Informe de la situación

El milagro latinoamericano

28/08/2019
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La más tonta de las vanidades suele ser la pretensión de producir un relato que termine con todos los relatos. Sin embargo, nada de eso pasará, como vinieron otros, otros vendrán a poner remedio a las fallas que seguramente tendrá este una vez que comience a circular ante la consideración de los lectores precavidos sobre todo.

 

Nuestra historia seguramente comenzó con aquel providencialismo católico español que se asentara en el siglo XV a partir de la asimilación e hibridación de y con la magia fatalista indígena en el vasto continente desconocido y mal conocido. Esta matriz hechicera, chamánica y mítica, nos acompañó seguramente en este prometeico esfuerzo del glorioso pasaje al logos latinoamericano.

 

Los criollos mestizos fueron la clase social racializada que se hizo cargo de los gobiernos de la emancipación conformando las burguesías locales, entre el terror a los indígenas despojados de sus tierras y a los vastos intentos de restauración española y oportunismo inglés, dieron paso al surgimiento de los ejércitos latinoamericanos, protagonistas de las Independencias en el siglo XVIII, la construcción del esencialismo de los Estados Nacionales en el XIX y de los cruentos Golpes de Estado en el XX.

 

Pero Prometeo encadenado no fue suficiente para las tierras del mal y el espíritu santo. Sísifo sueña desde entonces con cortar el maleficio, que sus escaladas sirvan al menos para recuperar el aliento, mirar alrededor e intentar otro camino aunque sea conexo pero distinto al del castigo de Zeus.

 

La osadía de América Latina, la de enfrentar al poderoso con sus propias fuerzas y métodos, con las culturas del viejo vizcacha y el gueguense, como forma de enfrentar el poder, se pagó con este presente oprobioso que ya ni asombra, excepto a los extraños, muy extraños, que se preguntan, ¿Por qué no despegan?, como si la metáfora del desarrollo nos mostrara cruel, nuestra falta de alas, de perspectivas y con una fatiga crónica frente a la vara de los poderosos, cada vez más alta.

 

La región más desigual del mundo entero, coincide cualquier estadística que tomemos en consideración. Nuestra gente deja su vida en accidentes de tránsito, peleas callejeras, violencia de género, trata, alcoholismo, drogadicción, embarazos adolescentes, suicidios. Las estadísticas oficiales, siempre mienten ante los estragos que la desnutrición infantil, enfermedades infecto-contagiosas y simplemente la ignorancia, la falta de educación universal, sistemática y de calidad, le hacen a nuestros pueblos, cada vez más numerosos por falta de planificación familiar, pugnando en las fronteras sureñas por un mundo mejor, dominado por el dólar, el pragmatismo de las corporaciones y el idioma inglés para quienes ya somos, simplemente “chocolates” o carne de fusil automático para cualquier ignoto de supremacía blanca. La actividad de mayor riesgo es ser periodista o militante ambientalista y la infancia y juventud abandonada, violada, pervertida, drogada.

 

Nuestro propósito

 

Tal vez, logremos superar, antes que finalicen estas pocas páginas, el escepticismo, el realismo no exento de magia y logremos esbozar una propuesta de salida a la crisis endémica que nos embarga siempre, porque, Latinoamérica ha demostrado, entre otras cosas, que se puede (mal/sobre) vivir siempre en crisis. A tal punto que ya ni reconocemos que significa en realidad, esa palabra, que la usamos para todos los males y análisis sociales sin sentido. Solo nuestra angustia existencial nos muestra un rumbo de salida pero, ¿hacia dónde? Nada sabemos más allá del impulso inicial. Reconozcamos al menos, que hemos producido un milagro, el de subsistir a tantos males y desaciertos. No deja de ser un logro. Sin embargo, no parece nada saludable haber sobrevivido para caer tantas veces como subamos (1) Esa sería la pretenciosa intención de este escrito, reconocer el mérito y prever la salida.

 

Nuestros males sin remedio

 

Por si quedaban dudas sobre que se trataba de un espacio territorial perfectamente situado en el concierto internacional en el contexto de la denominada Guerra Fría, sufrimos las intervenciones militares durante gran parte del siglo XX, creando un verdadero estado de excepción si lo consideramos bajo el paradigma democrático aunque, justo es aclararlo, lo que predominaba por entonces, era el eje/consigna Liberación o Dependencia y no Dictadura o Democracia como lo fue inmediatamente después de la caída del muro de Berlín, donde el contrapoder que ejercía Moscú a nivel global, más allá de cualquier consideración de valor que hagamos del estalinismo, equilibraba la relación de fuerzas con Occidente y en esa brecha prosperaron algunas iniciativas populistas recreando algo parecido a un Estado de Bienestar a la latinoamericana pero con escasa libertad ciudadana y social.

