Para las “mujeres” no hay tiempos de Paz

01/06/2017
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Foto: Victoria Aldunate
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La insurgencia nunca ha sido desechada por las que se rebelan. ¿Por qué entonces en marchas feministas ronda últimamente aquella ambigua consigna: “Todas las Mujeres contra todas las Violencias”?

 

Hasta la Iglesia Católica en Dictadura -al menos en este territorio-, se la jugó por la defensa de quienes nos opusimos activamente a la Derecha política, al Imperialismo y a Pinochet. La monja Blanca Rengifo apoyó la lucha armada porque no bastaba con rezar. Todas lo comprendíamos, las cristianas y las que no. Se hablaba de “El Derecho de los pueblos a la Rebelión”, lo recuerdo clarito y ahora me suena más progre que la consigna feminista contra todas las Violencias.

 

Esta consigna en un territorio que está pariendo insurgencias, en un país racista donde las mujeres mapuche son allanadas, torturadas, perseguidas, encarceladas con sus guaguas por oponerse al despojo constante que les hace el estado chileno, suena reaccionaria, domesticada y liberal.

 

¿Cómo se posiciona esa consigna política en relación a las luchas insurgentes de los pueblos colonizados y vueltos a colonizar por dictaduras y trasnacionales?

 

Una cosa es decir Guerra a la Guerra, como hicieron Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin que junto con ello lucharon por la revolución social, y otra muy distinta es quedarse sin autodefensa e imaginar que las feministas debemos recurrir a la noviolencia.

 

Zorreando: “Saboteamos, boicoteamos…”

 

No todas nuestras confrontaciones al patriarcado son noviolentas. También sabemos expulsar a un agresor y señalarlo. Gritos al macho, “¡agresor fuera!”, y el tipo sale porque nos imponemos por la fuerza de ser mayoría allí. El agresor nos teme tal como sus víctimas antes vivenciaron el miedo ante sus agresiones. No es un acto de noviolencia.

 

Saboteamos, boicoteamos… Dado que cada acto de violencia en contra de una mujer crea una atmósfera de amenaza contra todas las mujeres, nuestras acciones contribuyen… al desarrollo de una atmósfera de ‘¡La resistencia es posible!’”… “Un grupo de mujeres les encontrará para atacarles y hacerles quedar en ridículo frente a la opinión pública…”. Es lo que decían las Rote Zora o Zorras Rojas en español, un grupo de guerrilla urbana feminista, antirracista y antiimperialista que usó tácticas de lucha armada entre los años 70 y hasta incluso el año 96 del siglo 20.

 

Solían utilizar explosivos y subrayaron que “debido a la posibilidad de poner en peligro la vida de alguien, nos esforzamos en ser especialmente cuidadosas. Sería una paradoja… convertirse en tan cínica y brutal como el sistema. Hemos rechazado muchas acciones porque no podíamos eliminar el peligro hacia gente inocente”.

 

Las Zorras Rojas actuaron contra sex-shops, quemaron automóviles de patrones responsables de despidos masivos, falsificaron tickets de transporte público que repartieron en zonas empobrecidas, atacaron a traficantes de mujeres[1].

 

La guerra brutal contra nosotras

 

Lo que la guerrilla feminista atacó en Europa, lo que la lucha antidictatorial combatió en el siglo 20 en Nuestramerica, en el siglo 21 se ha profundizado: La Trata de Personas es territorializada, racializada y generizada. Se calcula 28 millones de esclavas y esclavos en el mundo que son tratados como No-Hombres, es decir, sin los privilegios de la masculinidad. Son gente interpretada como “mujeres” a las que les arrancan sus productos: guaguas, niños y niñas. Incluso sin útero, son personas feminizadas usadas para trabajos domésticos y otros trabajos esclavos. Les fragmentan tal como la industria capitalista de la carne, hace con los demás animales. Venden sus órganos, compran sus embarazos y arriendan sus úteros.

 

Se sabe de al menos 1 millón y medio de esclavas sexuales en el mundo y se dice que es un negocio de cerca de 35 mil millones de dólares anuales, menor que el de las Drogas, pero “rentable”. Drogas y Trata se entrelazan, no sabes dónde termina uno y empieza el otro, se utilizan mutuamente. Los ajustes de cuentas entre mafias misóginas suelen tener como blanco a las mujeres que las integran y/o a las mujeres que esclavizan. Los comerciantes de esclavas dicen que las mujeres “son más rentables” porque no tienen que ser cultivadas, destiladas ni envasadas (como las drogas), duran más pues pueden ser usadas una y otra vez: una niña de 16 años ya ha sido violada por 100 hombres[2].  

