Loas a los principios fundamentales de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

20/10/2017
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Foto: AVN
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Un gobierno republicano ha sido, es, y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo; la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía, y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas, y las costumbres públicas. Luego, extendiendo la vista sobre el vasto campo que nos falta por recorrer, fijemos la atención sobre los peligros que debemos evitar. Que la historia nos sirva de guía en esta carrera.

Simón Bolívar (Congreso de Angostura de 1819)

 

La revolución se superó a sí misma. Cuando la honorable presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, anunció la victoria de la Revolución Bolivariana con 18 de 23 gobernaciones, en medio de tan dramática crisis socio-económica y sistemática antipatriótica conspiración, consideramos que la Revolución Bolivariana superó a la Revolución. Todo indica que el pueblo (54%), quienes apostaron una vez más por el proceso histórico de transformación bolivariano, tienen claro de dónde vienen los serios desajustes que los aquejan. Tienen claro que los/as enemigos/as de la patria aborrecen cualquier viento a favor del pueblo pero este pueblo, a quien gozan ningunear, esta blindado democráticamente por una de las más ejemplares constituciones del mundo occidental y estructura revolucionariamente humana lo cual nos exige ver el paradigma bolivariano mas allá del simple e irresponsable anécdota noticioso.

 

La actual Carta Magna venezolana conocida como la “Constitución Bolivariana”, a diferencia de la Constitución de 1961, fue aceptada mayoritariamente por el pueblo en abril de 1999, dando fin a la IV Republica, y no por cuatro grupos de amigos como otrora solía darse. El Comandante Hugo Chávez Frías lo juró y su juramento se convirtió en tierra fértil pariendo uno de los cuerpos jurídicos y legislativos más odiados del planeta por lobbies gubernamentales, megas corporaciones y aristocráticos grupos familiares: "Juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro" (Comandante Hugo Chávez Frías, 2 de febrero de 1999).

 

Las bases de principios que sostienen el orden democrático y Estado de Derecho Bolivariano nos trasmiten su fuerza más allá de la letra; nos emanan mas allá de la retorica jurídica, el sentimiento y espíritu de un nuevo periodo, una nueva era y no solo de un nuevo periodo electoral. La Revolución Bolivariana no es un cliché, es una alta esfera de convivencia y estado de conciencia en el largo proceso de cambios en la escala evolutiva de toda especie.

 

Este modelo superior de convivencia y alternativo estado de conciencia reflejado en la base de principios de la “Constitución Bolivariana” debiera ser considerado como referente de toda carta magna que se precie de democrática (así como lo demuestra ejemplares constituciones como la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia o la Constitución de la Republica de Cuba). Sin independencia, igualdad, justicia, paz, integridad territorial, autodeterminación y soberanía nacional, no se puede hablar de democracia del pueblo y para el pueblo.

 

Los tres artículos de Principios Fundamentales, tal cual consta en la “Constitución Bolivariana”, delinean el derrotero por el cual transita el gobierno bolivariano. ¿Cómo podría traicionar la Revolución Bolivariana sus principios, como traicionarse a sí misma, y no darse cuenta el pueblo de tal sacrilegio? Las fuerzas conspiradoras, apátridas, anti revolucionarias, han hecho todo lo posible por traer abajo la Revolución: boicots y sabotajes dentro y fuera del aparato del Estado, infiltración de fuerzas paramilitares nacionales y extranjeras, especulación económica, asesinatos selectivos, destrucción de los bienes del Estado, etc.etc., atentado día a día contra el Estado de Derecho que dicen defender.

 

Conspiraciones permanentes contra el Orden Constitucional y el Imperio de la Ley, es la agenda de los enemigos de la patria, representantes de intereses subalternos que cuentan con el Capital como expresión máxima de sus principios y expectativas. La “Constitución Bolivariana” nació engendrada por la dignidad de la Revolución y no por la mezquindad de saboteadores de esperanzas y vendedores de falsas democracias. Esto no exime, de manera ninguna, al proceso revolucionario de puntos ciegos, vicios y torpezas de orden ético-moral que atenten contra cualquier principio por más puro y sacrosanto que este presuma ser.

 

En el primer artículo la Republica Bolivariana se reafirma irrevocablemente libre e independiente sobre las base de valores como libertad, igualdad, justicia y paz internacional, fundamentada en la doctrina del Libertador Simón Bolívar. El elemento jurídico distintivo del artículo primero es la mención y reconocimiento a los derechos irrenunciables del Estado. Derechos invisibilizados en la mayoría de constituciones o someramente mencionados y traicionados en el ejercicio del derecho como es el caso peruano con su de facta Constitución de 1993 (solo por citar un ejemplo).

 

Los derechos del Estado bolivariano como el derecho a la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional encuentra sentido dentro del gran marco jurídico-legislativo que delinea el perfil del Estado como señala el artículo segundo: . “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

 

El tercer articulo resume las finalidades esenciales: “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución”.

