Apoyar a Bolivia democrática y tecno-productiva y a la integración suramericana

05/01/2018
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Generación eléctrica en Bolivia para consumo doméstico y exportación es política de Estado, con 2 millones KW de potencia instalada en 2017 y 10 millones KW en 2025.
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Introducción

 

Este 2018 se muestra halagador y prometedor para Bolivia y la región suramericana de países UNASUR, porque la hora de la verdad sobre el verdadero modelo económico y social que más le conviene a los pueblos nuestros se está decantando, con validez para todos, que no será otro que un modelo de economía mixto y plural, de base social y tecnológica, con mucha planificación indicativa y de incentivos, pero dentro de un sistema de integración regional y latinoamericano que conviene a todos. Nos referimos a las medidas que se están tomando para elevar la producción integral y para satisfacer, al mismo tiempo, las necesidades elementales de los pueblos.

 

En Bolivia se ha elevado la producción nacional de alimentos de todo tipo a 16 millones ton/año en 2017 y se piensa elevarla a 45-50 millones en 2025, todo un record de agro-producción o tecno-producción basada en más tecnologías de punta y más eficiencia de trabajo y organización. Lo mismo sucede actualmente con los planes en curso en Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay e incluso Venezuela, es decir los países MERCOSUR. Los países CAN también están elevando su producción de alimentos.

 

Esta planificación en seguridad y soberanía alimentaria garantiza el éxito del proceso de cambio actual. Y permitirá además que los bolivianos vean el futuro, alternativo a la venta de materias primas sin valor agregado alguno, con más optimismo. Dado que se podrá exportar al menos 40 millones ton/año de alimentos en 2025 con un valor promedio aproximado de 10 mil millones usd/año o más. Una cifra que hará innecesario continuar con la política actual de exportación de gas natural, o exportar a futuro materias primas sin valor agregado alguno (gas, petróleo, minerales, maderas, calizas y no-metálicos, etc.), como modelo de economía tradicional para buscar divisas. Por tanto, desde ahora se deberá practicar la venta a futuro de materias primas sin valor o poco valor agregado solo por poco tiempo más.

 

Es decir no más allá de 2025. pero sí, en su lugar, se deberá exportar más cemento, textiles, baterías de litio, oro en lingotes de calidad, metales como manufacturas, metales raros como elementos de la electrónica mundial, maquinarias simples, aceros, fertilizantes, electricidad, software, servicios ingeniería, academia y turismo, etc. Por otro lado, el mundo multipolar que se necesita, tanto Bolivia como UNASUR, para atraer inversiones extranjeras directas (IED) en grandes cantidades, se está haciendo realidad. China tiene el mayor PIB (PPA) del mundo, sigue EE.UU., India, Alemania, Francia, Japón, Brasil, Corea del Sur e Indonesia. Muy pronto el mundo productivo de bienes y servicios y no especulador estará en manos de las economías mencionadas. China, India, Brasil, Sudáfrica, Rusia, Indonesia y México, habrán tomado delantera en términos de PIB y comercio multilateral. Sin mencionar a otras economías emergentes como Irán, Turquía, Egipto, Nigeria, Argentina, Perú, Colombia, Chile, Filipinas y Vietnam. Países colonizados de antaño están ahora primero. Han tomado delantera en producción, ciencia y tecnología. Y países colonialistas y opresores del pasado y de siempre están de bajada, incluyendo a Inglaterra, Holanda, Canadá, Italia, y otros.

 

Bolivia ha hecho bien en buscar la integración con Brasil (MERCOSUR) y Perú (CAN), mediante la construcción conjunta del tren bioceánico, que unirá los océanos Atlántico con el Pacífico, a través de territorio boliviano. Con conexiones convenientes y seguras a Paraguay (Puerto Casado), Argentina y Uruguay. Las inversiones en este proyecto, de Alemania, Suiza, UE y países involucrados directamente, superarán 15 mil millones de dólares. Además, hay planes para la construcción y valorización de los puertos bolivianos dentro de la Hidrovía PPP (Paraguay-Paraná-Plata) hacia el Atlántico. Y dentro la logística de otras hidrovías adicionales como la MMM (Mamoré-Madera-Madeira) y la BPP (Bermejo-Paraná-Plata).

