Itinerario geopolítico

De la patria americana de San Martin y la Patria Grande de Manuel Ugarte al continentalismo de Juan Perón

01/03/2017
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En el año 2007 salía a luz mi tesis doctoral en Ciencia Política que había presentado en la USAL en el año 2.000 sobre la figura de Manuel Ugarte, en cuya dirección,  tuve  el honor de tener al eminente pensador de la Banda Oriental, el Profesor Alberto Methol Ferre. Y como decía, salió el libro con el título de "El latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte", con prólogo de Methol, y en la tapa las figuras de San Martin, Bolívar, Ugarte y Perón (Barrios, Miguel Ángel. El Latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte, Biblos, BsAs, 2007).

 

Y ahora, en este 2017, de un dinamismo absoluto de la política mundial y del nacimiento de un nuevo "orden mundial" multipolar, desoccidental y multicivilizacional que ya lo planteamos en el año 2000, cuando presentamos la tesis, observo la tapa de los libros y veo que adquieren un carácter anunciador de una nueva época, por supuesto entre muchísimas obras más.  Consideramos que no hay conciencia nacional sin conciencia histórica, ésta es su prerrequisito. Y en este mes de febrero se cumplieron:  el 25,  el aniversario del natalicio de San Martin ocurrido en 1778;  el 27 de febrero de 1875 el nacimiento de Manuel Ugarte y el 24 de febrero de 1946, el aniversario del triunfo electoral de Perón, él  cual,  el 26 de febrero de 1946, dos días después  del triunfo que lo llevó  por primera vez a la presidencia de los argentinos, escribió  al caudillo uruguayo Luis Alberto de Herrera: "Hay que realizar el sueño de Bolívar. Debemos formar los Estados Unidos de Sudamérica" (Prólogo  de Pablo Vicente. P. 8 en Perón Juan Domingo. Latinoamérica: Ahora o Nunca, Colección Despertar de América Latina, Editorial Diálogo, Montevideo, Uruguay, 1967).

 

Esto me obliga a reflexionar y repensar el libro desde el legado de la tapa con las imágenes de San Martin, Bolívar, Ugarte y Perón.

 

Los libertadores Simón Bolívar y José de San Martin representan la más elevada expresión de la síntesis de ideas y acción concluyentes hacia un nacionalismo hispanoamericano que de alguna manera refleja, en el plano del pensamiento político, la experiencia vivencial del mestizaje, de tres siglos fundacionales en Hispanoamérica.

 

El Congreso de Panamá de 1826 marcó el hito más importante del desarrollo del itinerario de pensamiento unificador en la primera mitad del siglo XIX. Dejamos constancia que el primero, que se auto identificó como perteneciente a una nueva Patria, fue el jesuita de Arequipa, Vizcardo y Guzmán en la "Carta a los españoles americanos" de 1792, de mucha influencia en Miranda y Bolívar. Y desde nuestro punto de vista es la partida de nacimiento del nacionalismo iberoamericano. Y podríamos decir, que en el fondo, el origen del pensamiento jesuítico en América hispánica se encuentra en la experiencia de las Reducciones -ejemplo y paradigma de integración- y en esa Carta. No debemos perder en cuenta, que tenemos en el Papa Francisco, al primer Papa jesuita y latinoamericano de la historia, que viene de ese origen profundo. Y más aún, me animo a decir, producto de largas conversaciones con Methol Ferre, que el antecedente más remoto de la Teología de la Cultura o Teología Popular rioplatense viene de allí. No solo de conversaciones con Methol, sino también con Monseñor Gerardo Farrell, ese gran historiador de la Iglesia, con quien mantuve una larga amistad.

 

Luego de la muerte de Bolívar -1830- se inicia un "orden neocolonial”, la independencia política no se tradujo en independencia económica y emancipación cultural. Bolívar de alguna manera, lo percibe-varios años antes- en la Carta de Jamaica de 1815, cuando manifestó que si no realizábamos la Unidad seriamos Republiquetas. Y el Libertador, no le erro para nada.

 

Paradójicamente, el primer centenario o el nuevo siglo encontraba a nuestras Republiquetas en un aparente apogeo, a través de la exportación de materias primas. Pero en verdad, el verdadero rostro era "el orden conservador" en Argentina, el "porfiriato" en México y la "Republica vieja" en Brasil. O sea republicas agromineras exportadoras, fraudulentas en lo político y bajo la legitimidad del positivismo con la premisa de civilización y barbarie, en nuestros sistemas educativos, que generaban la condición de semicolonias. Ahora, lo llaman desde las Relaciones Internacionales, "Poder Blando" como si fuera un concepto inventado por el estratega norteamericano Joseph Nye. Y en verdad es el más crudo imperialismo cultural de siempre.

