Argentina, la restauración conservadora y los retos del progresismo

02/12/2015
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  • Opinión
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“Sólo en socialismo será posible la verdadera democracia.

En el capitalismo la democracia no es posible”. (Hugo Chávez Frías, Caracas, 2007)

 

El domingo 22 de noviembre, el kirchnerismo, luego de 12 años de gobierno, pierde el primer balotaje presidencial de Argentina en contra del líder de la Propuesta Republicana (PRO) y candidato de la alianza opositora Cambiemos, Mauricio Macri, representante del empresariado argentino, vinculado estrechamente a la economía financiera y  de servicios como construcción, recolección de desechos sólidos y servicio postal [1].

 

Las razones de la victoria del proyecto neoliberal en el mismo país donde 10 años atrás se enterró [2], es algo para analizar detenidamente a fin de consolidar las estrategias de contención de la restauración neoliberal y profundización de los procesos de cambio y la unión nuestra americana.

 

El cambio del paradigma de la democracia y la derecha trasmutada

 

En la última década, las corrientes neoliberales han estado en mayor o menor medida, limitadas por el cambio del sujeto político que protagoniza los procesos de transformación social en los países de la órbita progresista y la conformación de una nueva matriz multilateral que pretende sustituir al sistema interamericano y su viejo ministerio para las colonias [3].

 

Bajo los fundamentos del respeto a la soberanía, la autodeterminación de los pueblos y la democratización de la renta del Estado [4], se asumió el proceso político nuestro americano de tendencia antimperialista y con un objetivo transversal: reducir las agudas asimetrías que existen en cada realidad nacional.

 

De esta forma,  la democracia, dejó de ser solo un sistema formal y fosilizado [5], cuyo carácter es meramente representativo, como por ejemplo en los sistemas políticos del viejo mundo occidental, sino, una democracia que permitiera la permanente y creciente participación del pueblo en la vida pública y los asuntos comunes, cómo la economía, educación, salud, entre otros aspectos, lo cual  permite reducir  parcialmente  las desigualdades económico-sociales.

 

Por ejemplo, el paradigma de la democracia en Venezuela con la llegada de Hugo Chávez en 1999, cambió de un esquema  representativo a un formato participativo y protagónico. A pesar de que es una propuesta que se debe seguir desarrollando, ha logrado permear las distintas experiencias progresistas de la Patria Grande [6].

 

 Este cambio de paradigma, obligó  a las corrientes conservadoras, enlazadas a sectores de las burguesías nacionales [7], a maquillar su discurso con un tinte social como pasa con el mito del “capitalismo humano” o  “popular”, en fin emular retórica y simbólicamente al progresismo nacionalista.

 

Sin embargo, en el plano real, para los gobiernos neoliberales el sujeto político es el capital transnacional y quienes lo detentan, porque la política de los ajustes estructurales reglamentados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), sólo benefician a las elites económicas relacionadas a los capitales foráneos incrustados en el sistema económico nacional a través de diferentes formatos.

 

La reinvención mediática de la derecha neoliberal es un fenómenos continental, sucede con algunos gobiernos como el de Enrique Peña Nieto en México o el de Ollanta Humala en Perú, pero también lo vemos reflejado en algunos movimientos de oposición que disputan el control del Estado, como en Venezuela con Enrique Capriles Radonski y Leopoldo López, con Aésio Neves en Brasil entre otros.

 

Estas máscaras del proyecto librecambista son liderazgos producidos por los laboratorios del marketing político cuya lógica se basa en vender una idea, hacerla atractiva, envistiendo a sus promotores de un disfraz mediático de luchadores contra regímenes dictatoriales o altruistas desprendidos.

 

Mauricio Macri es el vivo ejemplo de que tan efectiva es la aplicación de una política del espectáculo, esperanzadora, pues promete un futuro próspero bajo recursos retóricos que estimulan a cualquier persona honesta ¿Quien no quiere tener pobreza cero? ¿Quién está en contra del incremento de la seguridad? ¿Quién no quiere que el índice de desempleo se reduzca?

 

Sin embargo, la historia nos ha demostrado que el sistema neoliberal es anti-democrático, configura un estado de bienestar para una minoría privilegiada y mantiene a raya a la población de a pie, delega la soberanía y la función social del Estado a empresas privadas y corporaciones transnacionales que  se lucran  a través del manejo de servicios públicos y la extracción de los recursos naturales de la nación.

 

Un debate estancado y una izquierda beligerante

 

A Macri y su tren ejecutivo representante del sector financiero más que del industrial, no les va a resultar tan fácil cumplir a corto – mediano plazo la receta neoliberal tal cual como lo plantean desde los organismos multilaterales como el FMI y el BM.

 

La primera consideración es que la derrota del kirchnerismo no es total si tenemos en cuenta que la izquierda nuestro americana ha detentado en contadas ocasiones el poder del Estado y, desde la oposición, ha construido  diferentes formas de luchas, cuyos procesos han logrado grandes transformaciones cualitativas en las distintas realidades nacionales, como la revolución cubana y las luchas de los movimientos de liberación nacional en El Salvador, Nicaragua, Uruguay, Bolivia, entre otros.

 

Una segunda consideración sería que el proyecto neoliberal en Argentina tiene que enfrentarse a un parlamento en contra pues solo 90 de los 257 escaños pertenecen a Cambiemos, mientras que la mayoría le corresponde al FPV con 107 curules. Esta tendencia se repite en el senado pues 45 senadores pertenecen al FPV y sólo 16 al partido de gobierno y de igual forma al nivel provincial, donde en las últimas elecciones el FPV y el Partido Justicialista  fueron las opciones más votadas.

 

No tenemos que obviar las graves consecuencias que puede representar un gobierno argentino de derecha, el cual inevitablemente refrescará a sus pares ideológicos en toda Suramérica. Tampoco podemos  afirmar que nos hayamos en el fin del ciclo por el agotamiento de la izquierda latinoamericana, pues aún, la ALBA-TCP, UNASUR y la CELAC son alianzas irradiadas desde el bloque progresista y han logrado apartar la primacía del sistema interamericano.

 

No obstante, no nos parecería una exageración, decir que actualmente las fuerzas de izquierda de los países progresistas, no han proseguido con el debate necesario para continuar la construcción del programa transformador originado en el seno de los distintos movimientos populares.

 

La derrota de Scioli puede ser un ejemplo claro, pues la campaña promovida por el FPV se basó en los aspectos negativos del contrario, y no establecía claramente la continuidad del proyecto del kircnherismo en el mandato de su gobierno, pues el mensaje emanado de esta campaña se difuminaba en la heterogeneidad del peronismo.

 

De esta manera el FPV, definió bien lo que no es, pero a la hora de plantear el carácter del Proyecto País, se quedó corto y no desarrolló temas importantes que hubiesen dado un sentido más claro de los siguientes pasos a realizar a fin de darle consecución a 12 años de progresismo.

 

Las exitosas experiencias de movimientos de resistencia popular, siempre se han aglutinado bajo un proyecto político claro que responde a los intereses y necesidades de la mayoría de la población, y es  por eso que cuentan con una amplia participación de la población, ejemplo de esto son los movimientos antimperialistas cómo la revolución cubana, el gobierno popular de Salvador Allende, los distintos Movimientos de Liberación Nacional como el Frente Farabundo Martí de El Salvador, Frente Sandinista de Liberación Nacional, de Nicaragua, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional

 

Los movimientos progresistas del siglo XXI  deben recuperar el nivel de beligerancia y definir claramente un proyecto político que se contraponga radicalmente a los sistemas tradicionales de  gobernabilidad pues de lo contrario se pueden quedar estáticos y fosilizarse dentro del statu-quo.

 

El ejercicio de reorganización y redefinición que tiene que asumir el kirchnerismo a fin de consolidarse como una fuerza de oposición  coherente,  será enriquecedora pues contribuirá a desarrollar un proyecto de país con una postura más definida.

 

 

Argentina ¿una muestra del futuro en nuestra américa?

 

Los efectos de que Argentina comience a ser representante del modelo que promueve la Alianza del Pacífico pueden ser devastadores, la derecha de los países de la Banda Oriental cómo Uruguay y Paraguay, así como, de Chile y Bolivia, pueden verse refrescadas por la influencia que va a representar desde ahora el gobierno argentino.

 

En el siglo XXI, la sinergia entre la estrecha relación entre los ejes Buenos Aires – Brasilia (MERCOSUR) y  Caracas – La Habana (ALBA-TCP), ha jugado un rol fundamental en la gestación del bloque nuestro americano , el cual representa un nuevo centro de poder generador de una órbita autónoma a las directrices del Departamento de Estado de EEUU.

 

Por eso, tenemos que decirles a las corrientes apologéticas al neoliberalismo que no caigan en triunfalismo,  pues la victoria de Macri no será suficiente para hacer tambalear el Consenso Bolivariano entendido como la contrapropuesta del Consenso de Washington.

 

El nuevo presidente argentino no sólo enfrentará una correlación de fuerzas políticas adversas a lo interno, sino que también tendrá que encontrar la fórmula de contener los desequilibrios del comercio exterior cuyos efectos hacen mella en la influencia que ejerce a nivel regional.

 

La participación de la economía Argentina en el comercio intrazona de MERCOSUR para el primer trimestre de 2015, representó un 26,8%, es decir, se redujo 2,5 puntos en comparación con el 4to trimestre de 2014. Esta disminución  se debe a la caída de un 24,9% de las exportaciones en comparación al año 2014  y un 21% en la caída de las importaciones con referencia al mismo año. [8].