 

Peligros para el crecimiento sostenible de Suramérica

 

No todo depende de UNASUR como institución, existen peligros latentes contra la unidad y la vía suramericana hacia el desarrollo integral. Veamos. El no cumplimiento de las resoluciones de UNASUR y la actuación aislada de cada país frente a las demandas de EE.UU., el FMI o el BM, es un error grave. Las bases militares nuevas y antiguas de EE.UU. en la región y la aceptación de sus tropas de combate en algunos países de Suramérica, aún con el pretexto de lucha contra el narcotráfico y la delincuencia, puede conducir a exacerbar el chauvinismo y el enfrentamiento entre regiones y países. Además EE.UU. pretenderá ganar terreno frente a los acuerdos económicos y de inversión ya existentes en UNASUR con los países BRICS, CELAC, CARICOM, ALBA, G77+China. EE.UU. está tratando de dividir a la región, como siempre lo ha hecho en Suramérica, como en África y Asia, pero esta vez apuntando a los países más progresistas, alternativos y propositivos. La difusión interesada de temor en la población de EE.UU. y UE, acerca del futuro soberano económico y social en Suramérica, con el supuesto fracaso poco productivo y previsor de las economías en nuestros países, está dirigido para alentar a las fuerzas endógenas de derecha aliadas y a sus socios dentro de las oligarquías nativas, con el fin planificado por ellos de boicotear y denigrar a los gobiernos más progresistas. Felizmente la UE ha advertido que recuperará su relación económica y cultural con Cuba y ha criticado a EE.UU. por mantener el bloqueo obsoleto. De hecho la UE está interesada también en un acuerdo con MERCOSUR, donde Bolivia es miembro y podrá participar con mayor fuerza para exportar sus productos de valor agregado a Europa.

 

Bolivia deberá responder con el desarrollo acelerado

 

Ante esta situación política Bolivia y su proceso democrático, popular y tecno-productivo está obligada a dar el ejemplo y responder en la región fomentando el desarrollo acelerado interno y con los países de la región. Con unidad monolítica y junto a las instituciones y empresas del Estado boliviano como tal, y la participación de PYMES, empresas medianas y grandes, cooperativas, comunidades campesinas, entre otras, se deberá responder contundentemente, apoyando el proceso de cambio actual; el plan nacional y social de desarrollo productivo y energético y a la propia dinámica política interna del MAS-IPSP para avanzar en mejores condiciones programáticas y propositivas.

 

Apoyo que debería ser complementado con nuevos planteamientos económicos, organizativos y tecnológicos, debatidos públicamente, por parte de las instituciones patrióticas y movimientos populares de base. COB, CEPB, CSUTCB, CONCOBOL, CNI, CNC, CAO, ANAPO, COFADENA, ADEMAF, CAINCO, entre otros, además de gobernaciones (9), sub-gobernaciones (112) y municipios (340). En nuestro criterio tecno-político y tecno-productivo el debate y las conclusiones deberían contener los siguientes elementos esenciales de planificación, según nuestro buen saber y entender, en dirección positiva hacia la construcción del tecno-socialismo productivo, energético, eficiente, sostenible, democrático y de integración regional bolivariana, continental y mundial. Y se debe entender que el proceso revolucionario boliviano, que viene propiamente desde 1936, no precisa ni necesita de líderes irremplazables. Hay nuevos líderes y nuevas generaciones cultivadas, que deberán tomar las riendas del gobierno y del poder, en forma ordenada y lógica.

 

1.- Elevar la gran producción de alimentos y granos

 

Elevar progresivamente la producción total de alimentos, tanto para el consumo interno como para la exportación, especialmente hacia los países más demandantes de alimentos de calidad certificada en la actualidad, Rusia, India y China, entre otros. El plan de referencia ya fue aceptado por la parte privada y los agentes económicos grandes y pequeños de oriente y occidente, pero también ha sido respaldado y apoyado oficialmente por el gobierno nacional, en una especie de proposición gubernamental denominada de alianza público-privada, para así sobre esta base de alianza y planificación estratégica, se pueda llegar a contar con inversiones necesarias públicas desde el Estado boliviano, tanto en infraestructura general; como en puesta en funcionamiento de vías de acceso; silos; ferrovías; hidrovías y puertos; barcazas y barcos; maestranzas y astilleros; etc.

