Trump’s way: camino a la próxima recesión mundial
- Análisis
La crisis financiera del 2008 mostró lo tempestuosa que puede ser una burbuja especulativa rota, en ese entonces generadas por las hipotecas basura y la pérdida de confianza en el mercado. A una década del colapso financiero con epicentro en EEUU, el sistema financiero internacional lanza alertas de una próxima recesión, quizás más severa y prolongada que la anterior1. Como primer alerta tenemos que, la deuda pública mundial alcanzó en el cuarto trimestre de 2017, un total de 64 billones de dólares (84.6% del PIB mundial)2. En el caso de países del G7, la deuda pública ha alcanzado niveles históricos, alrededor del 100% del PIB e incluso duplicando en el caso de Japón, su PIB nacional. Hay alto endeudamiento con bajo crecimiento del PIB mundial y variaciones poco significativas de la tasa de desempleo.
Como segundo elemento está el alza de la tasa de interés por el FED que lleva a un dólar en alza y a un freno del comercio internacional, la fuga de capitales, bajas en los precios de bienes raíces y caídas en sus bolsas de valores de los mercados emergentes. Esto va acompañado por la caída de los precios de los commodities.
El aumento en la tasa de referencia de la FED, no sólo impacta sobre las tasas de interés en el corto y largo plazo de los países emergentes, si no que influye en los países del G7 altamente endeudados de Europa, Alemania incluida, que van camino a una recesión.
La guerra comercial entre EEUU y el mundo, centrada primero en China, Canadá, México y la Unión Europea está teniendo el impacto esperado. Los costos en EEUU están subiendo y la competitividad está bajando. El síntoma de esto es el anuncio del cierre de siete plantas de parte de General Motors como producto de pérdidas de ventas de 41% de su automóvil eléctrico. La compañía pasará a fabricar solamente camionetas eléctricas. La idea de Trump de más automóviles a gasolina se cayó. Serán camionetas y eléctricas. Mientras tanto, se cierran plantas en Oshawa, Ontario; Detroit, Michigan; y Warren, Ohio según Reuters reports, con el efecto de esto sobre el mercado interno de Norteamérica.
Esa guerra, como ya se ha señalado, manda al universo de insumos industriales americanos a un alza, porque son fabricados en China. El proteccionismo americano no es para industrias nacientes sino para industrias potentes que dejaron de ser competitivas produciendo dentro de EEUU. Esa fue la razón del outsourcing y de la modificatoria de las reglas de comercio internacional, la creación de la OMC y la firma del TLCAN, medidas tomadas por Washington al unísono de sus transnacionales entre 1990 y 1994.
Aparentemente, la Comisión de Bolsa de Valores de EEUU (SEC) está protegiendo a los Bancos Demasiado Grandes Para Quebrar (DGPQ) como Deutsche Bank (DB), equivalente a la mitad del PIB alemán. Pese a que su valor en bolsa viene en picada, no es tema de noticia de la prensa internacional. DB tiene relaciones comerciales con las empresas de Trump, a tal grado de ser su acreedor por unos 260 millones de euros3, además de haber sido cliente del abogado actual presidente de la SEC. Mientras, DB está empantanado4, igual que Lloyds, Barclays y el Royal Bank of Scotland, parecería que Basilea III ha sido incapaz de regularlos y que nadie se ha fijado que las instituciones financieras DGPQ no viven de préstamos sino de inversiones.