La mayor derrota de May

13/03/2019
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La primera ministra británica Theresa May acaba de ser nuevamente humillada. Su propuesta final para salirse de la Unión Europea (UE) fue derrotada por 149 votos en la cámara de los comunes, lo que equivale a que apenas pudo convencer a unos 35 parlamentarios que en enero le impusieron una derrota por 230 votos, la mayor de la historia del Reino Unido y también, posiblemente, de cualquier parlamento mundial donde se decida un plan estratégico de largo alcance.

 

Nunca antes el conservadurismo, el partido que más ha estado en el poder en una democracia representativa en el planeta, ha sufrido semejantes pérdidas. Hasta el 2019 las peores derrotas las había sufrido el gobierno liberal de McDonald en 1924 cuando en un mismo día perdió por más de 160 votos una votación en torno al caso de la libertad a un editor del periódico comunista Workers’ Weekly, pero esto no se dio sobre un tema que cambiara el rumbo histórico del país, ni nada algo parecido en importancia estratégica al que tiene que ver con el divorcio con la UE.

 

May es la única persona que ha gobernado esta nación en haber sido condenada por el parlamento por habérsele encontrado en repudio a éste y en acumular más de una decena de derrotas en un lapso de semanas.

 

¿May seguirá en el cargo?

 

En casos muchos menores se estila que el jefe del gobierno presente su renuncia y a que su cargo sea ocupado por un nuevo líder electo por su partido, o de paso a nuevas elecciones generales.

 

Sin embargo, la cámara de los comunes ya rechazó un pedido respaldado por más de un tercio de los 315 parlamentarios conservadores para remover a May de su cargo (para lo cual hay que esperar 12 meses para que esto pueda repetirse) y luego una del Líder de la Oposición para censurarla, y, de esa manera, dar paso a su recambio o a comicios generales.

 

El primer plan de May fue votado en contra en enero por un tercio de los parlamentarios tories y por los 10 parlamentarios del Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte, cuyo sostén es indispensable para evitar que caiga el actual gobierno; pero todos ellos se alinearon total e incondicionalmente con May para evitar el pedido del líder laborista Jeremy Corbyn de demandar su censura y así facilitar dar paso a nuevas elecciones generales.

 

Para la derecha (conservadores e unionistas) es preferible que May continúe en su puesto antes que arriesgarse a que se adelanten los comicios y que Corbyn pueda convertirse en el primer ministro más izquierdista de la historia nacional.

 

Si mañana se presentara un nuevo pedido de censura y de adelantamiento de elecciones generales es difícil que se presenten significativas deserciones dentro de los conservadores y los unionistas, por lo que May podría sobrevivir en su puesto.

 

Las conservadoras May y Margaret Thatcher son las únicas mujeres en haber llegado al premierato británico, pero mientras la segunda gobernó el país 11 años (todo un récord) y ejerciendo mano firme aplastando a los argentinos en Las Malvinas y a diversas huelgas, imponiendo el modelo neo-liberal y logrando hacer colapsar al bloque soviético, la primera, es su cara reversa, pues ha devenido en la jefe de gobierno más débil que haya tenido Elizabeth II en sus 2/3 de siglo de reinado.

 

La única razón por la que May permanece en su cargo es porque no hay nadie que la pueda reemplazar. La derecha no se atreve a dar paso a elecciones generales para evitar que los socialistas puedan avanzar o ganar, y los conservadores no tienen a ninguna persona que sea capaz de arbitrar a sus diferentes fracciones.

 

Los tories están a punto de estallar e incluso ya tienen un partido dentro de su partido, el cual es el ERG (un bloque de anti-europeos duros que estarían dispuestos a salirse de la UE incluso sin algún acuerdo). Si optan por un líder inclinado a ese bando, como podría ser Boris Johnson o David Davies, corren el riesgo que se le escindan los pro-europeos. Hace unos días 3 parlamentarios conservadores anti-Brexit y 8 laboristas pro-UE rompieron con sus respectivos partidos para crear un Grupo Independiente que cuenta con las simpatías de Tony Blair y que busca congregar al “centro” frente a la polarización de los duros de la izquierda y de la derecha que lideran a las 2 fuerzas tradicionales que se alternan en el poder.