 

A partir de los 90`, en otro ciclo que abarco toda la región, más allá de las particularidades subregionales y nacionales, desaparecida la amenaza del comunismo, se impusieron las democracias de baja intensidad, derechos cívicos individuales y participación ciudadana pero conculcando derechos económicos sociales con el azote de los regímenes neoliberales produciendo los ajustes macro estructurales y desmantelando los Estados nacional-populistas (2). La inercia de este proceso, prevaleció hasta nuestros días, más allá de las intenciones o no, de las respuestas ensayadas una década después, un poco por sus medidas de largo plazo y otro, por la ineficacia, corrupción, enfrentamiento político faccioso, en un contexto que siguió siendo de escases para las mayorías populares. Podríamos resumir, la ofensiva facciosa económica, cambio culturalmente nuestras sociedades que pasaron a ser duales, como no lo eran desde hacía cien años, una terrible gangrena para lo cual se propuso bálsamos que aliviaran tanto dolor. La política no pudo (o no quiso) superar a la economía, el Estado no pudo (o no quiso) achicar al Mercado.

 

En el contexto de las burguesías locales tratando de acoplarse en clivaje con el capital transnacional, los sectores populares produjeron una serie de alzamientos en procura de una solución a la situación de desempleo, precarización y dictadura del mercado. Surgieron como respuesta los gobiernos populistas, neo desarrollistas, progresistas, Socialistas del Siglo XXI quienes, sobre las demandas de los movimientos sociales, impusieron a los Estados nacionales como única herramienta reguladora de los mercados internos, combatieron la extrema pobreza con asistencia clientelar focalizada, cooptaron a los principales dirigentes sociales produciendo un verdadero reflujo en la participación social y política, instrumentalizando, una vez más, a los sectores populares por parte de las elites locales, en sus disputas intra clase y, como quedo dicho, en sus estrategias frente a la hegemonía del capital global pero esta vez, en algo que parecía imposible a priori, recuperaron la tasa de ganancia vía consumo interno y el excepcional precio de las comodities exportables. Se trató de un ciclo de expansión capitalista, luego de la contracción de la etapa anterior.

 

Cómo estamos hoy

 

En este nuevo ciclo, ¿Qué estaría pasando? La estrategia global, parece intentar obturar para siempre las respuestas políticas de los sectores populares ante cada ajuste. Esto sería, hacer coincidir esta vez, luego de la anestesia de los 90`, lo económico con lo político. Es decir, el liberalismo político, el mismo que por miedo al comunismo hizo una extraña alianza con las dictaduras económicas, hoy está degenerando en neo fascismo, proteger al capital local con gobiernos de derecha racistas y xenófobos, legitimados por el voto popular (Brasil). La calamidad sigue siendo estructural, Latinoamérica no crea valor suficiente en sus saldos exportables, eso origina recurrentes descompensaciones en su balanza comercial, cuyo déficit tiene que ser compensado con endeudamiento externo, desfasando la Balanza de Pagos y así sucesivamente. Los recursos naturales ya no son suficientes, la tecnología para extraerlos está en manos foráneas y su contratación resulta ser más deficitaria que la inversión extranjera directa. En ese sentido, parece francamente insólito que existan países cuyos mandatarios pronostiquen un desarrollo equivalente a los países centrales vía el extractivismo, sin reconocer ese modelo exportador como insustentable, dañino para los ecosistemas, deficitarios financieramente, solo propicio para rescatar a la gente de la extrema pobreza, para lo cual, piden gobernar a perpetuidad. (3)

 

Milagro I

 

Estamos vivos, absolutamente fracasados pero con vida y esperanza. Hemos fracasado con todos los regímenes y propuestas políticas. Todas. Han intentado nuestra reducción física y cultural sin conseguirlo del todo. ¿Qué puede ser peor de lo que hemos vivido? Guerras civiles, epidemias, terremotos, huracanes, desestructuración cultural, invasiones, endeudamientos impagables, amenazas permanentes, penetración cultural.

 

Nuestros héroes, muertos o exiliados. Levantados post mortem en el panteón de la gloria, ocupando el imaginario de los pobres, único capital simbólico e histórico de los que nunca recibieron nada material, ni tierras ni casas ni armas ni libros.

 

Fracasamos. Fracasamos con todos los sistemas políticos, económicos y sociales. Propuestas conservadoras oligárquicas, que dejaron afuera a las mayorías populares.

 

Populismos que intentaron imitar los estados de bienestar europeos con idénticos resultados en cuanto al freno al comunismo internacional y profilaxis al capital local, con libertades individuales y democráticas conculcadas como condición de la ciudadanía para lograr un mínimo de igualdad económica. Dictaduras militares con planes económicos liberales, ante el fracaso de la etapa anterior en contener la insistencia de los sectores populares en lograr mejores condiciones de igualdad y libertad en el contexto de la revolución cubana, el mayo francés, las insurrecciones armadas, etc.

 

Sigamos. Etapa de la normalización democrática con planes económicos neoliberales luego de la caída del muro de Berlín, respuesta neodesarrollista con una clara estrategia de lograr recuperar la tasa de ganancia de las burguesías locales aunque sin quebrar la inercia del modelo anterior. El último grito de la moda cívica en la región en materia política lo constituyen las alternancias con propuestas del centro a la derecha cuya legitimidad de ejercicio se degrada rápidamente ante las recurrentes crisis económicas y las tensiones geopolíticas entre los países centrales y los tributarios de la región.

