Hillary/Jeb, amenaza el continuismo

17/06/2015
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*Arrancan los punteros en busca de la candidatura

 

*Los Clinton-los Bush, responsables de la guerra

 

Elecciones en Estados Unidos para el relevo presidencial, de un imperio decadente social, económica, política, geopolítica y financieramente. Pero sigue amenazante por el mundo, como fiera herida, generando destrozos y crímenes de guerras en muchos países, so pretexto de la llamada e inevitable globalización. Treta vil.

 

El 8 de noviembre de 2016 es la elección. Y el juego de espejos comenzó. Los ricos contra los pobres. Los pobres que eligen a los ricos. Los ricos contra los ricos en la competición. Los del clan Bush contra los del clan Clinton. Hillary y Jeb. La primera mujer que pretende alcanzar la casa Blanca, y de ser: la presidenta más joven, se dice. El tercer Bush que quiere ser presidente.

 

Los dos ambicionan alcanzar la candidatura de sendos partidos para competir, el Demócrata y el Republicano. No la tienen fácil pero son los más conocidos adentro y afuera. Otro de ellos el multimillonario Donald Trump, es ilustre por sus rabietas contra México. Pero nada más. Hay otros sobre el terreno, pero son unos perfectos desconocidos.

 

Hillary no es bien vista, porque los ciudadanos americanos no le creen. La saben hipócrita y falsa, pero para contrarrestar eso apela a la vida familiar en su primera presentación. “Jeb2016.com” —así convertido en una marca más— por su parte, cree que podrá renegar de sus antecesores, padre y hermano, cuando ambos cometieron mucho daño a la población tanto estadounidense como del mundo.

 

Tampoco es que William Bill Clinton sea un santo, todo lo contrario. Baste citar dos temas de su administración. En su gestión (1993-1997 y 1997-2001), por un lado, le cerró a los carteles de las drogas los flujos por aire y mar hacia su país, y eso gestó que comenzara a circular por tierra. Y dañó gravemente a México. No hace mucho lo reconoció y hasta se disculpó (febrero 2015) con el presidente mexicano Peña Nieto. Otro ejemplo, en 1998 bombardeó Irak, junto al Reino Unido, con su llamada operación Zorro del Desierto. Por el petróleo. ¿Por qué más?

 

La señora Hillary quiere llegar. Será posible, si es que ya consiguió los apoyos económicos necesarios. Lo mismo con Jeb, que sería el tercer Bush en la cumbre. Llegar a la cumbre, eso es lo que pretenden. La cumbre del poder otrora imperial; porque a estas alturas avanza en caída libre. Ese es el saldo no sólo de tres gobiernos fallidos (Bush padre, Bush hijo y Barack Obama), sino porque las contradicciones internas sacuden a este país, sobre todo económicas. Como siempre y en este caso, los ejemplos sobran. Para otra ocasión.

 

Hillary hace un llamado a “los trabajadores” (sic); Jeb a (¿quién?) apela a lo que reniega, al peso de la familia. La esposa de Bill piensa ganar porque es mujer, pero si llega servirá a los intereses que mueven al país, los oligárquicos de las trasnacionales, los magnates de la guerra que presionan al Pentágono y por el sector financiero especulativo que es el dominante. Jeb también. Será igualmente por los intereses de las petroleras texanas de donde es originario y en donde la familia tiene el control. Más el resto de intereses igualmente monopólicos del país a los que ha servido la familia presidencial.

 

El tercero en discordia, Trump, trae el falso discurso de ofender a México. Cree que por eso ganaría cuando el electorado de origen hispano tiene un peso decisivo. Baste preguntar, ¿por qué si es un magnate inmobiliario es un millonario? ¿Qué el sector no quebró en 2008 con la crisis que arrastró el mundo? ¿Por qué Trump es un sobreviviente?

 

Ha llamado al rescate del “sueño americano” y a la creación de empleos. Le competirá a Jeb la candidatura Republicana. Es una treta mediática, dicen algunos. No es difícil preverlo: la elección del 2016 será más de lo mismo. Ni Demócratas ni republicanos se distinguen, porque la debacle sigue vigente. Ya decíamos, tanto interna como externa. EU ya no es el mismo país de los tiempos de la guerra fría. Tampoco la potencia que creía ser el eje del mundo, cuando creía no tener competencia alguna al frente.

 

Pero se equivocó EUA. Y sus presidentes. Primero George Bush padre, luego Bill Clinton, otra vez Bush hijo y de plano Barack Obama. A todos ellos sorprendió Rusia, porque desde su caída o el derrumbe famoso (1990-1991) que le costó al mundo la desilusión de “otro sistema es posible”, nadie se asomó a ver qué pasaba, o no le dio importancia. Eran los tiempos de cantar victoria. Brzezinsky escribió en 1989 El gran fracaso. Francis Fukuyama publicó en 1992 El fin de la historia. Un poco más tarde, de artículo en Foreign Affaires en 1993, el Choque de civilizaciones de Samuel Huntington se convirtió en libro en 1996. Las civilizaciones occidentales (y cristianas; la iglesia de Roma cómplice) contra las otras subcivilizaciones (sic y de contra sic) de otras creencias.

 

Occidente, con EU a la cabeza, estaba justificando “teóricamente” otros enemigos para seguir con los pretextos de la guerra fría y la carrera armamentista como la URSS. Todos se fueron con el garlito que la exURSS quedó controlada por mafias, especialmente Rusia. Y que ellas tenían todo, porque se deshicieron de cuanto rapiñaron muchos de los exfuncionarios del PCUS. La tesis de las mafias que lo controlaban todo, desde el abasto para la población, hasta el desarrollo científico. Los tiempos de Boris Yeltsin (1991-1999) consintieron eso. Luego llegó Vladimir Putin de 1999 a 2008. Entró Dimitri Medvedev (2008-2012) y regresó Putin en 2012; sigue ahí. Las cosas cambiaron tras Yeltsin.

 

Con el resurgimiento a la palestra mundial de Rusia con Putin, y el desbordamiento en los mercados mundiales de la economía de Estado chino, el mundo bipolar comenzó a decaer para los gobiernos estadounidenses. Un elemento más: llegó el 2001 en el inter, el asalto a las Torres Gemelas y el imperio gringo se volcó contra los subcivilizados. Llegó la ofensiva estadounidense contra el mundo, con las guerras por las reservas de petróleo, gas y amapola. Una violencia generalizada orquestada por los halcones, y cabilderos de la guerra tanto republicanos como demócratas. Todos por igual.

 

Ahí estuvieron tanto los Bush, principales protagonistas, como los Clinton. Bill y la primera dama. Además Hillary fue secretaria de Estado durante el primer periodo de Obama en 1991-93. Luego senadora de 2001 a 2009. En 2008 también candidata a la nominación para la presidencia. Es decir, que como funcionaria la señora Hillary ha sido corresponsable de la toma de decisiones. De las políticas tanto internas de los respectivos presidentes a los que ha servido, como ciudadana del primer círculo del poder en su país.

 

De los Bush no decirlo. Ellos son los principales promotores de las políticas guerreras contra el mundo. Cualquiera de las dos alternativas representa una amenaza, tanto interna como externa, sea del partido que sea. De Trump ni hablar. No lo merece, como tampoco los punteros, pero alguno de ellos es el posible próximo presidente. Con esos amigos para qué queremos enemigos.

 

Correo: sgonzalez@reportemexico.com.mx

 

https://www.alainet.org/es/articulo/170458
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