Contaminación por malos olores u odorífera

04/07/2018
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Protesta por malos olores
Foto: HALDIA
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La contaminación por malos olores es la segunda causa de queja medioambiental en el mundo. A pesar de ello, no recibe la atención que merece ni por parte de las autoridades competentes, ni por las industrias, o el sector agrícola-ganadero, los mataderos y las actividades de compostaje de origen antropogénico, siendo estos los mayores responsables de la mayoría de las emisiones

 

¿Qué es un olor?

 

El término “olor” se refiere a una mezcla compleja de gases, vapores y polvo, donde la composición de la mezcla puede influir directamente en el olor percibido por un mismo receptor.

 

El sentido del olfato humano es tan bueno como el de los animales

 

Los seres humanos evaluamos nuestro entorno a través de la información que captamos con nuestros sentidos. Toda la información sensorial se transforma en impulsos nerviosos, y es enviada al cerebro para evaluarse y finalmente dirigir nuestro comportamiento a modo de optimizar nuestra supervivencia.

 

El sentido del olfato, como los sentidos de la vista y el oído, es un telesensor que provee información del entorno con un alcance relativamente amplio.

 

Si bien no tenemos las mismas habilidades olfativas que los animales, nuestro sentido del olfato es tan bueno como el de cualquier otro mamífero, ya que los humanos podemos discriminar en torno a un billón de olores diferentes, según un estudio del neurocientífico estadounidense John McGann, del departamento de Psicología de la Universidad de Rutgers-New Brunswick (Nueva Jersey, EE UU).

 

“Podemos detectar y discriminar una extraordinaria gama de olores, somos más sensibles que los roedores y los perros. Muchos de nuestros comportamientos y estados afectivos están influenciados por nuestro sentido del olfato, por eso los olores desagradables nos produce un rechazo inmediato”, asevera McGann.

 

Efectos en la salud humana

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) un mal efecto en la salud es cualquier experiencia que provoque malestar a nivel, tanto físico como emocional o mental, desde este punto de vista sin duda la contaminación odorífera genera molestias en la salud, las personas que se encuentran cercanas al desarrollo de actividades generadoras de malos olores, padecen insomnio, mal humor, dolor de cabeza, irritación en mucosa, sobre todo la tendencia a desarrollar situaciones de estrés, náuseas, vómitos, reacciones aparentemente neurotóxicas; tales como comportamiento evasivo, pérdidas de memoria o problemas de concentración, interacciones con otros sistemas sensoriales o biológicos que provocan cambios de hipersensibilidad y cambios en las pautas de respiración.

 

Las molestias a la población derivadas de las actividades generadoras de los olores son difíciles de abordar por cuestiones de vacío legal o técnicas, ya que por el momento no existe en muchas provincias de nuestro país o es muy escasa una legislación que regule o limite las emisiones de olor.

 

Un proyecto europeo para registrar la contaminación por olores

 

La ingeniera química Rosa Arias lleva trabajando en los problemas relacionados con los olores desde 2004. La investigadora, comenta en Sinc (Servicio de Información y Noticias Científicas) que existe la app Odour Collect que, con ayuda de los ciudadanos y las ciudadanas y la tecnología que cada persona tiene a mano (los smartphones), cataloga y mapea los diferentes puntos con malos olores que detectamos. Por ejemplo, el mapa interactivo de la web permite a los usuarios introducir datos sobre qué tipo de olor hay en sus ciudades y filtrar los tipos de olor (alcantarilla, residuo, químico u otros), la intensidad (escala de muy débil a extremadamente fuerte), las condiciones meteorológicas, la posible fuente, etc.

 

La Fundación Ibercivis y la investigadora Rosa Arias encabezan el proyecto D-Noses para mejorar la gestión de este tipo de contaminación con los datos enviados a través de la app. El estudio es apoyado por 15 socios de nueve países, (de Europa y Chile, entre universidades, empresas, asociaciones y organismos públicos), es financiado por la Comisión Europea y tiene una duración de tres años.

 

Arias explica que, con ayuda de la medición de olores de la ciudadanía y el conocimiento científico de expertos/as en medición y detección de olores, construirá una base de datos de evidencias para obtener resultados. Estos resultados servirán para preparar el primer mapa mundial del olor y para la redacción de informes que se aprovecharán en futuras regulaciones políticas ambientales para poder tener un impacto a todos los niveles, con el objetivo de mejorar la calidad del aire que todos respiramos y agrega que, “Reduciendo el olor, reduciremos también otros problemas mayores y contribuiremos a la lucha contra el cambio climático”.

 

Londres fue la ciudad elegida para lanzar el proyecto e iniciar el proceso de co- creación del mapa mundial de los olores. Toda la información se pondrá a disposición del público a través del Observatorio Internacional del Olor, de próxima creación, y de un libro verde de la contaminación por olores que ayudará a generar mejores políticas medioambientales.

 

Conclusión

 

La contaminación odorífera constituye una problemática seria en salud pública, por la cual el estado debe preocuparse y velar, atender las quejas y buscar soluciones prontas a las inconformidades de la o las comunidades afectadas.

 

Existe tecnología muy sofisticada para la detección de malos olores y sobre todo existe la obligación del estudio a fondo de la problemática, en este momento no hay razón para pasar por alto anomalías ambientales de este tipo, que bien pueden empezar con el síntoma de un olor ofensivo pero que a profundidad pueden evitar problemas que amenacen la salud y los recursos naturales.

 

Fuente: UNIZAR / AAPN

Prof. Norberto Ovando

Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales - AAPN -

Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas - WCPA –

Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -IUCN-


 

https://www.alainet.org/es/articulo/193885
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