Luis Zelaya y la teoría del balance

03/12/2017
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Para muchos dirigentes del partido liberal, líderes de organizaciones sociales y gremiales y analistas políticos, el voto en las elecciones generales del 2017, debió ser para el candidato de garantía de estabilidad al país y mejores propuestas para superar los graves problemas sociales, económicos, políticos, institucionales y culturales que enfrenta Honduras, o sea para el Ingeniero Luis Zelaya.

 

La valoración de este argumento, es que las otras dos (2) fuerzas políticas en contienda, o sea el Partido Nacional con Juan Orlando Hernández (JOH) a la cabeza, y Salvador Nasralla de la Alianza Opositora contra la Dictadura, tienen dentro un fuerte grado de polarización, con proyectos poco comprendidos por el pueblo hondureño, caso de la reelección presidencial ilegítima y la convocatoria a una nueva Constituyente para cambiar la Constitución de la República.

 

Antes de las elecciones del 27 de Noviembre, cerca del 75% de la población hondureña se manifestaba en contra de la reelección de JOH, explicado por lo violatorio de la Constitución, el proceso fraudulento e ilegal seguido para su imposición como candidato, la débil institucionalidad publica relacionado con el proyecto electorero y el problema de la falta de oportunidades de empleos sostenibles para los jóvenes.

 

Esto último, aun cuando, los pocos empleos generados fueron en el marco de la ejecución a pie juntillas de un programa económico recesivo apoyado por el FMI dentro del modelo de corte neoliberal instaurado, donde las tasas de desempleo abierto, invisible y marginalidad se dispararon como nunca antes, más allá de aquellos empleos espurios generados y la fuerte cantidad de dinero asignadas a programas compensatorios como “Vida Mejor”.

 

En el caso de la Constituyente, es de recordar que es un proyecto fallido del Presidente Zelaya, Coordinador General de la Alianza Opositora contra la Dictadura, utilizada como justificación por el Partido Liberal, Partido Nacional, FFAA y Embajada Gringa, para sacarlo del poder con un Golpe de Estado (blando). Los hondureños (as), en especial los jóvenes, fueron los más afectados con estas acciones, ya que a partir del golpe (junio 2009), se inicia un proceso de destrucción de la institucionalidad publica, reducción de la inversión, sobrendeudamiento que quita recursos a los sectores productivos, y la perdida sistemática de empleos de buena calidad, sumado a la aprobación de la Ley de Empleo por Hora que, para los jóvenes, es vista como una ley injusta que debe ser derogada.

 

Luis Zelaya se manifestó en contra de la reelección de JOH por ser ilegitima, y también contra la Constituyente en tanto no es el mecanismo más adecuado para reformar la Constitución, ya que antes había que fortalecer la institucionalidad del propio Estado. Con antelación advirtió de los problemas que pasarían en las elecciones sino se hacían reformas a dicha institucionalidad, particularmente a las instituciones politicas-electorelas altamente politizadas y corruptas, recomendando la conformación de un órgano electoral independiente, altamente tecnificado y con transparencia de procesos.

 

En las elecciones del 26 de Noviembre de 2017, el Ingeniero Zelaya fue el primero en reconocer su derrota electoral de cara al pueblo hondureño, e igualmente el triunfo del Ingeniero Salvador Nasralla, ya que muestra un margen de 5% de diferencia contra JOH, cuando se tenía 70% de las actas escrutadas. Como profesional conocedor del tema, sabe que esta tendencia puede bajar un poco pero nunca ser superada. Hoy sucede lo contrario en estas Honduras, y JOH supera a Nasralla por un 1.5%, esperando contar más de 1,000 actas con problemas, y no 5,000 actas como exige la Alianza Opositora contra la Dictadura y ciertos miembros de la UE y Embajada Gringa.

 

La pérdida de la elección en la candidatura presidencial, no así en las alcaldías e incluso diputaciones (hay que pelear los votos), donde claramente aumenta su control el partido, ha llevado a dirigentes tradicionales a pedir su cabeza como candidato a la Presidencia y renuncia como Presidente del Central Ejecutivo del Partido Liberal, poniendo como punto de agenda urgente la convocatoria a una convención extraordinaria del partido para destituirlo en el cargo. Otros dirigentes más ponderados, son del criterio que a partir de los resultados lo que hay que hacer es trabajar más, ya que el Ingeniero Zelaya demostró en el corto tiempo un gran compromiso con el partido y liderazgo.

 

Frente al problema generado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), con la no declaratoria de un ganador de los comicios generales entre JOH y Salvador Nasralla, y las denuncias de manipuleo de actas, lentitud para hacer cortes e informar, caída del sistema y fraude, el Ingeniero Zelaya hace un urgente llamado para que se respete la voluntad del pueblo hondureño expresado en las urnas, y en su momento dará a conocer los resultados según las actas en su poder, lo cual puede contribuir a salir de la crisis actual donde se desconfía de las actas que tiene el TSE y cada uno de los partidos en disputa. Se supone que las actas deben coincidir, y aquellas que no, son fraudulentas y hay que deducir responsabilidades.

 

Pero, además de ello, puede servir de mediador de crisis, ya que como vamos, es poco probable que el ganador de las elecciones para Presidente tenga la confianza requerida para gobernar con y para todos, en un país dividido y altamente polarizado.

 

Tegucigalpa, DC, 2 de Diciembre de 2017

 

https://www.alainet.org/es/articulo/189593
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