Bolivia con y sin bonos sociales: una comparación contrafáctica

26/03/2019
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Foto: CELAG
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Los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas (PTMC), comúnmente conocidos como “bonos”, nacieron en Bolivia desde hace más de una década atrás y han alcanzado una importante visibilidad y reconocimiento en la reducción de pobreza y desigualdad, aunque todavía hay algunas cuestiones abiertas sobre su efectividad. Entre los PTMC aplicados en los últimos años y los más importantes están: Bono Juancito Pinto (BJP), Bono Juana Azurduy (BJA) y Renta Dignidad (RD).

 

Desde de su aplicación se ha observado una disminución notable en los indicadores de pobreza y distribución. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), desde 1996 hasta el 2017 los indicadores de pobreza tuvieron una tendencia a bajar, de 64,8% en 1996 a 36,4% en el 2017. De la misma manera, la desigualdad en Bolivia, medida por Gini, era de 0,60 en el 2005 y bajó a 0,45 en el 2017. Bajo este contexto, se pretende evaluar el rol de los 3 principales bonos en la reducción de pobreza y desigualdad a través de metodologías innovadoras, como la microsimulación. Para ello, el trabajo muestra dos escenarios de los indicadores de la pobreza y desigualdad en una Bolivia con bonos y sin bonos sociales, con el objetivo de visibilizar el rol de los bonos en los indicadores de pobreza y desigualdad.

 

Metodología

 

Nuestro análisis usa un modelo de microsimulación para Bolivia que se ha trabajado como parte del proyecto LATINMOD[1]. Se trata de un modelo regional de microsimulación de beneficios fiscales para seis países de América Latina que está desarrollado en la plataforma EUROMOD y dentro de una base de datos armonizada que proporciona la comparabilidad entre países. LATINMOD simula los impuestos directos (impuesto sobre la renta personal y contribuciones a la seguridad social), los impuestos indirectos (IVA) y las principales transferencias sociales en efectivo.

 

Este modelo permite estudiar los efectos que tiene un cambio de la política fiscal y social en la calidad de vida de la población (Bourguignon y Spadaro, 2006). Se torna muy importante porque ayuda a modelar/simular la política social, dando respuesta a la siguiente pregunta: ¿cuál sería el nivel de pobreza y desigualdad ante un cambio de la variable Yi para el hogar h en el tiempo t+1, si se aplica determinada política social y todo lo demás se mantiene constante? (Bracamontes y Camberos: 2015).

 

Para ello se calcula el ingreso disponible para cada hogar en un conjunto representativo de microdatos. El cálculo se compone de los datos de ingresos brutos imputados de las encuestas de hogares (MECOVI) del 2016, los cuales se combinan con otros elementos de los ingresos –impuestos, transferencias- que son simulados.

 

Los cálculos se realizarán dos veces, una vez para obtener los resultados pertenecientes al momento real o actual de los bonos y, una vez más, para ver el efecto en la pobreza y la desigualdad sin bonos, denominado escenario contrafáctico.

 

En términos generales, la microsimulación estática presenta las siguientes características: 1) Se utilizan microdatos con información detallada de los hogares individuos; 2) Se suponen constantes tanto la estructura demográfica como económica; 3) No se considera la reacción de los agentes económicos ante un cambio de política y; 4) Por tanto, se trata de cálculos que muestran el efecto inmediato de un cambio en la política fiscal o social (Cogneau et al, 2003).

 

Resultados

 

En la tabla 1 se presentan los índices de pobreza y desigualdad calculados para ambos escenarios. Cuando en Bolivia se han eliminado los bonos, el índice de Gini es de 52,3, un incremento de 1,5 puntos en comparación al índice de Gini calculado para Bolivia en 2016 con los programas de asistencia vigentes. Esta comparación apunta a la importancia que tiene la formulación y ejecución de la política social de un Gobierno en la reducción de la desigualdad.