 

Se necesitará también la formación especializada de más técnicos agrícolas y agropecuarios; más investigadores y trabajadores tecnificados; más personal de transporte; más tecnología de punta y biotecnologías de origen propio procedente de centros de investigación endógenos. Los ingresos pueden llegar a superar 10 mil millones de dólares en el próximo quinquenio. Pero es rentable y se paga a sí mismo, siempre que todos y cada uno de los agentes económicos involucrados, privados y comunitarios, en la producción como en servicios y provisión energética, paguen impuestos y contraten personal en forma legal y con responsabilidad social empresarial (RSE). La responsabilidad social empresarial deberá estar presente transversalmente en todo momento, tanto en la oferta de semillas mejoradas y uso de fertilizantes orgánicos, como en la calidad del producto, la seguridad industrial y la salud ocupacional. Los trabajadores del campo, en granjas y haciendas, deberán ser contratados de acuerdo a las leyes de protección al trabajador, aportándoseles con capacitación permanente y contratos a largo plazo. Se deberá incubar centros de investigación y desarrollo de la producción y productividad en cada empresa y en cada sector.

 

2.- Participación accionaria estatal en las empresas privadas

 

Aprovechando este posible gran boom de producción de alimentos y granos que se viene hacia el futuro, será recomendable que el Estado boliviano, usando parte de los excedentes que se posee en el TGN como reserva internacional, intente sembrar adecuadamente los ingresos nacionales percibidos por el gas natural y la venta de productos petroquímicos. Haciendo participar en apoyo al sector agrícola y agropecuario privado, con sus propias instituciones y empresas, referidas directa o indirectamente al sector, EMAPA, INIAF, ADEMAF, BANCO UNION, YPFB, ENDE, COFADENA, ABC, etc. Pero más crucial todavía en este desarrollo agro-industrial acelerado que se presente en nuestro país, es el desarrollo armonioso de la alianza fáctica público-privada. Se puede proponer la participación accionaria del Estado boliviano en las empresas productivas privadas más exitosas de alimentos, granos y derivados industriales. Con aportes en capital y tecnología dentro de una posible cuota accionaria del 10% al 30%. Inversión pública que le vendrá muy bien a los empresarios privados para mejorar equipamiento, condiciones de cultivo y compra de maquinarias, entre otros. Para incrementar la seguridad jurídica y legal.

 

Así, el Estado boliviano podrá ser co-propietario, invirtiendo en acciones agro-productivas, que le traerán provechosamente utilidades anuales, además de impuestos de ley. Dentro del agro-negocio prometedor y productor de alimentos, que cada vez será más grande y rentable. Pero también para posibilitar la generación de electricidad con la biomasa acumulada y la producción de super-alimentos certificados con mayor valor agregado. La alianza público-privada deberá ser de beneficio mutuo tanto de ida como de venida. Es decir que mientras crezca la riqueza y bienestar de empresarios, paralelamente también el Estado boliviano también se hará más poderoso, pudiente y propositivo. Más regulador y participativo. Las utilidades deberán ser reinvertidas adecuadamente, es decir para mejorar aún más el ciclo de bienestar social de la población.

 

Este camino posiblemente represente y muestre objetivamente mejor que otro ejemplo, la economía plural y mixta en acción que deberá funcionar con empleo integral de normas de gestión y calidad total en la exportación y consumo interno. Se podría concluir que esta es una forma de construcción del denominado tecno-socialismo productivo, sostenible y energético y que posiblemente sirva de ejemplo también para otros países ALBA y UNASUR. Esta metodología funcionará siempre que todos los agentes económicos estén de acuerdo, usando incentivos necesarios para la producción de alimentos y la participación accionaria y no burocrática del Estado boliviano en las utilidades y beneficios. Se trata de una nueva forma de descentralización y desconcentración, y de gobierno electrónico. Con participación de todos en forma sinérgica, gobernaciones, sub-gobernaciones y municipios. Todos recibirán ingresos adicionales sin involucrarse directamente en la gerencia de producción. A todos conviene el Estado nacional fuerte dando incentivos para una economía plural y mixta en ascenso.

