Juan Almendares: “El pueblo tiene que marchar con los pies, pero también con la conciencia”

23/07/2015
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juan almendares juan almendares
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Dr. Juan Almendares Bonilla. Fotografía: http://conexihon.hn

 

El siguiente artículo, está redactado literalmente, de una reciente entrevista que efectúe en mi estadía en Honduras, con el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el Dr. Juan Almendares, quien también es un reconocido científico de la salud a nivel internacional, y defensor de derechos humanos y de la tierra. En la entrevista, Almendares plantea una lectura profunda de la realidad que mantiene convulsionado, al país latinoamericano de Honduras.

 

Washington DC 22 de julio. Ante la crisis de Honduras puede existir una visión reduccionista en el sentido filosófico, político e ideológico, porque aquí, se centra toda la situación en las figuras políticas y los partidos políticos, pero nosotros tenemos que analizar que la corrupción es un resultado de un proceso histórico que tiene que ver profundamente en la agresión capitalista, que ha tenido Honduras.

 

Honduras ha sido golpeada históricamente por las empresas bananeras o las empresas mineras, y ahora con la Monsanto, cuyo negocio internacional son los transgénicos que se imponen sobre las soberanías de los países del sur.

 

Por otro lado, también está el negocio del agro combustible. Todas esas políticas son parte de las políticas multinacionales de los estados supranacionales, de las fuerzas hegemónicas económicas que han ido acompañadas de golpes de Estado.

 

El golpe de Estado de 2009 en Honduras, no fue únicamente un problema interno, si no que fue un problema generado también por el pentágono, y este proceso debe de entenderse que era un golpe de Estado Multinacional contra el país, porque se suponía que Honduras se abría un espacio hacia los países del sur.

 

En ese sentido se da el golpe de Estado, y realmente es inexplicable porque seda el golpe, porque el ex presidente Manuel Zelaya, tenía en contra el Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Nacional de Elecciones, el Ministerio Público, la empresa privada, los sectores fundamentalistas de la iglesia, y los medios de comunicación.

 

Indudablemente se da el golpe porque hay un proceso de movilización social del pueblo, el ex presidente Zelaya, abre el espacio para que incluso aumente el salario mínimo y todo esto crea una situación de intranquilidad para las empresas, y el capital transnacional.

 

Basado en este proceso, Honduras entra de nuevo a una crisis que tiene su expresión en el gobierno actual, y el asunto se agrava.

 

La agravación de este asunto, se enfoca en el tema de la corrupción, sobre todo la que existe en los sectores de salud y cobra su mayor fuerza con el desfalco de 350 millones de dólares (7 mil millones de lempiras) en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), y cuyo resultado se irradia en la muerte de 3 mil hondureños, que murieron por falta de atención médica, debido al descalabro financiero del IHSS.

 

Bajo este panorama, si nosotros analizamos a mayor profundidad, nos vamos a dar cuenta que el problema de la corrupción es un fenómeno interno, endógeno, pero también articulado a lo exógeno, es decir el capitalismo también es corrupto y las políticas que genera el capitalismo en Honduras, como la presencia de bases militares, como el incremento de un estado militar policial y la sumisión total del país a las políticas capitalistas, nos pone como un país subordinado, a los intereses de un estado trasnacional.

 

Lo que ocurre es que en este proceso que se ha llamado transparencia, rendición de cuentas, se olvida algo muy importante, puesto que solo se ven los resultados y no los mecanismos de acción política.

 

Los mecanismos de decisión política son claves para generar la corrupción. A mi juicio es corrupción una política que privilegia las armas en vez de la salud y la educación.

 

Nosotros en realidad estamos obligados por las políticas del Pentágono a comprar armas en un país con una población con hambre, miseria y explotación, pero también los mecanismos de decisión política han golpeado la clase trabajadora, los campesinos y los pueblos indígenas.

 

Si nosotros observamos la ley de trabajo por hora, la violación de todos los derechos y las conquistas laborales de la clase trabajadora, la invasión tecnológica militar de los territorios, los desalojos violentos de las comunidades de los pueblos originarios y afro descendientes, todo esto está afianzado por la ley.

 

La creación de leyes perversas que en realidad afectan a los sectores más desposeídos del país.

 

Todo esto va generando una situación de miseria, terror, violación de los derechos humanos, y además también en ese marco de violación de los derechos humanos se va creando una reacción del pueblo.

 

Con el golpe de Estado militar el pueblo salió a las calles y las movilizaciones fueron enormes, llegaron a más de un millón de personas, y desde luego un rechazo total de violación de los derechos del pueblo.

