cuatro).

 

Se observa un equilibrio entre los nombres provenientes de las filas “albertistas” (personas vinculadas a sus antiguas relaciones y al Partido Justicialista de la Capital Federal) con otros acercados por Cristina, con los cuales tiene buen trato y respeto personal, más un número muy inferior (dos) históricamente relacionados con Sergio Massa.

 

Es posible que luego en las segundas y terceras líneas tengan una mayor incidencia el massismo y los “ignorados” en estas designaciones. El “color” del gabinete lo puso Alberto, cuando la cifra de 21 ministros se eleva a una treintena, con la incorporación de secretarías y organismos de primera línea, crece la presencia “albertista” para proteger y ampliar las decisiones y el marco de alianzas pretendido por el Presidente.

 

Dos de los sitios más críticos, respecto al conjunto que deben dirigir o el sector social a atender, (Seguridad y Agricultura) fueron cambios que se hicieron atendiendo a las observaciones de Cristina. Campo y fuerzas de seguridad están nerviosos.     

 

No quedan dudas que el gabinete lo armó Alberto. Pero los “consejos” y “observaciones” de Cristina y Máximo no fueron desatendidos.

 

La presencia de Guillermo Nielsen al frente de la estatal petrolera YPF define un objetivo muy claro. Contra viento y marea los yacimientos de Vaca Muerta deben cumplir el mismo rol que tuvo la soja en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Hay un convencimiento que allí están los recursos para “salvar” la economía.

 

Muchos beneficios estatales, ventajas y seguridad para las inversiones extranjeras serán las claves. Algunos dirán que Enrique Mosconi pensaba –cuando fue designado primer presidente de YPF- de otra manera, desde otro lugar les responderán eso pasó hace un siglo atrás y que “eran otros tiempos”.

 

De este modo quedó configurado el esquema del sistema institucional del poder. Con un Ejecutivo constituido del modo ya descripto. Un Poder Legislativo donde el oficialismo, absolutamente hegemonizado por el cristinismo, tiene la primera minoría en Diputados (121 sobre los 129 necesarios para el quórum) y mayoría propia en el Senado (42 senadores para una mayoría propia de 37).

 

En el caso del Poder Judicial éste arrastra sus propias reglas de juego, en un marco de deterioro y descrédito que le hará muy difícil dictar justicia de un modo creíble.

 

Aranceles para aluminio y acero: nuevo problema

 

El gobierno de Donald Trump, preocupado por su futuro, tratando de evitar que un juicio político lo desaloje del gobierno y creando condiciones con vistas a las próximas elecciones, quiere consolidarse en su fuerte que es la economía interna.

 

Para halagar a los “farmers” (chacareros) estadounidenses le aplica aranceles a las importaciones de aluminio y acero provenientes de Argentina y Brasil. Ese 25% de impuestos a los ingresos de acero y 10% para el aluminio, deja a los productos argentinos prácticamente fuera de dicho mercado.

 

Son 700 millones de dólares que dejarán de ingresar a la economía argentina, a lo que hay que agregar que las empresas afectadas están planificando el pedido de medidas compensatorias por parte del gobierno nacional. Esa medida no parece ser un castigo político a la Argentina, pero de todos modos la debilita para las próximas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.

 

Asimismo, las acciones de Tenaris/Techint y Aluar cayeron en sus cotizaciones. Para disminuir los riesgos de estas maniobras, Paolo Rocca (Tenaris) montó otra planta en Houston (EEUU). A esto hay que agregar lo sufrido por esa empresa con motivo del affaire vinculado a los “Cuadernos de la corrupción”, lo que ha hecho que las acciones de la empresa privada más grande del país, pierdan gran parte de su valor.

 

Los réditos electorales de esta medida son importantes para Trump porque logra ventajas internas sin afectar las relaciones con China, que es su gran problema comercial. 

 

Juan Guahán

Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

http://estrategia.la/2019/12/07/chau-neoliberalismo-chau-macri-la-esperanza-renace-en-argentina/

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/203710
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