10 apuntes sobre la industria extractiva y la necesidad de comprender su naturaleza sistémica y de complejidad (I)

30/05/2016
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Parte I

 

1. La Industria Extractiva en Guatemala está estrechamente vinculada a dos procesos: a) Las distintas fases de desarrollo del capitalismo, el colonialismo y la subordinación del territorio nacional a las dinámicas de despojo impulsado por las elites transnacionales; b) La histórica conformación de un sistema de dominación económico, político y socio-cultural que ha permitido a lo largo de la historia a este complejo entramado de la clase dominante y sus socios internacionales reconfigurar y apropiarse del territorio para sus fines propios. Se trata de dos sistemas que operan de manera simultánea, están articulados entre sí y se potencian mutuamente

 

2. El modelo extractivo constituye un subcomponente del modelo de acumulación por despojo, que es a su vez, una parte intrínseca y fundamental del sistema capitalista global. En tal sentido, es incorrecto concebir a la industria extractiva desde una lógica sumatoria de x o y cantidad de proyectos, sean estas de minería, hidrocarburos, monocultivos etc. dado que invisibiliza su naturaleza sistémica, histórica y no permite comprender su enorme complejidad.

 

3. Su carácter sistémico y complejo se deriva de sus determinantes filosóficos, políticos, económicos y socio-culturales que se han estructurado bajo la lógica hegemónica del capital.

 

4. Opera y se reproduce en distintas escalas (individual-colectivas; local-globales) mediante una compleja trama de interacciones, en las que juegan un rol predominante el capital transnacional, nacional y los Estados. El andamiaje institucional y jurídico estatal, síntesis de una determinada correlación de fuerzas y su concepción del “desarrollo”, es un eslabón estratégico para viabilizar la implantación del modelo extractivo y la acumulación por despojo.

 

5. Este modelo sería inviable si no contara con el aval consciente o inconsciente de importantes segmentos de la ciudadanía, que formada en una perspectiva antropocéntrica e inmersa en la lógica del capital, constituye la fuerza motriz de este sistema. Mediante complejas dinámicas psicosociales, culturales y políticas se induce a los seres humanos/as a prácticas económicas y de consumo altamente dañinas para el planeta y se garantiza que el vicioso círculo de la lógica extractivista se reproduzca. No debe extrañarse por ello, el intenso bombardeo ideológico que se impulsa por parte las empresas transnacionales que es clave para el éxito de su modelo, porque moldea imaginarios, relaciones sociales y prácticas socio-políticas. En otras palabras, subordina a los seres humanos y humanas a su lógica. El capital como forma societaria hegemónica ocupa la casi totalidad del espacio social.

 

6. El capital-acumulación por despojo-industria extractiva se erige sobre la base de la violencia, la destrucción y muerte, tanto de los bienes naturales (recursos hídricos, bosques, ecosistemas etc.) como contra de los/as defensores de la vida y derechos humanos (asesinatos, agresiones, encarcelamientos etc.). La subsunción de amplios territorios a las dinámicas expropiativas del capital no solamente propicia desplazamiento poblacional, empobrecimiento, desestructuración del tejido social, la sobreexplotación de la fuerza del trabajo, sino facilita la ( neo)colonización y robustece el histórico poder de la clase dominante.

 

7. Sin embargo, este sistema está atravesado por fisuras derivadas de las contradicciones que le son propias, por imponerse en contra de la voluntad popular, así como por las secuelas de los múltiples impactos ambientales y en materia de derechos humanos que propicia.

 

8. Un aspecto de relevancia es que el modelo requiere de una gestión autoritaria del Estado,de altos márgenes de impunidad y de corrupción. Es por principio anti-democrático y no puede viabilizarse en un sistema político democrático, de amplia participación ciudadana y en el que existen mecanismos de vetos ciudadanas ante decisiones que perjudican a la población, la vida y el bien común. La “falta de transparencia” es su rasgo sustancial, cuyo locus se encuentra diseminado a lo largo de las dinámicas socio -políticas y económicas del sistema y no en lugares específicos. Esto plantea el reto de entender su lógica y modus operandi desde una perspectiva de integralidad; multiescala y a partir de su matriz ideológica que es garante de la reproducción del modelo.

 

9. En Guatemala, igual que en el resto del mundo, se está conformando un sujeto antagónico a este modelo, plural y diverso, que no solamente se encuentra en resistencia, entendida como crítica y oposición activa, sino que aporta desde los pueblos originarios y mujeres, al debate de un nuevo modelo civilizatorio que debe trascender la lógica del capital, del patriarcado, del colonialismo y racismo estructural. La incipiente constitución de este sujeto temido por las elites, se realiza en un contexto de una intensa política de criminalización de los/as defensores de la vida, especialmente de los pueblos originarios y comunidades en resistencia.

 

10. El carácter sistémico de la Industria Extractiva y su naturaleza compleja tiende a invisibilizarse. La lucha frente a este sistema no puede librarse exitosamente desde la fragmentación o subestimación; requiere un abordaje, que corresponda a su complejidad, y al mismo tiempo permita trascender hacía una lógica sistémica distinta. Es la negación de lo existente mediante una praxis de-constructora desde una perspectiva integral emancipatoria. Implica romper con la trama del capital.

 

Enero 2016

 

https://www.alainet.org/es/articulo/177754
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