 

Si los conservadores optan por una nueva cabeza que quiera un Brexit suave o mantenerse en la UE ello podría generar una explosión de su partido y hacer que el ERG se una al “Partido Brexit” de NIgel Farage. Un escenario que llevase a la división del conservadurismo podría anularlo por una generación pues, debido al sistema de elección uninominal británico, un partido que bordea el 25% de los votos corre el riesgo de no solo nunca llegar al poder sino siquiera tener una representación importante en la cámara de los comunes, tal fue como le pasó a la Alianza de Liberales con los disidentes socialdemócratas del Laborismo en 1983.

 

Lo que puede pasar

 

El miércoles 13 el parlamento ha de votar una moción sobre si respalda o no a ir a un Brexit sin acuerdo, algo que rechazan la mayoría de los gremios empresariales, los sindicatos y los partidos, pues salirse de la UE sin ello conlleva al desplome de la libre esterlina afectando a la City financiera y al comercio exterior, podría generar un caos en los puertos, aeropuertos y en los puntos de entrada al país, y amenazaría con desabastecimiento e incertidumbre.

 

En el parlamento no son muchos los duros que comparten una misma plataforma con Nigel Farage quien cree que es mejor salirse ya de la UE, aunque sea sin ninguna clase de acuerdo y en base a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, que seguir en ésta.

 

Debido a que May ha dado voto libre a todos los miembros de su bancada para que decidan según su propia conciencia y no estén sometidos a la disciplina del partido o del gabinete, y a que todos los 6 partidos de la oposición están en contra de un Brexit sin acuerdo es de esperar que el parlamento por gran mayoría rechace la posibilidad de salirse de la UE sin haber pautado con ésta.

 

Si eso pasa el jueves 14 habría una nueva votación sobre si se debe o no diferir el Brexit aprobado para este 29 de marzo, y todo hace indicar que ello sería el curso lógico a tomarse.

 

Y en caso de postergarse el Brexit la cuestión es por cuanto tiempo, pues mientras muchos conservadores quisieran un plazo corto la UE pide uno que pueda extenderse hasta fines del 2020.

 

Después de eso se abren estas posibilidades:

 

1) Que se le imponga al gobierno que baje sus “líneas rojas” sobre el Brexit (como son su rechazo a cualquier forma de unión aduanera, libre comercio o libre tránsito).

 

2) Que el parlamento vaya tomando mayor control en el proceso y que se vayan abriendo paso a un plan similar al presentado por Corbyn quien sostiene una suerte de salida intermedia entre los dos polos del referendo sobre el Brexit. Según este plan UK se saldría de la UE y de su euro-parlamento, pero mantendría una unión aduanera, mercado común y cierta forma de libre tránsito y de membresía en organismos europeos, como la corte de derechos humanos.

 

3) Que el impasse sea tal que se adelanten las elecciones generales.

 

4) Que se permita que el pueblo decida en un nuevo referendo.

 

Esto último aún no tiene mayoría en el parlamento, pero gana popularidad, particularmente dentro de los que no sufragaron en el referendo pasado y que hoy en un 75% están por mantenerse en la UE. Si el parlamento británica permitiese que voten los mismos grupos humanos que pudieron sufragar en el referendo sobre la independencia de Escocia (es decir los mayores de 16 años y los ciudadanos europeos, quienes son el doble que la población de Irlanda del Norte) el resultado sería posiblemente desfavorable al Brexit.

 

No obstante, un nuevo referendo, aparte de traer el debate de quienes podrían o no sufragar, llevaría consigo la cuestión de cuáles serían las preguntas y en cuantos meses éste podría realizarse.

 

Mientras tanto todo indica que May seguirá siendo una gobernante prisionera de las distintas fracciones de su partido y del parlamento, donde carece de mayoría absoluta, hasta que se efectúe alguna forma de Brexit (tras lo cual habrían internas en el conservadurismo) o hasta que no pueda por las presiones y abra paso a nuevos comicios al interior de su partido o de su país.

 

- Isaac Bigio es politólogo economista e historiador formado en la London School of Economics donde enseñó ciencias políticas.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/198689
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