Honduras: Fútbol y política

17/11/2017
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Foto: hondurassoccer.com
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Honduras, al igual que el resto de países de la región centroamericana, tiene muchas esperanzas en su fútbol. No importa si los jugadores saben leer o escribir, cuentan con educación primaria básica o secundaria, lo que importa es que tengan “madera” ya que nacieron aptos para practicar el fútbol y triunfar.

 

Esta esperanza se concretó cuando en 1982, la Selección de Honduras clasificó al Mundial de Fútbol de 1982, celebrado en España. Pero estas esperanzas estuvieron guardadas hasta que en el año 2010, volvió o clasificar a otro Mundial de Fútbol celebrado en Sudáfrica, hazaña que se repitió para el Mundial de 2014 en Brasil .En estos últimos mundiales, los entrenadores de la Selección Nacional fueron técnicos colombianos, a diferencia de 1982 donde el técnico fue Ramón el “Primi” Maradiaga.

 

Para  la Copa Mundial a celebrarse en Rusia en 1918, la Federación de Fútbol de Honduras con apoyo del gobierno, se decidió por la tradición de contratar técnicos colombianos, caso del entrenador Jorge Luis Pinto,  que había clasificado a Costa Rica al Mundial de Brasil y tenido un buen desempeño. Un problema no muy visible desde el lado local, era que los dirigentes deportivos tenían antecedentes de ser funcionarios públicos o personas corruptas, con lo cual se contamina de entrada ente noble deporte y la participación y triunfos de la Selección Nacional.

 

Tanto Rafael Leonardo Callejas, expresidente de Honduras (1990-1993), dirigente del Partido Nacional y ejecutor del modelo neoliberal, como Alfredo Hawitt, dirigente del Frente Unido Universitario (FUUD) y militante del Partido Nacional en el poder, a la cabeza de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras (ENAFUTH), fueron acusados de recibir soborno (moje) y entregados a la Justicia Norteamérica para su juicio y posterior condena. Mucho poco se sabe de los términos en que se negoció el contrato con el Profesor Pinto, pero lo seguro es que ataba las decisiones de dicha  Federación a  lo dictado por Pinto, incluso más allá de los resultados obtenidos.

 

Honduras, en la era Pinto, a nivel de Selección Mayor, tuvo un pobre rendimiento. Suman más las pérdidas y empates que los ganes, un rendimiento menor del 50%. Pero lo más evidente fue que aún con los malos resultados (gane de Panamá en Honduras, empates con EEUU, Costa Rica y Panamá, a pocos minutos de finalizar los partidos y en tiempos extras), el voto de confianza de los nuevos directivos de la Fenafuth a Pinto fue evidente, contando con el apoyo de un prensa cobarde y mediocre que no dice de frente lo observado en el terreno de juego y las improvisaciones del Entrenador.

 

La eliminación de Honduras de la Copa Mundial de Fútbol en Rusia,  por la Selección de Australia en el llamado repechaje o cuarto boleto, ya que México, Costa Rica y Panamá  habían clasificado por la CONCACAF en forma directa, frustró un nuevo sueño de esperanza del pueblo hondureño, o sea clasificar de nuevo al Mundial de Fútbol. No importó que el gobierno de la Republica, en su afán de quedan bien con los electores, otorgara un asueto a los empleados públicos para ver el partido, ni que la Prensa Mediática motivara a la población para brindar su apoyo incondicional a la “H”, el desempeño de la Selección en ambos partidos fue mediocre. El planteamiento del entrenador fue timorato, o sea defensivo, tratando de no encajar goles y esperar la fortuna de un contragolpe para hacer un gol y obtener el triunfo.

 

Se cuestionó además el creciente interés de Pinto por llamar jugadores jóvenes y descartar los de mayor experiencia, igual la insistencia de alinear a jugadores que habían tenido un mal rendimiento en partidos anteriores, caso particular del defensa Palacios. A criterio de Nahúm Espinoza, jugador, entrenador y comentarista deportivo, J. Luis Pinto nunca tuvo un equipo base y la improvisación en cada partido fue evidente. Igual, nunca pudo manejar la presión de los últimos minutos, aun cuando iba ganando el partido.

 

Otra esperanza del pueblo hondureño, es que el presidente Trump retroceda en su decisión de eliminar el TPS, ya que existen más de 60,000 hondureños en EEUU acogidos a esta protección temporal, donde cerca de 300,000 personas en Honduras dependen de las remesas que envían. Un problema es que el gobierno de Honduras no ha podido desarrollar una estrategia de protección al estatus temporal de ciudadanos hondureños e inserción a la economía, sociedad y vida pública para aquellos migrantes retornados.

 

Pero, también, en lo político, la esperanza de la mayoría de hondureños es la toma del poder por una nueva fuerza política,  ya que el actual gobierno del Partido Nacional ha sido acusado de corrupto, represivo y sin capacidad para crear las condiciones necesarias para la reactivación productiva y la generación de empleos masivos de buena calidad e ingresos monetarios sostenibles, que les permita llevar el sustento a las familias en forma digna, y además no pensar en abandonar el país y migrar a EEUU y países europeos. Este gobierno ha acogido como válido un modelo de corte neoliberal excluyente, concentrador y depredador, que margina del mercado de trabajo y del uso sostenible de los recursos naturales, a población en edad de trabajar (hombres y mujeres) comunidades y pueblos étnicos.

 

La única manera de concretar esta esperanza es votando en contra del partido en el poder y su candidato, el actual presidente de la Republica, Juan Orlando Hernández (JOH), en las elecciones generales convocadas para el próximo 26 de noviembre de 2017. Es un voto castigo contra este modelo neoliberal post golpe de Estado (junio de 2009), la corrupción, el autoritarismo, represión y la violación de la Constitución de la Republica y derechos humanos.

 

Este voto castigo aparece ya en el momento de ejercer el sufragio, una decisión consciente y meditada del elector acerca del balance de la gestión del gobierno en estos ocho años en el poder, y de su situación económica, social, cultural y familiar. Es quizá, la esperanza que tiene más posibilidades de concretarse frente al camino fallido de la clasificación mundialista y las pocas posibilidades de que Trump retroceda en lo del TPS.

 

Tegucigalpa, 17 de Noviembre de 2017

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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