 

Milagro 2

 

Nunca la vida de los pueblos, han dejado de modificar todas las teorías, hipótesis, liderazgos, partidos, movimientos. Lo reconozcan o no, no es la teoría política la que crea la realidad, es la realidad la que genera una propuesta de filosofía política, sistema económico, estructura ético jurídica etc. Cierto es que, medios masivos de comunicación mediante, las palabras parecen acciones en boca de los intelectuales que mantienen una hegemonía histórica sobre la opinión pública, los votantes trabajadores y campesinos. Algo de eso existe pero no abandonemos las categorías clásicas de análisis para no extraviarnos demasiado. Ensayemos una propuesta de superación cultural de nuestros pueblos, enclavados en este territorio en disputa. ¿Cómo es que, pese a todo, Latinoamérica parece representar una opción de salida a la crisis global? Pues, seguramente, más allá de nuestra peligrosa fatiga por la democracia, con el empate hegemónico recurrente producto del sistema de representación cada vez más distante de la base que se desborda, en ese desborde, está la esperanza hecha realidad social y política, tratando de condicionar al Estado/Mercado a favor de una amplia organización popular, evitando el endeudamiento financiero y la caída de la producción y el consumo.

 

Nuestra propuesta: una respuesta a lo imposible

 

El Estado Migrante

 

¿Sera que asistimos a una verdadera Revolución Inconsciente? ¿Sabremos nutrirnos de la experiencia de las masas para nuestras decisiones? ¿La estrategia será revolución permanente y/o simultanea? ¿A los fines de los pueblos, cuanto peor las condiciones objetivas mejor las subjetivas? ¿O viceversa? ¿Cuánto peor, peor?

 

Mientras reflexionamos y debatimos estos supuestos veamos como vemos lo que vemos en clave histórica y crítica. Mientras el capital, hace tiempo que se desplaza sin problemas por el mundo, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, dentro o fuera de la ley y con la cobertura de las empresas y agencias multinacionales y los estados pos modernos, el trabajo, su contraparte, se encuentra cada día más regulado por los países centrales y sus tributarios, de acuerdo a las necesidades del mercado laboral de mano de obra en el doble circuito de la mercancía y las materias primas a nivel global.

 

¿Pero qué es lo que vemos cuando vemos moverse a los migrantes? Más allá de las noticias-catástrofe cuando son rechazados porque están compitiendo con la mano de obra local o cuando son bienvenidos porque son supletorios de opulentos trabajadores (esto está cambiando) de economías de tercera y cuarta generación o, finalmente, cuando las empresas se trasladan al Tercer Mundo (deslocalización) con amplios beneficios impositivos y ampulosos anuncios de los puestos de trabajo (basura) por parte de los gobiernos locales y fuga opaca de capitales por las ganancias obtenidas y las ventas de productos suntuosos en mercados de consumo opulentos y refinados marcando la pauta cultural de producción mundial. ¿Qué es lo que vemos realmente?

 

El Estado Migrante posee un territorio que se mueve desde los países de origen hasta los de paso o destino. El Estado Migrante tiene un pueblo que se mueve, una organización y un financiamiento propios y adecuados a las coyunturas de conflicto. Tiene mafias y un poder “judicial” que se encarga de los delitos “in itinere” y la seguridad del grupo a cargo de milicias populares.

 

¿Qué vemos en la composición del Estado Migrante? Pues lo más avanzado de este siglo XXI: mujeres, niños, transgénero, trabajadores, jóvenes desocupados, militantes sociales y ambientalistas, etnias diversas, invisibilizados de todo tipo, etc. Todos cohesionados por el infortunio, actos heroicos y cobardes o sea, en el estado migrante, fluyen todas las pulsiones sociales necesarias para organizar una sociedad bajo el flujo de un estado con democracia directa, lazos solidarios mecánicos, libertad ciudadana y fuerte sociedad civil.

 

La migración, es el ajuste social de los países del sur hacia el despojo de los países del norte. Aunque reconoce matices en estos dos hipotéticos bloques (4), resulta un flujo cuya dinámica no se detiene nunca por completo y presente sus efectos de hibridación cultural y lucha económica al interior de los países centrales.

 

Si en superficie se observan los conflictos de odio es porque la composición de esas sociedades está cambiando drásticamente y los locales se sienten realmente desplazados en su propia tierra, la cual no están dispuestos a ceder sin pelear. Es momento de darnos una política de protección y ofensiva en estos grupos consolidados en tensión permanente. Articular una lucha mejor dicho, ya que este sujeto social jamás ha dejado de luchar, solo que en condiciones de notable aislamiento político. Se trata de una economía de remesas en familias articuladas y de trabajadores esclavos en los países pobres.

