El laberinto de Colombia

07/06/2018
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Los aristócratas de la Nueva Granada, a pesar de la existencia de un Virrey Español, mantenían una lucha enconada entre dos bandos políticos: Federalistas y Centralistas, con doce o más Juntas de Gobiernos que disputaban el Poder Público, ese período fue denominado “La Patria Boba”.

 

Después de la pérdida de la 1era. República en Venezuela (1812), el Coronel Bolívar viaja a la Nueva Granada, Cartagena de Indias, presta sus servicios en pro de la independencia. Fueron muchos sus éxitos militares en el oriente del país, frontera con Venezuela, hasta su llegada a Cúcuta. Por sus méritos fue ascendido a Brigadier y titulado ciudadano neogranadino.

 

El 14 de mayo de 1813, Bolívar invade a Venezuela desde Cúcuta. Esa exitosa operación militar fue denominada “La Campaña Admirable”. El 6 de agosto de 1813 se le otorgó el Título de Libertador de Venezuela y Capitán General de los Ejércitos.

 

De sus éxitos militares y políticos, el Gral. Bolívar libera del imperio español seis países: Nueva Granada, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá; de ellos, funda dos naciones: Colombia y Bolivia.

 

La oligarquía colombiana continúa con su apetito de dominación y desde 1812 hasta la actualidad mantienen conflictos armados.

 

  1. Guerra entre Centralistas y Federalistas (1812 - 1815). Bolívar tomó en 1814 a Santa Fe de Bogotá en nombre de los federalistas de Tunja, derrotando a los centralistas de Cundinamarca (período llamado Patria Boba).

 

  1. Guerra de los Supremos (1839-1841)

 

  1. Guerra civil de 1851

 

  1. Guerra civil de 1854

 

  1. Guerra civil de 1860-1862

 

  1. Guerra civil de 1876-1877

 

  1. Guerra civil de 1884-1885

 

  1. Guerra civil de 1895

 

  1. Guerra de los mil días (1899-1902)

 

  1. Conflicto armado (1964-actualidad).

 

La última, marcada con el N° 10, señala el conflicto que va desde 1964 hasta la fecha, en la cual actúan:

 

  1. El Estado colombiano;


 

  1. Las guerrillas de extrema izquierda (FALC-EP y ELN);


 

  1. Grupos paramilitares de extrema derecha; y,


 

  1. La industria del narcotráfico.


 

Sus antecedentes históricos, tal como se planteó en el primer párrafo, la oligarquía continúa con sus luchas internas después de la independencia (1819), para establecer el modelo de Estado (Federalismo o Centralismo) que debía adoptar el país.

 

En cada etapa ha traído consigo un enfrentamiento diferente.

 

Las épocas de violencia la mantiene el bipartidismo; este último período parte con la muerte de Jorge Eliécer Gaitán (09/04/1.948), se centran en una amalgama de elementos entre los que destacan:

 

  • La debilidad del Estado;

 

  • El conflicto por la posesión de las tierras;

 

  • La existencia de marcadas diferencias económicas;

 

  • La polarización y la persecución de la población civil debido a su orientación política;

 

  • Las guerrillas de orientación comunista; y,

 

  • La existencia de una industria del narcotráfico que se ha introducido en todos los sectores de la sociedad y del Estado.

 

La época en la que se ubica el mayor recrudecimiento ocurrió entre 1.988 y 2.003; pero, es en la segunda mitad de la década de 1.990 cuando se presenta la mayor degradación del conflicto debido a:

 

  • Tomas armadas de poblaciones;


 

  • Desapariciones forzadas;


 

  • Masacres indiscriminadas de civiles;


 

  • Desplazamiento forzado masivo; y,


 

  • Secuestros colectivos de civiles, militares y políticos.


 

El pico de este recrudecimiento se presentó durante las presidencias de:

 


 


 

Es cuando confluyen en el accionar del Estado: las guerrillas, grupos de narcotraficantes y paramilitares.

 

Un estudio realizado en 2013, estimó en más de seis millones (6.000.000) las víctimas por crímenes de guerra; dentro de estas categorías se encuentran las personas que fueron desaparecidas, amenazadas, secuestradas, víctimas de algún acto de terrorismo, personas afectadas por el asesinato de un ser querido, víctimas del desplazamiento forzado, víctimas de minas antipersonal, torturas, reclutamiento forzado de menores de edad y violencia sexual.

