¡Salvemos las selvas y sus gentes!

02/12/2019
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Foto: PRELA
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En los países Andino-Amazónicos, se han instalado gobiernos conservadores, neoliberales, enemigos de la Amazonía y sus gentes. Hasta el 2014 en esta región había gobiernos progresistas y de izquierda en Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela que de una u otra forma defendían la Amazonía. En Colombia y Perú había gobiernos neoliberales de centro derecha, enemigos de la Amazonía y sus pueblos indígenas, pero en el caso de Colombia las guerrillas de la FARC constituían una fuerza de contención frente las empresas nacionales e internacionales depredadoras de los bosques. Este panorama político estratégico en relación con la Amazonía ha cambiado.

 

La importancia de esta región es que, gracias a sus bosques, constituye el pulmón, el riñón y la fuente de agua de toda América del Sur. Las tasas de deforestación en esta región, son de las más altas del mundo, situación que tiene la potencialidad de causar una drástica disminución en los volúmenes de agua proveniente de las lluvias en la zona occidental del continente, en relativamente poco tiempo.

 

Según el “Atlas de oportunidades de conservación en el bioma amazónico bajo consideraciones de cambio climático” 1 el bioma amazónico, es delimitado como una zona biogeográfica por Olson y Dinerstein (1998), que se extiende por 6 851 583 km2, en jurisdicción de ocho países (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela) y un territorio de ultramar, Guayana Francesa. Sin embargo, Es importante anotar que los límites de la cuenca del río Amazonas no necesariamente corresponden con los límites del bioma amazónico.

 

Hidrográficamente, el bioma está compuesto en 76.2% por la cuenca del río Amazonas, en 7.9% por el río Orinoco y en 15.8% por otros ríos como el Essequibo, el Tocantins y el Marajó. Hacia la zona andina en el oeste de la región, el bioma no alcanza a cubrir las zonas glaciares y subglaciares de la divisoria de aguas de la cuenca. Dentro del bioma, las cuencas más representativas en área son las de los ríos Tocantins, Negro y Xingu

 

El bioma amazónico es el mayor ecosistema tropical del mundo y el hogar de aproximadamente 26 millones de personas, incluyendo más de 350 pueblos indígenas. Su diversidad biológica y cultural es excepcional y merece todo el esfuerzo posible para ser preservada, tomando en cuenta que esta extensa megadiversidad probablemente convierte al bioma en el segundo ecosistema más vulnerable al cambio climático después del Ártico.

 

Por otro lado, la Amazonia ofrece servicios ecosistémicos esenciales tanto para las comunidades locales, como para los países de la cuenca amazónica, a escala regional y para todos los países signatarios o no de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), a escala global. Uno de los servicios ecosistémicos de relevancia regional corresponde a proporcionar aproximadamente 50% de la lluvia que el sur de Suramérica recibe en Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina. Esta lluvia es condicionante sine qua non para la producción del sector agropecuario y energético de estos países. Otro servicio de relevancia mundial es el almacenamiento de millares de toneladas de carbono, que equivalen a una mayor cantidad de la que todos los países desarrollados signatarios del protocolo de Kioto tenían que reducir.

 

La deforestación de sus extensos bosques, actualmente con tasas menores que a principio de este siglo, pero aún es importante, contribuye notoriamente con el calentamiento global y el reto es, en consecuencia, reducir o detener la deforestación en el bioma. De esta forma, se dejarían de emitir cantidades de CO2 relevantes a nivel mundial y se reduciría la disrupción del ciclo amazónico de humedad y lluvia por la falta de evaporación derivada de la deforestación. En el bioma, la decisión de evitar la deforestación está en nuestras manos. En otros procesos desencadenados por el calentamiento global, como los que afectan la corriente del Atlántico Norte y el derretimiento de parte del mar Antártico y de los suelos permafrost del hemisferio norte, no tenemos acciones que podamos implementar para detenerlos o reducirlos.

 

En el año 2000, el bioma amazónico tenía bosques con una extensión de 5.48 millones de km2 y una extensión deforestada de 492,095 km2, correspondiente a 9.31% (Suárez et al. 2015). En el período 2000-2013, aumentó la extensión deforestada en 643,040 km2 (3.91%). Bajo una perspectiva regional, la tasa anual de deforestación ha disminuido en los últimos años. Para el periodo 2000-2005 era de 33,873 km2; entre 2005 y 2010, de 14,045 km2 y entre 2010 y 2013, solo de 20,126 km2. Esta disminución es especialmente notoria en Brasil, no así en Bolivia, Venezuela, Perú, Guyana, Guayana Francesa y Surinam donde se observa un aumento en la tasa anual promedio de deforestación.