 

En cuanto a la proporción de los percentiles superior e inferior de la distribución de ingresos (P90/P10), cuando se inactivan los programas de asistencia es posible observar una reducción drástica de la equidad, con un ratio de 46,5 veces el límite inferior de ingresos del 10% más rico y el límite superior del 10% más pobre frente a 27,5 veces que es el ratio con los programas de asistencia vigentes.

 

 

En la tabla 1 también se muestran los Índices de Atkinson calculados para tres niveles de aversión a la desigualdad ( = 0.5, 1, y 2). Esta medida de desigualdad hace referencia al porcentaje de ingreso al que Bolivia debe renunciar para tener una distribución de ingreso equitativa. Así, cuando = 2 se obtiene un índice de 87,4 cuando los bonos de asistencia no han sido eliminados y un índice de 89,6 con la simulación de la inactivación de los programas de asistencia, lo que indica que Bolivia debe renunciar a un alto porcentaje de ingreso para lograr una distribución de ingreso equitativa.

 

En la segunda parte de la tabla 1 se presentan los índices de pobreza Foster–Greer–Thorbecke (FGT) calculados para los escenarios con y sin bonos de asistencia en Bolivia. Con los bonos de asistencia vigentes, el 31,9% de la población es pobre, mientras que sin los bonos de asistencia, el porcentaje de población pobre aumenta a 34%.

 


En la tabla 2 se presentan los indicadores de pobreza calculados para los escenarios con y sin bonos de asistencia. Cuando los bonos están activos, el 31,9% de la población se ubica por debajo de la línea de pobreza, y cuando los bonos se han inactivado este porcentaje aumenta a 34%. Este porcentaje es aún más alto que al restar los beneficios de asistencia social del ingreso disponible.

 

Cuando se calcula el índice de pobreza restando las transferencias del ingreso de mercado u original, se observa un efecto similar que con la desigualdad, esto es, que cuando se restan las transferencias al ingreso de mercado u original con los bonos vigentes la pobreza es de 33,3% y sin los bonos de asistencia aumenta a de 35,5%.

 

Discusión de política

 

Los resultados de la simulación de la inactivación de los programas de asistencia social en Bolivia apuntan a una valoración favorable de la política social como mecanismo para reducir la desigualdad de sus habitantes. Asimismo, estos programas contribuyen a reducir la incidencia de la pobreza en los grupos en lo que están enfocados, por lo que el Gobierno debe buscar la forma de garantizar la ejecución de este tipo de políticas. Los hallazgos de esta investigación se acoplan a la vasta evidencia empírica de que los bonos han sido inequívocamente efectivos en reducir la incidencia de la pobreza y desigualdad.

 

Por tanto, la eliminación de uno de estos programas representaría una pérdida de bienestar para toda la población, con una proporción mayor de personas en situaciones vulnerables sin acceso a los medios necesarios para cubrir sus necesidades mínimas.

 

Referencias bibliográficas

 

Bourguignon François y Amedeo Spadaro (2006),”Microsimulation as a Tool for Evaluating Redistribution Policies”, Journal of Economic Inequality, (4), 77-106.

 

Bracamontes Joaquín y Mario Camberos (2015), La incidencia de pobreza e impacto del programa Oportunidades en el país y el Estado de México.

 

Cogneau Denis, Michael Grimm y Sophie Robillird (2003). “Evaluating poverty reduction policies. The contribution of micro-simulation techniques”, in New International Poverty Reduction Strategies J-P Cling, M. Razafindrakato and F. Roubaud Eds.London: Routledge Books.

 

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[1] Para más información sobre LATINMOD ver el reciente libro: https://www.celag.org/wp-content/uploads/2018/04/LATINMODpreEBOOK.pdf

 

Fuente: https://www.celag.org/bolivia-con-y-sin-bonos-sociales-una-comparacion-contrafactica/

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/198948
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