 

Comunidades en Resistencia

 

Mientras el arco sigue tenso, (5) como desburocratizar la toma del poder, la guerra de posiciones, la revolución pasiva y la defensa activa), las CPR, han demostrado su eficacia en zonas del planeta donde el deterioro de las agencias estatales y la disgregación de las privadas, han permitido a las comunidades repeler el avance de las empresas multinacionales explotadoras de minería, energía eléctrica, gas, petróleo y hasta enclaves estratégicos en la disputa global, cuya única estrategia pareciera ser el despojo sin dejar en los territorios más que socavones y tendidos de alta tensión.

 

Esta categoría de actor social, está usada en términos genéricos, sin dejar de reconocer que se trató en su origen, de allí su nombre, de las comunidades mayas del altiplano guatemalteco, las cuales se vieron envueltas en un fuego cruzado en la guerra civil entre la guerrilla y el ejército para luego ser objeto de un verdadero etnocidio durante el terrorismo de Estado que dejó como saldo trescientos mil muertos, las comunidades destruidas por desplazamientos forzosos y una secuela de violencia y perdida de territorio, que aún sigue vigente, pese a haberse cumplido más de veinte años de los acuerdos de paz.

 

Las comunidades en resistencia, en este sentido, se podrían citar, sin tener la más mínima intención de agotar los ejemplos, la resistencia zapatista en el sur de México (la más conocida pero no la única entre más cincuenta etnias originarias), la Comunidad Urbana de Villa el Salvador en Perú, la etnia mapuche en el sur de Chile y Argentina, las comunidades originarias del Quiche en Guatemala, el Movimiento Campesino del MOCASE en Santiago del Estero, Argentina, los 450 pueblos indígenas (muchos de ellos no contactados) que resisten el ataque a la biodiversidad de la Cuenca Amazónica, la cual abarca los actuales Estados Nacionales de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana, Guayana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela.

 

En este rubro variopinto se encuentran dispersas por el territorio en disputa, mucho más cuando arrecian crisis políticas o climáticas, las reconocidas por la ONU como ONGs. Sin dejar de reconocer que toda ayuda debe ser bienvenida para la gente que sufre, el balance es muy negativo respecto a sus resultados, corrupción, inoperancia y mezquinos intereses corporativos y de países extranjeros, hacen de ellas un factor de cuidado pero con pocas expectativas sobre su desempeño comunitario.

 

Más allá de sus singularidades, las cuales excede este trabajo, estas comunidades tienen en común la resistencia frente a los embates externos de las fuerzas del extractivismo de enclave capitalista, la integridad territorial, su hábitat ambiental, su cultura milenaria, una forma amigable de vivir con la naturaleza. Aunque parezca improbable la ofensiva de estas comunidades hacia la hegemonía de las multinacionales y los Estados Nacionales, su resistencia crea las condiciones no solo para negociar los recursos en disputa o para sostener una posición principista frente al fenómeno de la explotación global, sino también, posicionarse en caso de poder abandonar el aislamiento, el que les brinda cohesión por otro lado, (6) y articular con otros sectores sociales de la región e incluso más allá.

 

Fieles a la convicción que, más allá de la región latinoamericana, objeto de este estudio, la estrategia es global y tercermundista, podríamos concluir este apartado nombrando a las comunidades de Rojava, (abarca actualmente los Estados de Irán, Iraq y Turquía) y Cataluña, en el Estado español. Reiteramos, más allá de las enormes asimetrías entre todos los fenómenos políticos señalados, el independentismo, la autogestión, la democracia directa, el buen vivir, identifican de alguna manera estas experiencias lo que nos permite imaginar una no muy lejana lucha contra la explotación, la alienación y dominación capitalistas.

 

Dado que en este tipo de comunidades, se da la mayor experiencia en materia de seguridad autónoma, tocaremos finalmente el tema de los ejércitos nacionales, las policías locales y los paramilitares en la región. Se trata del mayor dispositivo represivo desplegado como principal resorte constitutivo del Estado Nación cuya renovada ideología, Seguridad Nacional, lucha contra el terrorismo y crimen organizado, son garantes del capital transnacional ejerciendo el control factico contra las disidencias.

 

En este caso, cabe aventurar, que las comunidades irán desplazando paulatinamente los efectivos de los ejércitos regulares y policías locales, por cuadros más comprometidos en los intereses comunales como así también reemplazar estas verdaderas corporaciones del terror por la creciente participación de la ciudadanía empoderada también en este tema crucial para la democratización y autonomía.

 

La idea fuerza en esta problemática, sería poder desmontar la construcción del enemigo interno global en el espectro del terrorismo y llevar a cabo acciones que se proyecten más allá del mero conteo de muertos que lamentablemente está ocurriendo por años en la región en una verdadera criminalización de la protesta social. La gran tarea política a nivel popular, tiene como objetivo prioritario vencer y romper la verdadera cadena de complicidad social que siglos de violencia desde arriba y fracasos en el abajo, han abonado en la naturalización del miedo que inmoviliza y la no participación en los asuntos del común como norma de sobre vivencia.

