Amanece y sigue la lucha por la semilla

18/05/2015
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

Amanecen los Guardianes de Semillas  en Montecarmelo, Sanare, y se preparan para la asamblea y la cayapa.  Lalo, en Mérida, se toma el cafecito previo para salir a acariciar la tierra y sembrar las papas. Analía va al laboratorio en Caracas, analiza sus muestras de suelos y de semillas locales y hace una mueca de amor mientras recuerda las mejillas rojitas de lxs niñxs del páramo que le sonríen en cada salida de campo. Magda, en Carabobo, pasea por la escuela agroecológica, pesa la producción de la semana y planifica con lxs compas cómo mejorar el proceso formativo para la siembra y el cuido de las semillas. Mariana y Alejandro se ponen las botas para regar las canteras del agropónico en Bellas Artes, Caracas. En la comuna estan de siembra, Viana le da teta a Simón y actualiza el blog con la propuesta de Ley.  Se sienta Gerardo y escribe un mail: “Compas, les envío la Ley que hemos consensuado en los cinco debates, la consulta pública de la asamblea y las mesas de trabajo con la comisión de la AN (Asamblea Nacional), Agricultura y Tierra y Ecosocialismo y Aguas (los ministerios). La Ley del Poder Popular está lista pero la lucha sigue”.

 

El movimiento Popular por la Nueva Ley de Semillas agrupa a más de 140 organizaciones y movimientos sociales que se han dado la tarea de la construcción colectiva de una nueva ley de semillas revolucionaria. Este proyecto de Ley, a punto de entrar en segunda discusión en la Asamblea Nacional, sienta precedente mundial en la lucha contra los Organismos Genéticamente Modificados (OGM)  y cualquier forma de privatización de la semilla vía patentes o licencias de exclusividad, entre algunos de los puntos fundamentales de la Ley, entendiendo a la semilla como organismo vivo y bien común natural.

 

Del 26  al 29 de octubre de 2012 se realizó el  I Encuentro Internacional de Guardianes de Semillas, en el cual se reunieron más de 300 organizaciones sociales e instituciones, sentenciando la exigencia de la participación del Poder Popular en la construcción del proyecto de la Ley de Semillas para precisar de manera jurídica el compromiso histórico de Venezuela como país libre de transgénicos. Construyeron colectivamente la  Declaratoria de Montecarmelo.

 

El 28 de junio de 2013 se llevó a cabo el primer taller para la construcción colectiva de una propuesta para la Ley de Semillas, con el objetivo de realizar aportes. El 22 de Octubre de ese año se reunieron vocerxs de los movimientos sociales, la segunda vicepresidenta de la AN, Blanca Eekhout y el diputado propulsor de la propuesta. Se llega al siguiente acuerdo fundamental: Construir en Debate Popular Constituyente la Nueva Ley de Semillas. Una apuesta participativa de construcción colectiva entre el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder popular.

 

Son varias mesas, discusiones acaloradas y almuerzos en cayapa. El movimiento discute  que “no es semilla autóctona, es local; no es campesina solamente, es afro, es indígena”. También lo deseado: “No queremos licencias exclusivas, queremos una forma de protección alternativa que nos permita proteger a nuestra semilla y en la que todos tengamos acceso libre a la semilla”. El movimiento se mueve, camina unido en debate constituyente por Lara, Carabobo, La Azulita, Mérida, Barinas, Anzoátegui y llega de nuevo a la Asamblea Nacional. Luego se sienta, asume el tiempo legislativo y espera en mesas técnicas a que se plasme el debate constituyente en proyecto de Ley.

 

Llega la primera discusión en la Asamblea Nacional: la tensión entre el poder constituido y el constituyente es grande, aún el mandar obedeciendo cuesta y va a primera discusión una versión que aún no se parece a nuestro pueblo. Comienza el proceso de debate público del proyecto de Ley, se arma una propuesta de Ley del Poder Popular, el pueblo sistematiza, crea y maneja ya la técnica legislativa. Es pueblo legislador. Participa con su propuesta en todas las mesas de consulta pública. Ya tenemos una propuesta de Ley.