 

La generación del 900 fue la novedad del nuevo siglo. El "Ariel" de Rodó, la "Patria de la Justicia" de Pedro Henríquez Ureña, "La Creación de un Continente" de Francisco García Calderón y primordialmente "La Patria Grande" de Manuel Ugarte .Independientemente de los nombres, en realidad renacía el programa de Bolívar y San Martin de "independencia en la unidad continental."

 

El argentino Manuel Ugarte es el principal integrante de esa generación, produciendo un salto cualitativo y cuantitativo en el plano del nacionalismo latinoamericano al trasladar su ideal de Patria Grande en conciencia y acción militante y en categoría geopolítica. El 8 de setiembre de 1901, escribe en el diario El País un artículo que lleva como título "La defensa latina" y afirma: “Sólo los Estados Unidos del Sur pueden contrabalancear en fuerza a los del Norte. Y esa unificación no es sueño imposible" (Barrios, Miguel Ángel. El latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte, Biblos, BsAs, 2007, pag 48).

 

Ugarte se ubicó en el plano de la acción política en un Socialismo nacional como vía de democratización del pueblo, un nacionalismo económico industrial critico de las economías agrominera-exportadoras, una política de la cultura y educativa que reconciliara la autoconciencia "unitaria" de América Latina como totalidad e identificó a los países resultantes de la fragmentación como "imposibilidades históricas".

 

Innovó,  desde la geopolítica, el espacio continental al incorporar al ideal unionista a la "América de variante portuguesa", es decir el Brasil (que no participó de la primera independencia o del unionismo hispanoamericano, por su condición de Imperio. Es justo reconocer que en 1865, el colombiano José María Torres Caicedo, escribió en Paris "La Unión Latinoamericana", siendo el antecedente más remoto. PD Su libro se encuentra en la Biblioteca del Congreso argentino en BsAs).

 

Ugarte constituye el nexo programático entre el unionismo hispanoamericano del siglo XIX y los movimientos nacionales populares del siglo XX, en la constelación del 30 al 50 del siglo pasado. Su idea-programa encuentra irradiación partidario-política en el APRA del Perú en la figura de su líder Víctor Raúl Haya de la Torre y en Juan Domingo Perón y el peronismo de la Argentina, luego de haber fracasado personalmente en su militancia política en el Partido Socialista debido a la incomprensión ideológica de la cuestión nacional por parte de un partido de fuerte filiación europea.

 

La larga vida de Ugarte lo lleva a recalar en su adhesión a Perón y el peronismo, por lo que su pensamiento y acción se prolongan en todas las etapas de los movimientos nacionales-populares latinoamericanos, de ahí su importancia y dimensión continental. Incluso fue Embajador argentino designado por Perón en México.

 

Perón, al integrarlo a su movimiento, marca en el terreno del pensamiento político latinoamericano un reencuentro-encuentro. Reencuentro, porque para Ugarte la figura de Perón representa la devenida de la más rica tradición popular, de la cual se siente protagonista desde aquel lejano 900.b Encuentro, porque Ugarte encontró por primera vez en su país el canal político dinamizador de su idea-programa luego de casi medio siglo de conciencia y acción activa.

 

Juan Perón es un político-intelectual del unionismo latinoamericano que materializa su política mediante la política del Nuevo ABC, es decir del continentalismo, y es el creador de una verdadera geopolítica latinoamericana, a través de lo que denominó “núcleo básico de aglutinación" a la alianza argentino-brasileña y al afirmar que el siglo XX había abierto el periodo de la "era de los Estados continentales".

 

Hoy, en pleno siglo XXI, únicamente si logramos la unidad suramericana podemos lograr la independencia definitiva, de lo contrario seremos meros segmentos del mercado financiero global. Todo es secundario, si este camino principal no se tiene claro.

 

En el Teatro Municipal de Lima, el 3 de mayo de 1913, Manuel Ugarte señala: “El siglo nos impone un dilema: coordinarnos o sucumbir", advertencia que se enlaza con la reconocida sentencia de Perón (sentencia repetimos-no slogan-, cómo piensan muchos "peronistas") "Presentimos que el año 2000 nos hallará Unidos o Dominados. Unidos seremos inconquistables, separados, indefendibles"(Barrios, Miguel Ángel, Obra Citada, p. 236).

 

Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América Latina.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/183838
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