 

Así como el Estado caerá en una Sociedad sin Clases, el Mercado estará regulado por la anarquía (7) o sea, las cooperativas de producción y consumo reunidos sus integrantes en Asambleas del Pueblo a fin de decidir las cuestiones que pongan en peligro este mercado popular contra la monopolización de los bienes y servicios tanto privados como públicos, eliminando definitivamente la intermediación parasitaria. La tarea inclaudicable en este sentido, será la de garantizar esa verdadera experiencia social total, de libre intercambio materiales, simbólicos y de relaciones sociales, un mercado a la medida en última instancia, del pueblo campesino proveedor de bienes quienes, justo es reconocerlo, aunque la migración del campo a la ciudad no ha dejado de fluir, ocupan la mayor parte del territorio en disputa.

 

Del mismo modo, los ejércitos dejarán de tener sentido en la transición de suplir los cuadros, como queda dicho, los cuales, son reclutados en los mismos sectores desclasados, objeto de control. Se trata de uno de los mayores aciertos de los sectores dominantes, lo cual es preciso desmontar.

 

Por un lado, el reclutamiento que agrieta cualquier iniciativa popular a nivel de las capas más bajas de la sociedad capitalista. Por otro lado, pasan a formar parte de una corporación poderosa, sin control social alguno y cuya misión principalísima es reprimir a las principales víctimas del sistema.

 

El grupo social de pertenencia de esos efectivos, será reemplazado paulatinamente, desde su imaginario, por los grupos de referencia, o sea, sus empleadores quienes, para ello, le garantizan un mínimo de bienestar material y reconocimiento social: el Estado (en forma permanente) y las clases medias e intelectuales hegemónicos en general (en momentos de crisis).

 

He aquí la construcción de poder alienado, garante en última instancia de una sociedad estratificada con total acatamiento de la dominación por parte de los dominados subalternos (a quienes no se les provee armas ni formación) o en su defecto, castigados por este dispositivo poderosísimo.

 

El eje será descorporizar esos cuerpos armados, hacerlos permeables al control de la comunidad. No será preciso construir poder, sino deconstruirlo, repartirlo, compartirlo. Mejor dicho, construir, de ser necesario, pero solo y al solo efecto de deconstruir ante aquellos poderes facticos intransigentes y reaccionarios. O, tal vez, debamos decir, construir contrapoderes contra y más allá del capital y los privilegios que genera.

 

Todo depende del eslabón en que nos encontremos en el proceso de desempoderar a los sectores que han concentrado poder a expensas de los dominados, explotados, temerosos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los movimientos sociales

 

Más allá de la clásica caracterización y prestigio de que gozaron a finales del siglo XX en la región, su vector aplicativo en el teatro de operaciones adoleció de la necesaria densidad, volumen y amplitud que garantizara en el tiempo su indiscutida profundidad insurreccional que demostraron en su estructura y estrategia de carácter territorial, multi focal, pluri nacional y multiétnica.

 

Más allá de las limitaciones que demostraron los gobiernos directamente emergentes de la ofensiva movimientista, su saldo sigue resultando apreciable y retomar su experiencia, resulta ineludible ante cualquier estrategia de emancipación.

 

Se impone recuperar la tradición movimientista, muy acotada por estos años aunque el tema migratorio sea uno de los predilectos, resulta imprescindible que vuelvan los Movimientos Sociales a tener una destacada dinámica en la región atendiendo algunas particularidades que tiene que ver con lo que se pudo acumular estos años y lo que se fue por la borda a manos de los Estados Nacionales y los Grupos Económicos.

 

Sin lugar para etapismos, en este proceso, debemos reconocer que la historia ha demostrado, desde la Revolución Rusa en adelante, sociedades netamente agrícolas y subdesarrolladas para desarrollar revoluciones en nombre del socialismo. En ese sentido, podríamos clasificar nuestra realidad regional en tres grupos de países con regímenes disimiles los cuales condicionaran tanto la táctico como la estrategia de los Movimientos Sociales. (8)

 

Países con regímenes republicanos y gobiernos de inspiración liberal, como Perú, Chile, Paraguay, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Argentina. En estos casos, los movimientos tienen la imperiosa necesidad de profundizar sus demandas de mejores condiciones de vida sustentable ecológica y financieramente. La inversión extranjera directa y la apertura de las economías en un mundo interdependiente con los países centrales, no es compatible con las demandas de mayor igualdad social, más allá de las libertades capilares que ofrecen este tipo de gobiernos. (9)

 

Regímenes bolivarianos (países del ALBA) con gobiernos que, en algunos casos, se auto denominan socialistas del siglo XXI. El caso más destacado obviamente es Venezuela, con una economía escasa y libertades políticas cada vez más conculcadas. La estrategia de los Movimientos Sociales en este caso, debería ser neutralizar paulatinamente la relación dialéctica entre oficialismo y oposición tanto interna como externa. Ambos bloques son totalmente funcionales al estatus quo de un pueblo sufriente que ve mancilladas sus legítimas conquistas a partir del caracazo y la derrota de la tradición del punto fijo.