 

Sin embargo, en este proceso, han existido toda una especie de guerra mediática, una especie de fundamentalismo religioso que están aliados con los sectores del golpe y la oligarquía.

 

Está variable sociológica, afecta al movimiento social, se golpea muy duro al magisterio que era la columna vertebral de la resistencia hondureña, y para eso, se utilizan campañas de desprestigio, y se olvida que el Estado no lo he dado prioridad a la educación y lo mismo ocurre en salud.

 

En este caso el Congreso Nacional se convierte como algo más significativo que establece las políticas, y en las cuales en realidad, este congreso establece una militarización completa del Estado de Honduras.

 

Y la militarización no solamente es hondureña, puesto que también es estadounidense. Ejemplo de ello, son las visitas frecuentes del comando sur de los Estados Unidos a Honduras, utilizando como pretexto la guerra contra las drogas.

 

En consecuencia de eso, nosotros tenemos en realidad, una guerra no declarada en el país, lleva más de 4 mil personas asesinadas en cuatro años, y todo ello está en la impunidad.

 

Esto indica que en Honduras, hay una impunidad con más del 90 por ciento, pero en ese proceso muchos dirigentes opositores han sido asesinados, torturados y perseguidos. Esto significa la ausencia de la libertad que también se refleja en las muertes de periodistas y abogados. Todas son muertes inexplicables.

 

Se comienza a operar la doctrina de la seguridad nacional con una cuestión diferente a lo que ocurrió en la década de los ochentas. Pero esencialmente está doctrina es enemigo de los que están en contra del sistema neoliberal, los que están en contra de la militarización del país. Y es así que comienza la persecución contra los dirigentes de derechos humanos.

 

Los sectores más golpeados desde luego son las comunidades indígenas, lencas, tolupanes, pech, es decir toda la mayor parte de las comunidades indígenas y garífunas que han sido segregados violentamente de sus territorios.

 

El eje central de todo esto, son las violaciones de derechos territoriales de las comunidades de los pueblos ancestrales, ya que con el desalojo se crean proyectos trasnacionales que reflejan el racismo, con lo que son tratados estas comunidades.

 

Esto nos lleva a una situación de mayor crisis y pobreza, Honduras es uno de los países más pobres del hemisferio latinoamericano después de Haití.

 

Honduras es el país que tiene mayor cantidad de inmigrantes en el extranjero de América Central, y además también calificado como uno de los países más violentos del mundo, calificación que yo cuestionó, porque no es que el hondureño sea violento, si no que el sistema capitalista es de los más violentos en América Latina y considero que Honduras es un experimento ideológico, político, militarista y sobre todo del Pentágono y de otras fuerzas aliadas, con la oligarquía local, que implantan con mayor firmeza el capitalismo.

 

En consecuencia, lo que despierta de nuevo al pueblo es la lucha contra la corrupción, la cual el partido de gobierno es acusado de estar involucrado en la corrupción del país en el caso del Seguro Social de Honduras.

 

Como respuesta de esto, se desarrollan movilizaciones de carácter pacífico en las cuales básicamente, la idea es caminar, salir en la noche con las antorchas y las manifestaciones indudablemente que tienen su mérito, porque han movido a las personas a nivel personal.

 

Lo que hay que considerar es que la gente espontáneamente va a marchar y personas de diferentes tendencias políticas, sin embargo sin analizar a profundidad el contexto que mantiene enclaustrada a Honduras en la miseria, ellos únicamente marchan contra la corrupción.

 

De nuevo,  tenemos un reduccionismo filosófico e ideológico, político, porque las marchas inicialmente estuvieron alimentadas precisamente por los sectores de poder, sin embargo después esto se vuelve un poco molesto al sistema, porque empiezan a plantear otros derechos y se suman a estas marchas de la fuerza opositora, y le van dando otro carácter.

 

Después de esto, se forma la huelga de hambre, quienes se suman los indígenas tolupanes y también es acuerpada de forma simbólica por el pueblo originario lenca, las comunidades garífunas y por supuesto la participación activa de los defensores de los derechos humanos, en su mayoría pertenecientes a organismos no gubernamentales.

 

Sin embargo la represión que ha sufrido está huelga de hambre pacifica así como también el desalojo violento de los universitarios de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), son políticas fascistas. 

 

Aquí vemos tres aspectos, el aspecto ontológico, el aspecto de realidad concreta y el aspecto estructural.

