Algunas ideas de lo que pasa en Nicaragua

09/05/2018
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Las redes sociales ya circularon todo un abanico de comentarios: algunos más acordes a la verdad, otros ejerciendo cierta manipulación dependiendo de la fuente y de los intereses creados.

 

Durante los últimos años empezó una oleada de acontecimientos en diferentes países de los denominados gobiernos progresistas, una ofensiva silenciosa mediante las redes sociales, inconformidad de los políticos por el acceso al gobierno, países progresistas que desarrollaron programas de inversión económica con el gran capital, pero realizan una promoción política e ideológica con mensajes propios de la izquierda, pero haciendo negocios con la derecha. Al final los pueblos terminan votando por lo natural, porque la base económica te marca: si la izquierda hace negocios como derecha, entonces hay que votar por el que te representa ese capital, la izquierda es comunista y no sabe manejar los recursos económicos, todos son corruptos, llegaron sin dinero y ahora son inmensamente ricos (así concluye muchas veces alguna parte de la población y al final pueden llegar a ser mayorías, cuando hay un sistema y políticos que los agitan) y el gobierno de turno los subestima o minimiza.

 

Los teóricos del momento quieren llevar el tema de la corrupción a temas de lucha sin cuartel, un tema que es un componente central del capitalismo salvaje, es cuestionable de manera degradante para la gobiernos progresistas, y en la mayoría de países pasa inadvertido, aceptando que la clase dominante es la única que puede corromperse y se empieza una cacería de brujas porque el político progresista es más diabólico si tiene recursos que algunas veces los obtiene porque llegó pobre y ahora se le ve en mejores condiciones de vida.

 

Hoy le toca a Nicaragua y habrá comentarios de todo tipo: unos a favor y otros en contra, descalificación de la protesta social, represión, y estaremos frente a un terreno fértil para el desmontaje de los alcances que durante 10 años realizó el gobierno de Nicaragua. No se había desencadenado acciones de calle; pero una medida que exige el Fondo Monetario Internacional para sostener a corto, mediano y largo plazo la Seguridad Social, fue la gota que derramó el vaso.

 

Hay en la calle protestas que ya no reivindican a la Seguridad Social, hay dentro de las manifestaciones personas que, ajenas a las necesidades económicas y sociales, saquean y destruyen. No hay fuerzas del ejército enfrascadas en la represión, solo la policía nacional a quien le ha tocado ejercer fuerza la que en algunos casos se les va de las manos.

 

Hay movilizaciones de organizaciones de gobierno y otras vinculadas a sectores que históricamente han tenido intereses diversos bajo la tutela de Washington,  a saber, algunos jerarcas de las iglesias, empresarios, líderes de la sociedad civil que ahora si encuentran respaldo, compañeros sandinistas que desde hace años tienen inconformidad con el actual gobierno.

 

Sumado a esto, al gobierno se le escapó de las manos resolver el problema en tiempo inmediato y descuidó el origen del tsunami, que ya se venía gestando a través de una campaña de manipulación mediática, con la influencia de activistas conocidos y de un historial político muy cuestionable.

 

Querer construir un sistema unipartidario en una sociedad que no tiene las condiciones culturales, filosóficas e ideológicas te lleva a crear inconformidad, primero porque debilitas el partido de masas que te llevó al poder y se aísla del debate de otras ideas que, muchos en la base, comulgan por sus orígenes religiosos, la familia y su naturaleza liberal o conservadora.

 

La protesta en las calles es un ejercicio de la democracia, muchos jóvenes y adultos la están haciendo, pero el vandalismo, el uso de la violencia, la represión policial, eso no es prudente.

 

Que vuelva el diálogo con más actores que hoy se han tomado las calles, que se exija una solución a la Seguridad Social y a otras necesidades que la clase trabajadora demanda,  por ejemplo mejores salarios, más empleo, que se continúe con los beneficios sociales, que bajen los mega salarios, etc.; Pero no cambio de gobierno, para eso hay que hacer uso de las elecciones, que con ese ímpetu de las calles defiendan su voto, capten más votantes y mejoren el sistema electoral, solo así se puede lograr un gobierno de ellos, compartiendo las formalidades de las elecciones que al final siempre serán una trampa creada al estilo y uso de la democracia burguesa, si es un próspero empresario y vuelve al gobierno es buenísimo y todo un notable, si es de izquierda (progresista) es un fraude e ilegitimo gobernador.