 

Regímenes de inspiración marxista-leninista y su derivación estalinista, como Cuba, dado su situación similar al anterior caso, donde el bloqueo, no permite la apertura económica (su economía no es sustentable sin la URSS) y condiciona la inversión extranjera, para lo cual el país tendría ventajas comparativas como una mano de obra barata y calificada.

 

Esta situación, se ha mantenido más allá de las administraciones norteamericanas, debido a que desequilibraría la economía regional de Miami en los EEUU, cuyo lobby, no ha podido ser superado más allá de algunas aperturas parciales. Dicha situación, es la que sostiene al Partido Comunista en el poder en forma ininterrumpida desde hace sesenta años.

 

Atendiendo a esta lectura coyuntural, la estrategia necesaria para profundizar reformas sociales seria poder incidir en las distintas variables mencionadas con el pragmatismo que exige un mundo interdependiente, y los intereses del pueblo cubano de mayor libertad y base material y simbólica para su pleno desarrollo.

 

El régimen plurinacional de Bolivia, de acuerdo a la Constitución reformada en el 2005 con la emergencia en el poder de Evo Morales en una alianza con la burguesía local y sectores originarios.

 

El primer problema a enfrentar en este caso es político, el gobierno central no trepida en destacar fuerzas de seguridad cada vez que tiene conflictos con sus comunidades originarias, las cuales, siempre de acuerdo a la legislación del Estado, son sus iguales, como naciones independientes. Es decir, técnicamente se trataría de verdaderos “golpes de estado” por parte del gobierno de La Paz. Se impone articular urgentemente con las naciones afectadas a fin de equilibrar la relación de fuerzas y neutralizar este verdadero poder de veto del Estado Nacional.

 

La otra cuestión es económica y tiene que ver con el modelo extractivista insustentable que sufre Bolivia, junto a toda la región, para lo cual los movimientos sociales tienen mucha experiencia acumulada, solo bastaría, para comenzar, un diálogo fraterno con las comunidades originarias, organizaciones ambientalistas y comunidades en resistencia como vimos anteriormente.

 

La dificultad de los movimientos sociales con este tipo de gobiernos, parece radicar en el muy bien aceitado mecanismo de contra hegemonía que ejercen estos estados nacionales y algunos organismos internacionales. Como dijimos, en la súper estructura regional global, el debate posible solo es Estado-Mercado. Lo “imposible” sería la irrupción de la Sociedad Civil contra esta trampa mortal para la vida humana, despiramizar el poder, dispersar las hegemonías, canalizar los desbordes desde abajo. (10)

 

El caso de México, luego de sufrir lo que en la jerga política se denominó “la dictadura perfecta” a raíz de los 70 años ininterrumpidos en el poder del PRI, actualmente, el gobierno de AMLO, impulsa una serie de reformas nacional populares por ejemplo, en el caso del petróleo.

 

Tradicionalmente, si bien culturalmente, México desarrollo una cultura mestiza y ancestral muy independiente, su pertenencia a la América del Norte junto a dos verdaderos países europeos en América, lo mantuvo dependiente políticamente sobre todo en el tema migratorio. En este caso, nuestra tesis del Estado Migrante, las comunidades resistentes como Chiapas y los movimientos sociales mesoamericanos, deberían darse la tarea de una fuerte articulación planificada, teniendo como territorio en disputa y gran actor al Estado Nación de México y los mexicanos combatiendo la injerencia norteamericana y compartiendo una cultura ancestral en común.

 

Un párrafo aparte merece la Iglesia Católica en la región (pese al auge de los evangélicos, sigue siendo muy mayoritaria), la cual, a raíz de la naturalización de su presencia y acción, pasa totalmente desapercibida, formando parte de la más inocente vida cotidiana de nuestros pueblos. Sin embargo, se trata de una institución con pretensiones universales y a la vez, un Estado Nación y a la vez, un Movimiento social, cultural, político y hasta económico.

 

Se observa en la región su estrategia desplegada a fin de conducir los temas y problemas sociales vinculados a cada comunidad, cada país, cada Estado, cada mercado. Un desprevenido (o sea, la mayoría de nosotros), podría identificar este proceso con la Teología de la Liberación del siglo XX, aunque como caricatura, algo de eso existe y, junto al pensamiento de Antonio Gramsci, ha prendido las luces rojas del Pentágono.

 

Solo esto sería suficiente para llamar la atención de todos los que intentamos construir instancias emancipadoras en Latinoamérica y, desde ahí, intentar una adecuada articulación en el territorio sin cometer el error de intentar combatir el fenómeno religioso a nivel popular.

 

Partimos desde la construcción de creencias y mistificaciones espirituales con que nuestros pueblos resisten las duras condiciones de vida y la perdida de sentido que genera la sociedad de consumo capitalista.