 

El perfil anticolonialista de los principios fundamentales de la “Constitución Bolivariana” le otorgó la clave política la cual le permitió aparecer en el escenario internacional como muestra del paradigma socialista del siglo XXI desde la experiencia latinoamericana y caribeña. Al sentar la primera base de principio en la doctrina de Simón Bolívar marcó las fronteras que la distinguen con todos aquellos cuerpos legislativos pro colonialista in crescendo en la región. El eje colonizador (EEUU y aliados) cuenta con Adam Smith como supremo inspirador; Venezuela con Simón Bolívar, Cuba con José Martí y Bolivia con Túpac Katari. ¿Algún problema en ello?

 

Es aquí donde los principios fundamentales de la “Constitución Bolivariana”, a la luz de los signos de dignidad, independencia y soberanía heredados de la Revolución Cubana, se entrecruzan en perfecta sincronía con cartas magnas como la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia o la Constitución cubana. Constitución ejemplar la cual resume, en nuestra opinión, los valores del Estado en el inciso II, del art. 8, Capitulo Segundo: Principios , Valores y Principios del Estado: “El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien”.

 

La Constitución de la Republica de Cuba refleja el proceso sui generis en el continente en donde el Socialismo cubano se levanta como esperanza planetaria, así como Venezuela y Bolivia, demostrándonos que un mundo nuevo es posible. Citaré textualmente parte de la Constitución cubana donde se refleja esta sincronía de principios fundamentales: “Artículo 8.- El Estado socialista: a) realiza la voluntad del pueblo trabajador y -- encauza los esfuerzos de la nación en la construcción del socialismo; -- mantiene y defiende la libertad y la dignidad plena del hombre, el disfrute de sus derechos, el ejercicio y cumplimiento de sus deberes y el desarrollo integral de su personalidad; -- garantiza la libertad y la dignidad plena del hombre, el disfrute de sus derechos, el ejercicio y cumplimiento de sus deberes y el desarrollo integral de su personalidad; -- afianza la ideología y las normas de convivencia y de conducta propias de la sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre; -- protege el trabajo creador del pueblo y la propiedad y la riqueza de la nación socialista; -- dirige planificadamente la economía nacional; -- asegura el avance educacional, científico, técnico y cultural del país; b) como Poder del pueblo, en servicio del propio pueblo, garantiza: -- que no haya hombre o mujer, en condiciones de trabajar, que no tenga oportunidad de obtener empleo con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus propias necesidades; -- que no haya persona incapacitada para el trabajo que no tenga medios decorosos de subsistencia; -- que no haya enfermo que no tenga atención médica; -- que no haya niño que no tenga escuela, alimentación y vestido; -- que no haya joven que no tenga oportunidad de estudiar; -- que no haya persona que no tenga acceso al estudio, la cultura y el deporte; c) trabaja por lograr que no haya familia que tenga una vivienda confortable”.

 

La Revolución Bolivariana no se detuvo, a nivel continental, con la desaparición física del Comandante Hugo Chávez Frías, así como no piensa en detenerse la Revolución Cubana. “Chávez somos todos”, así como todos somos Fidel, Evo, Rafael y todos los demás patriotas. Loa a los principios fundamentales de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela y demás pueblos independientes y soberanos que resumen en sí miles de vidas y centenares de luchas libradas palmo a palmo como legitimas reacciones a las pretensiones colonialistas.

 

La ideología imperial fue una vez más derrotada en Venezuela. La victoria de los Principios Fundamentales de la Carta Magna Bolivariana es el bálsamo sublime que, de una u otra forma consuela y acompaña a miles de familias en medio del drama de la sangre injustamente derramada. Derrota ética, moral, política, social, espiritual, cultural fue la que sufrió el imperio del Capital. No fueron solo 18 de 23 gobernaciones, el premio a la coherencia revolucionaria no es cuanto se abarque administrativamente sino cuanta coherencia exista entre lo dicho y lo hecho. Y, en eso existe coherencia entre Principios y Hechos.

 

“En 2012, Venezuela ocupó el tercer lugar de los países con menor porcentaje de pobreza en Latinoamérica de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En el periodo del 2002 al 2010 la pobreza disminuyó en 20,8 por ciento al pasar de 48,6 por ciento a 27,8 por ciento, mientras que la pobreza extrema de 22,2 por ciento se situó en 10,7 por ciento (un descenso de 11,5 por ciento)… La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) otorgó en 2012 un reconocimiento a Venezuela por la reducción del hambre y la pobreza extrema en más del 50 por ciento…Durante [la gestión del Comandante Hugo Chávez Frías] se asignó más del 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación. El 28 de octubre de 2005, la Unesco declaró a Venezuela como ‘Territorio Libre de Analfabetismo’…La educación universitaria dejó de ser un privilegio de pocos para ser un derecho de todos los venezolanos. Desde el triunfo de la Revolución Bolivariana se han creado 42 universidades. Es así que el 2014 cerró con unos 200 mil egresados sistema de educación superior de Venezuela” (Fuente: Telsurtv.net).