 

Que cese la violencia, que las marchas sean pacíficas, que no se genere el uso indebido de la fuerza para saquear el comercio, quemar casas y vehículos, que se haga una protesta cívica, y que ya aparezcan los líderes para dialogar, sean estos de la vieja cúpula política y empresarial, o mejor líderes jóvenes de los que hoy ya derramaron sangre y sudor.

 

A estas alturas ya es tarde explicar si hay golpe suave o injerencia extranjera o si la lucha de clases tiene otro interés, explicar dónde está la derecha y a donde se atrincheró la izquierda no soluciona el problema, las masas enardecidas, con o sin razón, ya tienen una señal para donde los llevan y sus líderes hasta dónde los van a llevar.

 

Desde adentro del gobierno frio y calculador se fue creando el germen de la desconfianza, una militancia histórica, lejos del concierto político, una juventud sin formación política e ideológica al frente de tareas vestidos de blanco, ese fenómeno hoy merece un estudio porque se pensaba que todo el trabajo de gobierno era para esa juventud, por el denominado “bono demográfico” se creía que esa juventud estaba al lado de su buen gobierno.

 

Se desconocía que esa juventud si se podía levantar en las calles, primero por la Seguridad Social de ellos en el futuro, por la pensión de sus padres y al final la tardía gestión del gobierno hizo que llegaran: algunos jerarcas de la iglesia católica, políticos promotores de la NICA ACT y personas del sector popular que no iba a votar, que exigían más beneficios que llegaban de la cooperación venezolana, que ahora ya no existente.

 

El tema de la empresa privada organizada en el COSEP, AMCHAM, las PYMES o independientes fue mal interpretado, la clase social dominante al final se une entre políticos de izquierda y derecha, ya hace años Carlos Marx decía que el hombre es producto de las circunstancias, esa alianza no iba a ser eterna, solo esperaba utilidades y llegaron a presidir las reuniones con el gobierno, mientras la base histórica solo miraba a los nuevos socios tomar las decisiones. Si el movimiento popular estuviese comprometido con la clase trabajadora luchando por su emancipación hoy no andaría compartiendo bajo esa nube de las redes sociales.

 

Cuando apareció el fenómeno de la “Primavera Árabe”, se fueron gobiernos y temblaron las potencias, pero al final ellos no ejercían el poder, se auto convocaron pero al final el gobierno derrocado era reemplazado por alguien de la misma clase dominante que al final repetía los mismos estilos de gobierno y ahora más radical, excluyendo  los beneficios sociales alcanzados por el gobierno anterior se convertía en agente ejecutivo de la transnacionales y las redes sociales cambiaban de tema y entraban a otros efectos virales.

 

La clase dominante establece que no debe haber beneficios sociales, paquetes de clientelismo político, su mensaje es que todos deben trabajar y hacer dinero para que ese capital resbale sobre la copa y llegue a los más pobres, para eso se debe privatizar la salud, la educación, la seguridad social, las políticas públicas para la agricultura ahora debe ser atendida por el sistema bancario, en general una privatización galopante.

 

Hoy tenemos varios días de conflicto, ya se debe solucionar el problema, el fenómeno de las redes sociales llega al punto que los medios de prensa oral, escrita y redes sociales sesgan la noticia y al frente otro sector, en las calles, con un teléfono celular sesgan la noticia para hacerla rentable y  conseguir sus  fines que al final son bajar del gobierno a Daniel Ortega para subirse ellos y repetir la historia para que la otra generación que viene en camino les cobre caro su mal gobierno.

 

Ya es hora de entrar a construir una patria que recupere el programa histórico del FSLN que construyó Carlos Fonseca, abrigando el legado de Sandino, para tener un país libre, nacionalista y que todos convivamos en igualdad de condiciones, por la que cayeron hombres y mujeres en cada etapa generacional, bajo la bandera azul y blanca de tierra de lagos y volcanes.

 

Ahora debemos volver a recuperar nuestra economía, mantener los beneficios sociales, que la paz, tranquilidad y estabilidad vuelvan a llegar a nuestro pueblo.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/192767
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