 

Colombia ha tenido históricamente un gran movimiento de población, forzadas a recorrer su territorio de un lugar a otro, huyendo de criminales de oficio que se visten de conquistadores, civilizadores, libertadores y promeseros de pan y equidad social. Las migraciones internas no han cesado. Pero la gente no sólo huye de las guerrillas y autodefensas, sino también de los militares que fumigan y controlan territorios en nombre del Plan Colombia o de la Guerra contra las drogas. 

 

En menos de cien años la población indígena desapareció de muchas regiones. Quienes sobrevivieron marcharon en busca de refugios, lejos de estos civilizadores de ocasión. Caravanas enteras se movilizaban sobre el territorio de la actual Colombia, por llanos y selvas, montañas y ríos en un esfuerzo por preservar su cultura, lejos de las zonas de conflictos.

 

En Venezuela han ingresado y se han asentado algo más de cinco millones (5.000.000) de colombianos; en Ecuador, algo más medio millón (500.000); en Panamá, más de dos millones (2.000.000); en EE.UU., cerca de ochocientos mil (800.000); en España, ciento sesenta mil (160.000). Han abandonado su país en búsqueda de su seguridad, paz, educación, trabajo, por lo cual decidieron hacer tienda aparte.

 

La producción de bienes en Colombia se ha agravado aún más, producto de la adición de nuevos elementos:

 

  • La firma del ALCA (ALQUITA) ha permitido la adquisición masiva de bienes de consumo final en los EE.UU. a precios por debajo de la producción interna, que luego son vendidos a precios liberados, obteniéndose altos márgenes de ganancia para los importadores-comerciantes; por lo cual, la producción nacional ha disminuido más que proporcionalmente; y,


 

  • El sector minero-energético ha creado un boom en Colombia, ha generado un aumento de la inflación, afectando los sectores:


 

  • Agroindustrias;


 

  • Manufacturas;


 

  • Textiles; y,


 

  • Servicios.


 

Generando que el gasto total en bienes y servicios aumente, trae aparejado la reducción del empleo rural. Esto limita las actuaciones y producción de bienes que ha hecho que muchos colombianos hayan desertado de las tierras productivas por un empleo en las industrias petroleras o gasíferas.

 

Estas últimas situaciones conducen a pensar que en Colombia la producción de alimentos y demás bienes están totalmente disminuidas; el gobierno no va en su auxilio porque desde Venezuela le están resolviendo el problema alimentario al pueblo colombiano.

 

Analicemos el problema que existe en la frontera:

 

El comportamiento de las personas que habitan en las fronteras de los países es siempre similar. Adquieren los bienes requeridos (su cesta básica u otros artículos) en el país vecino, puesto que allí son de menor precio. Esta situación está en relación directa a la fluctuación del Tipo de Cambio entre las monedas de los países colindantes.

 

Analicemos el comportamiento entre los países, Colombia y Venezuela. El bolívar (BsF.) en el Banco de la República de Colombia (Banco Central) tiene una relación de cambio BsF. 1 = Pc. 400, mientras que en Cúcuta el Tipo de Cambio es: BsF. 1 = Pc. 12.

 

¿Qué significa esta dualidad de tipos de cambios?

 

El Banco de la República de Colombia o el Ministerio de Finanzas o el ente que controla la relación de cambios de la moneda permite que empresas del lado colombiano estén efectuando fluctuaciones de tal naturaleza que desvirtúan los cambios oficiales. Situación semejante sucede del lado venezolano.

 

Esta relación de cambio da una sensación de revaluación del Peso Colombiano frente al Bolívar, en 388 pesos por debajo de la relación oficial de cambio; por lo cual, la población del vecino país pasa la frontera en tropel y se aprovisiona de todos los bienes necesarios.

 

Esto sería lo normal en el comportamiento de los pobladores de las fronteras; pero, pierde su condición de normalidad cuando algunos personajes, supuestamente de ambos países, comienzan a manejar las relaciones de cambios entre monedas: Dólar vs. Peso y Dólar vs. Bolívar y obtienen relaciones que desvirtúan los tipos de cambio oficiales: Peso vs. Bolívar.

 

Con un tipo de cambio viciado los precios de los bienes producidos en Venezuela son adquiridos por países aledaños; por lo cual, su demanda está llegando a zonas más alejadas de la frontera colombo-venezolana y más allá: Panamá, islas del Caribe, la Florida, etc.; este exceso de “DEMANDA INTERNACIONAL” no se reflejan en las estadísticas venezolanas como Exportaciones ya que se realizan en forma ilegal, de allí su nombre: CONTRABANDO DE EXTRACCIÓN. Esta modalidad, del contrabando hacia el exterior produce escasez de bienes que conlleva a una demanda insatisfecha que asciende, aproximadamente a un 55% de la producción nacional (40% por Contrabando de Extracción y 15% por Acaparamiento), la insuficiencia de bienes conduce, necesariamente, a un aumento en los precios al interno de Venezuela.