 

3.- Energética nacional hacia 10 millones KW potencia instalada en 2025

 

Los esfuerzos por convertir a Bolivia en centro energético continental, tanto de energías renovables como no renovables y alternativas, merece una reflexión nacional necesaria. Con casi 2 millones de KW de potencia instalada actualmente, según datos de ENDE, se puede aseverar taxativamente que nuestro país no es una potencia energética regional en la producción de electricidad, si bien esta potencia instalada está por encima de la demanda nacional actual. Pero siguiendo este camino sí se podría llegar a ser una pequeña potencia energética si se incrementara a diez millones de KW en 2025 y a quince millones en 2030. Se debe tener en cuenta que el Gobierno nacional actual cuenta con 2/3 de votos y representatividad absoluta en la ALP, Asamblea Legislativa Plurinacional. Esto significa poder proponer leyes que se considere conveniente para el objetivo energético planteado.

 

Estas leyes de planificación energética debieran entrar también en el campo de la alianza fructífera pública-privada. Dentro de conceptos en la nueva CPE que acepta y promueve desde abajo la economía de producción y energética plural y mixta. El camino hacia el socialismo sostenible deberá ser por tanto un esfuerzo de todos los agentes económicos, y no solamente del Estado nacional. Es decir con descentralización en la planificación local. Por eso las nuevas leyes deberán aceptar que ENDE se empeñe con recursos propios en promover la construcción de grandes, medianas y pequeñas empresas hidroeléctricas; pero también incentive que las empresas privadas nacionales o extranjeras, asociadas o no al Estado, hagan lo mismo. Se trata de una liberalización energética para la generación acelerada de potencia eléctrica y venta de electricidad privada al Estado vía ENDE; y comercialización hacia mercados externos vecinos debidamente interconectados al SIN nacional. Igualmente incentivar la generación eléctrica a través de otras energías renovables, eólica, solar; algas para uso energético; empleo de biomasa residual y de chaqueo (quema con generación de humos), sin sentido y sin control. Incluyendo la producción de biocombustibles, biodiesel con plantas de origen no alimenticio y alcohol proveniente de la caña de azúcar. No se debiera excluir de origen electro-nuclear. La generación electro-nuclear es legal para todos los países del mundo y está regulada por la OIEA, Organismo Internacional de Energía Atómica.

 

Proyectos como los mencionados al final en alguna medida ya están siendo implementados por el Gobierno. Pero que lamentablemente no tienen las leyes correspondientes de incentivos y precios de comercialización. Se deberá regular precios y conexión de la electricidad producida en generadoras privadas, como la producida actualmente con la quema controlada del bagazo, o de la biomasa castañera, cáscaras para generar electricidad. Sucede en la ciudad amazónica de Riberalta, por ejemplo. La energética nacional merece la participación de todos, empresas estratégicas del Estado, empresas privadas, tecnológicos y universidades, como también de las fuerzas armadas, policía y hasta las iglesias. Cada iglesia moderna debería incubar centros de generación eléctrica en ríos locales, andinos o amazónicos, empleando turbinas pequeñas. Suficientes para abastecer de electricidad a pueblos pequeños o abandonados. No se debe olvidar que las iglesias tienen recursos tecnológicos, curas ingenieros y administradores, apoyo financiero y cuentan con donaciones. Deberán pagar impuestos y ser sostenibles en las obras de beneficio social. No se deberá pedir limosnas, pero sí generar riqueza sostenible, alimentos y energética. Las instituciones mencionadas deberán así, con sus propias utilidades, instalar centros de salud, tecnológicos y los curas reparar las iglesias coloniales, etc.