 

Hay una estructura de realidad objetiva que es represiva contra el pueblo, que es represiva contra los jóvenes, es decir hay una guerra no declarada que está inspirada bajo las ideas de Carl Schmitt, un teórico político hitleriano que habla de la guerra total.

 

Una guerra, no sólo es militar, porque están todas las fuerzas coludidas como ser la fundamentalista religiosa, las fuerzas del Estado mismo, así como también la fuerza mediática y desde luego las fuerzas que puedan surgir en los valores conservadores cotidianos de la sociedad.

 

En ese sentido es la realidad. Y en otro sentido, el hambre la miseria, no hay exceso a la salud a la educación y trabajo. Pero el pueblo esta distraído también en otra lucha y la reduce sólo a la corrupción.

 

La posición epistemológica, es decir la lucha de las ideas. En la idea de la reelección electoral del sistema. Pero la gente está luchando por la corrupción, pero el problema concreto sigue, a la gente la siguen asesinando, sigue la violación a los derechos humanos, siguen las bases militares norteamericanas y también la existencia de las bases militares colombianas, mexicanas, y esto nos lleva a una situación extremadamente grave en el país.

 

Sumado a eso, nos parece a nosotros, que por un lado, toda la orientación está en la parte epistemológica y se descuida la parte oncológica.

 

Los medios se centran en los problemas de información, menos en el aspecto epistemológico. Y en el enfoque político, hay una falacia política al no articular la realidad con el conocimiento, al no articular estos dos elementos.

 

El gobierno plantea el dialogo, sin embargo responde con represión militar.

 

No hay dialogo. La creación de una Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH) con la dirigencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y el financiamiento del gobierno estadounidense, cuyo senado aprobó 200 millones de dólares recientemente para brindar apoyo a la CICIH, comprueba quien realmente manipulara esta comisión.

 

El problema es que no se trata solo de una comisión. Porque se necesita un mejoramiento en lo problemas reales de Honduras como la miseria y los demás señalados.

 

En el plan de la prosperidad del triángulo norte, los Estados Unidos están planteando defender sus intereses.

 

El pueblo no solamente tiene que marchar con los pies, tiene que marchar con la conciencia. Y esto significa que las organizaciones de derechos humanos (DDHH), deben plantear la realidad, a manera que nosotros movamos la conciencia frente al militarismo. Debemos de exigir que se desmantelen las bases militares norteamericanas en Honduras, para que seamos un país más soberano.

 

Segundo, que la cooperación internacional no sólo se centre en el apoyo de un Estado, si no que en un apoyo a un pueblo, y que también el pueblo vaya pensando en crear sus propios tribunales que contribuyan a la creación de una verdadera justicia y soberanía del país.

 

La situación de Honduras requiere mucho de la solidaridad internacional.

 

El modelo que está utilizando el modelo neoliberal imperialista, es la hondureñización de América Latina.

 

La situación de Honduras es la de un país aislado, pero hace falta más conciencia del ser social del ser material.

 

Por tal motivo existe un pueblo que está luchando por su emancipación, su libertad y nosotros queremos la solidaridad internacional y la ternura revolucionaria.

 

En el marco del reduccionismo filosófico, la CICIH será reducida en la cuestión de la corrupción financiera, pero no en la cuestión política nacional e internacional, puesto que los actores intelectuales, nunca serán enjuiciados bajo ese contexto de CICIH.

 

Para llevar a cabo esto, hay que realizar el análisis profundo y partir que una política corrupta, que tenga las fuerzas hegemónicas internacionales, es corrupta y es inmoral, cuando apoya la utilización de las armas, la compra de los instrumentos de guerra y menoscaba realmente el desarrollo de la salud.

 

Todas estas políticas corruptas ligadas a la oligarquía resultan inmorales cuando permiten la instalación de empresas transnacionales, como la Monsanto en Honduras, cuando se desarrollan políticas de agro combustibles y mineras, que vulneran la vida de los indígenas, y colocan a los hondureños como desechos humanos. 

 

Ejemplo de ello, son las "ciudades modelo" conocidas como zonas de empleo y desarrollo económico (ZEDE), pero que realmente solo representan un capital trasnacional dentro de Honduras y esto representa una evidente traición a la vida de los pueblos.

    

Ronnie Huete

Periodista y activista de derechos humanos


El autor de este artículo ejerce la corresponsalía voluntaria de http://conexihon.hn , de la revista Caros Amigos editada en São Paulo, Brasil para Centroamérica, de la organización Casa Mafalda São Paulo, Brasil, de la Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina, de Kaos en la red y del portal http://desacato.info editado en Florianópolis, Brasil. Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras o sus invasores.

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/171273
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