 

Es indispensable salvar la selva amazónica, para asegurar que no se ha de variar el vital aporte de las aguas de lluvia sobre la parte occidental de los Andes. El abuso en la explotación de recursos, la desertificación y la contaminación del agua dulce del planeta entre otros fenómenos, impactan sobre los habitantes de la costa y la sierra, en ciudades como Lima, Santiago, Guayaquil, Trujillo o Piura, que serán las mayormente afectadas.

 

Ante la gravedad de la crisis ambiental y la posibilidad de convertirse esta región de la cuenca amazónica en un escenario de sobrevivencia humana en un planeta moribundo, se han realizado y se realizarán diversos eventos regionales y mundiales: el Pacto de Leticia, el Foro Pan Amazónico 2020, la Cumbre sobre Acción Climática en la ONU, la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP 25 - primero era en Santiago de Chile y ahora en Madrid -, el Sínodo Pan Amazónico en Roma, reuniones realizadas en Satipo, Perú, con indígenas protectores de los bosques y los ríos.

 

Pero la COP 25 al parecer no dirá ni acordará nada al respecto. En estas reuniones y cumbres debemos evitar que sus declaraciones se conviertan en letra muerta. Es indispensable un nuevo pacto socio-ambiental global en Madrid y constitucional en nuestros países, que vayan al fondo de los problemas, sustentado en la disolución cuanto antes del modelo neoliberal extractivista que se ensaña contra la región andino-amazónica y sus pueblos.

 

Los temas centrales para una agenda en el proceso de construcción de este nuevo pacto, deberían ser los siguientes:

 

a. Por una región boscosa que debe ser protegida y manejada sosteniblemente, construida desde abajo y adentro, para los pueblos y culturas del mundo y no para los de arriba y afuera, de las transnacionales para la explotación/depredación de sus recursos y expoliación de sus pueblos y culturas.

 

b. Construir redes comunitarias de solidaridad en defensa de los Derechos Humanos y las plantas maestras de los pueblos indígenas (hoja de coca, ayahuasca y otras), contra la militarización de los territorios con bases policial-militares y criminalización de los movimientos sociales bajo el pretexto de la lucha contra el "narcoterrorismo".

 

c. Exigir y conquistar información transparente, participación democrática en la ejecución y elaboración de estudios independientes de impacto ambiental y que las empresas transnacionales paguen bonos por no extraer y explotar los recursos naturales, contra la elaboración y ejecución de mega-proyectos carreteros, hidroviales, energéticos, hidrocarburíferos, mega monocultivos, mega proyectos mineros, minería artesanal-ilegal del oro aluvial, etc.

 

d. Impulsar propuestas de desarrollo territorial sostenible (DTS) con los pueblos y autoridades locales al centro y a la cabeza de ellas, con estrategias sociales, políticas, institucionales, medio-ambientales y técnicas de Zonificación Ecológica-Económica y de Ordenamiento Territorial (ZEE-OT), todo ello contra la venta de carbono sumido por los bosques, como nueva quimera extractivista contra los pueblos andino-amazónicos para la apropiación de sus territorios, culturas y saberes.


 

Rio de Janeiro, Brasil, 30 de noviembre de 2019

Ec. Hugo Cabieses Cubas

Economista peruano, ex Viceministro de Recursos Naturales del MINAM en 2011 y asesor parlamentario 2016-2017 y 2019. Militante eco-socialista, secretario de relaciones internacionales del Partido Socialista PS-Perú y coordinador Andino-Amazónica de la Coordinación Socialista Latinoamericana CSL. Exposición en la 1ra Reunión de la Coordinación Andino-Amazónica de la CSL

 

Nota

 

1 Ver al respecto el Atlas de oportunidades de conservación en el bioma amazónico bajo consideraciones de cambio climático. Iniciativa Visión Amazónica: Redparques, WWF, FAO, UICN, PNUMA, Cali, Colombia; marzo 2017 en: http://redparques.com/wp-content/uploads/2017/07/ATLAS-.pdf.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/203591
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