Consulta aeroportuaria y plutocracia

29/10/2018
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A punto de concluir la consulta ciudadana sobre la sede del nuevo aeropuerto capitalino (Texcoco o Santa Lucía), todo indica que puede lograr alrededor de un millón de votos, a pesar de la despiadada campaña en su contra a cargo del oligopolio mediático y la mayoría de sus figuras y firmas más famosas –lo que por supuesto no es sinónimo de credibilidad–, bajo la directriz general de los propietarios que no son otros que buena parte de los dueños de México. Magnates que decidieron llegada la oportunidad para realizar una medición de fuerzas con Andrés Manuel López Obrador.

 

De confirmarse la cifra sería un éxito del presidente electo y su futuro gobierno, con independencia de la opción más votada, de los resultados definitivos. Por supuesto que en medio de errores, no pocas ausencias y notables insuficiencias magnificadas mediáticamente, como dijo AMLO, por quienes se quedaron callados “como momias cuando entregaron los bienes de la nación a particulares, a amigos de los gobernantes, cuando se saqueó al país, y cuando se declaró la guerra y se convirtió al país en un cementerio”.

 

¿Acaso no justificaron la alteración de la voluntad popular en 2006 para imponer a Felipe Calderón y derivado de ello la guerra contra el narcotráfico? ¿No se compraron millones de votos para favorecer a Enrique Peña Nieto, el candidato forjado en y por el duopolio de la televisión?

 

Más aún: ¿No saben las estrellas de la información (saturada de opinión hasta el exceso) que la mexicana es una de las credenciales de elector más caras y “seguras” del orbe, pero se puede obtener falsificada en Tepito? ¿El padrón electoral no está a la venta como una mercancía más?

 

Pero no confundamos, por favor, a los mensajeros, aunque sean “más papistas que el papa”, con los propietarios de la campaña y sus mensajes contra la consulta que “puede echar a perder un instrumento de la democracia participativa”, como aducen con algo de razón.

 

Ocupémonos de los dueños de México, 16 de ellos concentran una riqueza de 141 mil millones de dólares (MMDD), cantidad que supera con creces el saldo de la deuda externa del gobierno federal (95 mil 943 MDD, según la Secretaría de Hacienda hasta agosto pasado), como señala un reporte de la banca suiza UBS.

 

En 2017, la riqueza personal de la crema y nata de los magnates aztecas pasó de 116 mil 700 millones a los actuales 141 MMDD, reveló el informe Billionaries report 2018, elaborado cada año por UBS. Mencionó que en un año la riqueza de este grupo –de los que no cita nombres– aumentó 21.5%.

 

Es una tasa de crecimiento que casi multiplica por 10 el desempeño de la actividad económica de México, que en los pasados 12 meses –con cifras actualizadas al segundo trimestre de 2018– repuntó 2.4%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística.

 

En el listado correspondiente a este año, la revista Forbes indicó que 16 mexicanos poseían una fortuna personal superior a MDD. Los primeros lugares los ocupan: Carlos Slim (América Móvil y Grupo Carso), con 67 mil 100 millones de dólares; Germán Larrea (Grupo México), 17 mil 300 millones; Alberto Baillères (Grupo Bal y El Palacio de Hierro), 10 mil 700 millones; Eva Gonda de Rivera (Grupo FEMSA), 7 mil 100 millones, y Ricardo Salinas Pliego (Grupo Salinas y Tv Azteca), 7 mil 100 millones de dólares (La Jornada, 27-X-18).

 

Naturalmente que su condición plutocrática no los convierte en grupo compacto, pero convergen en el Consejo de Mexicano de Negocios que presiona abiertamente a Obrador en contra de la consulta, parapetado en el Consejo Coordinador Empresarial.

 

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