Argentina año 2019. Finalizó el año que los argentinos no podrán olvidar

11/01/2019
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Han pasado dos semanas desde el inicio del Nuevo Año y he creído que sería bueno contar lo que me parece sucedió en el anterior y lo que nos espera en la Argentina.

 

La comunidad argentina, como la mayor parte de las sociedades en este siglo XXI sufre lo que las nuevas tecnologías les han arrebatado. Las formas tradicionales de la relación individual y grupal. Aparentemente se han perdido los elementos que unían a generaciones en una vida común, sin que se pueda ver o entender que une a ese pasado con este presente de iPhone y WhatsApp. Estas sociedades están enfrentadas o transitan por dos mundos muy distantes cultural y políticamente.

 

Por otra parte, una fuerte presión propagandística internacional del sistema capitalista ha descalificado universalmente el sistema de partidos políticos y ha logrado hacerlo poco creíble, especialmente para los sectores más marginados. Los “iluminados” de hoy repiten consignas populistas que nos transportan a sus similares en el pasado inmediato antes de la Segunda Guerra Mundial.

 

El “poder” para el observador común está como en circunstancia remota. En manos de caudillos autoritarios como Trump o Putin, y otros repartidos por la tierra. A modo de confirmar esta “visión” popular, las plataformas sociales nos llenan de mensajes cortos, ajenos a los argumentos o las ideas, más emocionales que reflexivos, que la fortalecen.

 

La Argentina no ha sido ajena a este fenómeno político-social. En su desconcierto fue en busca de una “camino nuevo” y aparentemente lo encontró con Mauricio Macri y su gente.

 

Han sido la “alternativa” que permitió a una minoría de conchetos –de los más ricos del país- llegar al poder iniciando una época que basada en los “principios” de economía neoliberal, desregulación, la privatización de lo público y un manejo del Estado desde lo privado que se adueñó de todo. Nadie se preocupó al elegirlos de que hubiera un plan de Gobierno, especialmente en el área económica. Las consignas –al estilo de las redes sociales- fueron suficientes.

 

Esto ha resultado un claro cambio en la relación de fuerzas entre las patronales y los trabajadores, acentuando aceleradamente la precariedad y expoliación de la población. Además de significar para todos los que no son las grandes empresas, una profunda crisis de costos y baja de producción.

 

Durante el Gobierno de C. Fernández de Kirchner los ultra del empresariado pedían a gritos medidas urgentes. Los improvisados “gobernantes” del macrismo cayeron en la tentación y llevaron al naufragio a la economía eliminando las retenciones al sector agro exportador, desplegando una batería de “tarifazos” en gas, agua, electricidad y transporte, afectando a todos los argentinos. El dólar se escapó a su control después de liberar el mercado de cambio con una maxidevaluación. Rebajaron los impuestos a las cargas patronales, los bienes personales y las ganancias. Ah, y corrieron a pagar a los fondos buitre.

 

Por otra parte la Universidad Católica Argentina ha afirmado que en el país uno de cada dos niños es pobre. Hace varios años que la UCA, mediante su Observatorio viene monitoreando lo que llaman “la deuda social” del país. Esto lo corrobora el informe de la UNICEF. Todos los datos consultados demuestran que la indigencia y la pobreza vienen en crecimiento y alcanza al 33% de la población. Para los más jóvenes es un drama ya que en esa situación está el 52% de quienes tienen entre 0 y 17 años.

 

De alguna manera estoa ha demostrado que el paso del tiempo –en este caso apenas tres años- pulveriza las quimeras, fantasías o entelequias que no tienen bases reales. La pretensión o la fanfarronada de dominar los problemas sociales, económicos y políticos sin conocimientos efectivos y un plan concreto han sido desastrosas.

 

Aún así, Macri muestra un porcentaje sobre el 30% de preferencias para su reelección. Es difícil entender que en un entorno de desastre económico todavía tenga una importante cantidad de apoyo según las encuestas. Esto hace difícil creer en las encuestas.

 

Este es un inicio de año de muy triste presente.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/197507
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