China en la era Xi Jinping

17/05/2018
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Fui invitado por la Universidad de Pekín para participar en el II Congreso del Pensamiento Marxista y de la fundación de la Asociación Mundial del Marxismo. Los eventos se dieron en un nuevo momento decisivo en la historia de China y hacen parte de ese momento.

 

Los eventos se inscriben en el marco de las conmemoraciones del 200 aniversario del nacimiento de Marx, que se dieron de manera cómo en ningún otro lado se han dado, por la cantidad de eventos, así como por la importancia atribuida a ellos. A la vez se han conmemorado los 120 de la fundación de la Universidad de Pekín, la más importante de China.

 

Solo dos personas fueron invitadas de América Latina, una profesora de la UNAM, de México, y yo. Los chinos han definido las invitaciones no por los cargos de las personas, según ellos, sino por su obra, su trayectoria y su actividad política. América Latina estuvo subrepresentada, como efecto del bajón que tuvo el pensamiento social del continente en los últimos años.

 

A pesar de la importancia de los dos eventos, el más significativo para la historia concreta de China este año son los 40 años del proceso de reformas y de apertura de la economía. Yo había estado en las conmemoraciones de los 30 años, el clima era distinto, pero ya empezaba a cambiar, bajo los efectos de la crisis general del capitalismo.

 

Hasta aquel momento, 2008, reinaba, desde el comienzo del período de reformas y apertura, iniciado en 1998 por Den Xiaoping, una euforia alrededor de los efectos de los mercados, interno y externo, sobre la economía china. Y las consecuencias espectaculares en el ritmo de crecimiento parecían autorizar ese sentimiento.

 

Pero la crisis fue un primer llamado de atención sobre la otra cara de los mercados. Desde entonces, China ha pasado a un equilibrio más grande entre el Estado y el mercado, en lo que ellos llaman economía socialista de mercado, en lugar de la economía centralmente planificada, de inicios de la revolución, importada desde la URSS.

 

La historia reciente de China ya posee un período más largo desde la muerte de Mao (1976) que el primer período desde la toma del poder, en 1949. Se cumplen 40 años desde el comienzo de las reformas y de la apertura de la economía. Los primeros son valorados apenas como años de consolidación del nuevo poder y de defensa de la integridad territorial, pero no como momento de construcción de la nueva sociedad.

 

Mao es valorado como el protagonista de la Larga Marcha, el dirigente que llevó China a derrotar sucesivamente a Japón y a EEUU, pero no como dirigente del Estado chino. O su período tiene pocas referencias o son referencias negativas, como el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, caracterizados negativamente, como proyectos que han fracasado y dejado mucho sufrimiento para el pueblo chino.

 

La historia contemporánea de China abarca los últimos 40 años, cuando el país ha empezado a recuperar su lugar de destaque en la historia mundial, después de dos siglos de derrotas y humillaciones impuestas por las potencias occidentales. Fueros los siglos que han empezado cuando China fue invadida por Inglaterra, en la guerra del opio, para imponer el consumo del opio, para poder equilibrar el comercio entre los dos países, dado que Europa quería comprar todo lo que China tenia para vender, pero China no se interesaba en comprar nada de Europa.  Inglaterra tuvo que retirarse militarmente de China, pero dejó el esquema de tráfico y consumo del opio, abastecido desde otra gran colonia inglesa: la India.

 

Como China no tenía poderío marítimo, porque no pretendía ser una potencia colonial, fue derrotada por Inglaterra y pasó a vivir dos siglos de derrota y de humillación, que China considera que se han terminado, desde que el país ha entrado en la época de reconstrucción económica y de desarrollo sostenido, desde 1978.

 

La era  Xi Jinping, que China vive actualmente y que promete ser larga en el tempo, no solo por el prestigio y el poder de su dirigente actual, sino también porque ha logrado cambiar la Constitución china, para poder ocupar los máximos cargos de dirección del país por varios períodos y no solo por los dos previstos anteriormente.

 

Es un período caracterizado por una presencia más fuerte del Estado y del Partido Comunista Chino, tanto en el plano económico interno, como en la presencia de China en el mundo. En lo económico, Xi define ahora la prioridad del carácter cualitativo del crecimiento económico, en detrimento de su simple crecimiento cuantitativo. Lo cual significa mejorar las condiciones de trabajo de todos, así como una mejoría sustancial respecto a la contaminación reinante en todas las grandes ciudades chinas.

 

El gobierno actual se enorgullece de ser la única gran economía del mundo sin crisis, que mantiene hace cuatro décadas un impresionante ritmo de crecimiento constante, a la vez que ha sacado de la miseria a 700 millones de personas. Ahora se trataría de mejorar las condiciones de trabajo y del medio ambiente.

 

La sensación que uno tiene es que, si el siglo XVIII fue francés, el XIX fue inglés, el XX fue norteamericano, el siglo XXI ya es un siglo chino, en que el destino del siglo será determinado, en gran medida, por lo que pase en China.  Por ello tenemos que hablar mucho de China.  

 

- Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).

 

https://www.alainet.org/es/articulo/192942
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