 

Se arma la cayapa en una mesa técnica. Ministerios (Agricultura y Tierras, Ecosocialismo y Aguas) junto al Movimiento Popular por una nueva Ley de Semillas. Se llega a acuerdos, se dialogan los conceptos, se sienta Gerardo y escribe un mail: “Compas, les envío la Ley que hemos consensuado en los cinco debates, la consulta pública de la asamblea y las mesas de trabajo con la comisión de la AN, Agricultura y Tierra y Ecosocialismo y Aguas. La Ley del Poder Popular está lista pero la lucha sigue”.

 

Amanece de nuevo, son dos años de discusión,  y el movimiento está en la calle, sembrando, investigando, leyendo, formando, es Pueblo Legislador. Hace un comunicado solicitando que los siguientes acuerdos sean respetados:

 

– Reconocimiento del Poder Popular organizado en diferentes instancias como el Consejo Popular de Resguardo y Protección de la Semilla Local, Campesina, Indígena y Afrodescendiente, los sistemas participativos de garantía de calidad, centros de acopio y resguardo de semillas, así como a lxs maestrxs pueblo y las formas tradicionales de organización popular.

 

– Crear las licencias de semilla libre como un mecanismo legal que protege a los conocimientos e innovaciones asociados a la semilla de las patentes y derechos de propiedad intelectual. En el sector semillero  estos son llamados “derechos de obtentor” o “licencias exclusivas de producción y comercialización”. Estas licencias de exclusividad sólo favorecen el monopolio, acaparamiento y secuestro de las semillas, lo cual va en contra de nuestra Constitución Bolivariana, que establece que “el genoma de los seres vivos no puede ser patentado”.

 

Las licencias libres creadas en la nueva Ley de Semillas, tienen como finalidad proteger a las semillas de la apropiación privada que restringe los derechos de mejorar, utilizar y compartir las semillas, a través de un contrato de derechos no exclusivos; es decir, estas licencias de semilla libre garantizan el carácter antipatente del proyecto de Ley.

 

– Prohibir y sancionar la producción, importación, comercialización, distribución, liberación, uso y multiplicación de semillas transgénicas, reconocidas como una amenaza para la agrobiodiversidad, para la salud de los pueblos y para la soberanía del Estado.

 

– Reconocer y revitalizar los conocimientos tradicionales asociados a las semillas indígenas, campesinas y afrodescendientes como patrimonio de los pueblos y de la nación.

 

– Promover  la revitalización de los sistemas de producción, distribución, circulación, intercambio y consumo de las semillas indígenas, campesinas y afrodescendientes, bajo el principio de corresponsabilidad.

 

maiz en botella

 

El movimiento hace una pausa y declara: “Asumimos la aprobación de esta ley revolucionaria en los términos soberanos acordados en las mesas con el Poder Popular, como parte de la lucha antiimperialista y por la defensa de la Patria”. La nueva ley de semillas “recoge todo el legado del Comandante Chávez presente en nuestra Constitución Bolivariana, que establece que: no se pueden privatizar los seres vivos ni los conocimientos e innovaciones de los pueblos indígenas. Asimismo, esta ley recoge la declaratoria de una Venezuela libre de transgénicos que hizo el Comandante y la denuncia del agronegocio y las semillas transgénicas como una amenaza para la soberanía de los pueblos y la salud de la humanidad”.

 

Tenemos una nueva Ley de semillas revolucionaria y es una propuesta del Poder Popular en consenso con el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Mientras llega la segunda discusión de la Ley en la Asamblea Nacional,  siguen los amaneceres y con cada uno el agronegocio pro-transgénico sigue moviendo sus hilos, y la lucha sigue.

 

Puedes ver la propuesta de Ley completa aquí.

 

Foto: Yrleana Gómez.

 

http://laculturanuestra.com/?p=438

https://www.alainet.org/es/articulo/169708
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS