La metamorfosis de la Operación Cóndor

04/09/2015
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¿Qué fue la Operación Cóndor?

 

América Latina y el espacio Caribe han sufrido golpes de Estado permanentes desde que el Destino Manifiesto de Estados Unidos y la creación de un panamericanismo mediatizador, se combinaba entre golpes de Estado y operaciones de inteligencia permanente. La Operación Cóndor fue una de las actividades antirrevolucionarias más terribles que haya funcionado en América del Sur. Precisamente, fue en Caracas, un 3 de septiembre de 1973, ocho días antes del derrocamiento sangriento del presidente Salvador Allende, que el jefe del ejército Brasileiro el contrarrevolucionario Breno Borges, bajo el amparo de la CIA, propuso ecualizar los sistemas de inteligencia de los gobiernos anticomunistas para intercambiar información para luchar contra la subversión de izquierda. Sin quererlo o no, nuestra Capital seria el antecedente de lo que sería la Operación Cóndor.

 

Acabar con la Unidad Popular

 

La prehistoria de la Operación Cóndor comenzó con un proceso de desestabilización del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende con diferentes tácticas como huelgas, guarimbas, desabastecimiento, aprovechamiento de las contradicciones entre los partidos de izquierda sobre el direccionamiento del poder popular, con casos concretos del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, que dirigía Miguel Henríquez, el Partido Comunista y los sindicatos. Todo eso se fue acumulando como caldo de cultivo para el descontento popular; prácticamente en Caracas ese 3 de septiembre se llegó a la necesidad, por parte de los militares, de dar el Golpe el 11 de septiembre de 1973 contra un gobierno elegido democráticamente. A partir de allí se montó la siguiente estructura operativa: Preparación de fuerzas paramilitares, ejecución de plan de acción contra insurgentes, saboteos permanentes a la gestión gubernamental, creación de guerra psicológico a través de los medios de difusión masiva. Para ello utilizaron las tecnologías más avanzadas de ese entonces, crearon una red paralela de comunicación llamada CONDORTEL; por otro lado se fue creando un estado paralelo, lo que hoy sería el bachaquerismo.

 

En fin son experiencias que nos llevan al planteamiento que a cuarenta años de la consolidación de la Operación Cóndor pudiéramos estar presentes ante un proceso de metamorfosis condoriana, con técnicas más sutiles, pero con la misma estructura de desestabilización hacia los gobiernos progresistas y demócratas burgueses, como Brasil, Ecuador y Venezuela, sacudidos en los últimos tiempos por conflictos sociales.

 

El cóndor pasó… mató y huyó... pero volvió como paloma

 

En Paris a finales de la década de los noventa del siglo pasado, conocí al Doctor Martin Armada, unos de los líderes progresistas de Paraguay, torturado y su esposa asesinada por la dictadura militar de Stroessner, dictadura que fue apoyada por el régimen del Apartheid de la Antigua Sudáfrica y la CIA. Martin, funcionario del área educativa de la UNESCO y abogado, estaba investigando la cantidad de personas desaparecidas y asesinadas por esta operación. Expresa en su memoria algunos tipos de tortura aplicados por los esbirros de esta operación “Los verdugos recurrían a métodos científicos de tortura. Conocían las partes más sensibles de nuestro organismo y las atacaban sin piedad. Electrodos, focos enceguecedores, alambres trenzados, leznas, cachiporras, bañera repleta de orina y excrementos y decenas de otros instrumentos eran puestos al servicio de nuestra destrucción física y psíquica.  El uso del pentotal constituía un procedimiento habitual y en algunas comisarías utilizaban, además, el cepo y los perros amaestrados. El objetivo perseguido era no sólo hacernos hablar sino, fundamentalmente, quebrar nuestra moral, marcarnos para toda la vida, reducirnos a la condición de guiñapos humanos.” Uno de los lideres afrodescendientes de izquierda en Latinoamérica, Romero Rodríguez de Uruguay también sufrió los rigores de la dictadura Uruguaya, exilándose en Brasil. Su actual compañera, Luisa Cassellte, fue terriblemente torturada en las cárceles basura de Montevideo. La operación dejó un saldo de 50.000 personas asesinadas, 30.000 desaparecidos y 400.000 encarcelados. Los países que sufrieron directamente de la Operación Cóndor fueron Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay. Dentro de sus activistas se encuentra Posada Carriles involucrado en el avión cubano y el asesinato del chileno Orlando Letelier. Carriles es un protegido de Estado Unidos. Se ha mencionada en este proceso a la Alianza Americana Anticomunista, organización paramilitar colombiana de ese momento y epicentro del paramilitarismo uribista contemporáneo.

 

Cuando sugerimos metamorfosis de la Operación Cóndor, es que los objetivos estratégicos de aquella operación que tumbó a Allende, y desestabilizó al gobierno de Perón, hoy toma nuevos matices. La distorsión mediática del tema fronterizo entre Venezuela y Colombia, donde Venezuela devela el paramilitarismo uribista, haciendo acta de presencia de este hombre frío y calculador en Cucuta y promoviendo movilizaciones contra nuestra embajada en Bogotá, ponen a la vista esa metamorfosis, al igual con lo que sucede contra el gobierno de Correa y Dilma.

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/172186
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