 

La primera tarea es comprender el empoderamiento que permite la fe compartida en las iglesias, encuentros eclesiales de base, el rito del rezo, procesiones, la creación de un Dios a usanza y semejanza de nosotros mismos, ser parte del cuerpo místico de Cristo.

 

Todo esto sin olvidar que, la cultura cristiana, tal cual la conocemos hoy en Latinoamérica, es el producto de la hibridación cultural y sincretismo religioso que los colonizadores y colonizados, sufrieron luego de cinco siglos de disputa evangelizadora que aún no ha cesado. Sin embargo, al mismo tiempo, es preciso estar muy atentos con las limitaciones de esta propuesta. Acompañar si pero solo hasta la puerta del cementerio.

 

La Santa Madre Iglesia, fiel a su tradición, no considera atendible, ni siquiera tolerable, todo aquello que huela a libertades y a derechos individuales.

 

El sistema republicano de gobierno y la intervención de la sociedad civil en los conflictos sociales, van en contra, según su concepción, de aquella participación en el cuerpo místico de Cristo que ya citáramos.

 

No hay lugar para ninguna variante por mínima que sea. Por ese motivo, las actuales intervenciones políticas del Vaticano en la región, han sido para apoyar a regímenes populistas sin tener en cuenta la violación de los DDHH ni la conculcación de derechos en las que suelen incurrir, en nombre del Socialismo y/o del Pueblo.

 

Nótese como, lo que puede parecer un deslizamiento en la percepción de la Iglesia respecto al que tenía en la segunda mitad del siglo XX, totalmente contraria al comunismo internacional, en realidad, se trata de una propuesta vacía de aquel sentido que aterraba el espiritualismo doctrinario, por parte de los denominados Socialismos de Estado.

 

La otra limitación a tener en cuenta por los militantes sociales es el tema del nivel de vida material y cultural de los pueblos en disputa. El pueblo de Cristo deberá ser pobre para ingresar al Paraíso que no es en la tierra. Mientras los altos prelados ejercen la política desde Roma y a través de los Obispos y Arzobispos en cada lugar, los pastores exigen ovejas, o sea, mientras una ideología realmente de izquierda lucha por la superación cultural y material del pueblo, la iglesia espera lo contrario, que nunca abandonen su condición.

 

En el primer caso, resulta indispensable a fin de alcanzar los grados de conciencia necesarios para comprender la realidad y modificar en nuestro propio beneficio. En el segundo, el inmovilismo social es condición para ser humilde, una humildad que, mientras promete un mundo mejor, facilita la dominación del poderoso.

 

Conclusión (inconclusa, por supuesto)

 

Concluir algo que se pretende dinámico e inacabado al mismo tiempo que enfrenta la necesidad de un epilogo, en el papel al menos, genera la extraña sensación de un cachorro intentando morderse la cola. Ninguna foto, todo será una película, esa es la consigna de este enfoque que hemos propuesto en estas páginas. Sin embargo, metodológicamente, es preciso hacer un alto, recoger algunos contenidos básicos y mostrar las imágenes, si se quiere, en cámara lenta.

 

La primera intención ha sido la de ejercitar nuestra conciencia frente a los recurrentes fracasos de nuestra región y abandonar el cepo que nos impone la demagogia, la corrupción y nuestra falta total de memoria a corto plazo, todo lo cual nos hace tropezar siempre con la misma piedra, la caída total de expectativas frente a nuestras propias decisiones.

 

Seguidamente, intentamos evaluar lo que nos está pasando, con una mirada de mediano y largo plazo, con la expectativa de evaluar nuestra historia política y económica con algunos resultados que no vemos en la coyuntura de los acontecimientos. En ese sentido, los estudios culturales, el enfoque ambiental y las tradiciones ancestrales de nuestros pueblos originarios, son de una gran ayuda a fin de profundizar en nuestros males para comprenderlos, modificarlos y rescatar historias compartidas que siguen madurando en un largo y sinuoso camino, de superficie a veces, subterráneo otras tantas.

 

Es así que, con lo que denominamos “estado migrante”, como una Agencia más, junto a la vigencia de las “comunidades en resistencia” y el rescate y re significación de los otrora, “movimientos sociales territoriales”, creemos haber contribuido a una propuesta política para los grupos sociales que luchan por la emancipación de los pueblos latinoamericanos, por sobre las estrategias de dominación de los Estados Nacionales y Mercados emergentes.

 

Al llevar al debate político todos estos actores, estaríamos en condiciones de recordar y volver al análisis y planificación, categorías que hoy no aparecen a debate o lo hacen totalmente tergiversadas. Revoluciones inconscientes, excepcionales, permanentes, simultáneas, vuelven a interpelarnos como experiencias de las masas inspiradoras de las decisiones que es preciso tomar a fin de garantizar mayores estados de emancipación social.

 

Del mismo modo, las discusiones, muchas veces estériles anulándose entre sí, como la ofensiva versus maniobras de “trinchera”, revolución pasiva o la violencia que ofrece el adversario, formarán parte de un dispositivo emancipatorio, evaluado en proceso de acuerdo a los resultados operativos logrados y los errores aleccionadores.