 

Estas acciones deberán basarse también en una nueva alianza del Estado popular con iglesias y ONGs productivas, tecnológicas y energéticas. Brasil con un potencial hidroeléctrico de 150 millones KW, ya ha hecho uso del 50% al 60% de dicho potencial. Bolivia puede que tenga 200 millones KW de potencial, pero solo ha hecho uso del 1%. Todo pasará finalmente por el control y la regulación estatal; pero hay espacio y existe la necesidad urgente de liberalizar las inversiones en la generación y distribución, y poner las normas legales adecuadas en este objetivo nacional. Respecto a los biocombustibles renovables de origen no alimenticio, como palma aceitera, jatata, macororó, entre otros, no se debería tener aprehensión de no llegar a producirlos por razones fundamentalistas.

 

Brasil es pionero y líder mundial en fabricación de biocombustibles, alcohol y biodiesel, socio en UNASUR y MERCOSUR, facto que ayuda objetivamente a la economía del transporte y al funcionamiento adecuado de las maquinarias pesadas industriales, amén de aportar a la generación eléctrica en forma más ecológica inclusive. Países CELAC en Centro América, que no poseen tradicionalmente hidrocarburos fósiles, producen biocombustibles para satisfacer sus propias necesidades.

 

 

 

Canal Tamengo (Hidrovía PPP, Puerto Suárez), con salida hacia el Atlántico, ya se cuenta con 4 puertos internacionales, Tamarinero (Naval), Aguirre, Jenny y Gravetal, que transportan más de 4 millones ton/año de carga boliviana hacia los países MERCOSUR y Ultramar

 

4.- Ley del valor agregado para nuestras materias primas

 

El valor agregado ya no es una opción voluntaria actualmente, es una medida de corte obligatorio, que deberá formar parte de las políticas de Estado y que debiera ser tomada urgentemente por el Gobierno, tanto por el bien de la economía nacional, como por el ingreso incrementado y previsto de divisas; la modernización industrial; la generación de empleos y la tecnología de punta a ser empleada en las empresas de valor agregado. Por tanto se necesita urgentemente una ley del valor agregado que prohíba paulatinamente, con graduación programada, la exportación de nuestras materias primas sin valor agregado alguno. Sea este el caso de los minerales metálicos y no metálicos, ferrosos y no ferrosos; gas natural, madera, cueros, metales raros y tierras raras, alimentos en bruto sin refinación o empaque; carnes sin proceso industrial y valor adicional; entre otros. El valor agregado es esencial para la economía boliviana, que no genera riqueza suficiente como para salir del tercer mundo atrasado y falto de industrias. Con solo 4 mil dólares por habitante de ingreso anual, se necesita más producción. Deberemos alcanzar el promedio suramericano per cápita anual que está en 8 mil dólares. No estamos solos y deberemos apelar a las inversiones masivas provenientes de los países aliados del BRICS, UNASUR, CELAC y G77+China, sin descartar otras inversiones, como Alemania y Suiza, que pagarán el costo del millonario tren bioceánico.

 

5.- El proceso necesita de optimismo y más ideas

 

Debido a la huelga radical de médicos mucha gente cree que no hay motivo de optimismo en el país. Sin embargo no son todos los médicos y para-médicos los que han dejado sin atención a la gente pobre del pueblo. Por eso es necesario seguir analizando y proponiendo la mejora sustancial de los servicios como salud, educación, trámites, turismo, aduana, impuestos, etc. Hay mucho espacio económico, cultural y social a ser analizado en el país. Pero sí debemos estar seguros en que el mundo actual cambia y desarrolla a pasos acelerados. Y tanto Bolivia como los países UNASUR deberán acoplarse a esta dinámica mundial de inversiones, comercio, nuevas tecnologías y mejoramiento ético y moral de las personas, profesionales y líderes.

 

 

Con la producción de fertilizantes, urea y amoniaco, por parte de YPFB y EIHB se incrementará la producción de alimentos en Bolivia y países MERCOSUR y CAN

 

Ricardo Ángel Cardona

Escritor y político tecno-socialista boliviano y suramericano. Autor libro “El Estado PluriCerebral y la Revolución Mundial de la Tecno-inteligencia”. Ex -legislador de la UDP (1982-1989). Ingeniero industrial y energético. Ejecutivo de CODEPANAL. La Paz-Bolivia, rancardo@yahoo.es

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/190166
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