 

El gobierno colombiano no colabora evitando que un gran número de vehículos trasladen mercancías por territorio inhóspito (trochas) a lo largo de 2.000 kilómetros de fronteras; tampoco reprimen sus ciudadanos denominados BACHAQUEROS, que como mulas cargan paquetes por la línea fronteriza.

 

Esta situación es un problema de Estado; ahora bien, como el Gobierno colombiano no tiene forma de resolverlo se desentiende y niega que tal escenario existe.

 

Los gobiernos están obligados a poner un freno al contrabando de alimentos desde Venezuela, ya que, perjudica a ambos países: en Venezuela el contrabando de extracción reduce el número de bienes de consumo, creando problemas de desabastecimiento y aumento de precios; y en Colombia, crea competencia desleal a las empresas colombianas productoras de bienes por sus menores precios y calidad.

 

Es decir, Venezuela está alimentando aquellos colombianos a lo largo de la frontera oriental que no pueden acceder a los alimentos producidos internamente y a los importados legalmente así como de otros bienes, como consecuencia de los conflictos intestinos: guerrillas, paramilitarismo, narcotráfico, delincuencia, alca, petróleo, gas.

 

En Venezuela el gobierno nacional está tratando de resolver ese crítico problema: la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Ejercito (ENB) y fuerzas de seguridad están haciendo lo posible por evitar el contrabando de extracción. El gobierno nacional, al mismo tiempo, está adquiriendo bienes en el exterior (importaciones) que en cierta medida minimice la demanda insatisfecha y estabilicen los precios; sin embargo, tenemos una dificultad política-económica-militar con EE.UU. que desestabiliza, en cierta medidas, las actuaciones del gobierno nacional.

 

Para complementar la desgracia de Colombia, sus últimos gobiernos han pactados con EE.UU. y permitido la implantación de siete (7) bases militares, incrementando con ello los problemas sociales ya bastante deteriorados, contrariedades en los mandos militares y gobernabilidad del Presidente de la República, ya que de cierta forma el mando en tareas estratégicas depende, en cierta medida, del Comando Sur del Ejercito de los EE.UU. perdiendo con ello independencia “política y territorial” alcanzada con mucho sacrificio por nuestro Libertador y Padre de la Patria Simón Bolívar.

 

Ecuatorianos, colombianos y venezolanos nacieron a la libertad del genio y espada de Bolívar. El Libertador nos dio un nombre único: Colombia. Fue el nombre que el Generalísimo Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia Americana, quiso nominar al hoy continente americano en honor a su descubridor Almirante Cristóbal Colón. Bolívar nos dio una misma bandera tricolor, la bandera de tres barras horizontales: amarillo, azul y roja, esa que celosamente abrazamos. Es la misma que el Generalísimo Francisco de Miranda por los años de 1.806, por las costas de Coro, estado Falcón, vio la luz.

 

Como conclusión a lo analizado podemos indicar, sin pérdida de generalidades, que la aristocracia colombiana, en su involución, está conduciendo de la mano, raudo y veloz, a su país hacia la estrella N° 51 de la bandera de los EE.UU., y, sólo el éxito de las Conversaciones de Paz, en Cuba, puede salvar el esfuerzo independentista de Bolívar.

 

La aristocracia está conformada por un número de colombianos que desde el siglo antepasado se apoderó de los poderes del Estado y conformó una CASTA MILITAR para su defensa; ésta, a su vez, formó un grupo de autodefensa (paramilitares) para que actuaran en aquellos casos considerados reprochables.

 

Este último grupo actuaría en el caso del éxito de las Conversaciones de Paz, para evitar la aprobación de una CONSTITUYENTE que en la práctica aprobaría una Constitución semejante/parecida a la venezolana, ecuatoriana o boliviana. Dejando a la aristocracia sin el mando adquirido en los últimos doscientos (200) años. Supongo, que la aprobación de una Constituyente sería para ese grupo una declaración de guerra.

 

En este caso, se supone que Bolívar se levantará de su mausoleo y empuñará su espada para imponer el orden perdido desde 1830.

 

Caracas, abril de 2015

 

 

Pedro Hernández Castellanos

Estadístico matemático y economista

E-mail: pedrohernandezcastellanos@gmail.com

 

Publicado por el Joropo, 26 de mayo 2015

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/193368

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