 

Esta nueva estrategia integral, se encuentra muy de acuerdo con el factor constitutivo del poder en la posmodernidad. Declarando la globalización como ámbito en disputa con el capital, no debamos perder de vista al Poder real es soft, líquido, disciplinar. (11).

 

En ese sentido, una acción permanente de carácter frontal, sin gradar la violencia aplicada y liberando a las masas a su propio espontaneismo, no parecen ser las herramientas más apropiadas para la lucha.

 

Las más adecuadas, en primer lugar es armarse de mucha paciencia, no esperar ver todos los resultados ya y ni siquiera en vida. Solo convencerse que estamos en sintonía con los cambios que necesita la humanidad para vivir más feliz, sería un buen comienzo. Por lo tanto, se impone en el continente una revolución ética (no cualquier sujeto social es revolucionario aunque lo declame), (12) donde se imponga el hombre nuevo como aspiración de las masas.

 

Una revolución económica, la cual organice la producción y el consumo con herramientas que superen el mero fin de lucro capitalista y por supuesto, una revolución política, cuyas relaciones sociales se desembaracen del poder concentrado, violento e infame, que esclaviza a la humanidad en dominantes y dominados.

 

Las crecientes demandas de mayor igualdad y libertad, a nivel planetario, según sea la realidad territorial de cada pueblo, se puede lograr a través del cuidado fraternal del otro. Humanismo Científico y formación de cuadros. No vemos otra salida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas

 

(1) En obvia alusión a Sísifo, conocido por su castigo: empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante y absurdo proceso

 

(2) Antagonista, discurso mítico, liderazgo personalista, flexible al cambiar los adversarios y el nosotros, “pegar para arriba”, (sobre todo, en los momentos políticos de crisis al tener una temporal independencia de las burguesías locales)

 

(3) El caso paradigmático es Bolivia y el discurso de Evo Morales, quien va por una nueva reelección aunque la Constitución y un Plebiscito mediante, se lo prohíben, quien defiende en campaña las bondades de financiar planes sociales con regalías de petróleo y gas.

 

4) En realidad se trata de una gradación permanente entre economías de menor escala a las más complejas. La figura emblemática por estos días es el ya famoso “Tercer Estado Seguro” de cada sub región en la geopolítica mundial.

 

(5) Como desburocratizar la toma pero fundamentalmente, la conservación del poder, concientizar la etapa posible en que nos encontremos en cada caso, tiempo y lugar y las condiciones objetivas y las estrategias asumidas: guerra de posiciones, revolución pasiva, la defensa activa, etc.

 

(6) Esta necesaria estrategia, colisiona con la inercia del etnocentrismo, ethos, u acervo cultural que, al mismo tiempo de brindar la cohesión de los grupos sociales, resulta ser el único camino para conocer al otro o sea, conocemos a través de la lente de nuestra cultura. Partiendo de esta realidad científica, ratificamos la urgencia de elaborar esta estrategia política, sin dejar de observar un saludable deslizamiento de los comportamientos, que podríamos denominar “atracción por lo distinto”, lo cual se viene verificando en contexto de posmodernidad.

 

(7) Como forma de gobierno no como caos político.

 

(8) Sin ánimo de agotar la casuística, vayan unos pocos ejemplos relevados en el territorio: Venezuela (caracazo), Bolivia (las Juntas de Buen Gobierno quemaban alcaldes acusados de corrupción), Brasil (Movimiento de los Sin Tierra), Argentina (Movimiento Piquetero y de Empresas Recuperadas). Chile (Movimiento Estudiantil), Haití (Unión de Trabajadores Cañeros). Sin olvidar algunos sindicatos clasistas como en España y Francia, siempre dispuestos a tomar contacto con otros trabajadores en condiciones de vida desiguales.

 

(9) Se trata de teoría política, la cual afirma que los individuos pueden lograr igual económica a través de una libertad política previa.

 

(10) Ante la fragmentación social que producen las crisis económicas, el discurso político aparece adaptado a esta situación, con una verdadera estrategia lingüística al dirigirse, básicamente a tres tipos de públicos: técnico para los entendidos, ideológico para los militantes y popular para el grueso de la población despolitizada. Es preciso dar cuenta de esta realidad a modificar, con una adecuada formación de cuadros en forma permanente.

 

(11) Un buen ejemplo al respecto que está circulando por estos días en la prensa mundial son las declaraciones de la madre de Julián Assange: “A mi hijo lo están matando lentamente”.

 

(12) Debemos desentrañar la inercia producida por el trabajo alienado global, lo cual sujeta trabajadores en la esclavitud de la producción de mercancías, consumidas en el primer mundo. Otro tanto sigue pasando, desde la Segunda Guerra Mundial en adelante, con los trabajadores de la industria armamentista de los países líderes en el mercado de armas. No es ético, ni revolucionario

 

 

 

 

 

 

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