La nacionalidad mexicana debe ser pluriétnica y pluricultural

09/08/2018
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La relación que se ha dado entre la mayoría mestiza y pueblos indígenas mexicanos ha sido de tirantez y obcecada división, cuando lo que había de unirlos es saberse que todos venimos de un tronco común, -el género humano-, la única diferencia que existe es la de tipo cultural, el modo, tal vez de ver el mundo, unos de manera profunda y para otros superficialmente. La pelea mayor ha sido por la supervivencia diáfana, al verse y el saberse no representados, relacionados y tomados en cuenta en las tomas de decisiones de implicaciones políticas, económicas y culturales, es decir, se requiere en todo caso de ambas partes, despegarse del sentir superioridad e inferioridad entre unos y otros.

 

Los pueblos indígenas, son sobrevivientes de una invasión o conquista durante más de 520 años, y a pesar de los agravios y soledades han tratado de preservar su amplia y diversa cultura.

 

De manera favorable, por lo menos, se sabe que mantienen 5 grandes componentes:

 

El primero de ellos es el territorio donde habitan, cada vez más amenazado por la extensión de la megaminería, la extracción petrolífera, entre otros proyectos; la privación territorial nulifica el espacio recreativo y de interdependencia con la naturaleza y la madre tierra.

 

El segundo tiene que ver con la autoridad propia, donde ejercerían el gobierno, la administración y la impartición de justicia.

 

El tercer componente es el idioma, que les da identidad, cultura y cosmogonía de la creación, es decir el modo de entender su origen en el universo y cultura del pueblo en su conjunto.

 

El cuarto componente se trata internamente de una norma jurídica, es decir, una ley indígena avalada por todos, interpretativa y evolutiva, que va más allá de lo que llaman muchos “usos y costumbres”.

 

El quinto y último componente tiene que ver con la civilización, la historia y el discernimiento para entender la diferencia entre lo material del mundo y la gran dimensión de la espiritualidad que rige a los pueblos indígenas.

 

Existe un grave error quienes contemplan la composición de la sociedad mexicana solo por una mayoría mestiza, sin tomar en cuenta que en esta se encuentran también, quieran o no, los sobrevivientes pueblos indígenas, no se les puede considerar sectores aparte, sino componentes de una misma sociedad nacional mexicana. Cosa aparte es que la sociedad mexicana en su conjunto dentro del campo capitalista se divida en dos clases sociales, los ricos que se han apropiado los medios de producción y una mayoría pobre que solo posee y vende al rico, su fuerza de trabajo en una nueva forma de dominación y explotación esclavista.

 

A la mayoría de la nación mexicana contemporánea le hace mucha falta para comprender lo que significa la resistencia indígena, abrevar desde las etapas históricas desde el origen, la invasión, la independencia, la reforma, la consolidación de la República y la Revolución Mexicana de 1910, procesos históricos donde hubo y tuvieron amplia participación los pueblos indígenas unidos con la naturalidad mestiza.

 

Fue un grave desliz o grave error que en el Proyecto de Nación, es decir la Constitución de 1917 no se notificara ni se plasmara, como debería ser, el carácter multicultural de la nación mexicana, esclareciendo o atendiendo la construcción de identidad diversa en toda la República Mexicana. En el periodo porfirista se abrió el proceso de rescate y preservación arqueológica, pero en 1948 el Estado trató de incorporarlos o integrarlos sin tomar en cuenta la diversidad cultural de cada pueblo indígena en los diversos puntos de la República tratando de meterlos a un modelo único de nación.

 

Fue hasta el año 1992 cuando se reformó la Constitución Federal y en el Artículo 4 se reconoció la existencia de los pueblos indígenas, como sustento originario de la nación, se reconoce también que México se formó sobre la base de los pueblos indígenas, sin embargo se quedó corta la reforma pues no se les reconoció como sujetos de derecho público. El Estado mexicano entró en una etapa donde se simuló el ocultamiento del dominio y manipulación étnica, política y cultural sobre los pueblos originarios por lo que el indigenismo del Estado mexicano no se concreta en los hechos solo en palabras.

 

Hoy existe en muchos mexicanos dentro del campo académico y base social, una actitud más solidaria con los pueblos indígenas, conscientes de que se pueden lograr cambios profundos contra las injusticias y la antidemocracia; los cambios que el pueblo mexicano esperaría, es el de acabar con un modelo de nación único, reconociendo que México, desde su fundación, siempre fue pluriétnico y pluricultural, razón por la cual el Estado nacional debe transformarse en un Estado plurinacional y democrático, para que los pueblos indígenas, sean verdaderamente parte de la nación, sin perder identidad y derechos como sociedades étnicas y culturales, porque no debe haber mexicanos de primera ni otros de segunda.

 

Nota

 

  1. Algunos datos fueron tomados del documento de CROISZ, (Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica A.C.) Veracruz-México.

https://www.alainet.org/es/articulo/194636
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