 

¿Las “violencias” “de Género”?

 

Por otra parte, hablar de “las violencias” en plural, como lo hace esta consigna feminista, envía un mensaje equívoco también en lo que respecta al origen singular de la Violencia patriarcal y capitalista contra las Mujeres. La disuelve en situaciones desconectadas. Asume la categorización que hace el Enfoque de Género institucionalizado de la violencia machista cuando por ejemplo, la divide –absurdamente- entre “psicológica y física”.

 

Y no es un problema sólo de lenguaje y símbolos. Es que refuerza un enfoque usado por Estados, Gobiernos, Partidos Políticos y Ejércitos que en la actualidad prefieren hablar de “Violencia de Género”… ¿Se preguntaron por qué le suena mejor a la tevé y los medios esta nueva denominación de la violencia?

 

“Violencia de Género” parece ser un concepto abarcador de las supuestas múltiples y desconectadas “violencias”. Son lucimientos académicos que categorizan vivencias no categorizables, pero sobre todo parten de una ingeniería patriarcal abarcadora de “Hombre-Mujer” como dos géneros equivalentes y recíprocos (neutros). Encubren que “Género” es una relación de poder y dominación en sí misma. Pueden llegar a aceptar -en teoría- que habría más de dos géneros, pero jamás que pueda no haberlos. “Mujer” en esta concepción racista abarca a todas las humanas en un solo modelo universal: la mujer occidental. Las demás no existimos.

 

No hay nada “neutral” en el racismo. No hay nada recíproco en la invención de las mujeres como una categoría[3] de género. No hay nada justo en que la sexualidad femenina y feminizada esté disponible para ser explotada como una mercancía capitalista de intercambio económico[4] y esclavitud colonial. La violencia contra nosotras no es un fenómeno particular. Sucede en Bosnia y Herzegovina donde policías y agentes de la ONU han sido cómplices de la Trata[5], en toda la Europa del Este, África, Asia, países árabes, Haití, donde las “fuerzas de Paz” abusan sexualmente de niños, niñas y mujeres a cambio de comida[6]; es en territorios empobrecidos de las ciudades chilenas donde hay varones que intercambian mujeres por drogas y proporcionan drogas a mujeres a cambio de “usarlas”.

 

La violencia y su provecho

 

La violencia patriarcal y capitalista extrae de los cuerpos feminizados, todo. Los ocupa, desaparece y destruye; para eso, los categoriza y segrega. Hay provecho concreto y material. Somos territorio de “conquista”, botín de guerras “patriotas” y de guerrillas masculinizadas, material del narcotráfico y un objetivo particular de persecuciones.

 

Las esclavizadas por la Trata sufren secuestros, quemaduras, rotura de huesos, privación de alimentos, abuso sexual, abortos por golpes, embarazos por violaciones. Esa tortura produce divisas. Las esposas, novias, amantes, convivientes, en la familia, en el matrimonio y en la comunidad, sufren agresiones similares. Los agresores obtienen trabajo femenino, sexo en sumisión y privilegios. Las presas políticas y comunes, en los cuarteles, cárceles y otros lugares de reclusión, también sufren estas agresiones y el agresor organizado institucionalmente abusa sexualmente, logra confesiones, debilita la insurgencia, refuerza dictaduras y sostiene la paz de los ricos.

 

Cambia el torturador, su investidura, pero no su lugar de poder y privilegio de raza, género-sexo, clase y fuerza militarizada. Capital y territorio se conectan. En Europa del Este, las esclavizadas son mujeres de países en donde las revoluciones socialistas se pudrieron y los nuevos gobiernos capitalistas se endeudaron con el Fondo Monetario Internacional. Las mujeres en Trata vivían en territorios empobrecidos, los traficantes llegaron a sus barrios y poblados ofreciendo trabajo o una relación romántica tras lo cual, las entregaron a la Trata. Lo mismo hacen hombres que trafican en nuestras poblaciones: declaran amor, ofrecen protección y drogas...