 

A nivel de cultura, “surgieron la Editorial El Perro y la Rana, la Compañía Nacional de Danza, el Centro Nacional del Disco, la Red Nacional de Salas de Cine Comunitario, la Red de Salas Regionales de la Cinemateca Nacional, la Distribuidora Nacional de Cine Amazonia Films, entre otras instituciones. También se elaboraron revistas como la de divulgación histórica Memorias de Venezuela y la de ensayo A plena voz y la publicación del semanario Todos Adentro.” A nivel de deporte, “En 2014, la selección paralímpica logró el tercer puesto en la primera edición de los juegos parasuramericanos 2014, al obtener 34 medallas de oro, 24 de plata y 21 de bronce; obteniendo un total de 79 preseas…[además] el ejecutivo…aprobó pensiones para los familiares de atletas olímpicos, sordolímpicos y paralímpicos venezolanos” (Fuente: Telesurtv.net).

 

A nivel de vivienda, en julio de 2017, el programa social Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) entregó la vivienda 1.700.000 y para el 2019 se ha previsto 3’ millones de vivienda como meta. Y, ¡mucho más!

 

¿Dónde la ruptura del orden constitucional? ¿Dónde la amenaza a los intereses de los EEUU? ¿Dónde el petardeo al sistema democrático? ¿Dónde la dictadura? ¿Dónde…dónde…dónde?

 

En todo caso, ¿Cuántas monarquías existen en el mundo hoy por hoy? ¿Cuántas colonias norteamericanas, francesas, holandesas e inglesas? ¿Qué dice Mr. Macri de las Malvinas y la OEA del secuestro y asesinato de luchadores sociales guatemaltecos y argentinos? ¿El mandatario Donald Trump amenaza con invadir Argentina o monarquías antidemocráticas por ser “amenaza” a los intereses de los EEUU? ¿El señor Almagro y su sequito de leales seguidores se rasgan las vestiduras ante estos estilos de gobernabilidad?

 

Nos queda claro que después de las últimas elecciones en Venezuela es el Gran Soberano quien tiene la última palabra y esto a través de los más transparentes mecanismos de participación democrática. De esta manera, será el pueblo quien seguirá contando con la responsabilidad de exigir coherencia al espíritu de la letra impresa. Será el pueblo bolivariano de Venezuela el único con derecho a poner y deponer gobiernos que atenten contra sus soberanos intereses y no a través de guarimbas o desquiciados comportamientos vandálicos. Una vez más, y por más de diecisiete años Venezuela nos demuestra que es posible hacer Revolución Socialista en democracia más allá de conspiraciones y agónicas rabietas del imperio. Sera la Revolución Bolivariana quien, de llegar a quebrar el principio de coherencia e integridad, podría derrotarse así misma, así esto perezca solo un capricho semántico.

 

No existe ni existirá fuerza foránea alguna que logre sobreponerse a la voluntad y fuerza del pueblo; histórico ejemplo el cubano. Ni el más inhumano bloqueo económico, financiero y comercial, ni los más severos periodos de austeridad han logrado quebrantar el espíritu de la Revolución Cubana por más de cincuenta años, ¿Por qué tendría que derrotar al proceso bolivariano?

 

La Revolución Bolivariana puede ser su más leal aliada o su más letal enemiga. Ella, así misma, puede llegar a ser, como dice la canción, antídoto o veneno. Para emblemático ejemplo lo que sucedió con el llamado “Socialismo real” expandido desde la antigua URSS a toda Europa Oriental. El “Socialismo Real” ¡se devoró así mismo y ojo! Que contaba no solo con un ejemplar decálogo de principios fundamentales sino con una de las más influyentes experiencias históricas del siglo XX. Atención, que en Venezuela, el triunfo del 15-O nos demostró, una vez más, que existen oportunidades que invitan a reivindicarse y trascender lo omitido. Pero, ¡cuidado! existe un ente superior a la Revolución, es el pueblo y si este se ve traicionado, la historia puede virar en fracción de segundos.

 

Ojala algún día el mundo se llene de incomprendidos dictadores con principios fundamentales como los del Comandante Hugo Chávez Frías quien soñando clamó en medio del pueblo: “En Venezuela, más pronto que tarde, no habrá un solo niño en la calle, ni un indigente, ninguna familia abandonada. ¡Eso debe ser objetivo supremo de nuestra Revolución!”

 

19/10/17

 

José Toledo Alcalde

Lic. Ciencia Teológica y Mg. Terapias Físicas

 

https://www.alainet.org/es/articulo/188758
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