La economía china, coyuntura y prospectiva 2019

15/05/2019
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Foto: pressdigital.es
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Los últimos datos del crecimiento de la economía china señalan que para el primer trimestre de 2019 ésta creció 6.4%, tal como en el trimestre previo. Si bien es cierto que continúa con un menor dinamismo que en años previos y que las previsiones de crecimiento oscilan el 6%, la economía asiática está lejos de las bajas tasas de crecimiento que han mostrado los EE.UU. y la Unión Europea. Los proyectos chinos, como La Ruta de la Seda (RdS), buscan impulsar aún más el crecimiento y su influencia en la economía mundial.

Al día de hoy y contrario a lo que se esperaba, la guerra comercial no ha tenido un impacto significativo para China. La incertidumbre creada por la guerra misma y las amenazas por parte de Trump de hacer efectivo el incremento en los aranceles del 10% al 25% justo cuando parecía que las negociaciones llegaban a buen término han generado expectativas menos optimistas para el comercio mundial, además de una reducción en los inventarios y consecuencias en las principales bolsas. No obstante, centrar toda la atención a este tema sería un error al tratar de analizar a la economía del continente asiático. Una de las razones principales por las cuales el crecimiento chino ha mostrado resiliencia a la guerra comercial es la estructura de su PIB, así como la contribución al crecimiento de sus componentes. De acuerdo con datos del National Bureau of Statistics of China1 para 2017 la contribución al crecimiento del PIB del consumo final (público y privado), la inversión y las exportaciones netas fue de 3.9%, 2.3% y 0.6% respectivamente. Éste último componente aporta menos del 1% al crecimiento desde 2011. Otro factor que influyó positivamente para China es que, sorpresivamente, el superávit que tiene con EE.UU. continuó incrementándose en 2018 e igualmente tuvieron un alto crecimiento del PIB acompañando del déficit externo creciente.

 

 

En cuanto al comercio, resulta revelador la estructura exportadora china, pues casi 50% del total está relacionado con tecnología. La novedad es que China a través de la empresa Huawei ha ganado la carrera tecnológica de las telecomunicaciones habiendo colocado en el mercado en agosto de 2018 la red 5G. Ésta es 100 veces más rápida que actual red móvil 4G. De otra parte, el comercio de China con Sudamérica representa 21% del total de este último y es el mercado natural de la alta tecnología china. Con EE.UU. es 26% de lo cual la mitad de las exportaciones son venta de maquinaria y equipo de telecomunicaciones. A la inversa, China le compra a Estados Unidos aviones, partes y piezas de aviones –motores y turbinas- , automóviles y productos agrícolas (soya).

 

Otro aspecto fundamental para China es el RdS, el cual es por sí mismo uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos de los que se tenga cuenta. Una de las críticas es la insostenibilidad de la deuda contraída por los países miembros, pues los montos de inversión son muy altos y las tasas de retorno son difíciles de determinar. No sólo existen factores económicos sino también sociales y culturales que hacen que del RdS un plan lleno de riesgos. Existen críticos que plantean al proyecto como un intento de colonización por parte de China. El continente Africano aparece dentro del mismo como proveedor de materias primas y de mano de obra barata. De esta forma se espera que impulse la economía de la zona por medio de las exportaciones, aunque la baja calificación de la mano de obra dificulta ciertas actividades. Esto explica la llegada de inversiones acompañada de mano de obra china. Las restricciones para las inversiones privadas en África son menores que las que se encuentran en China, por lo cual se espera un incremento de las inversiones y migración en los próximos años. Esto podría eventualmente devenir en conflictos entre la población nacional y la población migrante China, tal como ha ocurrido en el pasado con migrantes de la India.

 

Otro reto que encuentra la RdS está en Europa. A finales de marzo de 2019 se dio a conocer la adhesión al plan por parte de Italia, el primer país europeo del G7 en firmar su entrada oficial al proyecto. Días después el presidente chino Xi Jinping se reunió con el presidente de Francia, la canciller alemana y el jefe de la Comisión Europea quienes miran con buenos ojos al proyecto, pero han condicionado su entrada a la apertura de la economía China para las empresas europea. Precisamente la protección por parte del gobierno chino a sus empresas y otros incentivos son los que han llevado a las mayores críticas de Europa y los EE.UU.

 

De todo lo anterior se espera que la economía china siga, la próxima década, con un crecimiento fuerte y estable alrededor de 6%, entre el doble y el triple que los países industrializados. Cabe señalar que desde 2014 China ya es la primera economía del mundo medido a través de la Paridad de Poder Adquisitivo (PPA). Para 2018 su importancia en el PIB mundial fue de 18.7% seguido de los EE.UU. con un 15.1%2. No obstante, la diferencia entre el PIB per cápita de ambos países está muy lejos, para el primero es de 16,000 dólares PPA y para el segundo de 55,600 dólares PPA. Tomando como referencia los últimos 6 años y suponiendo constantes las tasas de crecimiento del producto y la población, el PIB per cápita chino superaría al de los EE.UU. para 2045.

 

Oscar Ugarteche

Instituto de Investigaciones Económicas UNAM, coordinador del Observatorio Económico Latinoamericano, OBELA

 

Alfredo Ocampo

Facultad de Economía UNAM, miembro del proyecto obela.org

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/199850
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