 

Elites enriquecidas que poseen capitales “subterráneos” en “paraísos fiscales” y mega-corporaciones con conexiones transnacionales usufructúan también de la Trata y el Tráfico. Por su puesto de las Guerras y ocupaciones territoriales, y del robo legal de minerales estratégicos, maderas, despojo a los mares y bosques, asesinato de fauna y flora. Por eso hay chipe libre a fuerzas paramilitares que protegen a empresas depredadoras y terratenientes; por eso sus policías complacientes con los narcos y sus mafias misóginas, allanan a comunidades rebeldes. Esas comunidades somos también nosotras. Vivenciamos sin ambigüedades el origen singular de la violencia. La noviolencia entonces se torna una posibilidad para privilegiadas, no para nosotras. Pregonarla puede ser muy racista.

 

No hablo de sublimar la violencia como un recurso individualista ante cualquier frustración, sino de autodefensa, insurgencia y rebelión, organizadas. Hacemos terapias feministas, volantes explicativos, pintamos murales, escribimos, actuamos, hacemos música, y también necesitamos protegernos de la violencia concreta porque “para las mujeres no hay tiempos de paz”[7].

 

- Victoria Aldunate Morales, terapeuta, escritora, lesbiana feminista antirracista.

 

 

[1] Rote Zora (RZ) lesbianas y mujeres feministas aliadas de las Células Revolucionarias que llevaron a cabo más de 200 ataques, mayoritariamente poniendo bombas. En una entrevista anónima explicaron: “Las mujeres del RZ empezaron en 1974 poniendo una bomba en el Tribunal Supremo en Karlsruhe porque queríamos la abolición total de la `218`(la ley de aborto)”. En 1996 Rote Zora anunció su disolución expresando que ninguna de ellas había estado ni un solo día en la cárcel.

[2] “Tráfico sexual. El negocio de la esclavitud moderna”. Siddharth Kara, Alianza Editorial, 2010. Ver también: “La esclavitud sexual, el negocio ilícito más rentable del mundo”, Agencia EFE.

[3] Oyéronké Oyewumi, feminista antirracista nigeriana dice que uno de los primeros logros del Estado colonial fue la creación de las «mujeres» como categoría.

[4] Paola Tabet, feminista materialista italiana que habla del “intercambio económico sexual” como lo que estructura la sexualidad de las mujeres en el patriarcado.

[5] Informe "Esperanzas traicionadas: el tráfico de mujeres y niñas a Bosnia y Herzegovina para la prostitución forzada", (75 páginas). Human Rights Watch, 2002. http://www.cimacnoticias.com/noticias//02dic/02120401.html. “The Whistleblower: Sex Trafficking, Military Contractors, and One Woman's Fight for Justice”, Kathryn Bolcovac with Cari Lynn, Palgrave Macmillan/St. Martin’s Press, 2011. (“La Denunciante: Tráfico sexual, contratistas militares y la lucha de una mujer por que se hiciera justicia”). Testimonio de la ex policía norteamericana Kathryn Bolkovac co-escrito con la periodista y escritora Cari Lynn. Bolcovic fue contratista en Bosnia y denunció que policías y personal de la ONU estaban involucrados en Trata de esclavas sexuales. Fue despedida y su denuncia cancelada por la ONU a petición del gobierno de Estados Unidos. No hay condenados por el crimen que ella denuncia. Ver: “Bolkovac: abusos sexuales de los soldados de la ONU”, 2 de marzo de 2016, Azer Slanjankic, JAG/ERS,  http://www.dw.com/es/bolkovac-abusos-sexuales-de-los-soldados-de-la-onu/a-19087962

[6] "Sexo oral por galletas": las escalofriantes denuncias de abuso contra funcionarios de la ONU. BBC Mundo, 4 marzo 2016. http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150430_abusos_sexuales_tropas_francesas_republica_centroafricana_mes

“Las polémicas denuncias contra soldados franceses por abusos sexuales de menores en África”, BBC Mundo, 30 abril 2015. http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150430_abusos_sexuales_tropas_francesas_republica_centroafricana_mes

“Sexo a cambio de comida: las acusaciones de abusos sexuales a niños contra soldados europeos en República Centroafricana”, BBC Mundo, 30 enero 2016.

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160129_onu_abusos_sexuales_menores_militares_africa_ep.shtml

“Por qué le quieren quitar la inmunidad al personal de la ONU”, Alejandra Martins, BBC Mundo, 13 mayo 2015

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150513_onu_inmunidad_abusos_am

[7] Catharine MacKinnon, “Crimes of War, Crimes of Peace”, Are Women Human? And Other International

Dialogues, Cambridge, The Harvard University Press, 2007. (“Crímenes  de Guerra, Crímenes de Paz”)

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/185861?language=es
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