 

Por lo tanto, la dinámica regional aún con una Argentina en la Alianza del Pacífico, seguirá inclinada hacia el Consenso Bolivariano, mientras prosigan los gobiernos que se planteen una alternativa al neoliberalismo como el de Brasil, que funge como centro de gravitación de la zona MERCOSUR [9], el Gobierno Bolivariano en  Venezuela que representa una  potencia energética y puente desde Suramérica para el mercado del PETROCARIBE y la ALBA-TCP, que a su vez aglomera un importante grupo de gobiernos post-neoliberal como Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, estos dos últimos referentes progresistas dentro de la Comunidad Andina (CAN).

 

Esta confluencia de actores, mantiene una correlación de fuerzas en contra del establecimiento de los Tratados de Libre Comercio y sirve como un escudo protector ante iniciativas que buscan reacoplar a América Latina y el Caribe, a un rol subordinado a los capitales transnacionales.

 

 

A modo de síntesis:

 

  1. Como todo lo que tiene que ver con el neoliberalismo cuenta con un amplio secretismo y ambigüedad, haciéndole un sencillo análisis de discurso a los gobiernos que apoyan esa línea política, se puede apreciar que esa noción de progreso y desarrollo vienen condicionados por la apertura y la eliminación del proteccionismo, así como el cambio representa la restauración del statu-quo de los 90.
  2. El reformismo dentro de los gobiernos progresistas, juega en último término a favor del proyecto neoliberal, pues la vía de la socialdemocracia presiona  a los procesos de transformación a un escenario de estancamiento y terminan acomodándose al statu-quo capitalista.
  3. La efectiva resistencia en contra de la restauración conservadora, es determinada por la permanencia de los gobiernos postneoliberales y la consolidación de un programa político que represente un quiebre con la lógica capitalista, es por esa razón que los venezolanos, el 6 de diciembre, debemos salir a votar masivamente por una patria libre y soberana, superando toda guerra psicótica que aplican las grandes industrias de desinformación y al calor de la calle reabrir debates necesarios para la radicalización de la Revolución Bolivariana.

 

NOTAS:

 

  1. La Sociedad Macri registró ganancias millonarias durante los 40 años de la dictadura de Videla durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) http://www.telesurtv.net/news/Con-Macri-gano-el-neoliberalismo-20151122-0055.html
  2. Tengamos presente que la derrota de la  Alianza del Libre Comercio para las Américas (ALCA) en la IV Cumbre de las Américas en Mar de Plata en el año 2005, significó un quiebre con la hegemonía del Consenso de Washington y la consolidación de un bloque nuestro americano, que fue madurando desde 1994, luego que los zapatistas hayan dado su grito de alerta por la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), antecedente directo del ALCA.
  3. La Organización de Estado Americanos (OEA) es la continuación de la política panamericana que en 1889 con la primera conferencia panamericana, termina de enterrar el proyecto bolivariano de unión de naciones, desarticulado desde 1830.
  4. A Principios del siglo XXI los Estados progresistas experimentaron un aumento en los ingresos nacionales por el boom de los precios de los comodities lo cual permitió tener creciente gasto público
  5. García L. Álvaro (2015) Democracias en revolución por la soberanía y la justicia social. En: A 10 años ALCA Al Carajo: Pasado, presente y futuro de la integración latinoamericana. Cuadernos de Cambio. P.49. Recuperado en: http://www.alainet.org/es/file/3788/download?token=qGGa1R0-.
  6. La democracia para la búsqueda de la justicia social, así lo interpretó el kirchnerismo desde el Gobierno de Néstor y prosiguió con Cristina, así lo asumió el PT bajo el mandato de Lula Da Silva y en menor medida con el gobierno de Dilma Rousseff, en Bolivia con el Gobierno de Evo Morales protagonista en la lucha por el derecho al agua y el gas y en Ecuador con la Revolución Ciudadana de Rafael Correa.
  7. Recordemos que en Latinoamérica y el Caribe,  la función clásica de la burguesía como clase que motoriza el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales, es un mito pues en la práctica se puede notar la primacía del sectores económicos no productivos,  relacionados a las actividades  financieras, extractivas, o de servicios, estos últimos inclinados a las importaciones.
  8. Cámara Argentina de Comercio: Informe del MERCOSUR primer trimestre 2015. Link:  http://www.cac.com.ar/data/documentos/32_Mercosur%20IQ2015.pdf
  9. Representa el 71% de las exportaciones y capta el 72,6% de los productos comerciados dentro de MERCOSUR
https://www.alainet.org/es/articulo/173969
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